OPINIÓN

HISTORIA

domingo, 28 de julio de 2024

LA DIFERENCIA ENTRE EL CASO DE GIBRALTAR Y EL DE CEUTA Y MELILLA

 


El robo del peñón de Gibraltar fue un típico acto de piratería inglés

 

No suele pasar mucho tiempo sin que se suscite la polémica en torno a la españolidad de Gibraltar, algo que muchos españoles no dejan de reivindicar. Y en estas ocasiones también suele plantearse el asunto de Ceuta y Melilla. Sin embargo, son casos totalmente diferentes desde su origen. El Peñón fue asaltado en un acto de piratería sin que España e Inglaterra estuvieran en guerra, mientras que las ciudades norteafricanas formaban parte de España siglos antes de la existencia de Marruecos.

 

Hay muchos españoles (de esos que están siempre en contra de su país por que siguen identificando el nombre de España con el régimen anterior, o por la leyenda negra) que piensan que el caso de Gibraltar es idéntico al de Ceuta y Melilla, por lo que, afirman, antes de exigir a los ingleses la devolución del Peñón hay que ‘devolver’ Ceuta y Melilla a Marruecos. Pero esto último es imposible, porque las dos ciudades jamás pertenecieron a Marruecos, y si nunca fueron suyas no se pueden devolver; se pueden regalar, entregar, donar, vender, alquilar..., pero jamás devolver.

 

Melilla fue fundada por los fenicios pero apenas contó con población hasta que Abderramán III la incorporó al Califato de Córdoba en el s. X. En el XV pertenece al ducado de Medina Sidonia y desde el XVI ya forma parte de la corona española. Ceuta también es de fundación fenicia y allí se establecieron sucesivamente griegos, cartagineses, romanos, vándalos, bizantinos, visigodos y, finalmente, en el s. X, es conquistada por el Califato de Córdoba. Luego taifas, almohades, almorávides..., el Reino de Fez y el Reino de Granada se la disputan y la toman varias veces; en el s. XV es conquistada por Portugal y en el XVI se incorpora a la corona española; finalmente, cuando Portugal y España se separan, s. XVII, Ceuta decide seguir unida a España y no acompaña a Portugal en su secesión.

 

Marruecos existe como país desde 1956, mientras que ambas ciudades pertenecieron al califato de Córdoba hace mil años, y ambas son ciudades españolas desde hace cuatro o cinco siglos. Por tanto, jamás podrán devolverse Ceuta y Melilla a Marruecos, puesto que jamás fueron marroquís.

 

El asunto de Gibraltar tiene una historia totalmente diferente, una historia que comienza con un típico acto de piratería inglesa. A la muerte sin descendencia de Carlos II se produce en España la Guerra de Sucesión (1701-1713); así, por un lado estaban los que apoyaban a Felipe de Borbón (Felipe V), y por otro los que apoyaban al candidato austríaco, el archiduque Carlos. Los ingleses se decantaron por éste, es decir, Inglaterra no estaba en guerra contra España, sino que simplemente apoyaba a uno de los dos pretendientes al trono, o sea, no fue un ataque legítimo, y por tanto Gibraltar tampoco puede considerarse botín de guerra. El caso es que en 1704 varios navíos británicos y holandeses atacaron Gibraltar con más de 13.000 hombres y unos 1.500 cañones, ayudados por varios cientos de soldados catalanes, que se ocuparon del ataque por tierra. El por qué del asalto hay que buscarlo en el espíritu de pirata que tenían la mayoría de los marinos ingleses. Defendieron el Peñón menos de cien soldados con 40 cañones y la ayuda de 200 ó 300 voluntarios. Al terminar la Guerra de sucesión, el Tratado de Utrech establecía que Inglaterra se quedaba Gibraltar (y Menorca), y España no tuvo otro remedio que firmar, pues lo contrario significaba continuar con el conflicto, es decir, fue lo que se dice un ‘trágala’.

 

Además, se puede añadir que Gibraltar ha arrebatado terreno a España en la zona cuando sus patronos, los ingleses, han tenido oportunidad, saltándose lo firmado en aquel tratado. Y por si fuera poco, también reclaman otras posesiones que no aparecen en el mismo, como aguas territoriales o espacio aéreo. Es decir, se ciñen al tratado para quedarse con la roca, pero lo ignoran cuando les interesa. De todos modos, lo peor es que Gibraltar es algo así como un parásito de España, además de un paraíso fiscal que acoge y lava dinero de oscura procedencia. Y curiosamente, los ocupantes se consideran ingleses o soberanos gibraltareños  según les convenga. Lo malo es que el actual status no tiene visos de cambiar, pues a diferencia de los españoles, los ingleses hacen honor al dicho ‘My country wright or wrong’, o sea ‘correcto o equivocado, es my país’.

