OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 15 de mayo de 2016

LA FAMILIA VISTA POR EL ROCK Y SUS FAMILIARES Como todos los días del año son día de algo, se ha determinado que los 15 de mayo sean Día de la Familia. Como no podía ser menos, el asunto es lo suficientemente importante para el rock y sus descendientes, que lo han tratado desde múltiples puntos de vista.

Sly & The Family Stone no podía estar ausente cuando de música y familia se trata
La cosa viene hilada a las manifestaciones que una señora se ha dejado decir en el Parlamento de Cataluña, las cuales venían a señalar que las relaciones paterno-filiales son retrógadas y que lo mejor para los niños es educarlos a todos juntos, entre toda la tribu, sin que sus padres intervengan tanto…, en fin que la iluminada viene a enmendar la plana a la Naturaleza, puesto que sabe más y tiene más experiencia… La familia, sin embargo, es y ha sido determinante para la persona, y por eso está presente en toda manifestación cultural y artística desde hace milenios. En consecuencia, la música más joven, el rock & roll y todas sus ramas familiares, siempre tiene tiempo para hablar de la familia, generalmente desde el cariño y el recuerdo emocionado, aunque las perspectivas son incontables. Además, el irresistible impulso de evocar buenos o malos recuerdos del clan se da en prácticamente todos los subgéneros del rock.


Sobre una familia hablaba el clásico de las pistas de baile de los setenta ‘We are family’ de las Sister Sledge (compuesto por el gran Nile Rodgers), cuyo estribillo resulta muy apropiado; sin embargo, la familia a la que se refiere es más un colectivo que la compuesta por padres, hijos, hermanos, de modo que se usa como grito aglutinante cuando se produce una gran reunión de gentes diversas en torno a un interés común; eso sí, promete amor en formato familiar.

Mucho más inquietante es el contenido del poderoso ‘We´re a happy family’ de Ramones, puesto que presenta una familia terrible y que de ningún modo puede ser una familia feliz: come frijoles refritos y medicamentos, sin amigos y con todos los problemas, uno se pasa el día diciendo mentiras, el otro comiendo moscas, la otra pastillas…, no extraña que el narrador afirme ser amigo del Presidente y del Papa, y termine congratulándose con el dinero que ganan vendiendo la droga de papá. No, no parece una familia con mucho futuro, aunque el cuarteto de Nueva York siempre la colocaba como fin de fiesta en sus conciertos.

También trágica y poco deseable es la cuestión familiar en el excelente ‘Love vigilantes’ que New Order lanzó en 1985. Presenta a un soldado que llega del frente deseoso de ver a su familia, pero al entrar en casa ve a su mujer en el suelo, muerta, sosteniendo aun un telegrama en el que se le comunica, erróneamente, que su marido ha caído en combate. Según el autor, Bernard Sumner, su final puede interpretarse como que el soldado vuelve como fantasma o como que el telegrama miente y regresa vivo…, en todo caso, ella no sobrevive a esta “muy campestre tragedia”, como el propio compositor la definió.      

El entorno familiar está bien presente en la música country y, generalmente, con tonos más amables; cierto es que el universo de la canción tradicional estadounidense habla sobre todo de encontronazos con la ley, cárcel, mujeres, alcohol, carretera, dinero, violencia, amor (o sea, casi nada que es humano le es ajeno). Sin embargo, tal vez debido a la querencia de este estilo por la nostalgia, no hay grupo o solista que no reserve algunos de sus mejores versos para hablar en familia, de modo que podría confeccionarse una interminable lista de enormes canciones country que tratan el asunto. Además de los grandes clásicos del género, nombres más jóvenes exhiben unas maneras exquisitas al tratar el ambiente del hogar. Por ejemplo, el sureño Trace Adkins publicó en 2008 la maravillosa ‘You´re gonna miss this’; cuenta ésta las cuitas de una niña que, mientras su madre la lleva al cole, dice que tiene ganas de tener 18, ganar su dinero y hacer lo que quiera, a lo que la mujer le responde que, aunque ahora no se dé cuenta, va echar de menos estos días y deseará que no hubieran pasado tan deprisa, pues son sus buenos tiempos; en otras etapas de su vida serán su padre e incluso un fontanero quienes le aseguren que va a echar de menos los días pasados… Bien mirado, ¡cuánta razón hay en la charla hogareña que describen esas estrofas! Asimismo, entre las muchas (y muy buenas) piezas country que se detienen en el ambiente familiar, también merece la pena recordar el ‘My wish’ de los Rascal Flatts, otra preciosa melodía con un emotivo mensaje de padre a hijo de cara a la vida que éste está a punto de afrontar.

Hay muchas más, como el ‘Family affair’ de Sly & the Family Stone, donde señala pros y contras de la vida familiar; la inolvidable ‘Our house’ de Madness, que recuerda las delicias de la casa siempre llena de gente y ruido; la baladita heavy-glam ‘Home, sweet home’ de Mötley Crüe, que repite “estoy en camino, esta noche, hogar dulce hogar”; la emblemática ‘Teach your children’ de Crosby, Stills & Nash, que aconseja enseñar a los hijos para que adquieran unos valores y para que, llegado el momento, cuiden y enseñen a sus padres; el ‘Family man’ de Fleetwood Mac, que afirma que quien es un hombre de familia es un hombre que sabe lo que está bien; la agradable ‘Family reunion’ de The O´Jays…

Sí, la familia siempre ha estado presente en la mente de los autores a la hora de escribir. En realidad, toda persona piensa toda su vida en la suya.
 

CARLOS DEL RIEGO

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