OPINIÓN

HISTORIA

martes, 2 de enero de 2018

EL TIEMPO BAJO EL PRISMA DEL ROCK Otro año más. El tiempo se impone a todos aunque no todos tengan la misma sensación de su intransigente avance. Tan fascinante tema no ha dejado de atraer a los grandes autores del rock, que han escrito excelentes títulos sobre algo tan trascendental.

Pink Floyd dedicaron al tiempo algunas de sus mejores canciones

El concepto de tiempo es variable. No se tiene la misma percepción de su transcurrir cuando se es adolescente que cuando se supera la cuarentena, cuando niño que cuando sesentón. El tema ha debido resultar irresistible para quienes escriben canciones en clave rock, pop, funk…, a juzgar por la enorme cantidad de títulos cuya letra viene a ser una reflexión en torno al tiempo, al momento presente, al venidero, al ayer; son tantas que se puede hacer una selección exclusiva de piezas imprescindibles, auténticos clásicos que dan vueltas alrededor del reloj (como Bill Halley).

Si se pregunta por una que hable del tiempo la primera que a todo el mundo se le ocurre es ‘Time’ (1973) de Pink Floyd. Inolvidable los infinitos relojes que resuenan al principio, la enigmática entrada, la repentina aparición de las voces y el ritmo, los punteos, los coros…, todo interesado en esto del rock podría reconocer la atmósfera de aquel inolvidable álbum en el acto. El texto es una meditación sobre el tiempo, sobre lo que el joven espera que ocurra sin darse cuenta de que todo le ocurre mientras espera. Así, sus versos son explícitos: “Pasan los momentos de un aburrido día, desperdicias las horas sin pensar (…), esperando algo o a alguien que te diga por dónde ir (…); eres joven y la vida es larga (…), un día te darás cuenta de los años que has dejado atrás (…). El sol es el mismo pero tú eres más viejo, con menos energía y un día más cerca de la muerte (…) cada año es más corto”. La intención es evidente: más te vale que no esperes, porque un día te darás cuenta de que el tiempo se te ha ido esperando.

Los Rolling Stones dieron vueltas alrededor del tiempo varias veces. Una fue con una composición ajena, ‘Time is on my side’ (1964); la seductora melodía encierra un mensaje simple e incluso frívolo, que viene a decir algo así como “vete si quieres, chica, pero el tiempo está de mi parte y un día volverás, puedo esperar”. Lo curioso es que, diez años más tarde, la idea que transmitieron era la contraria: ‘Time waits for no one’, el tiempo no espera por nadie, una frase que tarde o temprano todo el mundo suelta; es una pieza bastante olvidada (injustamente) e incluida en  el ‘It´s only rock & rolll, but I like it’, un título tan celebrado que parece oscurecer el resto de las canciones del álbum; ritmo medio y ambiente elegante (finísima la guitarra de Mick Taylor) arropan una letra que parece una sucesión de dichos, de sentencias: “El tiempo no espera por nadie y no esperará por mí (…). El tiempo puede derrumbar un edificio o destruir la cara de una mujer. Las horas son como los diamantes, no las desaproveches”. En todo caso, no cabe duda de que ellos han aprovechado y aprovechan su tiempo…

El trepidante ’25 or 6 to 4’ (1970) de Chicago se centra en un instante del tiempo, concretamente en el momento de escribir una canción, pues de esto va, del proceso creativo; se dijo que el tema se refiere a asuntos de drogas, pero el propio autor (Robert Lamm) lo desmintió categóricamente y explicó que alude a la hora exacta en que él consideró que ya tenía el tema hecho, en este caso 25 ó 26 minutos antes de las 4; por otro lado, luego añadió que la obra no adquirió su verdadero cuerpo hasta que la tocó todo el grupo. Es una forma de detener el tiempo, de volver una y otra vez al instante preciso de aquella noche en que un compositor no sabía cómo rematar la letra y lo hizo reflejando el minuto de la madrugada en que eso sucedía. Los dos primeros versos lo explican: “esperando el amanecer, buscando algo que decir”.

Directa o indirectamente el asunto del tiempo aparece o se intuye en una infinidad de temas. Así, el imprescindible ‘Dust in the wind’ de Kansas habla de lo fugaz del tiempo: “cierro los ojos un momento y el momento pasó (…) todos somos polvo en el viento (…) y todo tu dinero no podrá comprar ni un solo minuto más”. Puede mencionarse el ‘Child in time’ de Deep Purple, con su prodigiosa exhibición vocal, pero esa criatura en el tiempo se refiere más a quien está ajeno al tiempo y ve el bien y el mal. Y claro, el ‘Times they are a changin’ de Bob Dylan, que tampoco trata del transcurrir de las horas y los días sino, como él mismo explicó, va del paso de la vida a la muerte, que es el máximo cambio a que el hombre está sujeto. Tampoco el ‘We can work it out’ de Beatles va de tiempo exactamente, pero en un par de versos dice algo tan jugoso como “la vida es muy corta y no hay tiempo para quejarse y pelearse”, ¡gran verdad!

Y para terminar, el magnífico instrumental ‘Time is tight’, el tiempo apremia, que Booker T & The MG´s publicaron en 1969.

¡Qué estimulantes suenan estas melodías  para degustar el tiempo!


CARLOS DEL RIEGO

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