OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 26 de septiembre de 2021

EL ROCK TAMBIÉN SE INSPIRA EN LA MÚSICA CLÁSICA.

 


Clásica imagen de Rick Wakeman, rodeado de teclados, quien se inspiró muchas veces en la música clásica

Aunque se pueda tener la percepción de que son incompatibles, la realidad demuestra que la música clásica ha tenido gran presencia e influencia en el rock y sus derivados

Los géneros musicales surgidos en el siglo XX tienen una deuda con lo que se conoce como la gran música, la música clásica. Así, hay figuras de la corta historia del rock que pueden presumir de su formación clásica, con lo que toda su trayectoria está marcada por esos estudios; igualmente son abundantes las canciones cuya idea inicial procede de partituras de los grandes genios clásicos; tampoco son escasos los títulos que reconocen su inspiración en sonatas, nocturnos, arias, e incluso reproducen con mayor o menor fidelidad pasajes enteros; y también hay numerosas versiones, adaptaciones, actualizaciones de obras concretas de Beethoven, Bach, Tchaikovski… Sí, sin duda el rock & roll ha tomado prestado mucho material de tan sonoros nombres; además, como ya no generan derechos de autor, están a disposición de todo el que se atreva.

Cuando se habla de rock sinfónico es imposible no señalar a Emerson Lake & Palmer, trío que siempre llevó a gala esta tendencia, con orgullo, con conocimiento, con atrevimiento…, y con excelentes resultados. Entre sus logros más llamativos está el nuevo tapizado que dieron a la obra ‘Cuadros de una exposición’ del ruso Modest Músorgski (a través del arreglo para orquesta que hizo Maurice Ravel), atreviéndose incluso a añadir cosecha propia.  Con guitarras y pianos, teclados de última generación (en 1971 y agresivas baterías rock, ELP dan nueva vida a ideas imperecederas que vuelven a lucir gracias a nuevas perspectivas…, una fructífera y mágica operación artística. No fue la única vez que pescaron en los mares del clasicismo, al contrario, sus álbumes están muy adornados con nombres históricos de la gran música. Ya en solitario, Greg Lake no se resistió a tomar por su cuenta otra de Prokofiev para construir su preciosa ‘I believe in Father Christmas’.

En fin, gracias a este empeño de ELP, muchos miles de jóvenes en todo el mundo entendieron que la música es música, y que los géneros no son otra cosa que decoración, presentación, y que lo importante es el ingenio, el talento que el autor ha vertido en su partitura para que otros la interpreten.     

El caso es que, se reconozca en los créditos o no, hay una larga lista de canciones cuyos autores metieron la mano en la caja de los clásicos para confeccionar sus discos. No es cuestión de enumerar uno tras otro; basten algunas menciones. Por ejemplo, Sting (que no es muy dado a acreditar a otros) ha tirado de Prokofiev, al igual que Eric Carmen de Rachmaninov; Billy Joel firma alguna que otra obra ‘a medias’ con Beethoven; la inmortal, evocadora y exitosa ‘A whiter shade of pale’ de Procol Harum (conocida en español como ‘Con su blanca palidez’) agarra más de una de Bach; Queen en su ‘It´s a hard life’ reconoce la deuda con ‘I pagliacci’ de Leoncavallo.

El ‘It´s now or never’ que popularizó Elvis es, evidentemente, el célebre ‘O sole mio’ de Eduardo di Capua. El espectacular teclista Rick Wakeman (pianista de formación clásica) picó de aquí y de allá muchas veces, destacando sus improvisaciones sobre partituras de Brahms;  incluso el propio John Lennon explicaba que el tema de los Beatles ‘Because’ surgió tras escuchar una sonata para piano de Beethoven. Y Paul confesó que el ‘Blackbird’ está inspirado en una de Bach.

La relación de artistas contemporáneos que buscaron luz en otras formas, en otras épocas, es verdaderamente extensa. Y también se pueden añadir las ocasiones en que lo que hacen es, simplemente, una versión, y así se reconoce en los créditos…, casi siempre. Por ejemplo, los enloquecidos y siempre jubilosos Madness se atrevieron a condimentar con el divertido ritmo ska el movimiento más famoso de ‘El lago de los cisnes’ de Piotr Tchaikovski; el fruto de esta mezcla con ingredientes aparentemente incompatibles no sólo es muy fácil de degustar, sino que parece haber sido concebido para el baile y el jolgorio. ¿Qué hubiera pensado el compositor tardo-romántico ruso sobre esta reinterpretación? Y por otro lado, ¿quién puede decir que la música clásica es aburrida?     

El inefable Ian Anderson recreó para el segundo Lp de su grupo, Jethro Tull, el ‘Bourée in E minor’ de Bach; sin embargo, a diferencia del anterior, incomprensiblemente Anderson no acreditó al alemán…, al menos en las primeras ediciones del mencionado álbum, en cuyos créditos aparecía él solo como autor a pesar de que la cosa era un clamor al ser pieza sobradamente conocida. De todos modos, el arreglo (suave y respetuoso) tiene su mérito, y la flauta travesera del inglés recorre con mucha clase las notas originales.  

