Más allá de sus decisivas aportaciones artísticas, los Beatles también dieron un gran impulso a las técnicas de grabación analógica
En el terreno del
arte lo más importante es impactar, proponer algo que nadie ha hecho, atreverse
a romper los límites que impone el momento y dar un paso hacia lo desconocido.
Y claro, hacerlo con talento, con gracia y personalidad. El terreno del rock no
es diferente, es decir, lo difícil es abrir nuevos caminos sin perder chispa y
atractivo. Entre quienes más impulso dieron al pop y el rock están, claro, The
Beatles, pero también Iggy Pop o Velvet Underground
En este negociado del
rock pueden recordarse algunos personajes que aportaron novedades artísticas,
ofrecieron variaciones y abrieron nuevas posibilidades estilísticas o sonoras; por
mencionar unos pocos, Berry, Dylan, Bowie, Queen o Kraftwerk, que sorprendieron
a todo el personal con novedades que chocaron con lo precedente, pero
finalmente fueron aceptadas, deseadas, imitadas. Otros, además de eso, empujados
por el instinto o la necesidad, buscaron y encontraron nuevas fórmulas, recursos
y mecanismos con los que conseguir y mejorar el resultado ideal.
No es un disparate
decir que The Beatles cambiaron casi todo lo que había en el terreno del pop y
del rock. La mejor prueba es la cantidad de bandas que, de uno u otro modo, han
tomado alguna o varias de sus muchas innovaciones. Además de lo puramente
artístico (calidad melódica, arreglos novísimos, sonido y producción
modélicos…), Beatles fueron los primeros
en incluir en el disco las letras de las canciones (por insinuación de un profesor
de inglés de Murcia a John Lennon), los primeros que hicieron portadas
desplegables, los primeros en tocar en grandes estadios, los primeros en
experimentar con orquesta o sonidos exóticos, los primeros en esconder
canciones en sus elepés… Pero es que también idearon y mejoraron los recursos y
herramientas del estudio de grabación, llegando incluso a revolucionar las
tecnologías existentes. No hay que olvidar que en los sesenta los modos de
registro de sonido eran muy toscos, apenas habían surgido avances en décadas.
Contando con especialistas de la valía del productor George Martin o el
ingeniero Geoff Emerick, los cuatro de Liverpool no dejaban de aportar ideas y
novedades que dieron un enorme impulso a la grabación analógica; por ejemplo la
manipulación de cintas magnetofónicas todas las veces que fuera preciso, grabar
y grabar sonidos, cortar y pegar trozos de cinta, añadir pistas previamente
registradas, uso de osciladores de válvulas, filtros, …, hasta conseguir
plasmar lo que los artistas tenían en mente; y todo ello utilizando básicamente
grabadoras de cuatro pistas (hoy se pueden grabar casi infinitas). Así
elaboraron piezas maestras, rompedoras, novísimas y eternas como ‘Strawberry
fields forever’ o ‘A day in the life’. Escasísimos serán los grupos de rock que
no hayan utilizado algo de lo que presentaron los Beatles.
En Nueva York, otra
de las capitales del rock, Velvet Undreground experimentaba con lo emocional a
la vez que con lo sonoro, tratando de encontrar una estética distinta que
rompiera con lo existente. “El rock americano comienza con Velvet”, dijo un
crítico. Largos desarrollos o piezas cortas, textos callejeros y directos,
tratamiento de voces, de melodías y guitarras que chocaron con los estándares
de su momento y, en fin, ambientes y
actitudes pesimistas, emocionales, tendentes al vicio, todo ello fue demasiado
para aquel 1967. Aquel primer Lp ‘The Velvet nderground & Nico’, producido
por Andy Warhol, fue un fracaso comercial, nadie entendió de qué iba aquello,
ni público ni crítica, de modo que apenas vendió 30.000 copias en los cinco
años siguientes. Pero con el paso del tiempo su influencia ha ido creciendo,
reconociéndose sus valiosas aportaciones tanto en música como en letra en
muchos grupos y discos posteriores. Brian Eno dijo años después: “Todos los que
compraron uno de aquellos treinta mil discos formaron su propio grupo. Seguro”.
Iggy Pop tiene
asegurado un puesto entre los especímenes más salvajes, indómitos y
destructivos de la selva del rock & roll. Con el tiempo se ha convertido
también en un ejemplo de resistencia, todo lo cual lo convierte en leyenda viva
y superviviente de décadas de excesos. Sus años al lado de Bowie le
proporcionaron una madurez artística que se nota desde entonces, pero Iggy ya
tenía una arrolladora prehistoria como cantante de The Stooges. El grupo sólo
publicó tres elepés, que contenían una base de garaje-rock que no tenía más
particularidad que su sonido brutal, casi descontrolado, y una actitud
desafiante, enfadada, arrogante, destructiva. Todo esto se materializaba en
vivo, donde Iggy Pop dejaba salir todos sus demonios, los cuales parecían
bailar y responder a la llamada de la guitarra rabiosa de Ron Asheton. En pocas
palabras, en escena los Stooges de Iggy Pop eran punk, y si hubieran aparecido
en 1977 hubieran engrosado los anales del género. La prueba es que no hay grupo
de punk-rock que no tenga algo (o mucho) de Iggy Pop.
Son sólo tres
(curiosamente los tres de los años sesenta), pero la realidad es que muchos otros
grandes nombres del género supieron aportar valiosas novedades, ya fueran sonoras,
estilística, técnicas. Así avanza todo.
CARLOS DEL RIEGO