OPINIÓN

HISTORIA

miércoles, 12 de octubre de 2022

¿FUERON LAS NAVES DE COLÓN LAS PRIMERAS EN LLEGAR Y DESCUBRIR AMÉRICA AL RESTO DEL MUNDO?

 

Una teoría defiende que fueron los drakkar vikingos los primeros en llegar a América, es posible, pero no informaron ni lo aprovecharon ni volvieron, o sea, ese continente siguió ignorado

El hecho sucedió hace 530 años. Las teorías en torno al honor de haber llegado al continente americano antes que nadie (hasta ese momento ignorado por todo el mundo, amerindios incluidos) son muy diversas y apuntan en varias direcciones, pero al final lo que queda es quién le mostró al resto del mundo las nuevas tierras 

Aunque haya quien niegue el uso del término ‘descubrimiento’, la realidad es que es totalmente apropiado. Sí, hay quien se siente molesto cuando se habla del ‘descubrimiento’ de América porque, asegura, no estaba cubierta; del mismo modo, otros afirman que no son correctos términos como ‘hallazgo’ o ‘encuentro’, pues tampoco estaba escondida…  y así podría seguirse sin encontrar una palabra que satisfaga a todos y que designe el hecho de la llegada a América por vez primera de un africano, europeo, asiático u oceánico, cosa que sucedió hace casi cinco siglos y un tercio. Lo innegable es que América era totalmente desconocida para el mundo, incluso para los que allí vivían. 

Independientemente de la expresión que se use, existen varias teorías que afirman que quien primero dejó sus huellas en el nuevo continente no fue Cristóbal Colón. Así, la más extendida apunta a los vikingos, que poco antes o después del año mil arribaron a la actual Terranova y, posteriormente, desembarcaron en el continente. En ese sentido se habla de pruebas concluyentes que, analizadas con espíritu crítico y exclusivamente científico, están muy lejos de ser tan concluyentes. También se habla de navegantes irlandeses que habrían desembarcado en tierras norteamericanas nada menos que trescientos o cuatrocientos años antes que los nórdicos, es decir, en la Alta Edad Media, casi en la Antigüedad. Entre las más recientes propuestas acerca de quiénes fueron los autores del primer viaje transoceánico con éxito está la que señala a micronesios, indonesios o, en fin, habitantes de algunas de las infinitas islas del Pacífico Sur, que se mostraron como expertos y arrojados navegantes. Y qué decir de lo que apunta el mapa del otomano Piri Reis o incluso que los fenicios, empujados por los vientos, también desembarcaron allá. Ninguna de esas conjeturas tiene pruebas a su favor. Sólo faltaría añadir a Astérix y Obélix, que en una de sus aventuras se toparon con el nuevo (para los que vivían en el resto del mundo) continente.  

A pesar de la falta de pruebas, no es imposible que alguien pisara las tierras luego conocidas como América antes que lo hiciera Colón, pero eso, teniendo su importancia, no es lo verdaderamente importante. Es decir, si hubo quien estuvo allí antes que el genovés (tampoco falta la polémica en torno al lugar de nacimiento del Almirante de la mar océana), no se enteró de qué había bajo sus pies, no se lo dijo a nadie, no compartió su conocimiento, no socializó lo hallado, no le dio importancia…, con lo que no pasó nada, la historia de América y la del resto del mundo no varió, todo siguió su curso como si América no existiera. En otras palabras, hasta que llegó Colón aquellas tierras fueron totalmente desconocidas para los no americanos.   

Por otro lado, no son pocos los que (en todo el mundo) afirman que Colón no descubrió nada, puesto que ya había miles de personas que ya había ‘descubierto’ América: los amerindios que vivían allí. Sin embargo, la realidad es que los indígenas no tenían la menor idea de dónde vivían. Nunca había dibujado un mapa, nunca había reflejado la situación exacta de ríos, valles, montañas, bosques…, nunca había perfilado las costas de la tierra que habitaban, no sabían la forma de aquella inmensa masa de tierra, su extensión o su situación, ni siquiera habían dado nombre a la tierra donde habían nacido. En resumen, los indios americanos descubrieron dónde estaban sólo cuando llegaron los descubridores, hicieron los mapas y se los mostraron: hasta ese momento, para ellos su continente (al que n siquiera habían nombrado) estaba por descubrir. Así que sí, hasta que llegaron los descubridores, los que allí vivían no habían descubierto América.    

Para entender qué es un descubrimiento es oportuno recordar cómo se halló la penicilina. Al parecer, un cultivo olvidado en un laboratorio fue observado al día siguiente por uno de los científicos, Flemming, que se dio cuenta de que en torno al centro del preparado las bacterias habían retrocedido, o sea, eso (que era un hongo, el penicilium) acababa con las bacterias. Entonces, Flemming se puso a estudiar el fenómeno con detenimiento y curiosidad científicos hasta que finalmente dio con un medicamento que, sin duda, cambió para siempre la visión de la salud. Así, cabría preguntarse ¿cuántos científicos habrían observado ese fenómeno (u otro semejante) sin prestarle mayor atención, sin dedicarle tiempo, sin analizarlo con visión científica? Seguro que muchos habían visto antes que Flemming ese fenómeno, pero nadie le dio importancia, es decir, si nadie repara en ello, si no lo estudia y lo divulga, no hay descubrimiento. 

Lo importante cuando alguien se encuentra con algo nuevo no es sólo el hallazgo en sí, sino entender su importancia y, sobre todo, socializar la novedad, compartir el conocimiento para que así todos puedan aprovecharlo y encontrar nuevas posibilidades beneficiosas para las personas. Por eso, la llegada de aquellas tres naves a América aquel viernes de octubre de hace 530 fue un suceso de extraordinaria trascendencia histórica: el mundo cambió para siempre.   

CARLOS DEL RIEGO

 

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