La aportación hispánica puede representarse con la reinterpretación que Los Canarios realizaron de ‘Las cuatro estaciones’ de Vivaldi, la cual fue convertida en ‘Ciclos’ y dotada con otra historia; un trabajo monumental que, al menos a unos cuantos, les sirvió para reconocer todos los movimientos y pasajes de la partitura original en cualquier momento, ya fuera en primavera o en invierno… Tampoco puede olvidarse el éxito internacional que alcanzó Miguel Ríos cuando cantó la adaptación (de Waldo de los Ríos y Amado Regueiro) de la ‘Oda a la alegría’, el extracto universal de la ‘novena’ de Beethoven.   

Está claro, la clásica y el rock no son en absoluto antagonistas. Música es música.

(Actualizado de diciembre de 2016  .

CARLOS DEL RIEGO.

jueves, 23 de septiembre de 2021

LEYENDAS NEGRAS DE INGLATERRA

 


A pesar de los millones de muertos causados conscientemente en India, no hay leyenda negra para Inglaterra


El gobierno británico provocó esto en Bengala en 1943

Está más que demostrado que la causa principal de la leyenda negra contra España fue la envidia, el temor y la frustración que sentían sus enemigos (Inglaterra, Francia, Holanda) al comprobar sus éxitos descubridores y conquistadores. Manipularon y deformaron los hechos para construir una monstruosa y perversa mentira. Sin embargo, la historia de esos tres países está plagada de episodios merecedores de la más negra leyenda. Sobre todo Inglaterra

Resulta asombroso cómo los historiadores e intelectuales ingleses, franceses y holandeses están convencidos (y han convencido a millones) de que la paja en el ojo ajeno es una viga y que el rascacielos en el propio es una mota de polvo. Especialista en cambiar el sentido de los hechos es Inglaterra; por ejemplo, la historiografía inglesa mantuvo durante siglos que el comandante Vernon venció a Blas de Lezo en Cartagena de Indias, y que el almirante Nelson conquistó Tenerife. Mentiras. Pero mucho peor fue la actuación de Inglaterra en sus colonias, sobre todo en la India, donde no renunció a ninguno de sus privilegios e intereses económicos a pesar de tener constancia de que eso causaba millones de muertos por hambre.

Ejemplo de los modos utilizados por los sucesivos gobiernos ingleses son las llamadas Guerras del opio. Inglaterra compraba a China muy diversos productos, pero no quería pagar con dinero u otras mercancías, sino que obligó a China a aceptar el pago en opio, el cual salía de los campos de cultivo de la India, que en lugar de producir arroz para alimentar a la población se dedicó por la fuerza al cultivo de la adormidera. Y con ese opio pagaba los productos que compraba en China, cuyo gobierno protestó y se rebeló contra tal atrocidad, provocándose las dos guerras del opio, que ganó Inglaterra. Las consecuencias fueron: enormes beneficios para los industriales y la corona inglesa, hambre para millones de indios y drogodependencia para millones de chinos. Pero nunca se echó en cara a Inglaterra ni la guerra, ni los muertos, ni el hambre, ni el daño causado por la droga…, no hubo ni hay leyenda negra para Gran Bretaña.

La India era considerada ‘La joya de la corona’, pues era para las compañías e instituciones británicas un almacén del que sacar a voluntad. Por eso, desde el siglo XVIII hasta mediados del XX se produjeron en ese país terribles hambrunas con muchos millones de muertos. En el último cuarto del siglo XIX hubo muchos episodios de escasez extrema de alimentos que llevaron a la muerte a veintiséis millones de personas. Según la prensa inglesa, la causa fueron las malas cosechas, el clima…, pero la realidad es que las cosechas se las quedaban los ingleses para alimentar a sus ejércitos (desplegados por medio mundo), y las compañías inglesas (con la colaboración de su gobierno) expropiaron tierras de cultivo y las subastaron, de manera que los campesinos se convirtieron en poco menos que esclavos, sin derechos. Durante la Segunda Guerra Mundial, con Churchill en el poder, la incautación de cosechas causó otro aterrador episodio de hambre y muerte. Según narraron algunos periodistas, auténticos esqueletos pedían y morían en las calles sin que los gobiernos coloniales hicieran nada.

Pero nunca se ha acusado a Inglaterra de aquellas mortandades, ni de ‘genocidio indio’. Nunca se ha reprochado su actuación en Norteamérica, en las Indias Occidentales (Guayanas, Barbados, Jamaica…), en media África y sobre todo en el sur, en grandes partes e islas de Asia y Oceanía…

Pero no hay leyenda negra para Inglaterra y sí para otros con menos que lamentar.

