Las barbas más célebres e identificables. |
Ningún seguidor del rock tardaría más de un segundo en identificar esta pose y este grupo. |
Surgidas en la década de los sesenta del siglo
pasado, las dos bandas nunca han abandonado el escenario, de modo que aun hoy
siguen perfectamente activas; lo curioso del caso es que ninguna ha hecho nada
por evolucionar, nunca han sentido el impulso de reinventarse, de modo que
apenas han mostrado en sus décadas de existencia grandes transformaciones
estilísticas, modificaciones drásticas de sonido o cambios de ritmos o
instrumentaciones. Lo que sí han realizado ZZ y Status es un ajuste permanente
de sus bases, de sus sistemas, de su carácter en una palabra, y así, una y otra
banda ha conseguido un sonido absolutamente identificador, una especie de
manierismo que hace que ningún interesado en el asunto tenga dudas a la hora de
identificar a quién pertenece ‘Tush’ o de quién es ‘Mystery song’; es más,
tanto los de Houston y como los de Londres han alcanzado una sólida perfección
en sus maneras y recursos, logrando auténticas piezas maestras del rock ya en
sus épocas de madurez, como puedan ser ‘Gimme all your lovin´’ o ‘Whatever you
want’, temas tan asociados al trío de las barbazas y al cuarteto en formación
rockera (los tres guitarristas alineados y moviendo las guedejas a la vez) como
la lengua a los Stones o las gafitas a John Lennon.
Asimismo los unos y los otros muestran una estructura
parecida en muchas de sus canciones: un comienzo con un riff de guitarra en
solitario que, inmediatamente, va seguido de toda la potencia sónica de la
banda; luego los dos grupos confeccionan algo así como un rock & boogie más
bien sencillo, a veces casi esquemático, pero demoledor, eficaz, contagioso,
fácil de asimilar y con ingredientes clásicos y académicos, o sea, guitarras
poderosas y distorsionadas, baterías ágiles y rocosas, poco espacio para
grandes demostraciones de virtuosismo, casi nulo aporte de arreglos ajenos a
sus integrantes y presencia escénica personal e inconfundible. También
comparten una reverencial pasión por los clásicos, cosa que demuestra el hecho
de que nunca hicieron ascos a una buena versión, como la que el trío hizo del
‘Dust my broom’ de Robert Johnson y el cuarteto del ‘Rockin´ all over the
world’ de John Fogerty.
Evidentemente los barbados y los rasurados han
firmado algunos títulos emblemáticos para los iniciados en el rock más clásico,
piezas legendarias como el ‘Blackdoor medley’ (“… Carmela, Carmela, Carmela…”) o
el ‘Down down’, y gracias a ellos han conseguido traspasar épocas y
generaciones, han vendido millones y se han convertido en auténticos iconos del
rock.
Claro que también existen no pocas diferencias entre
estos dos nombres de leyenda, empezando por las influencias específicas de su
entorno, pues unos estaban más impregnados de rock sureño, de Allman Brothers y los Creedence, y los otros tenían
más de ‘Mersy beat’, de los Beatles y los Hollies. En fin que ZZ nunca hubieran
hecho ‘Blue for you’ y Status jamás podrían haber concebido ‘Fandango’.
Y todo parte de que estos dos supervivientes de las
épocas gloriosas y heroicas del rock fueron alimentados por la misma fuente: el
blues, que posteriormente ambos moldearon a su gusto hasta convertirlo a veces
en blues-rock, a veces hard-blues, pero manteniendo siempre, machaconamente,
obstinadamente, su fidelidad al linaje, a la sangre.
CARLOS DEL RIEGO
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