 

Como puede verse, el caso de Gibraltar no tiene nada que ver con el de Ceuta y Melilla. Inglaterra sí que podría devolver el Peñón a España, pero ésta no podría devolver las dos ciudades a Marruecos. Son situaciones que no tienen puntos en común, que no pueden considerarse como similares. El peñón fue robado y las ciudades no. Así de simple.

 

CARLOS DEL RIEGO

jueves, 18 de julio de 2024

EMBLEMÁTICAS FIGURAS DEL ROCK QUE MURIERON A LOS CUARENTA Y TANTOS, EN PLENA MADUREZ

 


¡Qué estaría haciendo si siguiera vivo!

 

Mucho se ha hablado y escrito sobre los músicos de rock que entraron en el indeseable ‘club de los 27’; murieron jóvenes y sin desarrollar todo su talento.  Pero también se es joven para palmar cuando se tienen cuarenta y tantos, puesto que a esa edad el artista está en plena madurez, conoce el terreno y se conoce a sí mismo. ¿Qué hubiera salido del talento de John Lennon o Freddie Mercury si hubieran seguido en este mundo unos cuantos años más?

 

Morir siendo cuarentón es morir joven, y jóvenes eran algunas grandísimas figuras del rock & roll que dejaron el mundo de los vivos a esas edades. Elvis, Freddie, Lennon, Marvin Gaye… dejaron un legado artístico inolvidable por el que todos los recordarán siempre, pero es evidente que pudieron dejar más, mucho más.

 

Aunque seguía siendo Elvis y continuaba contando con el favor de gran parte del público, durante los años sesenta y setenta el rey del rock & roll había perdido parte del carisma que tuvo en los cincuenta. Como es sabido Elvis y su esposa, Priscilla, se separaron en 1973, padecía una fuerte adicción a ciertos medicamentos que le recetaba su médico y también estaba su imparable aumento de peso. En fin, que la salud de Elvis Presley, tanto la profesional como la física y la mental, estaban en un peligroso declive hasta que el 16 de agosto de 1977 su corazón se paró. Tenía 42 años.

 

John Lennon tenía mucho rock & roll que ofrecer cuando fue asesinado. Fue el 8 de diciembre de 1980 cuando un perfecto imbécil cuyo nombre no hay que recordar (y que afortunadamente sigue entre rejas), lo mató a tiros en Nueva York. Apenas había cumplido los 40, y aquel estúpido asesino privó al mundo de un talento desbordante.

 

Talento, gracia, chispa soul, blues, rythm… es lo que tenía Marvin Gaye. El día uno de abril de 1984 Gaye fue asesinado a tiros por su propio padre después de un altercado doméstico (seguramente por dinero). Al día siguiente habría celebrado su 45 cumpleaños.

 

Ya a mediados de los años 80 se hablaba de la sexualidad y las extravagancias de Freddie Mercury. Sin embargo, él siempre fue muy reservado, casi hermético, con todo lo que tenía relación con su vida sexual y sus relaciones personales. Pero un día antes de su muerte reveló lo que casi todos sabían: padecía sida; el 24 de noviembre de 1991 murió el irrepetible Freddie Mercury, quien nunca dio carnaza a los tabloides y al sensacionalismo y jamás quiso que nadie sintiera pena por él. Tenía 45 años y, seguro, aun hubiera seguido asombrando durante muchos años.

 

Dolores O'Riordan dio con su estilo e inconfundible voz un brillo especial a una banda, The Cranberrys, que hechizó a millones en los años 90 del siglo pasado. Pero en lo personal siempre estaba en lucha consigo misma. Depresión, anorexia nerviosa, pensamientos suicidas… Como tantas veces ha ocurrido en casos parecidos, Dolores parecía haber encontrado un nuevo aliento y mostraba buena cara sólo unos días antes del 15 de enero de 2018, cuando fue encontrada muerta en su habitación de un hotel de Londres. Se dictaminó que la causa fue “ahogamiento accidental provocado por intoxicación etílica”. Tenía 46 años.

 

También merecen ser recordados otros grandes músicos que pasaron a mejor vida siendo cuarentones. La cristalina voz de Whitney Houston se apagó en febrero de 2012 a los 48 años; fue encontrada ahogada en la bañera, aunque se sabe que la cocaína y su enfermo corazón contribuyeron. Adam Yauch, uno de los tres integrantes del grupo pionero del rap-metal Beastie Boys, murió de cáncer en 2012 cuando tenía 47 años. Billie Holyday no hacía rock & roll, pero su vida fue muy de figura del rock: excesos, alcohol, drogas…; tenía 44 años cuando murió, en julio de1959.

