OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 4 de noviembre de 2012

TÓPICOS Y TICS DEL ROCK REIVINDICATIVO Muchos grupos de rock duro (heavy, punk, metal, corossover…) escriben letras cargadas de ideología, pero siempre cargan sus guitarras contra los mismos y siempre utilizan los mismos tópicos

Soziedad Alkohólika ha tenido que dar muchas explicaciones, ha tenido que rectificar letras e incluso reconocer su ignorancia sobre algunos temas de sus canciones.

Las letras del pop, el rock y sus múltiples derivados han recorrido su propio camino. En un principio casi todo era inofensivo, al menos aparentemente ya que siempre ha habido quien ha camuflado buenas dosis de veneno en sus canciones. Cierto que el blues decía prácticamente lo que quería, pero pocas veces se salía de temas más bien amorosos e insinuantes (a veces con habla casi explícita). Pero el rock en concreto venía dedicándose casi en exclusiva a eso tan manido de ‘sexo, drogas y rock & roll’, aun cuando ahí han estado desde primera hora gente como Bob Dylan o Neil Young, capaces de salirse de la corriente. En España, desde que aparece eso que se llama rock urbano, los compositores empiezan a hablar de otras cosas, primero de lo que tienen más cerca, y luego, con el paso del tiempo empiezan a aparecer grupos que envuelven en una combinación de punk y rock duro textos de ‘denuncia’, ‘comprometidos’, ‘de temática social’ o simplemente irreverentes e insultones. La pega aparece cuando se analizan con detenimiento esas letras, pues resulta evidente que caen con enorme facilidad en la demagogia más chapucera, que repiten una y otra vez sus pretendidas denuncias, que cargan siempre contra los mismos y se olvidan de otros tan culpables, que siguen una serie de estereotipos y usan lenguajes que, con el tiempo, se ven venir.

Grupos como Extremoduro, Reincidentes, Barricada, Soziedad Alkohólika, Fe de Ratas o Boikot, por citar sólo a algunos de los más conocidos dentro del espectro del rock, y otros con diferentes propuestas sónicas, como Ska-p (ska-punk), o Def Con Dos (rap-metal), son nombres que se asocian inmediatamente con los versos combativos, agresivos y cargados de improperios. De este modo, las principales dianas de sus dardos dialécticos suelen ser banqueros y políticos, militares y religiosos, policías y dictadores y regímenes de signo derechista, así como hechos históricos como España en América o una Guerra Civil con buenos y malos…, sin embargo, resulta extremadamente difícil encontrar una canción que hable contra los terroristas de Eta (o del Ira, al Qaeda, las Farc), al revés, ensalzan al asesino y menosprecian o ignoran a la víctima; asimismo, contra los dictadores y dictaduras comunistas ninguna banda de rock levanta la voz ni afila sus guitarras para denunciar a personajes tan violentos y con tanta sangre en sus manos como Ernesto ‘Che’ Guevara o Buenaventura Durruti (al revés, estos son cantados como héroes). Y si algunos escriben alguna pieza musical sobre la Guerra Civil Española, el cien por cien de las veces los malos son los mismos, mostrando que la empatía con las víctimas de la violencia es selectiva y relativa, pues se exige una confesión ideológica previa para comprender el sufrimiento, de manera que los fusilados y asesinados de una de las partes no merecen un verso si no es despectiva, es decir, los muertos de un bando son dignos de poesías elogiosas y reconocimiento, mientras los del otro, en el mejor de los casos, del olvido; dentro del mismo tema, figuras como el maquis tienen todas las alabanzas del rockero comprometido, sin mirar a sus (demostradas) fechorías, mientras que el clérigo sólo aparece en estrofas y estribillos como objeto de chanza injuriosa o como figura fanática digna de paredón.

De igual forma, esos grupos (algunos con verdaderas buenas canciones en su discografía), también presentan una serie de tics fácilmente reconocibles; por ejemplo, se observa que no hay bandas de rock que se atrevan a mencionar la palabra España (palabra tabú), sustituyéndola por ‘estado español’, cosa que se hace incluso cuando se habla de una ‘gira por todo el estado’, algo que, en puridad, quiere decir que van a actuar en ministerios, ayuntamientos o delegaciones de gobierno, pues eso es el estado, la administración. Igualmente, las formaciones de rock que se aventuran con sus furiosas distorsiones en el tema de los toros, siempre lo hacen desde la obligatoria postura anti (hubo, hace tiempo, alguno que se mostró taurino, pero eran otros tiempos); idénticamente se escribe sobre el aborto, que exige opinión favorable en sus melodías (curioso: piden por la vida del toro pero no por la del niño). Si aparece la Iglesia en medio de potentes riffs de guitarra, es sólo para rimar insultos, y si se trata del conflicto entre palestinos e israelíes la opinión siempre es unánime (‘a la búlgara’).

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En fin, dentro del universo del rock, existe el pensamiento único y obligatorio, de forma que si alguna vez alguien se atreve a contradecir, será tratado de…, sí, de facha. Como además los malos son siempre los mismos, la temática de las canciones se repite una y otra vez, hasta el punto de que tras escuchar sólo el primer verso se puede adelantar la temática y desarrollo de toda la pieza.

En resumen, lo que prima dentro del ambiente del rock político y de combate es un maniqueísmo atroz y sectario, un simplismo ignorante y arrogante, como todas las ignorancias. 

CARLOS DEL RIEGO
                                                                                                

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