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 19 de septiembre de 2021

HACE ONCE LUSTROS, EN 1966, EL ROCK COMIENZA A DEFINIRSE CON ÁLBUMES Y CANCIONES PARA LA ETERNIDAD

 


Uno de los mejores discos de los Beach Boys, y el primero conceptual


Uno de los discos de 1966 que sigue vigente

Cada uno de los años de los cincuenta, sesenta y setenta fueron trascendentes en la corta historia del rock. En1966 el rock empieza a definirse, a marcar sus diferencias respecto a otros géneros cercanos. Se publican álbumes de gran influencia y muchos temas que mantienen su vigencia 55 años después. Y la Guerra Fría estaba más caliente que nunca

Hace once lustros la Guerra Fría y la Guerra de Vietnam mantienen el enfrentamiento este-oeste. La carrera espacial parece sumarse a la pugna: a comienzos de año una sonda soviética se convierte en el primer ingenio humano en posarse sobre la luna; unos meses después lo hará la primera estadounidense; y también aquel año muere el genio soviético de la astronáutica, Sergei Korolev. Sigue en Estados Unidos la lucha por los derechos civiles y continúan detonándose bombas atómicas; en la costa mediterránea española chocan dos aviones de EE UU, uno de los cuales pierde varias bombas de hidrógeno desarmadas; para la historia queda la imagen del ministro español Manuel Fraga bañándose allí para demostrar que no había peligro… Inglaterra acoge y gana la Copa del Mundo de Fútbol en una escandalosa final ante Alemania. Eso pasaba en 1966, una año muy fructífero para el pequeño mundo del rock & roll, pues se publicaron álbumes y canciones que perduran a pesar de los años.

El gran Marvin Gaye publicó el magnífico ‘Moods’; Temptions lanzó el ‘Gettin´ ready’, que incluía la primera versión del ‘Get ready’; The Troggs puso en circulación ‘From nowhere’, con ‘Louie Louie’ y ‘Wild thing’, piezas que ellos convirtieron en rock. También salieron aquel año títulos que siguen sonando, como ‘Reach out’ de los Four Tops, ‘Sunny afternoon’ de los Kinks, ‘No milk today’ de Herman´s Hermits, ‘Summer in the city’ de Lovin´ Spoonful, ‘Gimme some lovin’ de Spencer Davis Group, ‘California dreamin’ de The Mamas & The Papas, ‘Hey Joe’ de Jimmi Hendrix… No hay duda, fue un año prolífico, creativo, brillante. Pero si hubiera que escoger cinco elepés…

The Beatles dejaron boquiabierta a la parroquia con el asombroso ‘Revolver’, un álbum innovador, diferente, atrevido, completo. El propio John Lennon declaró en 1972 que el ‘Sageant Pepper’ se considera como el icono del rock ácido, pero que fue en ‘Revolver’ cuando empezaron a experimentar... Las letras ya no son sólo de chico-chica, sino que aparecen otras temáticas, tratadas con madurez y mucho sentido. Este disco genial regaló a la eternidad canciones tan memorables, únicas y emocionantes como ‘Eleanor Rigby’. Y por si fuera poco, aquel año dejaron caer el EP ‘Yesterday’.

Sus ‘rivales’ The Rolling Stones’ también estaban en plena forma y editan ‘Aftermath’, un disco especial que contiene canciones que han formado parte de su repertorio durante estas cinco décadas y media, de hecho, no pocos especialistas señalan este Lp como el punto de inflexión de los Stones. Fue el primero en que todos los temas están firmados por Jagger y Richards, dejando a Brian Jones como el que toca los instrumentos exóticos

Brian Wilson, motor creativo de los Beach Boys, quedó deslumbrado por el álbum ‘Rubber soul’ de los Beatles, publicado el año anterior, de modo que llegó a la conclusión de que la música surf no daba más de sí. Entonces se propuso hacer algo al menos tan bueno como lo que habían hecho los ingleses. De este modo ideó el Lp ‘Pet sounds’, considerado una obra maestra y el primer disco conceptual.

Siguiendo en EEUU, Simon & Garfunkel hicieron su tercer Lp, ‘Parsley, sage, rosemary & thyme’, que contenía varios títulos ya eternos, como la deliciosa adaptación que hicieron del tradicional ‘Scarborough fair’, que suena encantador por más años que pasen. Tardaron tres meses en terminar el álbum a pesar de la brillante composición, arreglos y laboriosa orquestación.

No se puede olvidar el monumental ‘Blonde on blonde’ de Bob Dylan, quien en el 66 ya era un veterano, pues ese era su séptimo elepé, y además, doble. En esta época Dylan no se conforma con ser un cantante folk con letras sociales y comprometidas, sino que se lanza al rock, al soul, al blues, al country, demostrando que lo que importa es tener talento y saber transmitirlo. ‘I want you’ o ‘Just like a woman’ nunca dejan de deslumbrar.

Seguro que no hay aficionado al rock que no reconozca casi todas a la tercera nota.