 

¡Cuánta música robaron esas muertes prematuras!

 

CARLOS DEL RIEGO

martes, 9 de julio de 2024

INGLATERRA Y EEUU PRETENDIERON Y LOGRARON LA BALCANIZACIÓN DE HISPANOAMÉRICA

 


En casi todas las grandes batallas de emancipación de los territorios americanos españoles tomaron parte decisiva tropas inglesas mercenarias

 

En países como Puerto Rico o República Dominicana se ha tenido noticia recientemente de ciertos movimientos y opiniones sobre el deseo de algunos (pocos) de convertir estas naciones en comunidades autónomas dentro del Reino de España. Al parecer, una parte (escasa) de los políticos de esos dos lugares ha caído en la cuenta de cómo Inglaterra y EEUU hicieron todo lo posible para atomizar, desmembrar, balcanizar lo que era Hispanoamérica

 

En realidad ya hace años que se viene hablando en algunos países hispanoamericanos de esa posibilidad: dejar de ser comparsa de EEUU y volver a formar parte de España como comunidades autónomas de ultramar (y es que en todos los parlamentos españoles del siglo XIX, desde la Constitución de Cádiz hasta 1898, hubo representantes de las provincias de ultramar). A tal conclusión han llegado bastantes intelectuales al estudiar y comprobar cómo el Imperio Británico primero, y sus herederos de EEUU después, pusieron lo que fuera necesario para que jamás se constituyera algo así como unos Estados Unidos Hispanoamericanos (o Iberoamericanos), de modo que utilizaron todos los medios para que nunca hubiera unidad en el territorio que va desde Río Grande a Tierra de Fuego, y para que allí se constituyeran cuantos más pequeñas repúblicas mejor, puesto que unos Estados Unidos Hispanos serían muy difíciles de manejar y manipular, mientras que unos cuantos pequeños países serían mucho más fáciles de mangonear. 

 

Y para lograr tal fin utilizaron tres herramientas. Primero la leyenda negra, basada en el texto de Bartolomé de las Casas, un libro y un cronista hipócrita, mentiroso y manipulador (¡qué gran político hubiera sido este de las Casas!). Todos los cronistas contemporáneos de fray Bartolomé coinciden en que nunca trató bien a los indios, a los que hacía trabajar sin luego pagar sus servicios, jamás hizo nada por aprender las lenguas autóctonas, por informar de sus costumbres o por convivir con ellos; mintió descaradamente, por ejemplo cuando escribió que los indios eran mansos y no conocían la violencia…, o sea, sacrificar y extraer el corazón de la víctima viva, y luego comérsela no es violencia; y distorsionaba la verdad al contar sólo lo malo (como le increpó Motolinia, otro fraile que sí convivió con los indios, aprendió su idioma y sus costumbres y trasmitió todo en sus libros) y jamás escribió sobre todo lo que los españoles llevaron y dieron a América. Los historiadores contemporáneos califican el libro de de las Casas de “groseramente exagerado y falso”. Pero para los fines de británicos y sus herederos el libro fue una herramienta perfecta (asombra cómo los estadounidenses, desde el ciudadano anónimo hasta el catedrático pasando por el político, acusan a España olvidando cómo ellos han dejado la población indígena en el 0.6%) .

 

En segundo lugar el Imperio Británico y los EEUU usaron su poder bélico y económico para apoyar con todo lo necesario a los movimientos independentistas. Por eso los ejércitos liderados por los ‘libertadores’ Bolívar, San Martín, Miranda, Santander, Páez…, contaron con mercenarios ingleses, generales, oficiales y tropa pagados por Inglaterra, al igual que armamento y munición, suministros y pertrechos; todo costeado por el Imperio Británico con el fin de que cada territorio (desde México a la Patagonia) se convirtiera en una república fácil de manejar. Curiosamente en los ejércitos realistas eran mucho más numerosos los indios que los españoles (europeos o americanos).

 

Y en tercer lugar está la maniobra de ingleses y estadounidenses, apoyados por franceses, para suprimir cualquier alusión o mérito de España en América (todos ellos, junto a holandeses, forman el ejército de envidiosos que no soportan la idea de que un país mediterráneo, católico y del sur fuera el gran descubridor no sólo de América, sino de mares y océanos, territorios desconocidos e incluso de la forma del planeta). Y el modo de quitar todo mérito a España fue, ante todo, retirar el término Hispanoamérica y sustituirlo por el bastardo e indeseable ‘latinoamérica’. Y es que si aquel territorio es ‘latino’ mucho más lo serán España, Francia, Italia, Portugal…, de manera que estos deberían ser conocidos como países ‘latinoeuropeos’. Lo peor es que el horrible y servil palabro ‘latinoamericano’ se usa continuamente y está admitido en todas partes y en todos los contextos: se dice música latina para referirse a salsa, cumbia, samba, ranchera, son…; se dice bandas ‘latinoamericanas’ para hablar de los grupos violentos mafioso-terroristas que operan en España o en EEUU, literatura ‘latinoamericana’, población ‘latina’, comida ‘latina’…   

