OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 26 de marzo de 2017

EL ESCASO INTERÉS DEL ROCK POR LA IDEA DE UNA EUROPA UNIDA. La Unión Europea cumple sesenta años, más o menos los mismos que el rock & roll en este continente; sin embargo, pocas veces han coincidido, pocas veces se han fijado los grupos de rock en la vieja Europa: la cosa no les interesa demasiado.

The Clash, que a menudo protestaban contra la sociedad occidental, escribieron tras regresar de Jamaica el tema 'A salvo en el hogar europeo' (foto Bob Gruen).

Esa idea de una Europa Unida no es nueva. Primero los romanos, después Carlomagno, más tarde Carlos I y luego Napoleón soñaron con unificar el viejo continente, utilizando como elemento aglutinante la administración, la política, la religión..., sí, la vieja Europa tiene mucho que contar. El caso es que ese proyecto que persigue algo así como unos Estados Unidos de Europa puso sus cimientos hace justo sesenta años, en 1957, coincidiendo con la aparición de los primeros músicos de rock cien por cien europeos, un honor que podría corresponder a los británicos Billy Fury, Cliff Richard y, claro, The Quarrymen. Pero a pesar de que el europeísmo y los balbuceos de ese género musical son más o menos de la misma quinta, pocas veces han cruzado sus caminos, de manera que los autores de canciones, al igual que la mayoría de la población, han prestado escasa atención a esta empresa. Aún así, se pueden encontrar algunas piezas que merece la pena recordar.

Aunque en algún lugar entre los Urales y el Atlántico alguien escribiera una canción sobre este asunto antes, entre los grupos con significado internacional seguramente sean Roxy Music quienes primero se decidieron a hacer algo relacionado (aunque fuera mínimamente) con la vieja Europa. Fue en 1973, en su álbum ‘Stranded’, cuando editaron ‘A song for Europe’. Una balada, ¡cómo no!, fina y elegante, con un Bryan Ferry entonando, como un lamento nostálgico y desde algunas ciudades de Europa, cosas como “No tenemos nada que compartir, excepto el ayer”, y para mostrar un matiz intercontinental incluso se atreve con el francés y hasta con el latín…       

Contrastando con la calidez y pasión de Ferry y sus huestes, los germanos Kraftwerk, siempre gélidos, invitaron a todo el mundo en 1977 a dar un paseo en su ‘Trans Europe Express’. Sonido frío, mecánico, voces casi átonas, repetición uniforme e invariable… como el ruido del tren en marcha. Sin embargo, la pieza posee un evidente espíritu europeísta que se basa en la idea de que el ferrocarril une países. La letra tiene poca chica: habla de los Campos Elíseos, de un café en Viena y de un encuentro con Bowie e Iggy Pop en Dusseldorf, eso es todo. Claro que su valor está en la innovación, en el descubrimiento del techno.

Primerizos eran REM cuando lanzaron su ‘Radio Free Europe’, donde Europa sólo aparece en el título. El ambiente ligero, ágil, con que acompañaban a la melodía resultaba fresco en aquel 1981; fue su primer single y con él el grupo se dio a conocer en todo el mundo. El texto es indescifrable, algo muy corriente en los que escribe su cantante, Michael Stipes, quien parece hacerlos pensando más en su buen encaje en la música que en decir algo coherente, además, se cuenta que en los primeros conciertos incluso improvisaba.

Por aquellos años, en 1978, The Clash hervía en el cráter del punk. Su segundo Lp se abría con ‘Safe European Home’, un cañonazo guitarrero que invitaba a bailar ‘pogo’ (eso de bailar saltando y empujando al vecino). La letra está cargada de intención; cuentan Strummer y Jones que habían pasado una temporadita en Jamaica para componer canciones (Simonon echaba chispas por no haber sido invitado), pero el viaje resultó… peligroso; ellos mismos declararon con total crudeza cosas como que “ser blanco allí es una invitación al robo”, o “es extraño que no termináramos en filetes con patatas”, o como “si en los muelles sobrevivimos fue porque debieron confundirnos con marineros”. No sorprenderá que sólo al volver a casa, sólo al pisar Europa, se sintieran verdaderamente a salvo. Y es que como en casa… Lo curioso del asunto es que las canciones de The Clash solían contener puyazos contra la sociedad burguesa occidental, por lo que llama la atención su repentino apego a su ‘despreciada’ tierra y su sentimiento de alivio al regresar a ella.  

The Stranglers también fueron punk en su momento, pero con el tiempo derivaron en una banda de sonido poco ruidoso, racional, tranquilo y muy elegante. Así es su ‘Feline’ (1983), que incluye uno de sus temas más celebrados, ‘European female’. La voz va susurrando a través de un acompañamiento en el que sobresalen la guitarra acústica y el bajo, con sutiles arreglos de teclados varios, todo lo cual proporciona un entorno muy refinado, casi decadente. El texto es un poético elogio de la mujer europea, con versos con tanta lírica como “cuando habla, sus labios besan el aire (…) me encanta su aire y su gracia, aquí está la mujer europea, vamos a estar juntos durante mil años”.

Hay algunas más, eso sí, pocas y con escaso alcance. No, el tema de Europa como unidad no parece haber estimulado la imaginación de los compositores de canciones rock. Sorprende un poco que una idea de unión como la que propone la U. E., con todos sus defectos, no termine de prender en el ideario del rock y géneros afines. Tal vez en el futuro.


CARLOS DEL RIEGO

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