OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 25 de julio de 2021

HENDRIX Y AQUELLA ICÓNICA INTERPRETACIÓN DEL HIMNO DE EEUU EN WOODSTOCK

 


Muchos señalan este momento como uno de los iconos de los años sesenta

Todo amante del rock & roll, todo el que tiene interés más allá de modas y listas de éxitos sabe de la versión que Jimi Hendrix hizo del himno de Estados Unidos en el festival de Woodstock en el verano de 1969. Esa interpretación asombró a los presentes y sacudió a quienes la escucharon después. Fue un símbolo contra la guerra de Vietnam y un gran momento de los 60

No era el primero pero sí iba a ser el más grande. Mediados de agosto de 1969, se anuncian tres días de paz y música en el estado de Nueva York con una impresionante selección de bandas de rock: el Festival de Woodstock. Disco y película muestrean qué fue aquello, uno de los momentos cumbre de la historia del rock & roll. El festival (y la peli) dejó muchos momentos emblemáticos, pero si hubiera que quedarse sólo con uno, no habría duda: cuando Jimi Hendrix hizo su impactante versión del himno de EE UU, ‘The star-spangled banner’, ‘La bandera estrellada’.

Hendrix había deshecho su J. H. Experience, así que para Woodstock montó otra banda, Gypsy Sun and Rainbows; el percusionista, Gerardo Vélez, contó que antes de empezar le pidió a Jimi que tocara algo nuevo, algo que aun no hubiera presentado, a lo que el guitarrista respondió: “No, lo que voy a tocar es el The star-spangled banner...”. Y es que Hendrix ya había ‘trabajado’ previamente el himno de su país, pues se estima que había tocado su adaptación unas treinta veces antes de Woodstock, y la volvería a tocar otras diez o doce. La primera vez que se arrancó con el símbolo sonoro de EE UU fue un año antes, cuando comenzó a experimentar con sonidos, distorsiones, efectos…, hasta que consiguió darle la forma que deseaba.

La banda liderada por Hendrix (que fue el mejor pagado en Woodstock, 18.000 dólares) debería haber actuado el sábado por la noche, pero hubo infinitos retrasos, causados sobre todo por los aguaceros y los problemas técnicos; así que tocaron en la mañana del lunes cerrando el festival. El mencionado Vélez recuerda que, desde el sábado, “venían cada dos o tres horas para advertirnos que salíamos en diez minutos, y así todo el día”. Eran más de las 8 de la mañana del lunes y no quedarían allí más de 30.000 espectadores, muchos de los cuales estaban somnolientos o de regreso del ‘viaje’. Al subir al escenario, dijo Vélez, “sólo se veía basura esparcida por todas partes”. Casi al final, Hendrix se dirigió al público diciendo: “Puedes largarte si quieres, sólo vamos a improvisar, eso es todo”, y empezó con los primeros compases del himno.   

Al principio parecía algo convencional, pero empezó a incorporar pedales, vibrato, distorsión, rever, whammy,  wha wha…, con lo que la textura sonora modificó totalmente la melodía, a veces retorcida, a veces descriptiva (simulando bombas, cohetes…), el efecto fue perturbador. Según el especialista Andy Cush, “mantuvo una nota clave demasiado tiempo, aplicó más presión a la barra de trémolo de su Stratocaster y envió el tono lentamente hacia abajo mientras sonaba; fue un efecto inquietante, como un gemido o como la sirena que avisa de un ataque aéreo”.

Ese solo de guitarra de Hendrix atacando el himno en Woodstock duró unos 3,45 minutos y sólo fue visto por treinta mil afortunados; sin embargo, gracias a la película (que fue un gran éxito) aquella ejecución se convirtió en pura leyenda, en uno de los momentos cumbre del rock de todos los tiempos. Por eso, más de medio siglo después, el himno de EE UU por Jimi Hendrix recibe miles de visitas diarias en Youtube.

Se dice que el FBI lo vigiló un tiempo, y su manager (blanco) le rogó que no volviera a tocarlo, pues la cosa había crecido y había incluso amenaza de disturbios. El guitarrista no hizo caso.

Lo curioso es que el músico nunca quiso ser altavoz político, ni siquiera con esa visión del cántico nacional. Poco después del festival, Hendrix declaró: “Todos somos estadounidenses…, aquello fue como un ¡Vamos USA!”. Y algo más tarde tuvo que volver a hablar del asunto cuando le preguntaron por la ‘controversia’ en torno a aquel momento; él dijo: “Pues no sé, lo único que hice fue tocar. Soy estadounidense, así que interpreté mi himno. Lo cantábamos mucho en la escuela, no sé, fue una forma de recordar aquellos momentos”. El periodista le avisó de que la forma “poco ortodoxa de tocarlo va a provocar odio”, Hendrix respondió: “No me parece poco ortodoxo, me parece hermoso”.

El organizador de Woodstock, Michael Lang, dijo que aquella visión de himno fue “El final de los sesenta, década en que tuvimos los movimientos de derechos civiles, la guerra de Vietnam, los asesinatos de Kennedy, Martin Luther King… Aquello marcó el fin de una época”. El especialista G. Marcus afirmó que “Es la mejor canción protesta de todos los tiempos, pero no es una canción protesta, sino una pieza musical increíblemente ambigua”. Otro escribió: “Fue lo mejor de Woodstock y, probablemente, el gran momento de los años sesenta”… Sin exagerar.

Jimi Hendrix murió apenas un año después de aquello.

CARLOS DEL RIEGO

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario