OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 9 de febrero de 2020

ALAN FREED, 55 AÑOS DE LA MUERTE DEL LOCUTOR QUE ‘BAUTIZÓ’ EL ROCK & ROLL

El locutor y dj Alan Freed junto al cartel del que se tiene como primer concierto de rock de la historia, que él organizó en marzo de 1952 y que se suspendió a los pocos minutos de comenzar
Alan Freed y Dalí en febrero de 1957


El pasado mes de enero se cumplieron 55 años de la muerte de uno de los personajes clave en el nacimiento del rock & roll, el periodista estadounidense Alan Freed, quien se atrevió a promocionar el nuevo estilo, apoyó a los artistas originales (negros) contra los criterios de la industria e incluso fue quien tuvo la idea de bautizar como rock & roll el nuevo estilo
No, Abert ‘Alan’ Freed nunca compuso ni cantó rock & roll, y sin embargo, sin su concurso, ese estilo musical hubiera sido totalmente distinto y, sin duda, no hubiera tenido este nombre. Como la gran mayoría de los individuos, Freed tiene sus méritos y sus debilidades, pero por encima de todo quedará siempre su empuje definitivo a la consolidación de esto que hoy suena tan familiar en cualquier parte del mundo y que hace unos setenta años fue una verdadera revolución.         
Apenas había cumplido los 21 años cuando empezó su carrera periodística; fue en 1942, en una pequeña emisora de radio de Pensilvania y en un programa de deportes. En los años siguientes pasó de una a otra estación de radio, hasta que en 1951 opta definitivamente por la radio musical para dirigir el programa ‘Moondog’, dedicado a emitir canciones rythm & blues. Existían emisiones similares, pero lo que diferenció a Freed del resto fue que él se atrevió a radiar los discos de los músicos originales, siempre negros, mientras que los demás locutores (seguramente obligados por los dueños y patrocinadores) emitían las versiones que los cantantes blancos grababan de aquellas mismas canciones. Este atrevimiento enfadó a muchos poderosos que aun mantenían el pensamiento racista.
Fue en aquel programa donde Alan Freed dio nombre a este nuevo género musical. El término ‘rock & roll’ era utilizado frecuentemente por los autores de rythm & blues para referirse al sexo (por ejemplo, ‘rocking chair’ significa mecedora, que va de atrás adelante, atrás y adelante…); así, en los años treinta del siglo pasado los ‘bluesman’ empezaron a hablar de rock & roll e incluso a lanzar temas con títulos como ‘Rock & rolling mamma’ (1939). En los cuarenta la palabreja era habitual en las letras de r&b, y en la década siguiente todos los jóvenes estadounidenses conocían el significado. Con todo eso, en alguna edición de su programa ‘Moondog show’ en 1951 ó 52, Alan Freed dijo “los jóvenes necesitan ritmo para bailar y esto (el rock & roll) lo proporciona”, y “el swing tiene un nombre moderno, rock & roll”.  
Animado por el éxito, Freed organizó un concierto el 21 de marzo de 1952, el ‘Moondog coronation ball’, en Cleveland, el cual está considerado como el auténtico primer concierto de rock & roll de la historia. Y eso que duró muy poco, ya que se vendieron más del doble de las localidades que el aforo del local admitía (diez mil), con lo que también tuvo lugar el primero de los muchos escándalos asociados al rock. El caso es que cuando el recinto estaba completo se impidió el paso a miles de personas que tenían su localidad (al parecer se imprimieron y vendieron las entradas sin tener en cuenta el aforo del local), con lo que se formó un enorme follón a la puerta. Tanto que, tras la primera canción, la policía hubo de emplearse a fondo con los furiosos espectadores que escuchaban música pero no podían entrar. Y se suspendió.        
Un par de años después llevó su programa a Nueva York, aunque se vio obligado a cambiarle el nombre por el de ‘Alan Freed´s Rock & roll dance party’, ya que había otro locutor que había usado lo de ‘Moondog’ antes que él. De todos modos, Freed conservó en su nuevo espacio radiofónico el espíritu innovador y atrevido, emitiendo discos de artistas negros y los de discográficas pequeñas que escapaban al control de las grandes, cosa que molestó mucho a los industriales que dominaban el sector. No extrañará que, por razones racistas o económicas o por ambas, la prensa reaccionara con violencia contra Freed y contra la música que radiaba: “El rock & roll incita a la delincuencia juvenil (…) y Alan Freed es el culpable de su difusión y popularidad” gritó un diario de Nueva York.
Sin embargo, algo debieron ver los directivos de la emisora WINS en ese ‘showman’ y su música, pues mantuvieron su voz y sus discos en antena, y en 1957 Freed empezó a presentar un programa de televisión en la cadena ABC, ‘The big beat’. Pero la cosa no fue bien, ya que en la segunda emisión apareció un cantante negro, Frankie Lymon, bailando con una joven blanca, algo que debió remover las entrañas de los (muchos) racistas que aun había en USA, y el programa fue cancelado.
Alan Freed no se desanimó, sino que se dedicó a organizar giras de conciertos de rock & roll en los que había negros como Chuck Berry y blancos como Jerry Lee Lewis. En 1958 uno de esos conciertos (en Boston) fue suspendido por la policía tras arremolinarse en las puertas del local una multitud rabiosa que gritaba contra el rock & roll, contra la integración de blancos y negros y, en fin, contra aquella ‘música degenerada’. El propio Freed fue arrestado bajo la acusación de provocar los disturbios. Fue despedido. Y al poco contratado por otra cadena de radio y televisión, así que volvió a la pantalla con su ‘Big beat’.
A todo esto, el locutor y disc-jockey ya era uno de los grandes defensores e impulsores del rock & roll, y en sus programas y entrevistas solía proclamar con contundencia: “Quien diga que el rock & roll es una moda pasajera o una tendencia musical efímera tiene piedras en la cabeza”.
Pero sus enemigos (racistas y/o ultras contrarios a la novedad) encontraron cómo atacarlo. Fue el escándalo ‘Payola’. Básicamente el delito era cobrar a cambio de emitir este o aquel disco un número determinado de veces; lo curioso es que entonces no existía ninguna ley que prohibiera tal práctica, y además, si lo hacía Freed es porque lo hacían todos los locutores y presentadores de música. Pero Freed era el más famoso y el que más enemigos tenía. Fue acusado, juzgado y condenado por ‘soborno comercial’ a una multa de 300 dólares. Los cargos y sentencia fueron muy leves, pero el proceso, que duró tres años, afectó seriamente a su trayectoria profesional. Fue despedido y, aunque lo contrataron otras cadenas, los contratos le duraban muy poco, ya que el juicio le hizo modificar sus formas, volviéndose más dócil a las exigencias de los que mandaban.     
Para entonces se había entregado a la bebida, y más cuando Hacienda lo acusó de evasión de impuestos por lo cobrado ‘por lo bajini’ en el escándalo ‘payola’. El fisco le exigió 38 de los grandes, pero él no los tenía. El primer día de 1965 sufrió una hemorragia interna y murió tres semanas después por insuficiencia renal, cirrosis... No había cumplido los 43.
Con el paso de los años su figura y su aportación fueron por fin reconocidas. Entró en el ‘Rock & roll Hall of Fame’ y le colocaron una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, entre otros premios y distinciones, destacándolo siempre como uno de los principales impulsores y difusores del rock & roll.
Consciente de lo que había ayudado a crear y de que su audacia le había pasado finalmente factura, dijo: “A mí podrán detenerme, pero jamás detendrán el rock & roll”. Palabras premonitorias.
CARLOS DEL RIEGO

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