OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 13 de julio de 2014

HA MUERTO TOMMY RAMONE, SE CIERRA EL PRIMER CÍRCULO El último de la formación original que conservaba la vida, Tommy Ramone, se ha ido al mismo sitio donde están aquellos tres compinches con los que en 1976 publicó el disco que abrió las puertas del punk-rock. El primer círculo vital de Ramones se ha cerrado.

El primer círculo se ha cerrado.
Algunos ceporros desarrollan pasiones casi patológicas por, sobre todo, artistas. Esto se da muy habitualmente en el campo del pop y el rock, donde cada espectador verdaderamente interesado puede tener más química, más empatía con unos que con otros, y de entre todos siente una identificación especial, una especie de confluencia orgánica con uno en concreto. Tal hecho se comprueba con la extinta banda neoyorquina The Ramones como objeto de aquella inexplicable pasión.

Tommy puso velocidad al estrepitoso sonido Ramones

Así es, el singularísimo grupo está instalado al completo en el difuso universo de la leyenda (en realidad ya estaba ahí), y es rarísimo el adicto al rock que no tiene al cuarteto de ‘locos de Forest Hills’ entre sus nombres de cabecera. En este sentido, resulta curioso que pueda verse una camiseta de Ramones en cualquier parte del mundo (por cierto, cuando dos se encuentren sería casi emocionante que una exclamara ‘¡hey ho!’ y la otra respondiera ‘¡let´s go!’ levantando discretamente el puño) y también lo es el hecho de que sus canciones hayan entrado en la cultura popular a través del cine, las series de televisión, la publicidad…, curiosidad que reside en que nunca fue un grupo de grandes ventas (su primer disco alcanzó la cifra de medio millón hace unos días) y en que su sonido era simplón y ruidoso, cualidades poco mercantiles.


Poco antes de grabar su histórico primer álbum, en el lejano 1976, Joey era el batería y Dee Dee bajista y solista, pero como éste era incapaz de cantar y tocar a la vez, decidieron que Joey pasara al micrófono y que un colega, Tommy, se encargara de baquetas y timbales, puesto no muy comprometido ni exigente dado lo esquemático de aquellas primeras canciones. De este modo, Tamas Erdelyi (húngaro él) pasó a ser Tommy Ramone; tres elepés absolutamente gloriosos contaron con el ritmo generado por él, pero como no le gustaban las giras y el viaje permanente, se pasó a la parte de atrás del escenario, convirtiéndose en productor del grupo, al que conocía a la perfección (claro). Todo incondicional de esta pandilla (que, seguro, conoce estos detalles) habrá notado una sacudida, un estrujón a su corazón al enterarse de que el cáncer se llevaba al último vivo de los que estaban allí en aquel momento. Sí, como todos esos saben, Joey sucumbió al cáncer en 2001, Dee Dee a las drogas en 2002 y Jonnhy también al cáncer en 2004.

Seguro que habrá ceporros que desde hoy se sentirán ‘okupados’ por la emoción y no dejarán de colocar en el plato (o como sea el reproductor) un disco, una canción del estrepitoso y genial grupo. Y es que los momentos más excitantes, los sentimientos más profundos, las experiencias más potentes de muchas vidas se produjeron mientras atronaban las canciones de Ramones…, y pocas cosas tienen el poder evocador de una canción. El propio Tommy lo dijo: “Más que música, Ramones eran una idea, y devolvieron al rock el ‘feeling’ que había perdido”.

Ramones es ya puro mito, banda de culto, y a partir de ahora, su leyenda irá creciendo hasta que llegue a la altura de los grandes héroes de esta revolución permanente que se llama rock & roll.  

Sin embargo, aun se mantiene un último rescoldo de tan mítica banda, pues el segundo batería del grupo, Marky Ramone, recorre escenarios de todo el mundo empeñado en recordar sus títulos emblemáticos; ojalá pueda seguir haciéndolo muchos años.

Dee Dee, ya estáis todos, ya puedes soltar eso de “¡Ua, ta, fi, o!”.      


CARLOS DEL RIEGO

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