OPINIÓN

HISTORIA

martes, 11 de junio de 2013

LA ÚLTIMA BUFONADA: UN PERRO ES CONDECORADO “POR SU VALOR Y COMPROMISO SOCIAL” Por más que el ciudadano esté curado de espantos, siempre hay auténticos pisaverdes dispuestos a ir un poco más allá en el terreno de la necedad; la última de una de estas auténticas conjuras de necios ha sido otorgar una medalla al valor a un perro

El perro galardonado, Ajax, muestra su alegría por la medalla, viviendo intensamente un momento tan especial y a punto de dar su discurso de agradecimiento

Es como los que organizan fiestas de cumpleaños para el gato, aniversarios para el pájaro o reunión de congéneres con espectáculo para el perrito. Una asociación inglesa cuyas siglas son PDSA ha tenido a bien otorgar una medalla a un pastor alemán de la Guardia Civil que ayudó a detectar un artefacto explosivo en Mallorca. La cúspide de la estulticia a la que ha llegado dicha fundación animalística se comprueba al leer los méritos del animal para hacerse acreedor de la distinción: por su valor, por su dedicación extraordinaria al deber y por su compromiso social; y la cosa se remata al destacar que tanto Ajax (el perro de marras) como su sargento se ofrecieron de forma voluntaria para ayudar en la búsqueda del artefacto.

¿Cómo expresaría el homónimo del héroe mitológico su voluntariedad? ¿Y cómo su compromiso con la sociedad? ¿Cómo puede un animal ser valiente si no sabe qué peligro corre, cómo puede ser comprometido sin tener idea de lo que es la sociedad, y cómo voluntario sin tener libre albedrío?

Nada de eso, ninguno de esos sentimientos puede atribuirse a un animal irracional pues son exclusivamente humanos, porque sólo un hombre puede elegir cómo ser, cómo pensar, cómo actuar. El animal en cuestión actuó sólo por instinto y entrenamiento, es decir, si este mismo perro hubiera sido entrenado para reprimir manifestaciones eso es lo que haría siempre, y realizaría tal cometido con la misma  eficacia; morder manifestantes o localizar bombas no depende de la voluntad del can, sino del adiestramiento que haya recibido, de los estímulos asimilados y de sus instintos básicos.  Los animales no son buenos ni malos, ni valientes ni cobardes, ni crueles ni solidarios, sino que inevitablemente  hacen lo que les dicta su instinto, lo que les impone la naturaleza, de forma que su actuación es absolutamente independiente de su inexistente albedrío. Cualquier perro responderá igual que otro de la misma raza que haya recibido parecido entrenamiento, mientras que una persona actuará de modo distinto a otra aunque hayan sido educadas en idéntico entorno, y por eso la persona puede ser cobarde o valiente, porque puede elegir, mientras que un animal no tiene capacidad de elección, sino que hará lo que tiene que hacer según sus impulsos naturales y su instrucción.

Las crónicas del acto de entrega de la condecoración no dejan claro si el animalito dio discurso de agradecimiento (“a mi familia, a mis compañeros…, sin los que esto hubiera sido imposible”), tampoco se especifica si la distinción conlleva alguna dotación económica o si en la comida subsiguiente se sentó al protagonista en el lugar de honor de la mesa. En serio, el can no tuvo la menor conciencia de estar jugándose la vida ni de asumir riesgos, no realizó su acción pensando en el bien de la sociedad ni, evidentemente, se presentó voluntario para el servicio. No, la pobre bestezuela no hizo otra cosa que repetir una vez más lo mil veces ensayado, sin sopesar los riesgos. Sin pensar.

Por cierto, si se condecora públicamente a un animal por su valor, ¿habría que juzgar y castigar públicamente al que se porte mal?, ¿cómo se porta mal un animal?, ¿se le pueden exigir responsabilidades por sus actos?

Un premio o distinción se otorga para agasajar, agradecer, reconocer méritos, pero por mucho que se empeñen, el animalito no va a tener ni el más leve indicio de conocimiento de qué es lo que pasa en la fiesta…, ni le interesa. No se sabe muy bien por qué, pero hay personas que tratan por todos los medios de humanizar a los animales, de dotarlos de derechos (no de obligaciones), de atribuirles conciencia u otros sentimientos imposibles fuera de la racionalidad. Un animal no piensa, no tiene conciencia, obligaciones, deberes, y tampoco es honesto ni perverso, y por ello no debe ser tratado como persona ni exigírsele como tal, aunque, eso sí, ha de ser evidente y obligatorio para todo humano portarse bien con las bestias (¿se exceptúan insectos?), permitir su vida en la naturaleza sin arrebatarles su espacio y cuidar correctamente a los domésticos. Este es un deber exclusivo de la persona.

