OPINIÓN

HISTORIA

miércoles, 29 de enero de 2020

LOS ESPAÑOLES QUE SALVARON A MILES DE JUDÍOS DE AUSCHWITZ Y OTROS CAMPOS

Decenas de miles de judíos se salvaron de este horror gracias a españoles


Se cumplen estos días 75 años de la liberación del campo de concentración de Auschwitz por el ejército soviético. Fue uno de los centros de la industria de la muerte creada por los nazis para exterminar millones y millones de judíos en lo que puede considerarse como uno de los mayores horrores cometidos jamás por el hombre. Pero a pesar de la eficaz maquinaria puesta en marcha  por aquel régimen genocida, hubo judíos que consiguieron salvarse, muchos gracias a la valentía y humanidad de unos cuantos españoles. Lo que puede sorprender es lo que dijeron los judíos acerca de la España de Franco
Parece oportuno recordar que, en aquellos momentos negros de la historia del género humano, no sólo hubo maldad inmensa, sino que también hubo abundantes casos de enorme bondad, la protagonizada por todos aquellos que salvaron una o miles de vidas inocentes. Y entre estos benefactores (Irena Sendler, Wallenberg, Schindler…), como es sabido, hubo no pocos españoles, los cuales, además de salvar vidas, informaron de lo que estaba pasando.
Muy conocida es, afortunadamente, la hazaña del diplomático Ángel Sanz Briz, que desde la embajada española en Budapest, y gracias a su inteligencia, valentía y decisión, libró a más de cinco mil judíos de la cámara de gas; este héroe aragonés ideó el modo de proporcionar pasaporte español a judíos descendientes de sefardíes, y luego a todos los judíos que se lo pidieron.
Menos conocidos son otros españoles que igualmente no se quedaron de brazos cruzados ante la barbarie nazi. Quienes más ‘poder’ tenían para arrebatar combustible a las cámaras de gas eran, lógicamente, los diplomáticos, un cuerpo de servidores públicos que en aquellos trágicos años mostraron un aplomo y una integridad que sigue siendo emocionante. Es de justicia recordar a Sebastián Romero Radigales, destinado en Atenas, que salvo a cientos; Eduardo Propper de Callejón, que desde la embajada en París logró que muchos judíos perseguidos por el gobierno pro nazi de Vichy pasaran a España; José Ruiz Santaella, que junto a su esposa Carmen Schrader se las arregló para salvar a tres mujeres judías en el sitio más peligroso para ocultar hebreos, el mismísimo Berlín de los años cuarenta; Julio Palencia Tubau, que se enfrentó con dos narices a los nazis en Bulgaria (éstos lo calificaron como “antialemán y amigo de judíos”) a favor de muchos sefarditas y otros semitas, e incluso peleó para que no ejecutaran a uno y, al no lograrlo, adoptó a sus hijos, que lograron salir del país y reencontrarse con su madre; Bernardo Rolland de Miota, cónsul en París, que llevó a cabo diversas acciones para librar a un centenar destinado a la cámara de gas; y también Fernando Canthal Girón desde Milán, Miguel Ángel de Muguiro desde Budapest, José Rojas Moreno desde Bucarest; Juan Schwartz Díaz-Flores desde Viena… Igualmente hicieron otros españoles de a pie, que lograron poner a salvo a cientos, tal vez miles; por ejemplo las hermanas gallegas Touza, Lola (llamada ‘La madre’), Amparo y Julia, que se encargaron de esconder y facilitar la huida de no menos de quinientos fugitivos, que llegaban a su pueblo, Ribadavia, preguntando por ‘La madre’. Y seguro que hay más cuyos nombres y actos heroicos no dejaron testigos. Todos, todos merecen el recuerdo y el reconocimiento.
Algo mucho menos conocido es el agradecimiento que los judíos han expresado hacia la España de Franco (incluso hacia el propio dictador), a la que reconocen haber salvado a entre 40.000 y 60.000 judíos. El filósofo, politólogo e historiador alemán Patrik von zur Mühlen escribió en su libro ‘Huída a través de España y Portugal’ (1992): “España hizo posible que más de 50.000 disidentes y judíos escaparan de los nazis”.
Shlomo Ben Ami, que fuera Ministro de Asuntos Exteriores de Israel (2000-2001) y embajador de Israel en España (1987-1991), declaró en el año 1991 a la revista ‘Época’: “El poder judío no fue capaz de cambiar la política del presidente Roosevelt hacia los judíos durante la II Guerra Mundial. El único país de Europa que de verdad echó una mano a los judíos fue un país en el que no había ninguna influencia judía: España, que salvó más judíos que todas las democracias juntas».
En su libro ‘La banalidad del bien. La historia de Giorgio Perlasca’ (1991), el médico, periodista y escritor italiano Enrico Deaglio (que fue editor del periódico comunista ‘Lotta continua’), afirma inequívocamente: “Aunque el papel de la España franquista en las operaciones de salvamento de los judíos europeos ha sido casi totalmente silenciado, fue decididamente superior al de las democracias antihitlerianas. Las cifras varían entre los 30.000 y los 60.000 judíos liberados del holocausto”.
El ‘The American Sephardi’ publicó, con motivo del aniversario del fallecimiento de Franco, esta reflexión: “Al margen de cómo le juzgará la Historia (a Franco), lo que sí es seguro que en la historia judía ocupará un puesto especial. En contraste con Inglaterra, que cerró las fronteras de Palestina a los judíos que huían del nazismo y la destrucción, y en contraste con la ‘democrática’ Suiza que devolvió al terror nazi a los judíos que llegaron llamando a sus puertas buscando ayuda, España abrió su frontera con la Francia ocupada, admitiendo a todos los refugiados sin distinción de religión o raza. El profesor Haim Avni, de la Universidad Hebrea, que ha dedicado años a estudiar el tema, ha llegado a la conclusión de que España logró salvar al menos a 40.000 judíos, vidas que se salvaron de ir a las cámaras de gas alemanas, bien directamente a través de intervenciones españolas de sus representantes diplomáticos, o gracias al hecho de que España les abriera sus fronteras. (…) Según las leyendas hebreas, en el Libro de la Muerte se escriben los nombres de los tiranos y de los enemigos de Israel. Y el de sus protectores y amigos en el de la Vida. Pues bien, Francisco Franco tiene su nombre en el Libro de la Vida. En las sinagogas de Estados Unidos todos los 20 de noviembre se reza un responso, o kadish, en memoria del hombre que libró a tantos hebreos del holocausto (…) y que ni buscó ni obtuvo ningún beneficio por ello”.
El rabino Chaim Lipschitz, del semanario hebreo ‘Torah Vodaath and Mesivta’, de Nueva York, manifestó en la revista Newsweek en febrero de 1970: “Tengo pruebas de que el jefe del estado español salvó a más de sesenta mil judíos durante la II Guerra Mundial. Ya es hora de que alguien dé las gracias a él y a España por ello”.
Son palabras textuales de los interesados (y hay que dar por seguro que ningún judío diría nada bueno de alguien sin motivo): España salvó más vidas que todas las democracias juntas. Lo dicen ellos, los judíos, las víctimas. 
CARLOS DEL RIEGO

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