OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 1 de febrero de 2015

EL ROMANTCISMO SERENO DE ALEJANDRO ‘COOPER’ Recientemente se ha editado el nuevo álbum del grupo leonés Cooper que, como todos los iniciados en el tema saben, es el proyecto de Alejandro Díez, otrora líder de los históricos Los Flechazos. ‘UHF’ es un mini álbum en vinilo con seis canciones.

Cooper propone otras formas de moverse en el universo de la música pop
Sí, el clásico y entrañable formato elepé sigue teniendo ese sabor único, sigue presidido por ese ritual que se degusta cuando se manejan objetos valiosos por sí mismos y por lo que representan. Por otro lado, hay especialistas que sostienen que el Cd terminará por quedarse obsoleto mientras que el disco de vinilo siempre será visto como algo especial y ajeno al avance tecnológico. En una palabra, el vinilo está impregnado de romanticismo, y por eso siempre estará unido a Alejandro en cualquiera de sus proyectos. 


La media docena de canciones que ofrece ‘UHF’ tienen, en mayor o menor medida y como no podía ser de otro modo según la trayectoria del personaje, ese delicioso toque ‘beatleliano’ que indica, sin la menor duda, una pasión incondicional para con las creaciones de los de Liverpool; así el sonido de las guitarras, las melodías y estribillos, los coros…, y todo con admiración y una preciosa sencillez que casi es humildad. Además, los temas toman adornos de otros momentos brillantes de la historia del pop, de modo que aquí se puede sentir a Elvis Costello y allí se aprecian otros tonos ‘new wave’, por este lado aparecen evidencias del ‘power-pop’ más atemporal y por aquel asoman cadencias y tintes de Oasis; y como quiera que los mencionados son incondicionales declarados de Beatles, de alguna manera se cierra el amplio círculo artístico de Álex. Pero además de todas esas influencias, los pasos anteriores del artista también dejan aquí su huella, es decir, el Alejandro de antes también influye en Alejandro de hoy. Sí, el exflechazo posee ese punto de romanticismo necesario para mantener la fidelidad hacia quienes le han servido de infalible referencia desde sus comienzos. Todo confluye y brilla en esta pequeña colección de grandes canciones (cinco más una).

Este nuevo trabajo de Cooper deja bien claro que está concebido por un artista que ha encontrado el equilibrio, un músico que trabaja desde la estabilidad que proporciona la familia como fuente de felicidad. Alejandro está en ese envidiable lugar, en esa madurez creativa que no deja de ser inconformista, inquieta, dispuesta. El veterano cantante, compositor y guitarrista ha encontrado la manera de acoplar la serenidad del hogar al romanticismo imprescindible para escribir canciones pop. Él es la demostración palpable de que no es necesario vivir en el exceso o en el escándalo, en la provocación o el desplante para concebir melodías atractivas y estribillos con alma; así, ha buscado y hallado en su interior la manera de sentir y expresar auténtico desamor y melancolía sin necesidad de experimentar la  desesperación. Es un artista y un hombre en plenitud.

Tampoco le quitan ya el sueño las ventas, la fama o el estrellato, y sin embargo, puede transmitir tanto o más que los que nadan en la angustia vital o en el irrefrenable deseo de protagonismo, más que los que obran impulsados por el deseo de números uno, de estadios rendidos, de ventas millonarias. No, esto no es prioritario para este gran conocedor del terreno que pisa, para este estudioso de la cultura pop que se declara fan antes que músico.

Siempre inquieto y apasionado, emprendedor ilusionado (él puso en marcha el festival ‘Purple Weekend’), activo (no se conforma con escribir y publicar canciones), viajero, honesto, tranquilo, romántico… y, seguro, feliz. Decía una de sus canciones para Los Flechazos: “Lo conseguí, soy feliz”.  

Todo está en el ‘UHF’.


CARLOS DEL RIEGO

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