OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 15 de octubre de 2017

EL ROCK VISITA LA CASA DE LA HISTORIA. En los últimos tiempos los temas históricos se han hecho presentes en cualquier ámbito, hasta el punto de ser origen de altisonantes controversias. Como reflejo del sentir de cierta parte de la sociedad, el rock & roll no es ajeno a eso de mirar al pasado.

Genuinos 'pieles rojas', Redbone reflejan en sus canciones episodios de la historia de los indíos norteamericanos.

La Historia se ha convertido en tema de conversación, de debate y hasta de encendida discusión, es decir, ha cobrado enorme importancia para gran parte de la población; y como continuamente se conmemoran efemérides y se publican libros, estudios y películas de corte histórico, el asunto cuenta siempre con quien esté dispuesto (tenga conocimiento suficiente o no) a entrar a cualquier trapo histórico que se le ponga delante. La música rock, por su parte, lleva mucho tiempo fijándose en hechos y personajes históricos, convirtiendo unos y otros en canciones, a veces en grandes canciones, algunas de las cuales son auténticos clásicos del género. El caso es que se encuentran tantas y tan variadas que hay que hilar fino para elegir. Estas son algunas.
Una de las mejores piezas rock con estas intenciones es, ¡cómo no!, el ‘Cortez the killer’ del gran Neil Young. Con un ritmo muy lento y guitarras muy poderosas, y tras una larga introducción instrumental, el canadiense muestra sus pensamientos en torno a las figuras de Hernán Cortés y Moctezuma y su opinión sobre aquello de la conquista. Cualquiera que tenga interés sabrá que la canción acusa al español e idealiza al azteca de un modo muy simplista y maniqueo (uno malo y otro bueno). El caso es que la letra deja bien claro que Young no sabía mucho del asunto cuando la escribió (1975), cosa que él mismo reconoció muchos años más tarde, cuando le preguntaron si, en realidad, pensaba más en su reciente ruptura sentimental que en lo sucedido hace cinco siglos, a lo que respondió que, si no fuera esa su intención, qué hacía él escribiendo de cosas del pasado como si lo hubiera presenciado; en todo caso, los últimos versos parecen ir en esa dirección. Y es que, efectivamente, el texto está plagado de inexactitudes; así, presenta a los aztecas como una sociedad pacífica que no conocía la guerra, cuando nadie duda de que los mexicas tenían sojuzgados, esclavizados y sacrificados a todos los pueblos de alrededor, y seguro que no era con poemas y cánticos; también confunde aztecas con incas (incluso su ex mujer Pegí dijo, hablando de la canción, que su esposo debía haber sido guerrero inca en otra vida); asimismo canta que Moctezuma estaba “con sus hojas de coca y perlas”, pero la coca es de Sudamérica y totalmente desconocida en Norte y Mesoamérica en aquella época, igual que las perlas, pues no se tiene noticia de que los aztecas fueran grandes buceadores…

Puede recordarse también que se dijo que la pieza había sido censurada por la dictadura franquista, sin embargo fue publicada en España muchos meses después de la muerte del dictador, de hecho, lo único que hizo la censura fue cambiar el título, que en España fue ‘Cortez Cortez’. También contaron que el verso final donde habla de ‘ella’ se refiere al Templo Mayor azteca, pero este monumento se descubrió tres años después de la publicación del Lp, ‘Zuma’. Sea como sea, se trata de un tema hipnótico, y muy característico de Neil Young tanto por el sonido como por su carga emotiva.

