OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 20 de octubre de 2019

REVUELTAS E INCENDIOS CALLEJEROS Y ROCK & ROLL

La foto de contraportada del primero de los Clash es de la manifestación que originó el tema 'White riot', disturbio blanco


Los disturbios, algaradas o revueltas callejeras se han convertido en algo habitual en muchas sociedades occidentales; de hecho, no hay semana en la que no lleguen imágenes de enfrentamientos entre policía y manifestantes alborotadores en las calles de grandes ciudades. Este fenómeno también ha sido tratado por el rock, e incluso hay canciones que tienen su origen en una de esas protestas que terminan con sangre y violencia  
Los motivos de las revueltas son casi infinitos: económicos, raciales, políticos, organismos internacionales (como el FMI)…, hay gran variedad. Resulta curioso observar (dicho sea de paso) que casi siempre las quemas de contenedores, coches o tiendas tienen lugar en países desarrollados. El caso es que la protesta callejera ha movido a muchos autores de rock a escribir sobre ello. Los grupos punk son muy dados a llamar al personal a quemar la calle, pero en realidad se trata el tema desde cualquier género del rock. Y también hay canciones  cuyo origen está en alguna manifa-algarada concreta.  
Imposible no acordarse de los Clash y su debut discográfico, titulado precisamente ‘White riot’, que viene a ser ‘Revuelta blanca’, 1977, su primer single. El tema tuvo su controversia y varias historias que contar. Joe Strummer y sus colegas estuvieron presentes en unos disturbios con carreras y palos en Londres en agosto de 1976; era una especie de carnaval caribeño y todo iba bien hasta que alguien denunció que un carterista le había robado, la policía registró al caco y el registro fue ‘positivo’, así que lo detuvo y se lo llevaba a comisaría; pero entonces alguien gritó que la ‘policía racista’ se llevaba a un hermano, con lo que se montó una bien gorda: jóvenes blancos y negros atacaron a los polis al grito de ‘racistas’. Tras las carreras y mamporros, la cosa terminó con más de 150 heridos (la foto de contraportada del primero de los Clash es de aquella movida).
En esta canción Joe Strummer (que escribió otras letras incendiarias contra gobiernos, discográficas y el sistema en general) trata de decir que los jóvenes blancos tendrían que ser más combativos contra el gobierno, al que califica (independientemente de cuál sea) de represivo, es decir, anima a los blancos a echarse a la calle como lo hacen los negros y llevar a cabo ‘acciones directas’. En todo caso, el malogrado cantante y guitarrista se vio obligado a declarar que el tema no exaltaba la violencia y de ningún modo era racista. “Quise decir que los blancos no son tan contundentes como los negros porque están más acomodados y viven mejor”, explicó. Sin embargo, cada vez que sonaba en directo este ‘Motín blanco’ el público (siempre punk) respondía con peleas, estragos y violencia, por lo que los dueños de los locales donde actuaban les rogaban que no tocaran esa canción, pero Strummer la tenía fija en el repertorio. Así, al terminar un concierto, Strummer dijo que tocarían ‘White riot’ como primer bis, pero entonces Mick Jones (coautor) protestó en voz alta diciendo que estaba harto del tema y de las peleas que siempre ocasionaba, la discusión entre uno y otro aumentó de tono, se calentaron e insultaron hasta que Joe estampó un potente e inesperado directo en el rostro de Mick…, poco después éste se colgó la guitarra y calladamente volvió a escena; a los pocos segundos de empezar el bis, Mick, con un ojo vendado y la nariz hinchada,  los dejó colgados, se largó y dejó que sus compañeros terminaran el concierto como pudieran…
Pero ¿qué dice este tema que tanto dio de sí? Repite varias veces “Disturbio blanco, quiero disturbio, disturbio blanco, mi propio disturbio”. Y también: “Los negros tienen muchos problemas y no les importa tirar ladrillos (‘brick’), pero los blancos van a la escuela donde les enseñan a ser lerdos” (‘thick’). Todos hacen lo que les dicen porque no quieren ir a la cárcel”. Sorprende que esta letra ocasionara pelea dentro y fuera del escenario.
El ‘Street fighting man’ (‘Luchador callejero’) de los Rolling Stones tiene un origen parecido. Jagger y compañía acudieron a una manifestación contra la guerra de Vietnam en Londres en 1968, pero los ánimos se caldearon, la gente se envalentó y cundieron los típicos palos, destrozos y carreras; los músicos ahuecaron el ala, claro, aunque dijeron que no fue por cobardía sino para no distraer al personal (¿). Lo más sustancioso de la letra dice: “Es la hora de la lucha en la calle (…) pero qué puede hacer un pobre chaval sino cantar en una banda de rock & roll”. En fin, el tema también une ánimos para el combate callejero con la experiencia vivida.
Casi todos los grupos surgidos en la primera oleada punk (durante la segunda mitad de los setenta) estimularon la lucha callejera en las letras de sus canciones, que vomitaban letras encendidas en tono iracundo y actitud desafiante. Buen ejemplo son los norirlandeses Stiff Little Fingers, que más o menos significa Deditos Tiesos y, seguro, se refiere al típico y desafiante gesto… Ya en su primer Lp, ‘Material inflamable’ (1979) hablaban de incendiar la calle o de los choques violentos en ciudades como Belfast, y siempre con modos gruesos y excitados. El tema que abre el disco es ‘Suspect device’, dispositivo sospechoso, el cual dice explícitamente: “El material inflamable está implantado en mi cabeza, es un dispositivo sospechoso que dejó 2000 muertos, sus soluciones son nuestros problemas (…) Asegúrate de que nos jodan a todos (…) nos la meten hasta el fondo (…) No les creas, no les creas (…) Es hora de que caigan esos bastardos ¿Por qué no podemos tomar el control?”. Y al final deja bien claro: “Somos un dispositivo sospechoso si hacemos lo que nos dicen. Soy un dispositivo sospechoso que el ejército no puede desactivar. Eres un dispositivo sospechoso que no pueden rechazar. ¡Les estallaremos en la cara!”. En realidad, casi todos aquellos punks venían a decir lo mismo de modo simple y directo. Hoy ya no se ven tan escandalosos.
La misteriosa e hipnótica ‘Gohst town’ (1981) de The Specials surge de una gira del grupo por Inglaterra en la que vieron cómo estaban quedando las ciudades más importantes (Londres, Liverpool, Bristol…) por la crisis y después de los violentos disturbios callejeros. El autor, Jerry Dammers, quiso reflejar esa situación triste y desoladora con el ambiente enigmático e incluso siniestro de esta ‘Ciudad fantasma’. La letra también es muy elocuente: “Esta ciudad parece una ciudad fantasma (…) los grupos ya no tocan, demasiadas peleas en la pista de baile (…) ¿Por qué la juventud tiene que luchar contra sí misma? (…) Ya no se puede seguir, la gente se está cabreando”. Casualmente el single alcanzó el número uno en Inglaterra el mismo día que la policía usó gas para disolver una protesta violenta en Liverpool.
Hay más, claro, y cada iniciado en el tema podría recordar varias.
CARLOS DEL RIEGO

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