OPINIÓN

HISTORIA

martes, 10 de abril de 2012

ENCUESTAS Y MANIPULACIÓN DE MASAS. UN INSTRUMENTO AL SERVICIO DE LOS PODEROSOS

PELIGRO
Una de las principales armas que tienen los poderosos (económica, política o intelectualmente) son las encuestas, los estudios de mercado, las estadísticas, los medidores de audiencia... Son instrumentos que se usan principalmente para el control de las poblaciones, para saber cómo y con qué ejercer dominio sobre masas de gente, puesto que su objetivo es recabar toda la información posible para utilizarla a la hora de imponer productos o ideas.
ENCUESTAS
En pocas palabras, las encuestas y otras herramientas de manipulación de masas lo que hacen es pedir información a cambio de nada, información que los expertos sabrán utilizar pensando en las masas como en rebaños; es decir: si este rebaño de churras prefiere mayoritariamente el forraje amarillo quiere decir que a todas las ovejas churras les suministraremos forraje amarillo. Y eso sin tener en cuenta que a las cifras se les hace decir lo que se quiere o que las preguntas pueden estar manipuladas en cierta dirección o que la empresa de encuestas tratará de decirle al cliente lo que éste quiere oír.
MANIPULACIÓN DE MASAS
Caso curioso es el de los índices de audiencia de, sobre todo, radio y televisión. Con cuatro o cinco mil máquinas que detectan el canal que sintonizan otros tantos receptores, los expertos en marketing y manipulación de masas se creen capaces de extrapolar las cifras obtenidas a decenas de millones de personas..., como si se tratara de rebaños de churras. Los índices en radio se miden preguntando, con lo que uno puede contestar lo que quiera, lo que recuerde o lo que prefiera. Pero lo más asombroso es que profesionales muy preparados e informados se tragan las encuestas y los índices de audiencia a pies juntillas, como si fuera un dogma, como si fueran certezas matemáticas. Sin embargo, lo cierto es que las matemáticas son ciencias exactas, mientras que las estadísticas son estimaciones, o sea, lo más alejado de la precisión matemática.
La mejor manera de defenderse de las encuestas, en fin, es pedir dinero (100 euros por ejemplo) a cambio de la información que vamos a dar, y si no, no hay respuestas.
Carlosdelriego. 


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