CARLOS DEL RIEGO.

jueves, 16 de septiembre de 2021

LA QUEMA DE ASTÉRIX Y TINTÍN Y OTROS DESVARÍOS DE CRIATURAS QUE BUSCAN DESFACER ENTUERTOS

 


El fanatismo que ocupa la mente de algunos les hacen ver gigantes donde sólo hay libros

En Canadá han quemado públicamente ejemplares de los tebeos de Astérix, Tintín y Lucky Luke. En Inglaterra un tipo denunció al conductor de un tren porque se dirigió a los viajeros con un “señoras y señores”, considerándose él ‘no binario’ y, por tanto, no incluido en el saludo. Y en otro lugares de occidente hay personas que se sienten medio persona y medio gato o medio perro, y exigen ser considerados ‘transespecie’. Ven gigantes donde sólo hay molinos

Como casi todo el mundo sabe, don Quijote se echó al mundo para buscar entuertos que desfacer. Pero al no encontrarlos, él se imaginaba ver a malvados gigantes, ejércitos amenazadores y majestuosos castillos cuando ante él sólo había molinos, rebaños de ovejas y fonduchos para arrieros. Esto se conoce incluso sin haber leído la genial novela. Lo que nadie podía sospechar es que unos cuatrocientos años después aparecieran malos imitadores del ingenioso hidalgo, los cuales creen ver racistas y machistas donde sólo hay tebeos y saludos tópicos.

Al más puro estilo nazi, unos docentes canadienses decidieron que cómics publicados hace décadas debían ser quemados públicamente por mostrar dibujos y bocadillos (lo que dice el personaje del cómic) que insinúan racismo, sexismo, machismo, supremacismo… Es estúpido explicar que la ficción es ficción, pero aún así puede afirmarse que pocos héroes imaginarios son tan antirracistas, solidarios y luchadores por los oprimidos como Tintín; y pocos personajes jamás dibujados serán tan ingenuos como Obélix. Pero unos cuantos iluminados (e iluminadas) se sintieron seres justicieros, mesías de la única verdad admisible, y arremetieron contra los libros, y luego se fueron (seguro) henchidos de la satisfacción de haber hecho justicia ejecutando a los perversos libros. La lástima es que las páginas impresas, a diferencia de los molinos, no tienen aspas para defenderse.

Pronto se verán en la pira Shakespeare, pues Otelo es un machista celoso que mata a su esposa, y además es moro, lo que demuestra el racismo del autor; y Mark Twain, ya que el malo de ‘Tom Sawyer’ es el Indio Joe, es decir, demoniza al nativo de EE UU; o el propio Cervantes, un hombre violento que tomó parte en sangrientas batallas y ridiculizó y demonizó a los desfavorecidos en ‘Rinconete y Cortadillo’… Por poner tres ejemplos bien dispares.

También hace unos días se hizo con algunos titulares una persona que denunció al maquinista del tren porque saludó a los viajeros con un aséptico “señoras y señores”. El problema es que el fulano o fulana en cuestión se declara ‘no binario’, de modo que no se sintió saludado y sí ultrajado, por lo que presentó demanda, la cual, seguramente, tendrá escaso recorrido. A pesar de ello, la compañía de transportes pidió disculpas y prometió utilizar ‘lenguaje inclusivo’, lo que significa que acepta bajarse los pantalones ante la perspectiva de que los ofendiditos que están a la búsqueda de molinos le monten una campaña en las redes. Cualquiera puede sentirse lo que quiera (faltaría más), pero su sexo le dice lo que es, aunque se diga binario, trinario o cuaternario… Pronto elevarán su voz los ‘transespecie’, que son los que se sienten medio humanos y medio gatos, o medio serpientes, y exigirán que se les tenga en cuenta y se les añada cuando se hable de señoras, señores, no binarios…

Este tipo de persona, en fin, debe experimentar una adictiva sensación de superioridad moral cuando descubre y desvela a la sociedad que el rebaño de ovejas es, en realidad, un peligroso ejército al que hay que combatir con el fuego o con las redes sociales. Como alguien dijo alguna vez, cuando no se tienen verdaderos problemas se buscan, y se encuentran.

Seguro que no tardarán en arremeter gritando algo parecido a “¡Gente descomunal y soberbia!”, o a “¡Non fuyades cobardes e viles creaturas...!”

CARLOS DEL RIEGO.

domingo, 12 de septiembre de 2021

HACE MEDIO SIGLO GEORGE HARRISON ‘INVENTÓ’ EL FESTIVAL BENÉFICO CON EL CONCIERTO PARA BANGLADESH

 


La idea del concierto solidario nació en el verano de 1971 con el Concierto para Bangladesh

Desde entonces se han celebrado infinidad de conciertos y festivales de rock con fines benéficos, pero cuando en agosto de 1971 George Harrison puso en marcha el Concierto para Bangladesh, era una absoluta novedad, algo que no tenía precedentes

Bangladesh era entonces un territorio llamado Pakistán Oriental. En 1970 un ciclón barrió el país y causó decenas de miles de muertos; además, el ejército pakistaní ejecutó sin piedad a todos los que apoyaban la independencia, que llegó en 1971. Ravi Shankar habló a su amigo George Harrison de las condiciones de vida tan terribles de los habitantes del nuevo país. Entonces los dos pensaron que un gran concierto conseguiría no sólo fondos para paliar la desesperada situación de los bangladesís, sino también la atención del mundo.   

