OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 30 de octubre de 2016

CANCIONES QUE TRANSMITEN BUEN ROLLO. Las malas noticias suelen ser más noticia que las buenas, cosa que pone mal cuerpo. Cuando, además, los difuntos cobran protagonismo en ‘su’ día, bueno es celebrar el hecho de estar aquí con unas cuantas canciones que infunden buen humor.

James Brown cantó explícitamente al buen rollo con aquel 'I feel good'.
Hay canciones que ponen buen cuerpo, que transmiten buen rollo. Lógicamente lo que a unos les dibuja una sonrisa a otros deja indiferente, pues pocas cosas hay tan subjetivas como las emociones. Sin embargo, hay partituras que a la mayor parte de la gente le caen bien, melodías que levantan las cejas y el ánimo, piezas que contagian buenas vibraciones. Un buen ejemplo, fácil de reconocer y tararear, es el ‘In the mood’, ‘En forma’, de Glenn Miller. Y si, junto a titulares deprimentes, corren celebraciones como los días de difuntos, de muertos y de disfraces terroríficos, es el mejor momento para festejar la vida, para poner buena cara y mirar al frente con optimismo. La música es, sin la menor duda, una de las mejores terapias para levantar el ánimo, y es por eso que existen miles de títulos que cumplen la difícil misión de imponer buen ambiente, composiciones que ofician de remedio contra un espíritu decaído. Además, no hace falta entender o interpretar la letra, ya que el lenguaje universal regido por las siete notas es capaz, por sí solo, de trasladar al oyente las emociones más profundas sin que sean precisas las palabras.


Prácticamente todos los géneros musicales populares cuentan con tonadas que contagian buenas sensaciones. Así, dentro del terreno del pop y el rock, uno de los grupos que dejó más partituras cargadas de ilusión es The Beatles. Una de ellas es ‘Here comes the sun’ de George; el tema entra con esa acústica trasparente, etérea, como un irresistible canto de sirena que atrae irremediablemente; luego llega esa delicia melódica que da sensación de estar ante la salida del sol, con serenidad absoluta, como levitando…, buen rollo hecho partitura. Igualmente ‘I saw her standing there’ (de Paul y John), que tiene un efecto euforizante desde el primer compás, de modo que, por fuerza, sacude la modorra al más aletargado; su ritmo, su estribillo, las entradas de las voces…, todo en ella irradia emociones positivas. El caso es que los Cuatro de Liverpool tienen mucho donde escoger cuando se trata de infundir emociones positivas; así el singular ‘Penny Lane’, la vitalista ‘I want to hold your hand’ e incluso el ‘Lady Madonna’, que sin estar entre sus mejores creaciones emite señales luminosas…

Un auténtico especialista a la hora de crear ambientes afables y entrañables, de esos que impiden la formación de malas sensaciones, es el genial Louis Armstrong, de quien podría citarse un largo listado. Sí, con ‘What a wonderful world’ se tiene la seguridad de que todo el mundo la va a agradecer y va a sentirse mejor, pero tanto podría decirse de su ‘Hello Dolly’, un tema con el que el cantante y trompetista expandió climas vivificantes por los cinco continentes. Y es que ¿quién puede resistirse a su sincera, eterna y empática sonrisa?, ¿hay alguien que no se estremezca al escuchar la inconfundible voz de tan excelso artista?; ¿es posible quedarse impávido ante esa entonación ronca pero afectuosa, grave y entrañable? La expresión que siempre presenta ‘Satchmo’ es una de las más célebres imágenes de la cultura del siglo XX: sus increíbles labios, esos ojos como platos que expresan pura bondad, el brillo sudoroso de su frente y sus mejillas, trompeta en una mano y blanco pañuelo en la otra… Hay que ser de hielo o estar muerto para no reaccionar a la presencia en escena de este gigante capaz de volver luminoso el sentir más apagado. Cuando este músico prodigioso se arranca con el ‘Hello Dolly’ se nota cómo la ternura se apodera de uno y desaparecen las malas ideas (el vídeo adjunto es un remedio infalible contra el abatimiento).  

The Queen también aportó abundantes títulos a la causa del optimismo y las mejores sensaciones. Se pueden citar el vitaminado ‘Don´t stop me now’ o el ya célebre y recurrente ‘We will rock you’ entre los títulos que la banda de Freddy Mercury hizo con intenciones revitalizantes. Tan es así que ambas piezas se han convertido en emblemas del buen rollo, y si a ello se añade la desbordante expresividad del cantante… Y tampoco se puede olvidar la alocada ‘Seaside rendezvous’ cuando se trata de reanimarse.

A botepronto cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad citaría fácilmente media docena de canciones que inoculan el virus del contento y las ganas de vivir. ¿Se puede permanecer indiferente cuando James Brown grita aquello de ‘I feel good’? ¿Acaso no se nota cómo ‘The twist’ de Chubby Checker penetra en la corriente sanguínea con su entusiasmado ritmo? ¿Y qué tal la naturalidad del ‘Mr. Sandman’ de las Chordettes para recuperar las ganas, o el ‘Stand by me’ de Ben E. King para cantar de contento? ¿Algo más divertido que ‘Un paso adelante’ de Madness?

Hay muchísimas más piezas musicales con carga de optimismo en el catálogo de todos los géneros musicales (desde ‘La primavera’ de las ‘Cuatro estaciones’ de Vivaldi hasta el ‘Fiesta’ de The Pogues), auténticas píldoras estimulantes que son especialmente recomendables para los días en que los difuntos cobran protagonismo, para las noches de miedo, para las noticias deprimentes, para el mal cuerpo y, sobre todo, para esas criaturas que todo lo ven negro, siempre enfadadas y permanentemente hundidas en la protesta. De todos modos, esas partituras vienen bien a todo el mundo, sea cual sea su circunstancia anímica.

No hay duda posible, hay mucha música con (entre otras muchas) propiedades reconfortantes. Hay, afortunadamente, cantidad de canciones que procuran una necesaria energía vital.


CARLOS DEL RIEGO

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