'Me siento privilegiado por poder llevarle un momento de alegría', dijo Casillas tras visitar al niño polaco enfermo que, unos meses después de la foto, murió |
El futbolista del Real Madrid Iker Casillas viene estando en
primera línea de actualidad desde hace muchos años, por lo que su trayectoria permite
ver una serie de detalles y comportamientos que lo definen como persona. No son
pocas las que afirman que es el hijo que toda madre quisiera tener: apuesto y
bien plantado, buena persona, sincero y sencillo, solidario y sensible, gran
compañero y excelente profesional… Lógicamente tendrá sus defectos, pero lo que
deja ver a través de los medios es una gran persona, un buen tipo; diez años
apareciendo casi a diario en prensa, radio y televisión (y luego en redes
sociales), en ruedas de prensa y entrevistas, en encuentros deportivos, actos
de todo tipo, asistencia a eventos solidarios… permiten hacerse una idea de
cómo es más allá de su indudable mérito y valor como deportista (por más que
existan memos obtusos que, adoptando actitudes bochornosas, se atrevan a dudar
de su honestidad).
Hay varios detalles que definen a la perfección la
personalidad de Casillas, actitudes ante diferentes situaciones que hacen que este
tipo sea, también, algo así como el amigo que todos quisieran tener. Son tres
momentos que resultan sumamente elocuentes y perfectamente ilustrativos.
Durante el Europeo de fútbol de Polonia y Ucrania 2012, al
poco de llegar el equipo español, alguien le dijo a Casillas que había un niño
polaco enfermo que lo tenía como gran ídolo, que se lo había dicho la madre del
muchacho y que su máxima ilusión era conocer a Iker Casillas. El deportista
madrileño encontró un ratito para ir a ver al chico (llevando con él a unos
cuantos compañeros de selección), el cual, al encontrarse frente a su favorito,
debió experimentar una sorpresa y emoción indescriptibles; pero no se conformó
con eso, sino que encontró tiempo para una segunda visita. “Cuando nos vio
mostró una alegría inmensa…, eso supuso mucho para nosotros”, dijo el
futbolista, que añadió “si puedes ayudar a que un chaval pueda cumplir un sueño
y tenga un momento de alegría…, yo me siento un privilegiado”. Esto es
solidaridad y sensibilidad. Finalmente, el chico, Dawid, murió.
El Real Madrid se enfrentaba a un equipo inferior, de modo
que el compromiso estaba resultando bastante fácil. En un lance del encuentro,
el colega de Casillas, el portero contrario, cometió un fallo garrafal,
infantil, calamitoso, tragándose un gol que llegó a causar risa a casi todo el
estadio…, menos al madrileño, que volvió la cara y torció el gesto con
disgusto, como poniéndose en el lugar del rival que ha errado de modo tan
lamentable, solidarizándose con él hasta el punto de sentir el gol que ha
marcado su equipo por el modo en que su camarada lo ha recibido (era el cuarto
o el quinto), de forma que más que rival, en ese momento el torpe guardameta
fue un compañero. Esto es compañerismo y humildad.
Y en la final del mencionado Europeo 2012, ante Italia, una
cámara captó otro detalle de grandeza y elegancia de Iker Casillas. Con el
tiempo cumplido y con un claro 4-0
a favor de España, el deportista se dirige al cuarto
árbitro y le grita: “Eh, referee, un respeto a Italia, 4-0 es demasiado”, dando
a entender que alargar el partido sería un castigo innecesario para el equipo
italiano. Esto es deportividad y elegancia.
Hay que ser muy grande, hay que tener un corazón enorme, hay
que ser buena persona para adoptar esas actitudes que, sin la menor duda, le
salieron de modo totalmente espontáneo,
natural. Por eso Iker es alguien a quien todos quisiéramos como amigo, por eso
son muchos los que se enorgullecen de ser españoles como él.
Pues a pesar de todo, de su extraordinario rendimiento
deportivo (lleva muchos años realizando actuaciones inverosímiles) y de su
intachable proceder lejos del estadio, Iker Casillas es menospreciado y
vilipendiado por algunos mezquinos y envidiosos. ¡Qué oportuna y acertada
vuelve a resultar la frase con que comienza la novela ‘La conjura de los necios’!:
“Sabréis que se trata de un genio cuando todos los necios se conjuren contra
él”.
CARLOS DEL RIEGO
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