Es curioso que fuera precisamente un beatle quien abrió esta puerta que hizo que la música rock (tenida por dura, irreverente y hedonista) apostara desde entonces por la solidaridad; es decir, hasta la idea del concierto altruista, pensado para beneficio de los más castigados por la desgracia, procede de aquel cuarteto de Liverpool. En realidad el primer concierto benéfico de la historia (de que se tenga noticia) se produjo en 1918, y tuvo como beneficiarios a las viudas y huérfanos austríacos de la Primera Guerra Mundial; se celebró en Viena pero, lógicamente, nadie tocó rock & roll…

El ex beatle, sensibilizado y solidario, se involucró hasta las cachas en el proyecto, y consiguió llevar al Madison Square Garden de Nueva York a músicos de primera fila, como Bob Dylan, Eric Clapton, Bandfinger (grupo infravalorado y desgraciado) y Ringo Starr; se intentó reunir para la ocasión a Lennon y a McCartney, pero aquel dijo que no sin Yoko y rehusó un par de días antes del concierto, y Paul alegó que hacía muy poco que Beatles se habían separado y aun había mal rollo…; también participaron otros músicos de menor entidad aunque de enorme prestigio, como Billy Preston o Leon Russell. Así, el 1 de agosto de 1971 dieron dos conciertos en aquel mítico escenario, de los cuales se extrajo un triple álbum titulado simplemente ‘The Concert for Bangla Desh’, que se lanzó a finales de ese año. Acababa de descubrirse una fórmula que, en lo sucesivo, sería repetida una y otra vez con miras de mayor o menor alcance, pero siempre con la música rock al servicio de causas humanitarias.  

Los títulos que contiene el concierto son fáciles de reconocer, pues se trata grandes éxitos en la mayoría de los casos; también son de destacar las múltiples colaboraciones y las mezclas de músicos y bandas en el escenario. El festival y el álbum se abría con una larga interpretación de música tradicional india liderada por Shankar al sitar; al principio se escuchaba con interés y curiosidad, pero a los dos o tres minutos la cosa se antojaba un tanto cargante para oídos occidentales y rockeros por mucho que el oyente ‘entre en el papel’; hoy resulta verdaderamente difícil meterse entre pecho y espalda aquella raga. La película (muy recomendable) refleja muy fielmente tanto el ambiente como lo estrictamente musical. Uno de los productores, el siempre imprevisible Phil Spector, dijo que allí “hubo magia, nadie había visto nunca nada igual”. Shankar afirmó que “fue historia, y una de las más intensas experiencias musicales”. Y George Harrison explicó que “más importante que lo recaudado fue comprobar cómo conseguimos llevar el mensaje a todo el mundo y ayudamos a acabar con la guerra; lo que hicimos fue demostrar que los músicos y el público fueron más humanos que los políticos” (cosa, por otra parte, tan evidente que no precisa demostración).      

En cuanto al asunto del dinero, no faltó la sospecha e incluso el indicio de manipulación y desvío de cantidades. Allen Klein (manager, industrial del ramo y sospechoso en otros casos) nunca mostró cuentas, número de entradas vendidas o dinero recaudado; y aunque se declaró una cantidad, realmente jamás se ha sabido con exactitud el balance de ingresos y gastos; lo único que se sabe es que Klein se llevó la mejor parte. Además, el hecho de que esta iniciativa fuera absolutamente pionera también propició una gran cantidad de fallos de organización. Por otro lado, y aunque el disco no era barato (no fue eximido de impuestos), se vendió muy bien en todo el mundo durante los años setenta, de modo que se calcula que alrededor de 12 millones de dólares terminaron llegando a aquel país. Hoy día, lo que generan el disco y la película se entrega a Unicef a través de la Fundación George Harrison.

En la actualidad se celebran festivales y conciertos con intenciones solidarias en todo el mundo, ya sea para recaudar fondos destinados a paliar la situación de las víctimas de una catástrofe o para llamar la atención sobre cualquier causa solidaria; además, aprovechando la idea, también se organizan otro tipo de eventos lúdicos con fines humanitarios, como carreras populares, concursos, exposiciones… Y todo parte de un concepto que ideó y puso en práctica, seguramente con no poco esfuerzo, George Harrison, que es quien concibe por primera vez la posibilidad de unir el espectáculo, ya sea musical, deportivo o artístico, con un propósito social. Fue una gran idea que ha sido aprovechada y repetida muchas veces.

