OPINIÓN

HISTORIA

jueves, 19 de agosto de 2021

EL RETRASO HISTÓRICO DEL ISLAMISMO CAUSA EL ODIO QUE SIENTEN HACIA OCCIDENTE

 


Peor que en la Edad Media

¿Vuelven los talibán?, no, porque nunca se han ido, sino que han estado agazapados, esperando su momento. Casi sin disparar un tiro, los fanáticos islámicos causaron tanto miedo que incluso un ejército organizado y pertrechado huyó al primer turbante con kalashnikov que apareció. Lo primero que han hecho los mulás y sus descerebrados terroristas es perseguir y aniquilar todo aquello que les parezca occidental. ¿Y por qué odiarán tanto a occidente?

Echando un vistazo al devenir histórico de las culturas, casi resulta lógico el estado de subdesarrollo en que vive el pensamiento sarraceno. La cultura occidental está basada en la Democracia y los Derechos Humanos, en conceptos como el respeto al otro, la igualdad o la separación de poderes, y es así porque en el siglo XVIII surgieron en Europa (cuya  cultura y mentalidad tiene raíces judeocristiana y grecorromana) pensadores cuyo pensamiento ascendió hasta alcanzar la Ilustración, la cual es la base de los sucesivos avances filosóficos, culturales y humanos, el pilar imprescindible del progreso lógico de una sociedad cimentada en la razón.

Pero el mundo musulmán no hizo la Ilustración, y a diferencia de otros entornos culturales del planeta, no sólo no la aceptó y asimiló sino que la rechazó: el concepto que la Declaración de Derechos Humanos tiene en las sociedades que progresan no es admisible por la conciencia islamista. Por eso su mentalidad está estancada y por eso no puede tolerar la idea de que todas las personas tienen los mismos derechos; por consiguiente, en su ideario una mujer vale sólo la cuarta parte que un hombre (en un juicio se necesita el testimonio de cuatro mujeres para contrarrestar el de un varón), no soporta discrepancias religiosas e ideológicas y ejecuta, mutila, flagela, lapida, ahorca, decapita. De este modo, sin raíz en la razón y el respeto al otro, la persona se convierte fácilmente en monstruo, en animal irracional, en talibán.

Claro que, pensándolo detenidamente, cabe la pregunta ¿qué ha aportado al progreso, al avance y al beneficio de la Humanidad la cultura y la doctrina musulmanas en los últimos cinco siglos?, la respuesta no puede ser otra: aparte de algunos buenos escritores, nada, absolutamente nada. Algo que sorprende (dicho sea de paso) es que muchos occidentales criados en la vida democrática que permite criticarlo todo, arremeten contra occidente (que no es, dicho sea de paso, la perfección, pues las personas no lo son) a la vez que disculpan, justifican e incluso defienden la violencia de corte yihadista; incluso hay supuestos intelectuales que acusan a España por haber hecho la ‘Reconquista’… Habría que imaginarse dónde estaría la vieja Hispania si Fernando e Isabel no hubieran acabado con los últimos reinos musulmanes y expulsado la ley del Corán. Lo llamativo es que antes de aquel emblemático 1492, los caldeos (como los llamaban entonces) sí que habían ofrecido al resto del mundo grandes aportaciones en navegación, agricultura, arte, filosofía y cultura en general, pero a partir de ese momento, exceptuando el terreno de las letras, el vacío. Mientras, en los quinientos años en los que el campo musulmán no ha producido ni un solo fruto, la cultura de origen grecolatino y moral judeocristiana trajo la Ilustración, que dio lugar a esas bases democráticas que permiten la libertad y el progreso (con todas sus deficiencias); sin entrar en profundidades, son occidentales los avances en arte, en ciencia y tecnología, en medicina y farmacia, en medios de comunicación (del periódico a los móviles) y transporte, y el cine o el rock & roll, el deporte y los Juegos Olímpicos, y conceptos como solidaridad, ecología,  igualdad …, incluso alumbró ensayos filosóficos errados como el comunismo, todo ello fue posible en el entorno de libertad que proporciona occidente y que se originó en la vieja Europa. Y jamás se hubieran producido esos reflejos del progreso si en su momento la furia islamista no hubiera sido frenada y expulsada (Covadonga, Tours, Lepanto, Granada); conviene recordar que el único territorio conquistado por los mahometanos del que luego fueron expulsados es Hispania, la Península Ibérica, el resto de tierras donde entraron un día siguen siendo musulmanas. .

Si esas batallas (y otras) no los hubieran detenido, los fanáticos islámicos hubieran impuesto en Europa su visión liberticida, aberrante de la existencia, lo que hubiera imposibilitado la llegada de aquel movimiento filosófico ligado al enciclopedismo, la Ilustración, el cual abrió las puertas a todos los derechos y libertades imperantes en occidente (al menos en teoría). Si los sarracenos no hubieran sido derrotados en aquellos lugares, gran parte de Europa (si no toda) estaría atenazada por ese retraso intelectual, filosófico y material que es hoy el mundo musulmán, de Marruecos a Indonesia.  

¿Qué europeo, sobre todo europea, preferiría vivir en una Europa vigilada por la sharia como ley suprema?

CARLOS DEL RIEGO

 

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