OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 8 de enero de 2017

ROCK PARA TODOS LOS PÚBLICOS. Sin drogas ni sexo, sin morbo ni alcohol. El rock puede ser perfectamente apto para todos los públicos, no siempre ha de tener trasfondos o intenciones inapropiadas para menores.

'Yellow submarine', de The Beatles, es una muestra de música pop apta para
todos los públicos 
En torno al Día de Reyes es buen momento para disfrutar de canciones tan ingenuas como el pensamiento del rapaz. No es que se hayan escrito pensando precisamente en oídos infantiles, pero sí que hay una jugosa colección de temas simples y directos tanto en música como en letra, rock de siempre que huye de palabras gruesas y sonidos enrevesados. Las hay de una sencillez casi infantil (lo que no quiere decir exentas de mérito) y que todo el mundo reconocería en el acto.

Así, pueden escucharse con la sonrisa puesta el ‘Yellow submarine’ o el ‘Obladi obladá’ de los Beatles, con las que John y Paul parecieron escribir para infantes; son títulos que suenan facilones, que dan impresión de poco esfuerzo creativo, sin embargo, tienen esa chispa que sólo el talento es capaz de proporcionar. Con propósitos parecidos, o sea, con idea de divertir sin más, puede recordarse el siempre resultón ‘Rama lama ding dong’ en la trepidante versión de Rocky Sharpe & The Replays; rock & roll intrascendente, inocente, tan inocuo que no hay chaval que se resista a su ritmo y a su estribillo trabalenguas. Y siguiendo por el camino de los juegos de palabras, siempre mueve a expresión risueña el jovial ‘Itsy bitsy teenie weenie yellow polkadot bikini’, el cual fue un gran éxito en Estados Unidos nada menos que en 1960, a cargo del olvidado Brian Hylland; su estribillo (que tiene algo de polka) siempre hace gracia a quien lo escucha por vez primera, sobre todo a los más jóvenes.

En sus primeros tiempos el rock & roll sufrió no poco rechazo por parte de las sociedad más conservadora; fue tenido como algo perverso o, en el mejor de los casos, como una ‘matraca ruidosa que daña los oídos’. Sin embargo, vistas las cosas con perspectiva y con ojos del siglo XXI, aquellos temas pioneros eran, generalmente, tan inocentes como la mente del niño que espera a los Reyes. Un buen ejemplo es el fundacional ‘Rock around the clock’, uno de los títulos con los que se abrió esta increíble senda llamada rock & roll; todo es transparente, la voz, la melodía, los arreglos, el ritmo…, y lo curioso del caso es que tanto chaveas como puretas ‘entran’ por ese reloj alrededor del cual todo el mundo da vueltas. No deja de llamar la atención el hecho de que aquel disco de Bill Halley resulte tan asequible, como tampoco que sesenta años después (¡60!) se escuche con agrado y satisfacción.  
   
Pero no todas las canciones fáciles tienen que ser intrascendentes, como prueba una emblemática del sempiterno John Lennon, ‘Give peace a chance’. Esquemática y con poca variación, contiene sin embargo un mensaje evidente, positivo y pacifista, el cual viene envuelto en una melodía tan genial, tan lógica que se vuelve hechizante se tengan los años que se tengan; eso sí, los chiquillos la cogen y la tararean a la primera, dan palmas, la corean y captan su cristalino significado.  
  
Es innecesario subrayar que hay muchísimas más muestras de rock para menores de edad que no resultan cargantes o repipis. Y así, también pueden incluirse en la lista piezas de factura menos infantil pero igualmente aptas para todos los públicos. Poco hay que censurar, por ejemplo, en la mayoría de los instrumentales surf-rock como el ‘Wipeout’ de The Surfaris, con sus risita burlona, o el ‘Surfin’ bird’, que aunque tiene parte vocal, mantiene una entonación jocosa y campechana. Igual que el ‘Yakety Yak’ de The Coasters. ¡Y qué decir del ‘Lollipop’, o sea, ‘Piruleta’, de The Chordettes!, la cual surgió después de que uno de sus autores llegara tarde al estudio porque a su hija se le había pegado una piruleta en el pelo…, ¿hay algo más inequívocamente infantil?     
También hay en español algunos especialistas en melodías y textos inofensivos, casi insustanciales; y como máximo representante puede mencionarse a los Hombres G, cuyas canciones siempre han ido por ese camino, es decir, no tienen otra pretensión que la que dicen sus textos, sin dobleces ni intenciones ocultas, por lo que son fácilmente consumibles por los peques entre juegos y risotadas. De este modo, ¿puede haber letras más cándidas e infantiloides que la de ‘Sufre mamón’, con versos como “te retorcerás entre polvos pica-pica”. El grupo de David Summers siempre ha fabricado música perfectamente apropiada para gente menuda, y sigue activo.

Pues sí, hay mucho rock apto para todos los públicos, sin sexo ni drogas, sólo rock & roll.


CARLOS DEL RIEGO

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