OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 27 de noviembre de 2016

LA VIOLENCIA MACHISTA TAMBIÉN TIENE REFLEJO EN EL ROCK. Al igual que en otros ámbitos, la violencia machista también está desgraciadamente presente en el asunto del rock, y lo está tanto en las mujeres que la han sufrido como en las canciones que hablan de esta desgracia.

Aunque a Lennon no le gustaba, Beatles trataron el asunto en su 'Run for your life'..
El 25 de noviembre de 1981 fueron asesinadas las hermanas Mirambal por orden del dictador dominicano Leónidas Trujillo, el Chivo; desde entonces ese es el Día contra la violencia machista (sexista, machista, doméstica…, pero no de género, pues las personas pertenecen a uno u otro sexo, no a uno u otro género). Indigna, enfurece leer o ver en vídeo los terribles actos de violencia contra las mujeres que se producen a diario en prácticamente todo el mundo (también existen casos en los que es ella quien ejerce la tiranía, aunque en mucha menor medida; y también podría hablarse de la violencia que promueven las ‘feminazis’). 


 En cuanto a las cantantes de rock y pop que han padecido las consecuencias de la cobardía de sus parejas destaca, por encima de todas, Tina Turner, que aguantó décadas las palizas del bestia de Ike, quien se atrevía a decir que le zurraba lo mismo que todo hombre atiza a su mujer…, y la golpeó tanto y tan fuerte en la cara que tuvieron que operarla para reconstruir su tabique nasal…, hasta que dio el paso y se libró de él; también se recuerdan las imágenes de Whitney Houston con evidentes signos de violencia de manos de su impresentable marido Bobby Brown, quien la estuvo pegando durante 14 años, hasta que ella se divorció, pero el daño y las drogas ya había hecho tanto daño que todo desembocó en una muerte prematura; incluso Madonna, quien siempre ha hecho alarde de su fuerte carácter, no se libró de ser maltratada por su marido Sean Pean (tan progre él). Son sólo una muestra. En cualquier caso queda demostrada la vileza de esos tres prosimios.

Las canciones que hablan de las odiosas costumbres de algunos pervertidos y que sufren otras tantas mujeres son, por desgracia, muy abundantes, lo que refleja lo extendida que está esta inmoralidad. Una pieza que causa escalofríos cada vez que se escucha es  ‘Behind The Wall’, perteneciente al primer Lp de Tracy Chapman, en 1988. Cantada sin el menor acompañamiento, causa verdadero impacto ya desde el inquietante primer verso, “Anoche oí el grito”, y a partir de ahí la cantautora estadounidense habla de un hombre que se despierta cada noche a causa de los ruidos del piso de al lado, que son golpes y gritos; llama a la policía, pero “siempre llegan tarde”, y cuando llegan “dicen que no pueden interferir en asuntos domésticos”; la narración termina con la esposa en la ambulancia y los agentes tratando de dispersar a los curiosos… Una canción muy cruda, explícita, estremecedora.

El siempre combativo Billy Bragg ha escrito más de una vez sobre la violencia doméstica. En su ‘Levi Stubbs tears’ (1986) cuenta cómo una esposa maltratada (“le hizo un agujero donde no debería haber agujero”) encuentra consuelo en las canciones de los Four Tops, y además de mencionar a Levi, habla de los compositores de las mismas (Barret y Strong, Holland, Dozier y Holland); finaliza con la pobre mujer guardando cuidadosamente la cinta (el casete) de su grupo favorito. Bragg también trata el tema en su ‘Valentine´s day is over’, uno de cuyos versos resume el proceso: “poesías, flores, palabras bonitas, y amenazas (…), gracias por las cosas que me compraste, gracias por lo que me mostraste cuando me pegaste duro (…) el Día de San Valentín terminó”. La nítida voz del británico y el escueto acompañamiento proporcionan al texto un mayor dramatismo.  

Tremenda es la historia que cuenta el ‘Hey Joe’. De imprecisa autoría, el portentoso Jimi Hendrix la convirtió en clásico, en una obra de referencia, en 1966. El texto está estructurado como un diálogo, con preguntas y respuestas muy al estilo blues; más o menos dice “Hey Joe, ¿a dónde vas con esa pistola? Voy a disparar a mi mujer, porque la vi con otro hombre. Hey Joe, escuché que disparaste y mataste a tu mujer. Sí, le disparé. Hey Joe, ¿a dónde vas a huir? Voy al sur, a México, donde nadie me encuentre, no hay verdugo que vaya a ponerme la soga al cuello”. Y además, la guitarra de Jimi, un volcán…

También The Beatles mostraron inquietud por este tema. Así, el trepidante ‘Run for your life’, incluido en el fabuloso ‘Rubber soul’ (1965), viene a ser una sucesión de amenazas del tipo “Preferiría verte muerta, nena, antes que con otro hombre, si te pillo con otro es el fin, sabes que soy un chico malo y celoso, te lo digo en serio, estoy decidido”. Al parecer, Lennon se inspiró en una de Elvis, (el primer verso es tal cual), pero cambió el deseo que aparece en el original por los celos que presiden su texto. El ‘beatle’ que murió asesinado dijo muchas veces que esta canción no le gustaba nada; sin embargo, el asunto de los celos debía preocuparle, puesto que volvió a tratarlo en otras de sus canciones. Llama la atención, en todo caso, el contraste entre una construcción armónica tan brillante y un asunto tan tenebroso.

La inolvidable Ella Fitzgerald cantó con muchos artistas de jazz, blues y todos los géneros negros (aunque no sólo), entre ellos con el gran Louis Jordan, con el que logró un gran éxito en 1946 gracias al calipso ‘Stone cold dead in the market’. La letra habla de una señora tan harta de su esposo, borracho y violento, que es ella la que le da muerte y, además, en público; “él no va a pegarme más (…) y no me importa si me sientan en la silla eléctrica”, así que lo mata con la sartén, con la olla, con el rodillo… Sorprende hoy su tono alegre y humorístico, pero hay que tener en cuenta que en aquellos años apenas se hablaba de eso…

Green Day presenta, por el contrario, al marido maltratado, con frases como “huesos rotos, cortes…, ella viene a comprobar que sigo de rodillas”. Sonic Youth decía en ‘Shoot’, “sólo me golpeas cuando quieres estar contento”. Elvis Costello, Lou Reed o los vallecanos Ska-P también han mostrado su inquietud ante la violencia sexista, y mostrado ante ella un rechazo frontal e incondicional.


CARLOS DEL RIEGO

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