CARLOS DEL RIEGO.

jueves, 9 de septiembre de 2021

EL NARCISISTA PESIMISTA, MANTENEDOR DE LA LEYENDA NEGRA

 


El narcisista pesimista piensa que sólo hace mal tiempo para él

¿Cuántas veces dicen a diario los españoles eso de “Esto sólo pasa en España”? Frases y expresiones similares se sueltan continuamente y en todo los ambientes con la intención de señalar que lo que sucede en la vieja Hispania es siempre malo, mucho peor que lo que hay en cualquier otro país. Alguien inventó para esta especie de español el término ‘narcisista pesimista’, que es quien se cree lo máximo incluso en lo malo

Sí, por estas tierras se escuchan frecuentemente afirmaciones del tipo de “¡Qué desastre, esto no hubiera ocurrido en otro país”, o “somos un país de charanga y pandereta!” Es el sentir de gran parte de los españoles, que han interiorizado ese convencimiento autoflagelante de que todo lo que ha surgido, sucedido o protagonizado su país es lo peor de lo peor. Para definir tal forma de pensar hubo quien acuñó la locución ‘narcisista pesimista’, la cual señala perfectamente a esa especie de ególatra que tiene que ser el más, aunque, como en este caso, sea proclamar la perversión absoluta de su propio país.      

Esta perversión de la realidad y la historia la pusieron en marcha algunos escritores, intelectuales y personas relevantes del siglo XVIII, primero en países como Francia, Inglaterra u Holanda y luego en España; cierto que bastante antes ya había denostadores de todo lo español muy aplicados, pero ese sentir se dispara y explota a partir de 1714, con la llegada al trono español de los descendientes de Luis XIV, que trataron no sólo de desprestigiar, sino ningunear y borrar todos los méritos de los que los precedieron. La leyenda negra triunfó y triunfa porque hay muchos españoles ‘narcisistas pesimistas’, a diferencia de lo que ocurre en otros países del entorno. Por ejemplo Inglaterra, que impuso el racismo como ley en todos los territorios que colonizó (de Sudáfrica a Norteamérica pasando por la India), que participó en la trata de seres humanos con máxima crueldad (con episodios tan vergonzosos como el del barco ‘Zong’) o que se impuso por la fuerza contra toda lógica y razón (basta recordar las Guerras del Opio), y a pesar de todo nunca ha tenido que combatir leyendas negras. O Francia, cuya famosa revolución acabó con la vida de cientos de miles de franceses discrepantes e inocentes, cuyo emperador auto proclamado invadió media Europa del modo más sangriento (las atrocidades que cometieron en España, muchas veces por pura diversión, así lo demuestran) y cuya acción en la América colonial fue escalofriante (los franceses fueron los primeros que pagaban por cabelleras indias, con precios distintos si eran de hombre, mujer o niño)…, pues tampoco Francia se ha visto acosada por oscuras leyendas. ¿Y por qué no a pesar de presentar tantos ‘méritos’? La respuesta es fácil: porque no hubo ni franceses ni ingleses que asumieran textos, ideas o proclamas contrarias a su país, al revés, rechazaron contundentemente, violentamente, todo lo que acusara a su patria. Pero en España hubo y hay muchos españoles encantados de alinearse con los que la señalan como fuente de males, siendo ésta una postura determinante para que la susodicha leyenda prevalezca y se tenga por certeza histórica contra toda evidencia.

En Francia e Inglaterra (y en Holanda, Italia, Alemania…) tuvo mucho éxito la propaganda antiespañola. Casi es hasta lógico que así fuera, ya que esa literatura (muchas veces procedente de grandes autores) surgía de la envidia, del miedo y de la frustración de verse superado por quien se tiene por inferior. La envidia viene de que España había mostrado a todo el mundo cómo era éste, y eso es algo que la mentalidad de los protestantes no puede asumir: ¡ser superados por un país católico y mediterráneo!; ni tampoco Francia, por la superioridad con que siempre miró al vecino del sur. El miedo a España también fue causa de la gran difusión de los escritos hispanófobos, puesto que durante siglos España fue la máxima potencia, y propagar mentiras sobre ella era una forma de sacudirse ese miedo. Y finalmente impulsó la negra difamación el tremendo desengaño que debieron sentir los que miraban por encima del hombro a España al verse superados por un país tan ‘atrasado’.

La leyenda negra sigue alentando a los ‘narcisistas pesimistas’, que encuentran con nuevos ‘aportes’. Uno de los últimos es sostener la mentira de que ‘España es el segundo país del mundo que más desaparecidos tiene, por detrás sólo de Camboya’. Un embuste burdo y fácil de echar abajo: en la Unión Soviética se llevaban a cualquiera de su casa y desaparecía para siempre, como ocurrió con las purgas, el gran terror, el Holomodor…, cuando agentes del NKVD o el KGB enviaron al paredón o a algunos de los cientos del Gulag siberiano a millones de personas de las que jamás se volvió a saber, simplemente desaparecieron; ¡y qué decir del Gran Salto Adelante o la Revolución Cultural de Mao!, durante las cuales la Guardia Roja sacaba a familias enteras de sus casas, las enviaban a los centros de reeducación o las ‘juzgaban’, ejecutaban y echaban a la fosa anónimamente, en cualquier caso desaparecían sin dejar rastro. Y se podría continuar con los que desparecieron del mapa a causa del imperialismo japonés, o de lo que pasó con los nativos de Australia, EE UU o Canadá, masacrados por sus gobiernos y desaparecidos por cientos de miles durante años. A pesar de las evidencias irrefutables, sigue habiendo muchos españoles que, afectados por el ‘narcisismo pesimista’, defienden la mentira de los desaparecidos.

