OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 13 de octubre de 2013

EL INAGOTABLE PAUL MCCARTNEY VUELVE A ESCENA Se lanza al mercado estos días el enésimo disco del gran Paul McCartney, ‘New’, un álbum lleno de espíritu ‘beatle’ y que demuestra que este tipo es un auténtico creador, un artista vocacional que derrocha tanta ilusión como cuando se juntó con un tal Lennon hace casi 60 años

Paul conserva las ganas e ilusión para seguir tocando.

Es Paul McCartney un hombre rico, multimillonario, posesor de derechos de miles de canciones (incluyendo exitosos musicales), tiene enorme prestigio y reconocimiento en todo el mundo, acumula un sinfín de premios y distinciones, su nombre estará siempre asociado a la banda más importante de la historia del pop (y sin duda de todo el siglo XX), es autor de algunos títulos inmortales que ya pertenecen a la cultura mundial, ha vendido millones y millones de discos…, en fin, lo que se dice una leyenda viva. Así, ¿qué le impulsa a seguir en escena, a sentarse a escribir canciones y crear melodías, a colgarse la guitarra ante el micro y cantar? Tiene ya 71 años, pero a diferencia de otros, no quiere saber nada de retirada, de apartarse y dejar paso, de recluirse a recordar viejos tiempos, o sea, que no piensa en la jubilación. Es más, publica ahora (noviembre 2013) un nuevo disco, ‘New’, un álbum que hace honor a su título con material flamante y recién horneado; con éste son ya dos docenas los discos de Paul desde que The Beatles dejaran de existir, y a ello hay que añadir las bandas sonoras, recopilatorios, discos de clásica, directos… Sí, la pregunta es oportuna, ¿de dónde saca energía, ganas y talento  para hacer un nuevo álbum? Guste o no guste, hay que reconocer que este tipo tiene mucho mérito.


En realidad Paul siempre fue el más profesional y, probablemente, el más trabajador de los cuatro de Liverpool, y así ha sido desde que en 1970 se hizo oficial la disolución, ya que jamás ha dejado pasar demasiado tiempo entre disco y disco, entre gira y gira. Es evidente, su vida es la música, la composición, el estudio de grabación, el escenario; ya sea con su bajo al cuello, la acústica sobre sus rodillas o sentado ante el teclado, este septuagenario se convierte en un mito viviente llamado Paul McCartney, uno de los nombres clave en la cultura popular de la pasada centuria.     
No es preciso recordar que junto a Lennon ya se mostró como un brillante e inspirado compositor, pero es que una vez sin aquel al lado también ha construido piezas fácilmente calificables de excelentes, empezando por la primera que grabó tras la separación, la subyugante y triste ‘Another day’, que a poco que se hubiera retrasado dicha disolución hubiera sido otro gran éxito de The Beatles.

Lejos de apoltronarse, de dejar su trabajo, su vocación, el gran Macca ha acelerado el paso al reincorporarse al camino, pues su vigesimocuarto (o quinto) disco de estudio sin escarabajos deja bien claro que el tipo mantiene la tensión y que no ha perdido empuje ni inspiración. ‘New’ no ofrece, en realidad, casi nada nuevo, es decir, no se mete en vericuetos extraños, no hace experimentos con la electrónica o el rap, no delira, no pierde el norte, sino que hace lo que sabe hacer como nadie: componer buenas melodías, arreglar con gusto y personalidad, con estilo, y presentar todo con sencillez, sin grandes aspavientos que distraigan la atención (cosa que suelen hacer los que no confían en sus canciones).

Tras unas primeras escuchas queda clara una cosa: se trata de una colección de cortes muy cercanos al ‘espíritu beatle’, bien terminados, directos y con algunas piezas excelentes. Si hubiera que destacar algún título tal vez fuera ‘Everybody out there’, una canción magnífica en términos absolutos, puro talento, dinámica gracias a una permanente presencia de la acústica, dotada con atractiva melodía…, es a pesar de todo muy McCartney sin Lennon. El primer single es homónimo del álbum, y aunque no ha tenido buena acogida ni buenas críticas, hay que decir que posee el encanto ingenuo de la primera etapa de Beatles. ‘Appreciate’ aporta un grado importante de atrevimiento, de sorpresa, pues su ambientación llama la atención desde el primer momento. Otra canción sobresaliente es ‘Early days’, tratada en clave folk con un resultado ligero y  protagonismo para las acústicas y las voces. ‘Save us’, ‘I can bet’ o la sensacional ‘Road’ son también destacables en un disco verdaderamente recomendable. Hay que señalar que algunos temas (curiosamente varios de los mejores) han sido producidos por Gilles Martin, el hijo del emblemático productor de The Beatles Georges Martin.  

Este Macca es un infatigable creador, de esos que parecen tener un almacén infinito de canciones. Conserva la voz en muy buen estado (no hay que olvidar que tiene setenta y una castañas y lleva cantando casi sesenta), la cabeza nunca se ha movido de sus hombros ni sus pies se han separado del suelo, grandes méritos para haber vivido tanto tiempo en primer plano y en un universo que desgasta y consume tanto como el del rock & roll.

Ojalá haya Pau McCartney para muchos años…, ya veremos qué tal es lo que edite cuando pase de los ochenta.     


CARLOS DEL RIEGO

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