OPINIÓN

HISTORIA

jueves, 18 de febrero de 2021

HACE 348 AÑOS FRANCIA ENTERRÓ HUMILLANTEMENTE A MOLIERE: DE NOCHE, EN SILENCIO Y SOLEDAD Y FUERA DEL CEMENTERIO

 

                                                                                         Nota, en verso, de la muerte de Moliere en                                                                              el Mercure Galant, 1673 
Moliere en uno de los muchos retratos que                                                                          le pintó Pierre Mignard, del que se hizo muy amigo

El inmortal dramaturgo francés murió el 17 de febrero de 1673, hace justo 348 años., apenas un mes después de estrenar ‘El enfermo imaginario’. Aunque era una auténtica celebridad, la Iglesia francesa prohibía que los comediantes fueran enterrados en sagrado y que recibieran las pompas fúnebres habituales, y con Moliere no hubo excepción. A pesar de ello, nadie acusa a Francia de haberse dejado manipular por la Iglesia, a diferencia de lo que pasa en otros países, donde esa acusación es perpetua  

Un tópico muy arraigado entre los convencidos de que lo español es lo peor afirma que, a diferencia de lo que sucedía en otros países, desde hace siglos y siglos España siempre ha estado bajo el yugo de la Iglesia, de la Inquisición. Sin embargo, echando un vistazo a la historia de Inglaterra, Italia o Francia se comprueba cómo obispos o cardenales alcanzaron el máximo poder, mientras en España sólo el cardenal Cisneros fue designado regente, y nunca ningún eclesiástico fue primer ministro (o equivalente); en Francia ostentaron este cargo cardenales como Richelieu o Mazzarino. Un hecho que demuestra el poder de la Iglesia Francesa en la Edad Moderna se refiere al funeral de Moliere, uno de los más grandes de la Literatura Universal.

La España de los Austria (siglos XVI y XVII) es descrita como oscura, intransigente, aprisionada por la Inquisición, y tal cosa se piensa tanto dentro como fuera. Pero si se comparan episodios con otros similares en otros países el tópico se convierte en mentira. La ‘avanzada’ Francia despreció a uno de los más insignes franceses, Moliere. Los comediantes eran considerados allí como seres degenerados e infames, y por tanto estaban excomulgados al igual que prostitutas, brujos, usureros…; además, se les negaba la extremaunción y entierro en el cementerio. Muerto en el escenario, la viuda del autor y actor solicitó que se hiciera una excepción y se permitiera enterrarlo en sagrado, e incluso una de las favoritas del rey Luis XIV logró que éste intercediera. Sin embargo, el arzobispo de París fue inflexible, y sólo permitió que se le enterrara al otro lado de los muros del camposanto, en el lugar destinado a los suicidas. Y si accedió a ‘tanto’ fue a condición de que el sepelio fuera de noche, sin asistentes, sin ningún servicio funerario, sin que el cuerpo pasara por la iglesia  y con la presencia de dos sacerdotes que verificaran que todo se hacía como el arzobispo ordenaba. De este modo dio tierra Francia a una de las referencias mundiales del teatro, en silencio, en soledad, de noche y en el lugar reservado para suicidas. Apenas un diario dio noticia de su muerte.

Por aquellos años y los siguientes, Francia y los otros países europeos que envidiaban a España por los descubrimientos y la vuelta al planeta, por su supremacía militar y el imperio en el que “nunca se pone el sol”, trataban de combatir su superioridad a base de mentiras y manipulaciones; la inquisición, el fanatismo, la brutalidad, la ingratitud, la incultura…eran los ‘argumentos’ utilizados. Sin embargo, en toda Europa había y sucedía lo mismo, casi siempre con mucho mayor fanatismo. Así, a diferencia del deprimente funeral con que Francia ‘honró’ a Moliere (en Inglaterra el teatro llegó a estar prohibido por orden de Cromwell), en España el sepelio de Lope de Vega (que murió unos 40 años antes que el escritor francés) fue multitudinario; y a pesar de que era público que, siendo sacerdote, vivía con una mujer y había tenido una vida licenciosa, escandalosa muchas veces, Lope (ni ningún otro autor del Barroco español jamás sufrió persecución. Su entierro fue multitudinario, tanto que el cortejo apenas podía avanzar, un acontecimiento excepcional con una gran procesión pública espontánea, con presencia de cofradías, religiosos, representantes de diversas órdenes militares e incluso del Santo Oficio, todos tratando de portar los restos de Lope unos minutos. Cuentan que se vivió un momento de gran emoción colectiva.

La ‘abierta y reformista’ Francia sepultó a su principal autor de noche, en silencio y soledad por orden de su jerarquía eclesiástica; casi al mismo tiempo, la ‘atrasada y clerical’ España enterró a uno de sus grandes con todos los honores. ¿Cuál de las dos sociedades estaba más dominada por la Iglesia?

CARLOS DEL RIEGO

 

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