En fin, tópicos como ‘esto sólo pasa en España’ y similares son los agarraderos más comunes de quienes mantienen viva la leyenda negra, los ‘narcisistas pesimistas’.

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 5 de septiembre de 2021

THE CLASH, POLICE, THE SMITHS… ¿POR QUÉ ROMPIERON?

 


The Clash terminó cuando Strummer perdió a su compañero Mick Jones, y porque no quería convertirse en vieja gloria

La vida de los grupos musicales es como todas, tiene principio y fin, aunque algunos la estiren y expriman hasta la última gota. Unos se separan escandalosamente, violentamente, mientras que otros terminan sin meter mucho ruido, casi podría decirse que se desbandan por causas naturales

Separaciones de bandas de rock ha habido siempre y rara vez se producen tras un acuerdo amistoso. Algunas rupturas se produjeron en medio del escándalo, como la de los Beatles (con aquel cuerpo extraño incrustado en la banda), la de Pink Floyd (por culpa de la egolatría infinita de uno de ellos), la de Creedence (por los celos del hermano mayor), la de los Egales (por enfrentamientos abiertos, incluso en escena, de sus guitarristas)…; pero también ha habido desapariciones de bandas que se han producido sin gritos, peleas ni insultos, al menos de cara al público.

The Clash es uno de esos grupos que gustan a todo el mundo (o casi). Además de pioneros del punk, la banda de Strummer y compañía estaba en primera fila en el paso de los setenta a los ochenta, siendo una de las más importantes de su tiempo y, sin duda, uno de los grupos más significados e influyentes. Se tiene por seguro que la principal causa que los llevó a la separación fue el enfrentamiento entre Mick Jones y Joe Strummer, que chocaban en lo creativo, en lo musical y en lo personal. Cierto, pero la sentencia llegó con su último Lp, ‘Cut the crap’ (1985); para entonces Topper Headon y Mick Jones se habían largado, aquel por drogas y éste porque la idea Clash le pareció agotada. Strummer, sin embargo, hizo ese dudoso Lp  pensando en que no necesitaba a su viejo compañero; el resultado es un disco raro y desorientado, con un sonido exagerado y pretencioso y unas letras estúpidas  y superficiales que nada tenían que ver las de sus temas emblemáticos. Al escuchar lo que había hecho, Joe Strummer debió pensar “hasta aquí y nunca más”, pues nunca hubo ni amagos de regreso. Además, su última gira fue con The Who, y al parecer Strummer consideró que se iban a convertir en eso: en viejas glorias, algo intolerable para un punk.      

Tremendos y duraderos éxitos acompañaron a The Police durante toda su trayectoria, que tampoco fue muy larga (del 76 al 84). Pero los roces y desencuentros entre sus tres integrantes fueron cosa habitual desde el primer momento. Cuentan que el considerado su mejor disco, ‘Ghost in the machine’ (1981), lo hicieron cuando peor se llevaban entre ellos; de hecho, entre los asuntos que tratan las letras de ese álbum y el último, ‘Synchronicity, abundan las que hablan de separación y desencuentro. Según el batería Stewart Copeland, Sting se hizo con el control total de la banda y actuaba de modo dictatorial: “parecía enloquecido, y nos dejaba a todos en una habitación sin poder hacer nada” mientras él solo grababa el ‘Ghost…’ Nunca hubo comunicado de separación. Luego se reunieron esporádicamente para recibir premios o para hacer caja.

Un crítico afirmó una vez que “más o menos The Smiths inventó el rock indie”. Se acepte o no, está claro que la voz y letras de Morrisey y la guitarra y partituras de Marr construyeron algo diferente y con mucho carácter en su lustro de vida. Contaba el guitarrista que Morrisey se volvía cada vez “más y más desconfiado”, especialmente en lo que se refiere a (claro) el dinero. Así, el cantante despidió al manager y designó al propio Johnny Marr como gerente (oficio en el que tenía experiencia). Así, el brillante guitarrista se vio “reservando furgonetas y atendiendo a todos los detalles, incluso los más insignificantes; de hecho, nunca he visto una gran banda de rock dirigida por un chaval de 23 años que además es el guitarrista”. Pero es que, a la vez, Morrisey se auto-coronó líder y se hizo con todo el control artístico. “Esto fue lo que realmente rompió el grupo”, afirmó rotundo Marr. Cuando éste se largó dando un portazo, los demás quisieron seguir con un nuevo guitarrista, pero pronto se dieron cuenta de que la cosa no funcionaba, ni en composición ni en sonido, por lo que nunca más publicaron nada nuevo. El tiempo ha demostrado que Morrisey es, además, un auténtico bocazas… que canta muy bien.

