OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 21 de enero de 2018

LA SOLEDAD EN LOS VERSOS DEL ROCK & ROLL El gobierno inglés ha creado un departamento específico para paliar la creciente soledad, sensación que en Europa afecta a millones de personas. Como todo aquello que tiene que ver con el sentir del individuo, el rock ha escrito ampliamente sobre ello

Roy Orbison escribió mucho sobre la soledad y la tristeza, pero ninguna de esas camciones surgió de la desgracia,
 sino de momentos alegres

Sí, aseguran que casi un veinte por cien de la población inglesa padece ese mal, y que cientos de miles de mayores se pasan semanas sin hablar con nadie. Es sabido (y está más que comprobado) que en los países nórdicos el aislamiento y la introspección permanente son como una epidemia que, por ejemplo, empuja a muchos a encerrarse en una habitación con una botella y no salir hasta que se le han trasegado hasta la última gota (y no es un tópico). En todo caso, es un hecho verificado científicamente que estar siempre y exclusivamente con uno mismo es causa de enfermedades tanto mentales como físicas.  En el universo del arte en general y de la música rock en particular, sentimientos que conllevan infelicidad, como la soledad, siempre tienen quién les cante. Tal vez sea porque la estrella de rock, aun estando siempre rodeada de gente, nota ese pinchazo de soledad al verse en lo alto de la torre de marfil a la que sólo él tiene acceso, de modo que, mucho o poco, tarde o temprano, no verá a nadie a su lado. Muchas y muy buenas canciones se han escrito en torno a este triste asunto con gran diversidad de puntos de vista.      
Por ejemplo el ‘Another day’ de Paul McCartney (del que ya se ha hablado aquí). El tema va de una mujer (podía ser un hombre) que vive sola y repite un día y otro la misma rutina, que se siente desgraciada al no tener con quién compartir su vida, que a veces está con hombres pero sólo una noche y al día siguiente, al despertar, ya no hay nadie a su lado. Y entonces vuelve a sentir lo desolado y triste de su existencia. Todo envuelto en una preciosa melodía que evidencia el talento de Macca para idear partituras y ambientes llenos de encanto.

También sir Paul es el autor de otra delicia que habla de la soledad, la mágica ‘Eleanor Rigby’ de The Beatles; la letra se pregunta ¿de dónde viene toda la gente solitaria, a dónde pertenece?; la protagonista, Eleanor, vive sola, mira por la ventana esperando, esperando; y algo parecido le pasa al padre McKenzie, el otro personaje de la historia, que se zurce él solo los calcetines y que de noche sufre una profunda soledad. El mensaje es también triste (“mira toda esa gente solitaria”), y a ello contribuye el glorioso grupo de cuerda que acompaña a las voces. Pero claro, la pieza tiene tal poder de fascinación que no hay quien no caiga en sus encantos en cuanto comienza.
Nada menos que en 1960 publicó el gran Roy Orbison su exquisita y refinada ‘Only the lonely’; en realidad el título completo sería ‘Sólo los solitarios (saben cómo me siento)’. Se tiene por una de las canciones más tristes jamás escritas en el terreno del pop y el rock, sin embargo, el músico tejano de las gafas oscuras siempre afirmó que todas sus canciones, incluyendo las más pesarosas, las escribió en momentos felices, y añadió que en estados de pena no podía comer, dormir o, mucho menos, componer canciones (hay que recordar lo duramente que la vida lo trató). Con su voz cristalina, Orbison habla  específicamente sobre lo que es estar sólo “porque ellos se han ido para siempre (…) no más tristeza, pero es lo que tienes cuando tu corazón solitario se rompe”. Al final hay un rayo de esperanza y, en todo caso, afronta la desgracia sin autocompasión.

Mucho más lacrimógena es ‘Alone again, naturly’ (1972) de Gilbert O’Sullivan; sobre una melodía sencilla pero con gancho, el cantautor se desespera y sopesa la posibilidad del tirarse desde una torre después de que su novia lo dejara plantado ante el altar; por si fuera poco, cuenta cómo murieron sus padres, de manera que no extrañará que los versos finales digan “lloré y lloré todo el día; otra vez solo, naturalmente”. También hay que recordar el ‘Are you lonesome tonight’ que Elvis lanzó al éxito en 1960 (el original data de los años 20 del siglo pasado); esta canción alude a la soledad y la tristeza que surgen tras el abandono de la persona amada, tanto que llega a decir que “prefiero tus mentiras a quedarme solo”; la profundidad, la calidad, la armonía de la voz de ‘el rey’, en todo caso, sacuden los sentimientos de quien escucha. El ‘Owner of a lonely heart’ (‘Dueño de un corazón solitario’) que publico Yes en 1982 habla de la contradicción de la soledad, la cual es más deseable que tener un corazón destrozado; el sonido y arreglos son más aparatosos y efectistas, como corresponde a una banda de rock sinfónico o progresivo, géneros que entonces ya estaban en desuso.

Y puede incluirse también el inolvidable ‘Nadie te quiere ya’ (1967) de Los Brincos, que no se refiere explícitamente a la soledad, pero lanza una especie de maldición que conlleva la ausencia de compañía: “Nadie te quiere ya, ¿qué vas a hacer, a dónde irás?”. Una letra que desprende infelicidad y resentimiento, pero ¡qué enorme canción!, de las mejores de la historia del pop rock español.

Se trata de imprescindibles e inolvidables piezas que reflexionan sobre un sentimiento tristón, pero que tienen la propiedad de elevar el espíritu de quien las escucha.      

CARLOS DEL RIEGO

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