OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 25 de noviembre de 2018

GRANDES ÉXITOS ESCRITOS EN UNOS MINUTOS Algunos artistas tardan meses, años, en terminar su obra: la retocan, la modifican y nunca quedan satisfechos. Otros, sin embargo, hacen lo contrario, se limitan a materializar inmediatamente lo que se les ocurre (un caso que todos conocen es el de Mozart, que nunca corregía ni arreglaba sus partituras). En el universo del rock & roll se dan los dos extremos, de modo que existen canciones que necesitaron muchos retoques y modificaciones para que todos quedaran satisfechos; pero también hay otras que surgieron de un chispazo, casi instantáneamente, y curiosamente se convirtieron en éxitos fulgurantes

Escribir el irresistible 'Rock & roll' sólo llevó media hora a los componentes de
 Led Zeppelin.


Para la gran mayoría de los mortales eso de componer una obra musical es algo impensable, ni aunque se trate de una simple canción con texto y partitura, con su estribillo y su estrofa. Es muchísimo más difícil de lo que parece. Y eso que, ciñéndose a ese sistema solar llamado rock & roll, existe la ventaja de que no hay reglas de funcionamiento ni sus ‘cánones’ tienen que ver con cualquier otro género musical ni aún artístico. Por eso, se han dado casos de canciones que apenas necesitaron unos minutos para ser concebidas y, por el contrario, no dejan de sonar por más años que pasen. Por ejemplo…  
Una pieza emblemática y tremendamente evocadora de una época es ‘San Francisco’ (1967). John Phillips, de The Mamas & The Papas, formaba parte de la organización del festival Monterey Pop (uno de los primeros) y alguien debió sugerirle que podía hacer una canción que sirviera como himno del ‘hippismo’, como una especie de reclamo para que la juventud estadounidense se pusiera en camino hacia la capital del movimiento hippie. Así, Phillips se sentó con papel y lápiz y en menos de media hora tenía la canción hecha para voz y guitarra. De unos minutos de inspiración surgió un himno, una ilustración perfecta de un momento del siglo XX. 

Black Sabbath estaba grabando su segundo álbum, ‘Paranoid’, en 1970. En menos de tres días lo tenían todo terminado, pero faltaban unos minutos para completarlo, así que hubo que ponerse a idear otra canción  Se cuenta que mientras Tony Iommi probaba un riff de guitarra, el bajista Geezer Butler y Ozzy Osbourne escribían los versos apresuradamente. Unos veinte minutos después ya la estaban ensayando en el estudio, con Ozzy leyendo la letra mientras cantaba. Lo que iba a ser un tema de relleno se convirtió en el mayor éxito de grupo y uno de los primeros emblemas del rock duro.

La trepidante ‘Rock & roll’ (1971) de Led Zeppelin también apareció como un chispazo. Estaban escuchando blues cuando Jimmy Page empezó a hacer un sencillo riff sobre el que se construyó gran parte de la estructura; John ‘Bonzo’ Bonham, que estaba malhumorado por las esperas, se arrancó con un ritmo que parecía no pegar bien con el resto, un ritmo basado en el comienzo del tema ‘Keep a knockin’ (1957) de Little Richards. Pero al combinar todo, la cosa funcionó. En total, alrededor de media hora (grabarlo ya fue otra cosa) de inspiración y un clásico incontestable.

Uno de los mejores grupos de heavy en su más estricto sentido es Uriah Heep, que en 1972 publicó su poderoso ‘Easy Livin´’. Cuenta sus autor, el teclista y guitarrista Ken Hensley, que aquel año, después de pasarse días y días trabajando intensamente en el estudio, compartían un taxi de vuelta a casa; hablaban de que el público pensaba que los músicos de rock llevaban una vida fácil y regalada, que llegaban a un sitio, tocaban un rato y ganaban millones. Cuando bajó del taxi, las palabras ‘vida’ y fácil’ bailaban en la cabeza de Hensley, de modo que al llegar a casa se puso a escribir y, en apenas quince minutos, lo principal, la letra y la música, estaban hechas. Tantos años después no ha perdido su arrollador encanto (un recuerdo para el bajista Gary Thain y sus vertiginosas líneas de bajo, el cual murió cuando tenía…, sí, 27 años).  

Cuando el guitarrista de REM, Peter Buck, aprendía a tocar la mandolina repetía una y otra vez un riff, luego, al escucharlo, pensó que de ahí podía salir una canción, de hecho, cuenta que casi instantáneamente se le ocurrió el coro; luego les puso las grabaciones a los demás y en apenas 10 minutos el tema estaba escrito; “cuando al día siguiente la escuché, me di cuenta de que casi todo eran las escalas que yo practicaba”, dijo Buck. La canción sigue siendo uno de sus títulos de referencia, ‘Losing my religion’ (1991).

Según el propio David Bowie, la maravillosa ‘Life on Mars’ (1971), fue fácil de hacer. Estaba en un parque y se le ocurrió una tonadilla, caminó para tomar un autobús con la musiquilla insistiendo en su cabeza, llegó a casa e inmediatamente se puso al piano y “al final de la tarde tenía terminadas la letra y la música”, explicó él mismo (posteriormente Rick Wakeman y Mick Ronson le proporcionaron sus increíbles adornos). Parece fácil, pero hay que tener un talento desbordante para hacer tal cosa.

Y aunque no consta cuánto tardaron Ramones en escribir su primer disco, seguro que fue incluso menos; por ejemplo, el tema ‘No quiero salir contigo’ sólo tiene dos versos, el título y ‘entonces por qué tú quieres salir conmigo”, un par de acordes y listo; no parece que esto llevara mucho tiempo; el resto de las canciones sigue más o menos esos parámetros. Según su manager Dany Fields, el disco se grabó en una semana y costó unos seis mil dólares, aunque “podía haber costado seiscientos”. Son destellos fugaces, pero deslumbran.

Dicen que Led Zeppelin tardó un año en terminar su impactante ‘Starway to heaven’, pero las leyes del rock permiten hacerlo muy bueno con mucho menos.

CARLOS DEL RIEGO

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