Muy de su tiempo eran Frankie Goes to Hollywood, cuyo sonido transporta a los enloquecidos primeros años ochenta del siglo pasado. Inolvidables son, a pesar del tiempo transcurrido, sus irresistibles  ‘Two tribes’ y Relax’; ésta fue prohibida en la BBC, cosa que, lógicamente, la propulsó en las listas. En 1987, después de que su segundo y último Lp, ‘Liverpool’, diera peores resultados que el anterior, Holly Johnson manifestó abiertamente su disconformidad con el sonido, el ambiente y, en fin, con la producción, más previsible, menos loca y mucho más cara. Las cosas llegaron a las manos en 1987, cuando en pleno concierto en Londres, el cantante Holly Johnson (que apenas tenía relación con el resto) y el bajista Marck O´Toole llegaron a las manos detrás del escenario. Después de eso, Johnson se marchó para no volver (aunque volvió para uno o dos shows, pero con el gesto torcido). El sello discográfico (ZTT) le propuso al cantante publicar un disco en solitario, y al negarse lo llevaron a los tribunales, que finalmente dieron la razón al músico.

Estos grupos, que metieron tanto ruido en las listas de éxitos y cifras de ventas, y en las emisoras de radio y televisión, desaparecieron sin mayores aspavientos. Ingleses refinados y repeinados.

CARLOS DEL RIEGO

 

miércoles, 1 de septiembre de 2021

EL CHIMPANCÉ ‘ASESINADO’ Y LA LAGUNA CON PERSONALIDAD JURÍDICA

 


Es conducta habitual que los chimpancés y otros animales maten (y a veces se coman) a los de su especie, crías incluidas, pero no son asesinos despiadados

Una de las tendencias del pensamiento animalista extremo es la humanización del animal, es decir, atribuir al perro, gato o chimpancé el pensamiento o la capacidad de elección, privilegios exclusivos del humano. A la misma altura intelectual está la petición de otorgar personalidad jurídica a una masa de agua

Los principales diarios de tirada nacional daban, con mínimas variaciones, una noticia que decía: “Asesinada brutalmente una cría de chimpancé albino”. Luego contaban que el ataque fue obra de otros chimpancés. En otras palabras, los animales que matan a otros animales los asesinan y, por tanto, todos los carnívoros (mamíferos, reptiles, peces, anfibios, aves, insectos, moluscos…) y muchos herbívoros son asesinos, pues cada día matan. La nota asegura que los simios asesinos acabarían con el bebé albino por “ser diferente o por miedo a lo desconocido”. Todo el que tenga interés sabe que matar crías (y también adultos) es práctica bastante habitual entre los chimpancés independientemente de su aspecto, y que cazan a otros simios para comer y matan congéneres por territorio o por hembras. Es decir, no mataron al albino por ser diferente (la madre también lo era) ni por miedo a lo desconocido (no son capaces de esa abstracción), sino porque su instinto y su bioquímica así se lo ordenaron; el chimpancé o cualquier animal sólo hace lo que tiene que hacer, no pueden elegir matar o no matar. No tienen los irracionales esa capacidad exclusivamente humana aunque muchos humanos se obstinen en atribuir a los animales pensamientos y sentimientos de hombre. Un animal no es bueno ni malo, pues para serlo hay que tener inteligencia y conciencia para elegir, y el simio no tiene.

El león que vence al macho de una manada lo primero que hace es matar a los cachorros para que las hembras entren en celo. El hipopótamo mata a otros hipopótamos en sus peleas territoriales y pisotea crías. ¿Son asesinos esos animales teniendo en cuenta que no pueden hacer otra cosa?

El Mar Menor de Murcia ha sido utilizado como vertedero durante mucho tiempo, por lo que sus aguas están tremendamente contaminadas. Por ello, algunos han creído que para protegerlo de vertidos lo mejor era exigir que esa masa de agua salada adquiera la condición de personalidad jurídica, que viene a ser la ‘identidad jurídica que adquiere una persona, entidad, asociación o empresa para contraer obligaciones y llevar a cabo actividades que generen responsabilidad jurídica’. O sea, para obtener personalidad jurídica hay que ser persona, entidad, asociación o empresa, y la albufera murciana no es nada de eso; y tampoco puede el Mar Menor ejercer actividades ni se le pueden exigir responsabilidades. No es fácil entender que haya criaturas bienintencionadas, aunque erradas y exageradas, que piensen que un depósito de agua tiene que tener personalidad. Más eficaz sería exigir leyes más duras y fuertes multas contra todo el que vierta residuos, sean industriales, sanitarios, personales…

Hace un tiempo una juez argentina sentenció que cierto orangután debía ser considerado ‘persona no humana’, aunque no explicó en qué consistía tal cosa. Seguramente el pensamiento animalista esté convencido de que humanizar a los animales les proporciona condición humana, y por tanto consideración, protección y derechos humanos (aunque no deberes ni responsabilidades). Por la misma razón hay quien cree que dotando de personalidad a una cosa se la protegerá mejor. Sin embargo, ni animales ni cosas serán nunca personas ni tendrán personalidad.

Hay veces que la inteligencia divaga, fabula, y conduce al pensamiento a conclusiones bienintencionadas pero ilógicas, razonamientos que contradicen las propias bases de la razón.

CARLOS DEL RIEGO