OPINIÓN

HISTORIA

jueves, 16 de septiembre de 2021

LA QUEMA DE ASTÉRIX Y TINTÍN Y OTROS DESVARÍOS DE CRIATURAS QUE BUSCAN DESFACER ENTUERTOS

 


El fanatismo que ocupa la mente de algunos les hacen ver gigantes donde sólo hay libros

En Canadá han quemado públicamente ejemplares de los tebeos de Astérix, Tintín y Lucky Luke. En Inglaterra un tipo denunció al conductor de un tren porque se dirigió a los viajeros con un “señoras y señores”, considerándose él ‘no binario’ y, por tanto, no incluido en el saludo. Y en otro lugares de occidente hay personas que se sienten medio persona y medio gato o medio perro, y exigen ser considerados ‘transespecie’. Ven gigantes donde sólo hay molinos

Como casi todo el mundo sabe, don Quijote se echó al mundo para buscar entuertos que desfacer. Pero al no encontrarlos, él se imaginaba ver a malvados gigantes, ejércitos amenazadores y majestuosos castillos cuando ante él sólo había molinos, rebaños de ovejas y fonduchos para arrieros. Esto se conoce incluso sin haber leído la genial novela. Lo que nadie podía sospechar es que unos cuatrocientos años después aparecieran malos imitadores del ingenioso hidalgo, los cuales creen ver racistas y machistas donde sólo hay tebeos y saludos tópicos.

Al más puro estilo nazi, unos docentes canadienses decidieron que cómics publicados hace décadas debían ser quemados públicamente por mostrar dibujos y bocadillos (lo que dice el personaje del cómic) que insinúan racismo, sexismo, machismo, supremacismo… Es estúpido explicar que la ficción es ficción, pero aún así puede afirmarse que pocos héroes imaginarios son tan antirracistas, solidarios y luchadores por los oprimidos como Tintín; y pocos personajes jamás dibujados serán tan ingenuos como Obélix. Pero unos cuantos iluminados (e iluminadas) se sintieron seres justicieros, mesías de la única verdad admisible, y arremetieron contra los libros, y luego se fueron (seguro) henchidos de la satisfacción de haber hecho justicia ejecutando a los perversos libros. La lástima es que las páginas impresas, a diferencia de los molinos, no tienen aspas para defenderse.

Pronto se verán en la pira Shakespeare, pues Otelo es un machista celoso que mata a su esposa, y además es moro, lo que demuestra el racismo del autor; y Mark Twain, ya que el malo de ‘Tom Sawyer’ es el Indio Joe, es decir, demoniza al nativo de EE UU; o el propio Cervantes, un hombre violento que tomó parte en sangrientas batallas y ridiculizó y demonizó a los desfavorecidos en ‘Rinconete y Cortadillo’… Por poner tres ejemplos bien dispares.

También hace unos días se hizo con algunos titulares una persona que denunció al maquinista del tren porque saludó a los viajeros con un aséptico “señoras y señores”. El problema es que el fulano o fulana en cuestión se declara ‘no binario’, de modo que no se sintió saludado y sí ultrajado, por lo que presentó demanda, la cual, seguramente, tendrá escaso recorrido. A pesar de ello, la compañía de transportes pidió disculpas y prometió utilizar ‘lenguaje inclusivo’, lo que significa que acepta bajarse los pantalones ante la perspectiva de que los ofendiditos que están a la búsqueda de molinos le monten una campaña en las redes. Cualquiera puede sentirse lo que quiera (faltaría más), pero su sexo le dice lo que es, aunque se diga binario, trinario o cuaternario… Pronto elevarán su voz los ‘transespecie’, que son los que se sienten medio humanos y medio gatos, o medio serpientes, y exigirán que se les tenga en cuenta y se les añada cuando se hable de señoras, señores, no binarios…

Este tipo de persona, en fin, debe experimentar una adictiva sensación de superioridad moral cuando descubre y desvela a la sociedad que el rebaño de ovejas es, en realidad, un peligroso ejército al que hay que combatir con el fuego o con las redes sociales. Como alguien dijo alguna vez, cuando no se tienen verdaderos problemas se buscan, y se encuentran.

Seguro que no tardarán en arremeter gritando algo parecido a “¡Gente descomunal y soberbia!”, o a “¡Non fuyades cobardes e viles creaturas...!”

CARLOS DEL RIEGO.

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