OPINIÓN

HISTORIA

jueves, 28 de junio de 2018

EL ÚLTIMO ESTUDIO: “TAL VEZ ESTAMOS SOLOS EN EL UNIVERSO” El asunto de la existencia o no de vida extraterrestre fascina, apasiona e interesa cada vez más al personal. Y al igual que otros temas como la existencia o no de algo más allá de la vida, seguirá siendo motivo de controversia, pues no se puede demostrar… aún

Tres científicos de la Universidad de Oxford concluyen un estudio indicando que existe una probabilidad sustancial, una probabilidad, de que no haya más vida avanzada en el universo observable.


No es lo habitual, pero hay veces en que alguna notica de carácter científico resulta ser la más leída y comentada en los medios de comunicación. Tal ha sucedido (VI-2018) con las conclusiones a que tres sesudos científicos han llegado tras laborioso y profundo trabajo. En pocas palabras, vienen a decir que existe una probabilidad sustancial de que la Tierra sea el único lugar habitado, o sea, de que los terráqueos estemos solitos en el universo… observable.

Pues sí, en contra de las opiniones de muchos otros astrofísicos y estudiosos del cosmos, en contra de filósofos e intelectuales, en contra de la creencia de gran parte de la población, estos tres investigadores de la Universidad de Oxford presentan una serie de argumentos que cuestionan teorías basadas en la estadística, en conjeturas metafísicas o en certidumbres cimentadas más en pensamientos e ideologías que en ciencia.

Se esté a favor de uno u otro criterio, lo que es innegable es que los científicos y la ciencia en general, en el estado actual de conocimientos sobre asuntos tan trascendentes, no hacen más que dar palos de ciego. A causa de ello se han visto en los últimos años afirmaciones sensacionalistas que unos meses después han sido desmentidas. Puede parecer que los especialistas saben mucho sobre el universo, pero no es así. Por ejemplo, hay algunos que están convencidos de que el espacio es finito, es decir, que tiene límites, y así lo aseguran a pesar de no presentar ninguna huella de indicio de prueba; y por supuesto, no pueden contestar a cómo es el confín del universo o qué hay más allá. Algo parecido sucede con el Big Bang, que es una teoría aceptada (y más que probable), pero no pasa de teoría; así, en este sentido, cabría preguntarse ¿ese Big Bang es el primero y único que ha habido?, ¿es posible que haya habido otros antes y después e incluso haya otros big bang ahora mismo a cien mil millones de años luz? ¿qué había antes del Big Bang?, ¿nada?, entonces ¿de dónde salió toda la materia y la energía? No hay forma de contestar a estas preguntas, pues todas giran en torno a una teoría no demostrada de modo concluyente. Además, tampoco se tiene claro que basten las condiciones para que se desarrolle la vida y, mucho más difícil, la inteligencia, o sea, si se dan las condiciones idóneas ¿por fuerza surge la vida o no es suficiente y se necesita algo más?

Los estudiosos de Oxford basan sus afirmaciones, sobre todo, en la variabilidad de los parámetros utilizados en propuestas como la conocida como Ecuación de Drake, la cual viene a tratar de adivinar cuántas tierras puede haber en el universo visible según las cantidades de galaxias, estrellas y sistemas planetarios que hay; estos expertos explican que todos los datos que concurren en la susodicha fórmula no son ciertos sino estimativos y, por tanto, sujetos a enormes incertidumbres y variaciones. A su vez, el astrónomo Frank Drake se inspiró para proponer su ecuación en la llamada Paradoja de Fermi, que contrasta las inabarcables cifras de posibles tierras en nuestra galaxia con el hecho de que no se haya tenido nunca la menor señal procedente de ellas: esa es la paradoja.    

También cuestionan los tres heterodoxos investigadores la prueba estadística, ya que la estadística no es prueba; por ejemplo, en la Tierra ha habido cientos de miles de millones de especies vivas, pero sólo una desarrolló inteligencia; otro, si se comete un crimen y se tienen diez sospechosos, el hecho de que uno de ellos proceda de un barrio conflictivo no es prueba de que sea el culpable. Es decir, los cálculos y estimaciones estadísticas no constituyen pruebas científicas irrefutables.     
Finalmente concluyen los doctores que, en el estado actual de los conocimientos, no hay ninguna razón para afirmar que en la Vía Láctea o en el universo observable hay otras vidas inteligentes, al contrario, existe una “probabilidad sustancial” de que los terrícolas estén solos en la galaxia y en el universo visible. Y también señalan esos tres científicos que es posible que lo que se busca (vida avanzada e incluso inteligente) estén más allá de esos confines, pero claro, en este caso, el hombre jamás tendrá noticia de ellas.

Dicho de modo simple: en caso de que hubiera otros seres de inteligencia avanzada, las distancias espaciales y temporales son de tales dimensiones que lo más probable es que jamás se tenga contacto con ellos. Es lo más probable, lo que no quiere decir ni lo seguro ni lo imposible, o sea, no afirman categóricamente nada.

Lo dicho, palos de ciego. De momento.

CARLOS DEL RIEGO

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