OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 10 de diciembre de 2023

CAMBIOS EN EL CLIMA PRODUCIDOS POR VOLCANES EN LOS ÚLTIMOS SIGLOS

 


La erupción del volcán submarino Hunga Tonga, a comienzos de 2022, producirá cambios significarivos en el clima, incluyendo un calentamiento en los próximos cinco años.

 

No hay día en que la prensa de todo el mundo no alerte de inminentes catástrofes climáticas. Sigue instalada en las sociedades occidentales la idea de que la acción humana es la causante principal de los cambios en el clima, pero empiezan a ser muchos los que tienen dudas y los que están convencidos de que la mano del hombre no tiene tanto que ver, incluyendo miles de científicos y especialistas. El año pasado entró en erupción el volcán Hunga Tonga, afectando de modo muy significativo al clima de la Tierra. Y lo mismo ha sucedido con otros volcanes en los últimos siglos

 

En enero de 2022 erupcionó el volcán submarino Hunga Tonga (situado en mitad del Pacífico, en la Polinesia), vertiendo a la atmósfera cantidades inimaginables de materiales, polvo y gases. Tras haber investigado sus efectos, los especialistas concluyeron que ha sido la mayor erupción en el planeta en los últimos siglos y una de las más grandes explosiones de que se tiene noticia. De hecho, sus efectos se notarán durante años. Envió escombros sólidos hasta casi 50 kilómetros de altura junto a dióxidos de azufre y carbono, cenizas y unos 150.000 millones de litros (150 millones de toneladas) de vapor de agua, lo cual potencia el efecto invernadero, ya que el vapor estará ahí durante años. Como consecuencia de la erupción del Hunga Tonga, según los investigadores de Nature y National Geografic, el clima de todo el planeta experimentará un calentamiento significativo (con temperaturas inusualmente elevadas) durante los próximos cinco años, al menos. Asimismo, la capa de ozono sufrirá una notable disminución.

 

Realmente los volcanes emiten en muy poco tiempo muchos más gases contaminantes que las actividades humanas en años. Se tienen noticias precisas de otras erupciones catastróficas sucedidas en los últimos siglos. Por ejemplo la del volcán indonesio Tambora en 1815. Se ha estimado que la explosión de este monstruo liberó tanta energía como la equivalente a un millón de bombas atómicas como la de Hiroshima; murieron como consecuencia directa casi cien mil personas; el cielo quedó cubierto por miles de millones de toneladas de polvo, cenizas y gas, hasta oscurecer el sol en gran parte del planeta; la temperatura en todo el hemisferio norte descendió unos cinco grados, perdiéndose las cosechas y provocando hambrunas en todo el mundo; hubo nevadas de metros durante el verano siguiente desde París hasta las llanuras centrales de Norteamérica. Por ello, el año 1816 es conocido como el año sin verano.

 

La del Krakatoa (que hasta su erupción era una montaña, no un volcán) es otra de las erupciones recientes (1883) que pueden considerarse catastróficas. Provocó olas de hasta treinta metros de altura que arrasaron todas las costas que tocaron. Vertió a la atmósfera 18.000 metros cúbicos de materiales, y sus cenizas cubrieron una extensión de casi un millón de kilómetros cuadrados (el doble que España). Murieron casi en el acto unas 35.000 personas, y la nube que se formó cubrió casi la totalidad del planeta, con lo que alteró de forma más que notable el clima global.

 

También ha quedado noticia de la ola de calor que asoló Europa Central durante el año 1132; baste señalar que el río Rin se secó completamente. Por el contrario, en el invierno de 1709 hizo tanto frío que se helaron los canales de Venecia; y se sabe que el Nilo se congeló completamente al menos dos veces en los últimos milenios, en 829 y en 1010. 

 

En fin, la explosión del Hunga Tonga (según especialistas y climatólogos) alterará el clima de todo el planeta y lo calentará durante los próximos años, e igualmente perjudicará notablemente a la capa de ozono.

 

Por mucho que la actividad humana perjudique al medio ambiente, la propia Naturaleza se encarga de explicar, de vez en cuando, que el hombre es nada comparado con lo que ocurre cuando esa Naturaleza explota.

 

CARLOS DEL RIEGO

 

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