Hace 45 años, en febrero de 1980,
moría Bon Scott. Angus y Malcom Young, líderes de la banda, dudaron si
continuar o no con AC DC, pero su impulso de rockeros jóvenes se impuso a su
pena. Después de un proceso sorprendente y a veces increíble surgió ‘Back in
Black’, el disco de música heavy (o rock duro, hard, metal o como se quiera)
más vendido de la historia
A pesar de que se tiene por seguro que
el alcohol (en cantidades masivas) tuvo la culpa, lo cierto es que nunca quedó
totalmente acreditado que Bon Scott muriera por haberse trasegado lagos de
etílico; después de haber dado una auténtico campanazo con ‘Highway to Hell
(1979), Bon apareció muerto en un coche donde lo habían dejado durmiendo una
buena (en realidad mala) cogorza; corría febrero de 1980 y el icónico cantante
tenía 33 años. Entonces comenzó el dilema para los hermanos Young: buscar un
sustituto para un insustituible y continuar con la banda o deshacerla y buscar
otros caminos.
Angus y Malcom se decidieron hace unos
años a contar cómo fue aquel momento. “Estábamos devastados, confusos,
deprimidos, Bon era un amigo y un compañero con el que nos entendíamos a la
perfección… Al poco de su muerte nos propusieron una lista de posibles
sustitutos, pero no queríamos saber nada”, contó Malcom. Angus recuerda que, un
tiempo después, su hermano lo llamó y le dijo: “En lugar de quedarnos sentados
y deprimidos, ¿por qué no hacemos algo? Al menos eso nos mantendrá unidos”, y
añade: “Dejamos de pensar en discográficas o representantes, nos fuimos a un
lugar apartado y empezamos a trabajar en nuevas canciones". Y la cosa les
vino bien, aunque seguían sin saber si continuar con la banda o formar otra.
Curiosamente, fue el padre de Bon
Scott quien les dio el espaldarazo que necesitaban. “Nos dijo: ‘Debéis
continuar con AC/DC. Sois unos músicos jóvenes, estáis al borde de un gran
éxito y no podéis permitiros el lujo de rendiros ahora’. Malcolm y yo habíamos
creado la banda e inconscientemente no queríamos que terminara, de modo que las
palabras del padre de Bon nos decidieron definitivamente”, recuerda Angus.
Ahora había que encontrar nuevo
solista, algo que no gustaba del todo a parte de sus fans y a parte de la
prensa. El guitarrista explica: “La gente como Bon es única y no queríamos que
alguien viniera y lo copiara. No queríamos un imitador, sino alguien que tuviera
personalidad y carácter”. Sorprendentemente, el mismísimo Bon Scott influyó,
desde la tumba, en la elección de su sucesor. Dijo Angus: “Sabíamos que a Bon le
encantaba Brian Johnson, al que había visto en Inglaterra en 1973 al frente de
la banda de glam Geordie, y había quedado impresionado”. Lo buscaron y lo
encontraron en unos billares jugando con unos chavales. “Cuando lo vimos
sonreímos por primera vez desde la muerte de Bon”, cuentan los hermanos.
Hicieron una primera audición a finales de marzo de 1980 y todos quedaron
alucinados, era perfecto. Sin embargo, Brian no estaba tan seguro, pues pensaba
que difícilmente estaría a la altura; de hecho, recuerda: “Bueno, pensé, en el
peor de los casos podré decir que estuve actuando con AC DC un tiempo”…
Entre abril y mayo de ese año se grabó
‘Back in Black’ en las Bahamas (Estudios Compass Point): “No teníamos nada
previsto, nada pensado anteriormente; simplemente cada noche nos quedábamos a
escribir y componer bebiendo rock con leche de coco…, bueno, en realidad sí que
utilizamos esbozos e ideas muy vagas que ya teníamos, pero se desarrollaron y
crecieron allí”. Por otro lado, existe la creencia de que AC/DC tomó la mayoría
de las letras del nuevo álbum de un cuaderno que Bon Scott había dejado: ”No, nada
de eso, no tomamos nada del cuaderno de Bon, no había cuaderno de Bon”.
El resultado es historia del rock. ‘Back
in Black’ fue un éxito mundial instantáneo. Salió en EE UU en julio de 1980, y
desde entonces ha despachado alrededor de 50 millones de copias, y es el álbum
de rock más vendido de todos los tiempos, a la altura de los más exitosos de
cualquier género musical. Además, como todo fan sabe, es el mejor homenaje que
sus amigos y compañeros pudieron hacer a Bon Scott. “Bueno, esa era la idea. La
portada era negra y el álbum comenzaba con el sonido de una campana que toca a
muerto”, explica Angus.
El imparable guitarrista sentencia: “Fuimos
lo suficientemente fuertes en ese momento para mantenernos unidos y salir
adelante a pesar de aquella gran tragedia”. Seguro que Bon hubiera estado
orgulloso y satisfecho con sus amigos, con sus compañeros, con su grupo.
CARLOS DEL RIEGO
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