CARLOS DEL RIEGO   


2 comentarios:

  1. Voy por partes, que tu post tiene miga:
    "Es como los que organizan fiestas de cumpleaños..."
    Aunque parezca que en ambos casos se "humaniza" al perro, y valga como resumen para todo el post, el premio para mi tiene como misión, no que el perro esté más o menos contento, o se lo dedique a la familia, sino como mero símbolo de reconocimiento de una tarea de lo más loable.
    "Nada de eso, ninguno de esos sentimientos puede atribuirse a un animal irracional pues son exclusivamente humanos..."
    Te diría que esto está por demostrar, y que yo aún dudo de la racionalidad del hombre, cuando muchos de sus actos son tan instintivos como los de cualquier animal pero mucho más despiadados, precisamente por presuponerles como racionales. Generalmente ante este tipo de afirmaciones, incluida la de atribuirles sentimientos a los animales (no simulaciones, como dicen algunos científicos) suelo encontrar bastante incomprensión. Al fin y al cabo, parece que este tipo de cualidades, al presuponerse como exclusivas nuestras, afirmamos constantemente que el resto de las especies "las simulan" porque es imposible que las tengan.
    "Cualquier perro responderá igual que otro de la misma raza que haya recibido parecido entrenamiento..."
    Aún así, por mucho entrenamiento e instinto, creo que el animal tiene más capacidad de elección de la que creemos, pero eso es lo de menos. Creo que lo que se pretende con estos premios es simplemente que valoremos más a nuestros animales, porque instintivo o no, el acto de valentía existe, aunque sólo nosotros lo percibamos. De hecho, somos nosotros subjetivamente los que ponemos calificativos como "valiente" o "cobarde". Basta con que preguntes en ambos bandos de una guerra quién es valiente para unos y otros. Las respuestas no coincidirán casi seguro. Pero insisto, creo que lo que se pretende es calificar el acto del animal como valiente y no a él mismo.
    "Por cierto, si se condecora públicamente a un animal por su valor..."
    Eso ya se hace: Mira dónde acaban aquellos perros que atacan a niños (o adultos) de forma violenta. ¿Se porta mal el animal? Pues en este caso, dadas las consecuencias y nuestra apreciación, así es, y lo peor es que muchas veces no es por si mismo, sino por el humano que tiene el perro a su cargo. El sacrificado será él, y lo normal es que al dueño le exijan esas responsabilidades.
    "Un premio o distinción se otorga para agasajar, agradecer, reconocer méritos..."
    Como he dicho, yo esto lo veo como medida ejemplarizante, pero no para el animal, sino para las personas. Para mi no es más que un ejemplo de educación en amor por los animales valorando el inmenso trabajo que hacen algunos a nuestro servicio. No olvidemos que los perros llevan miles de años con nosotros y que es tal su sinergia con nosotros que ya comienzan a tener nuestras mismas patologías.
    "Un animal no piensa, no tiene conciencia, obligaciones, deberes..."
    Pues precisamente para concienciarnos de que no debemos hacer daño a estos animales es para lo que creo que están bien estos premios. Yo estoy contigo en que hay una excesiva humanización de los animales: ponerles lacitos, echarles la bronca por beber un agua que nadie más que ellos saben que es buena como si fueran niños, y otras barbaridades que veo en el parque cada vez que saco a mi perra, pero yo difundí esta noticia y me sigue pareciendo buena por ese mensaje del trabajo que realizan a nuestro servicio y que en muchas ocasiones no está valorado. Sólo hay que leer la cantidad de animales abandonados por el egoismo humano, o los galgos ahorcados porque una vez que han hecho su trabajo ya no sirven, etc, etc. Y aunque hayan sido adiestrados para ello, tengo más admiración por un labrador que acompaña a un ciego que por muchas personas. Y estoy convencido que el ciego le adjudica más cualidades humanas que a muchas personas también.
    Un abrazo

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    1. Amigo Juan Diego. El hecho de que algunas personas se dejen conducir por sus instintos no quiere decir que no puedan sujetarlos, mientras los animales no tienen esta posibilidad; por eso, porque tienen libre albedrío, los hombres pueden ser valientes o despiadados, mientras los animales no pueden ser valientes o despiadados. Los perros peligrosos son sacrificados por eso, porque suponen riesgo para las personas, no por haber sido malos. Si hay que premiar a alguien para destacar su trabajo y ejemplo de buen trato a los animales se premia al entrenador (o quien sea), pero no me parece razonable organizar un sarao para un perro que, en esto estaremos de acuerdo, aprecia una caricia, un rato de juego, algo de comer..., pero no una medalla o un diploma. Estoy de acuerdo en que ha de destacarse la labor de quienes instruyen y trabajan con perros. Y en cuanto a esos detestables casos de abandonos, sangrantes malos tratos o galgos ahorcados pienso que el código penal es muy liviano, y deberían tener mucho más castigo los responsables de esos animales, que pudiendo elegir entre tratar bien o maltratar a su perro, optaron por esto (quien pega o se enfada con un animal es, lo primero, un imbécil, y lo segundo un indeseable).
      Un Abrazo (disculpa la tardanza en contestar)

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