OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 21 de abril de 2019

GRANDES TÍTULOS DEL ROCK CARGADOS DE ESPIRITUALIDAD

U 2 ha escrito muchas canciones que hablan de espiritualidad, mística y trascendencia.


Es uno de los temas más revisados en todas las artes. La espiritualidad ha inspirado e impulsado a los creadores de cualquier disciplina artística desde las primeras manifestaciones. Y como es lógico, también ha sido fuente de la que han bebido los autores de este apartado del arte musical que es el rock & roll. De hecho son muy abundantes los títulos que de un modo u otro adquieren tintes trascendentes, reflexiones que van más allá de lo material

Desde que el Hombre adquirió el sentimiento de trascendencia, siempre ha tratado de reflejarlo en sus manifestaciones culturales, como se puede comprobar echando un vistazo a cualquier período de la Historia del Arte. En el terreno musical hay infinidad de obras con esa característica, incluso géneros dedicados exclusivamente a la espiritualidad (como el góspel). Y tampoco eso es raro en este negocio del rock & roll, ya que la espiritualidad, la mística, lo que va más allá de lo puramente físico ha movido a muchos a escribir letras  que dan vueltas alrededor de este inmaterial asunto. Una pequeña muestra.

Los integrantes del grupo U2, como buenos irlandeses, siempre se han reconocido fieles católicos (excepto tal vez Clayton) y así lo han expresado en muchos de sus títulos. Por ejemplo ‘Gloria’ (1981), que en su estribillo dice ‘In Te Domine’, latinajo que significa ‘En Ti Señor’. Bono la escribió sin saber muy bien qué querían decir los latines, los cuales había aprendido de memoria durante la misa y otros oficios, pero los metía en las letras (luego, una vez encajados en la música, comprobaba su significado). Este ‘Gloria’ (que tiene que ver con la del mismo título de otro irlandés, Van Morrison) es un tema muy espiritual en el que Bono expresa su devoción e incluso parece suplicar al Ser superior. En esta y en otras canciones hay voces y melodías inspiradas en el canto gregoriano, así como letras que también ‘tiran’ de La Biblia, como en ‘Wake up, Dead Man’. Es curioso que, al poner en marcha el grupo, llegaron a dudar si iría contra sus creencias, pero por fortuna vieron que el r & r se amolda a todo.

Pero no toda espiritualidad tiene que ver con la religión, al menos con las occidentales. Supertramp obtuvo en 1977 un gran éxito con su ‘Babaji’. Fue escrita por Roger Hodgson (aunque esté acreditada también a Rick Davies) y su letra explica el ‘camino espiritual’ de Hodgson, que comenzó durante la grabación del álbum, ‘Even in the quietest moments’. Un ‘babaji’ es un santón hindú (en este caso Mahavater Babaji). Al parecer, su inclinación por la trascendencia hindú le venía de lejos: “Fui un adolescente durante toda la era de los Beatles, así que recibí de ellos muchas influencias; con ellos vi el camino, cambiaron mi vida, nuestra cultura, el mundo…”. Algunos versos evidencian ese misticismo adquirido vía Beatles: “Toda mi vida sentí que estabas escuchando / buscando modos de ayudarme. ¿Babaji, vendrás a mí?”. Al resto del grupo no le hacía gracia cantar sobre este asunto.

‘My sweet lord’ (1970) fue el primer tema que George Harrison lanzó en solitario. En pleno éxtasis hinduista, apasionado por el karma y la meditación trascendental, el ya ex-beatle parecía obligado a escribir sobre el misticismo oriental; así, en el tema repite el mantra hindú ‘Hare Krishna’; Harrison explicó su intención: “Hare Krishna es lo mismo que Aleluya”, y al repetirlo se entra al mantra: “Los mantras son como una vibración mística encerrada en una sílaba. Tienen poder hipnótico”. Lo que no tuvo tan buen karma fue la acusación de plagio a la que se enfrentó George, pues el parecido con el ‘He´s so fine’ (1963) de The Chiffons es más que evidente. Sin embargo, él afirmó haberse inspirado en el espiritual negro ‘Oh happy day’ de Edwin Hawking Singers.

En su ‘Long distance roundaround’ (1971) el grupo de rock sinfónico Yes mostraba dudas, confusión, desconcierto, en torno a la figura divina. La escribió el solista Jon Anderson, que explicó en tono enigmático: "Va sobre cómo la religión parecía confundirme totalmente; le daba vueltas y vueltas buscando el sonido de Dios en la realidad. Va de cómo yo siempre estaba confundido porque nunca pude entender la religión”; se refiere sobre todo a la hipocresía de algunos fieles. “Ese sentimiento siempre se me ha presentado cada vez que me pongo a escribir”. Sea como sea, la letra puede significar cualquier cosa.

El guitarrista de The Who Pete Townshend fue seguidor del gurú indio Meher Baba que, entre otras ocurrencias, pasó sus últimas décadas de vida en silencio, renunció al habla y solo se comunicaba señalando las letras escritas en una tabla. El caso es que ‘el magisterio’ de Baba se deja notar en algunas canciones de The Who, como ‘Love, reign O'er me’ (1973) del magnífico ‘Quadrophenia’; el tema revisa unas palabras de Meher Baba acerca de que la lluvia es una bendición de Dios y el trueno es su voz. La canción, que tiene tono de súplica, presenta al protagonista de la ópera, Jimmy, pensando en suicidarse o en regresar a su desasosegante vida familiar, laboral y social. El solista Roger Daltrey siempre dijo que es una canción “muy espiritual, iluminada, y yo la interpretaba como un grito de frustración”.

Puro góspel es el irresistible ‘Somebody to love’ (1976) de Queen. Las voces de Freddie, Brian y Roger se repiten y superponen una y otra vez para sonar como si se tratara de un coro cantando un espiritual negro. Freddie estaba muy orgulloso de esta canción, cuya letra habla de alguien que llama a Dios y pregunta por qué no puede encontrar el amor; al final recupera la esperanza. Por su parte, Brian solía decir que el sonido estaba inspirado en las atmósferas que reinaban en las canciones de Aretha Franklin. El resultado no puede ser más convincente.

Alguien tan emocional, apasionado y sensible como David Bowie también transitó por los caminos de lo trascendente. Una muestra es la trepidante ‘Station to station’ (1976). El título se refiere a las Estaciones de la Cruz, o sea, al Vía Crucis, los catorce episodios (‘station to station’) de la Pasión de Cristo, pero el texto también contiene referencias a la Cábala, al Gnosticismo y otroas místicas. Tal empanada mental se explica si se tiene en cuenta que, en aquellos momentos, Bowie vivía empapado en cocaína, o sea que seguro que era sincero cuando afirmaba no recordar nada de cuándo ni cómo y por qué escribió aquella canción, de hecho dijo que “sé que la grabamos en Los Ángeles porque lo leí”. ¿Qué ideas y pensamientos ocuparían su cabeza cuando escribió la letra?

No cabe duda de que la espiritualidad, las creencias trascendentales han producido canciones sublimes, celestiales.

CARLOS DEL RIEGO

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