Portada y contraportada de un disco eterno
En marzo de 1976,
hace ya 45 años, empezó la grabación de uno de los discos más vendidos,
reproducidos y significados de la historia del rock: el ‘Hotel California’ de
los Eagles. Tan emblemático álbum se
lanzó a finales de ese año, y casi inmediatamente se convirtió en éxito masivo,
gracias sobre todo a la magia de la canción homónima, cuyas guitarras,
arreglos, cambios, voces y estribillo forman ya parte de los anales del rock. Y
a pesar de lo mucho que se ha contado sobre ella, aun hay detalles y anécdotas
menos conocidas
Fue un superventas en
su momento y, lo más difícil, no ha dejado de serlo a lo largo de los últimos
45 años. El Lp ‘Hotel California’ propone canciones excelentes que resisten el
paso del tiempo sin mella en su encanto, sin embargo, el tema que da título al
álbum es algo más, algo especial, una de esas composiciones ‘con ángel’ que
parecen tener receptores propios en el cerebro. Bueno es conocer algunos de sus
entresijos.
Un año antes Don
Felder (guitarra y voz) tuvo la primera idea sobre el tema, y rápidamente le
mostró a Don Henley (batería y solista) lo que tenía; éste le dijo que le
“gustaba mucho y la tituló provisionalmente ‘Reggae mexicano’, me pareció bien,
me gustó como sonaba”, contó Felder. Pero ese sólo fue, evidentemente, un
título temporal.
El disco se grabó en
Miami. Don Henley quería que el tema principal siguiera las pautas y atmósferas
que había conseguido en la maqueta. Pero resulta que él y Felder habían hecho aquella
grabación provisional hacía un año, por lo que al comenzar a grabarla Felder se
dio cuenta de que no recordaba muy bien lo que había hecho en dicha maqueta.
“Olvidé la cinta de casete en mi estudio de Malibú, en Los Ángeles, así que no
tuve más remedio que llamar a mi esposa, le pedí que fuera a mi estudio a
buscar la cinta, que la pusiera en el reproductor y que nos llamara por
teléfono para ponérnosla. Nosotros, en
Miami, grabamos lo que sonaba en el auricular”, explicaba Don Felder, quien
inmediatamente se sentó a escuchar y “recordar todo lo que habíamos hecho hacía
un año, como si me aprendiera la canción nota por nota, pues Henley insistía
mucho en que todo fuera idéntico a aquella demo”. Era el año 1976, o sea, nada
de archivos digitales ni correos electrónicos.
Don Felder, Don
Henley y Glen Frey (guitarra, teclados, voces) son los autores de este tema
(Felder dice que él lo hizo casi todo), que puede calificarse de monumental.
Frey comentó que “deseábamos que la canción fuera como una película, como un
episodio de ‘The twlight zone” (en España, ‘En los límites de la realidad’): un
tipo conduciendo por el desierto, va fumando, está cansado, sube una loma, ve
luces y va hacía ellas; se detiene y ve un tipo extraño a la puerta que le
invita a entrar, entra y todo es muy raro, con mujeres misteriosas, hombres
andróginos, pasillos oscuros, voces, ilusiones, desvaríos…”. Por su parte,
Henley afirmó que va de un hotel con todos los lujos pero del que no puedes
marchar; y que habla del materialismo y los excesos, pero también se ha dicho
que tiene mensajes de fantasmas (“no hemos tenido ese espíritu desde 1969”) o
que habla de drogas y más drogas. Lo mejor es dejar que se mantenga el
misterio.
Cuando la canción
estaba terminada, Don Felder se mostraba convencido de que no tenía ningún
futuro comercial a causa de su duración, pues las emisoras de radio sólo
emitían temas de unos tres minutos. Dijo que “la canción no despegará, dura
seis minutos, tiene una introducción instrumental de uno, un pausa en medio sin
batería, un solo de guitarra de dos minutos… Es un formato totalmente impropio
de un single”. ¡Qué equivocado estaba!
El tema causó impacto
en las listas de todo el mundo. Cuando lo escuchó Ian Anderson, líder de Jethro
Tull, declaró que el ambiente de guitarra acústica y la progresión del tema
tenía un parecido más que notable con ‘We used to know’, de su Lp ‘Stand up’
(1969). Pero Anderson no pensó en plagio, sino que se lo tomó con buen rollo:
“No me siento plagiado, aunque a veces, en broma, digo que lo tomo como una
especie de homenaje”. Pero que quede constancia…
Existe el Hotel
California. Abrió en 1950 en México, aunque desde entonces ha cambiado varias
veces de nombre; hasta 2001 se llamaba Hotel Todos los Santos, y desde entonces
recobró el original Hotel California. Pero la dirección aprovechó para
proclamar que el hotel había inspirado la canción, y además se puso a vender
‘merchandising’ con el nombre de la banda, que le puso una demanda. Eagles
jamás estuvo allí ni, seguro, sabía de su existencia. Las leyendas dijeron que
la fonda de la canción era una metáfora de la vida, o que hacía alusión a un
siquiátrico, o a la mansión del escritor y ocultista Aleister Crowley o a la
Mansión Playboy.
La foto es del Hotel
Beverly Hills (apodado Pink Palace y frecuentado por estrellas de cine), aunque
el fotógrafo, John Kosh (que había hecho portadas para Beatles, Stones, Who…),
le añadió el granulado para que no se notara. Don Henley siempre dijo que
“estaba fascinado con los hoteles, y en ese momento me encantaba la
arquitectura del estilo misionero de los primeros tiempos de California…, tiene
misterio, romanticismo”. Cuando la dirección del Beverly Hills se enteró de que
la portada del disco era su fachada pensó en demandar, pero desistió al ver
cómo se disparaban las reservas.
El
juego-diálogo-duelo de guitarras de la canción es, sin duda, una de sus señas
de identidad, de modo que todo aficionado lo reconocería al segundo. La primera
parte del fabuloso solo la toca Don Felder, mientras Joe Walsh le secunda
(grabaron a la vez), y luego, el segundo verso del solo lo protagoniza Joe
Walsh respaldado por Felder, pero al final del tema, cuando vuelven a
destacarse las guitarras, se intercambian los papeles, construyéndose así una
especie de conversación instrumental única, pletórica de armonía y encanto; de
hecho, ese solo ha estado siempre entre los más valorados tanto por la crítica
como por el buen aficionado. Joe Walsh dijo:”Felder y yo nos respetábamos, pero
éramos muy competitivos, lo cual nos estimulaba a hacerlo mejor”.
Puede decirse que Hotel
California es el hotel más famoso del mundo.
CARLOS DEL RIEGO