OPINIÓN

HISTORIA

miércoles, 12 de diciembre de 2012

EL ESPERPENTO DEL ATEO QUE IMITA TODO LO RELIGIOSO: BAUTIZO LAICO, CAPILLA LAICA La felicitación que se ha hecho desde el Congreso incluye la lógica imagen de las fiestas que se celebran, las Navidades; muchos se han quejado por la alusión religiosa, pero estarían encantados de festejar una ‘navidad laica’

La felicitación de Navidad que ha molestado a muchos, a pesar de que sólo muestra una imagen tradicional de dichas fechas.

El Presidente del Congreso de los Diputados de España, Jesús Posada, inició la cuenta de twiter de la institución con una felicitación navideña, la cual incluye la reproducción de un cuadro de la Natividad y un simple ‘Feliz Navidad y Año Nuevo’ en todos los idiomas oficiales de España; el mensaje ha resultado ofensivo para los no creyentes… Sin embargo, se sea religioso, ateo o agnóstico, hay que admitir que las fiestas lo son en tanto que conmemoran la Navidad, y que si se felicitan estas fechas en concreto, que son casi las únicas en las que se hace tal cosa a lo largo del año, la fórmula tradicional, la acostumbrada, la popular, exige decir eso de “feliz…”, y si esta especie de saludo es por escrito parece bastante apropiado que se añada una imagen alusiva. Por ello, se antoja un tanto contradictorio aceptar las fiestas y participar en sus tradiciones y, a la vez, protestar por su representación más folclórica. Y por otra parte, en las sociedades occidentales la conmemoración de estos días tiene ya mayor componente cultural que religioso.

Una 'capilla laica', como esta en un cementerio, es tan
 imposible como un whisky sin alcohol
El caso es que entre los progres y quienes se creen de izquierdas (conceptos que muchas veces coinciden pero no siempre) viste mucho eso de proclamar a los cuatro vientos su ateísmo combativo, queda muy bien la negación en esos círculos, es un gran valor que se considera un arma con la que luchar contra rivales ideológicos; además, en España hay que proclamarse anticatólico para demostrar que se es rojeras (aunque hay agnósticos conservadores) y, si es posible, montarse un pasado de enfrentamiento con curas; esto ya es motivo de ascenso en el escalafón del partido.

En este sentido resulta casi hilarante la obsesión de los ateos (que afirman que no existe Dios con las mismas pruebas con que los creyentes sostienen lo contrario: ninguna; claro que estos no las necesitan) para con la religión, una manía que los atrae hacia sus símbolos y tradiciones, sus celebraciones y ritos. De este modo hay lugares donde se ha levantado una ‘capilla laica’ en memoria de algún ‘santo ateo’; e igualmente hay muchos que, contrarios a la religión católica, celebran ‘comuniones laicas’, ‘bautizos laicos’ e incluso ‘misas laicas’. ¿Por qué, si se dicen adversos a la religión católica, imitan y reproducen sus ritos? Si se es antifascista parece tonto imitar las ceremonias, formalidades y gestos fascistas, si se es anticomunista sería incomprensible emular las estructuras, trámites o exigencias del comunismo. Además, términos como capilla, santo, bautizo o comunión tienen connotación específicamente cristiana, y del mismo modo que no puede haber un whisky sin alcohol (ni cualquier otro alcohol sin alcohol) porque dejaría de ser whisky, no puede existir una ‘capilla laica’ porque una capilla (según todas las acepciones y sinónimos) pertenece exclusivamente al ámbito eclesiástico, y si se la hace laica deja de ser capilla. El uso inadecuado del idioma es típico de los que se sienten superiores moralmente porque piensan como piensan, de modo que retuercen y distorsionan el significado de las palabras adecuándolo a lo que necesitan, a lo que conviene y concuerda con su ideología, y defenderán el significado que ellos quieran darle a cada término en cada momento (por cierto, esto ya se hacía en la Alemania nazi gracias al diabólico ministro de Propaganda, Goebbels).

En fin que con esas posturas combativas, con esas protestas por felicitar la Navidad con una imagen que la representa, dan  la impresión de que tienen miedo a que se les convenza, como si no estuvieran totalmente seguros de su postura, como si en el fondo les quedara un rescoldo de duda, algo inconsciente que conscientemente quisieran hacer desaparecer, algo que temen que un día empiece a crecer y a asomarse… Y es así porque quienes se sienten incrédulos pero carecen de prejuicios para con los que creen, no están siempre buscando cualquier indicio de religiosidad con la que mostrar y consolidar su posición, no tratan permanentemente de encontrar motivos de combate y confrontación.

Más de uno se habrá devanado los sesos para idear unas ‘Navidades laicas’.  


CARLOS DEl RIEGO
            

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