Pocas cosas hay más tontas que enfadarse con el pasado, con cuentos de hadas o con cosas, como en el 'Anciano le grita a una nube' |
Muy de moda está mostrar sonoros cabreos con la historia, con hechos y personas de hace siglos, con costumbres, gustos o literatura de otro tiempo; así, la corrección política combinada con la ignorancia lleva a ciertas personas a maldecir cuentos infantiles, películas, novelas u otras piezas artísticas fechadas hace decenas o centenares de años. De este modo, los que dictan qué es lo deseable y qué lo intolerable, se permiten calificar de machistas, homosexófobas o retrógradas obras escritas cuando ni esos conceptos ni esas palabras existían.
Una famosa actriz española renegaba ante
los medios, con notable ordinariez y evidente torpeza, del cuento y el
personaje de La Cenicienta; es un perfecto ejemplo de ese deseo que albergan
muchas personas y que consiste en procurar adaptar narraciones y sucesos
pretéritos a su ideario, y si la realidad lo contradice tratan de demostrar su
cabreo con esa realidad. Dejando a un lado lo estúpido y cateto que es juzgar y
valorar el pasado lejano con la mentalidad de hoy (la señora en cuestión debe creer
que si ella hubiera nacido hace trescientos años hubiera comido, vestido y
pensado igual que lo hace hoy), hay que ser especialmente tonto para cabrearse
con un cuento de hadas porque no concuerda con la corrección política y el modo
actual de entender las cosas.
Esa locura de enfurecerse y verter ira e
insultos contra algo o alguien que no lo entiende ni le afecta es algo que
viene perfectamente reflejado en la novela ’Moby Dick’: ningún animal salvaje
captará ni odio ni ofensas a su honor, como tampoco los reproches y
ordinarieces afectarán a la película o al cuento de hadas. En la serie Los
Simpsons hay un pasaje en el que se ríen precisamente de eso, del que se
indigna con cosas e incluso las amenaza; en cierta ocasión aparece un recorte
de periódico con el título de ‘Anciano le grita a una nube’, en el que se ve al
abuelo gritando y amenazando con su puño a una nubecilla. En el mismo cajón
caben los que desprecian y reniegan de películas en las que ‘hay pocas mujeres
y siempre a la sombra del hombre’, de las pelis en las que se utilizan palabras
que pueden ofender a ciertos colectivos, de las que insinúan ciertos tics
racistas o donde el racismo no se condena con suficiente contundencia, de esas
en las que la gente fuma…; y todo sin tener en cuenta que el cine siempre es de
su tiempo, es decir, será muestra de la tecnología de su tiempo y del
pensamiento de su tiempo.
En este sentido también puede hablarse
de personas y colectivos que, sólo a regañadientes, asumen hechos históricos
que no concuerdan con su forma de pensar; sin embargo, aunque aceptan que
ocurrieron, aseguran que no los admiten e incluso los combaten…, claro que ¿en
qué consistirá tal cosa?, ¿acaso piensan que su deseo conseguirá que el pasado
cambie y se adecúen a su concepto de bondad y maldad? Una buena muestra se ve
en los foros y las tertulias cuando aparecen
temas como el descubrimiento de América o la Reconquista, que siempre
provocan la ira de cantidad de opinadores, los cuales escriben y hablan
exaltadísimos, indignadísimos, con palabras gruesas, desmedidas, mostrando una
irritación verdaderamente incomprensible; con tal actitud dan a entender que existen
motivos para enfadarse con episodios de hace quinientos o mil años y con los
que los protagonizaron… Esto es exactamente lo mismo que enojarse y amenazar a
una nube.
¿Hay mayor muestra de memez que
enfadarse con cosas, ya sean libros, películas, cuentos o nubes? Pues el caso
es que hay muchas personas empeñadas en presumir de ignorancia.
CARLOS DEL RIEGO