El ‘We were all wounded at wounded kenee’ (1972) también rememora un suceso protagonizado por indios, en este caso del norte, y el ejército de Estados Unidos; además, es obra de Redbone, banda integrada por auténticos pieles rojas. ‘Todos fuimos heridos en Rodilla Rota’ (así se tradujo en España) cuenta cómo en 1890 una tribu de lakotas fue ‘escoltada’ por el Séptimo de Caballería hasta el arroyo Wounded Knee y cómo fueron masacrados de 200 a 300 guerreros, ‘squaw’ (mujeres) y papoose (niños). Desde el principio semeja algo así como una danza india alrededor del fuego, pero en un evidente tono de lamento y con afirmaciones tan repetidas como “nos hicieron muchas promesas pero siempre rompieron su palabra” y tan sangrantes como “nos acorralaron como al búfalo, nos condujeron como a un rebaño, y finalmente, en la reserva a donde nos habían llevado, todos fuimos eliminados por el Séptimo de Caballería”. El propio sello discográfico se negó a publicarla porque, pensaron, muchos se sentirían heridos, aunque finalmente se lanzó; de todos modos, aunque no oficialmente, la canción estuvo censurada en muchas emisoras de radio en los Usa de 1973.  

Personaje perteneciente al lado más negro de la Historia es Jack El Destripador, cuyo nombre y recuerdo es sinónimo de maldad absoluta; el hecho de que nunca fuera desenmascarado lo ha dotado de un impenetrable halo de misterio. En 1963 el histriónico y divertido Screaming Lord Sutch grabó en tono paródico una versión de ‘Jack The Ripper’ (la original se estrenó un par de años antes sin meter ruido). No faltan pasos en (se supone) la niebla londinense, el grito desesperado de la víctima, las carcajadas macabras…, coros y respuesta, ritmo vivaracho y efectos diversos en un ambiente de rock & roll primerizo. El texto habla de las calles de Londres por la noche, donde ninguna chica está segura, del hombre con capa negra que pregunta por Mary Kelly (una de sus víctimas), y de que la poli nunca le echará el guante… Curiosamente, ésta también fue prohibida en la BBC y otras emisoras británicas. Como puede verse, en todas partes saben de censuras y prohibiciones.

El solista de Simple MInds, Jim Kerr, se inspiró para escribir ‘All the things she said’ (1985) en una noticia sobre unos prisioneros políticos polacos que habían sido liberados por la Unión Soviética, en cuyas prisiones habían permanecido desde el fin de la II Guerra Mundial; cuenta el artista que leyó varias entrevistas a esposas y novias de los liberados, e incluso incorporó algunas de sus frases a este ‘Todas las cosas que ella dijo’. El clásico y recurrente exitazo de Don McLean ‘American pie’ (1971), como todo iniciado sabe, trata de un hecho clave en la pequeña historia del rock & roll: el accidente de avión en el que perecieron los desde entonces legendarios Buddy Holly, Ritchie Valens y Big Bopper; además, su texto es un alud de referencias y guiños muy rockeros; su estribillo lleva tarareándose durante décadas sin perder frescura.  No puede olvidarse el ‘Enola Gay’ (1980) de Orchestral Manoeuvres in the Dark, que alude al nombre del avión B-29 que arrojó la primera bomba atómica sobre Hiroshima en 1945, nombre que también era el de soltera de la madre del piloto; techno pop ligero con versos en los que se alude a la madre y a su niñito, o sea, a ‘Little boy’, como se llamó a la bomba.

Los Nikis, que en su tiempo fueron llamados ‘Los Ramones de Algete’, también hicieron su aportación a la causa histórica con aquella canción de 1985 titulada ‘El imperio contraataca’. Uno de sus versos dice “1582, el sol no se ponía en nuestro imperio”, y aunque hubo quien vio intenciones ultrapatrióticas, la realidad es que, como casi siempre, Los Nikis estaban de cachondeo, ya que lo que proponía esa chanza era recuperar el imperio tirando de la tortilla de patata o de un juego de cartas tan español como el cinquillo, sin olvidarse del deporte: “España está aplastado a Yugoslavia por 20 puntos”.  Divertidos y sin dobles sentidos. 

¡Cómo no iba a meter baza el rock en asunto tan interesante!  

CARLOS DEL RIEGO


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