 

Desgraciadamente, a día de hoy, el éxito de las maniobras y manipulaciones de la Historia y la realidad llevados a cabo por británicos y sus descendientes (con la colaboración de muchos españoles acomplejados y papanatas) han logrado un enorme éxito. Han alcanzado su objetivo, basándose en mentiras, manipulaciones, maniobras políticas y en el pago de mercenarios, cierto, pero han logrado su objetivo. Al menos hasta ahora, puesto que tarde o temprano la verdad suele salir a la luz, y un día todo se pondrá en su lugar. Puede que pasen décadas o siglos, pero sin duda un día se conocerá, se admitirá y se estudiará la verdad.

 

CARLOS DEL RIEGO

lunes, 1 de julio de 2024

EN 1969 LOS INIMITABLES CREEDENCE PUBLICARON TRES ELEPÉS, TRES, CON TEMAS ETERNOS

 


 Creedence Clearwater Revival son inimiitables, inolvidables, eternos

Fueron los Creedence algo especial en la historia del rock & roll, diferente a todo lo anterior y posterior, tanto que nadie se ha atrevido nunca a imitarlos; ha habido muchos que han adaptado y grabado sus canciones, pero jamás ningún grupo se ha parecido (intencionada o involuntariamente) a los Creedence. Y entre sus abundantes méritos está el haber publicado tres álbumes totalmente originales en sólo un año. Algo inaudito

 

Básicamente los Creedence son rock & roll, pero en sus arreglos aparecen muy diversos matices e instrumentos de todo tipo, de modo que las inspiradísimas melodías de John Fogerty pueden tener barnices de rock pantanoso (‘swamp rock’), delicias country más o menos montañés, ambientes pop de una elegancia sencilla y sin imposturas, detalles psicodélicos, blues cargado de pasión, rock & roll imparable… La banda sólo duró cinco años, tiempo suficiente para asombrar, vender y dejar títulos fáciles de tararear pasen los años que pasen.

 

Pero es que hace 55 años, en el icónico 1969, llevaron a cabo una hazaña singular: los Creedence Clearwater Revival publicaron nada menos que tres elepés totalmente originales, es decir, nada de recopilaciones o discos en directo. En enero de ese año salió ‘Bayou country’ (‘País pantanoso’), el segundo de su carrera y el primero cien por cien Creedence; entre sus títulos está el emblemático ‘Born on the bayou’, la eternamente versionada ‘Proud Mary’ o su arrolladora versión del clásico r&r‘ Good Golly miss Molly’.

 

En agosto salió ‘Green river’, que se abría con el tema homónimo, una fantástica pieza que combina el rock sicodélico con el country-rock y que habla de la infancia de John. El Lp contiene otros imprescindibles de los Creedence como la arrebatadora ‘Conmotion’, la cadenciosa ‘Lodi’, poseedora de una de esas melodías tan tan contagiosas, y de esos solos de guitarra limpios, luminosos, irresistibles, o la evocadora, melancólica ‘Bad moon rising’.

 

Y en noviembre de 1969 publicaron otro álbum cargado de encanto, ‘Willy & the por boys’. El tema de apertura, ‘Down on the corner’, es una delicia country-blues sólo al alcance del ingenio más agudo; otros títulos esenciales de este Lp son el reivindicativo ‘Fortunate son’, que expresa lo malo de no ser un ‘hijo afortunado’ a la hora de ir a la guerra; también tiraron de la tradición al hacer su propia versión del clásico carcelario ‘Midnight special’.

 

¡Tres álbumes en menos de doce meses! Y prácticamente todo lo pensaba John Fogerty, hasta el punto de que a mediados de los setenta circulaba por ahí la especie de que una vez terminada la grabación, el cantante, compositor y guitarrista americano cogía un humilde casete  y se bajaba al coche para escuchar la canción como la escucharían los jóvenes en las radios de sus autos; y si con esta audición no quedaba convencido volvía para retocarla... Tal vez sea solo leyenda, pero encajaría.

 

Idolatrado en todo el mundo, las canciones de los Creedence han salido en cientos (sí, cientos) de películas, series de televisión, spots publicitarios, obras literarias, videojuegos, en los discos e incluso en las letras de las canciones de otros artistas a lo largo de los años. Sus canciones funcionan en cualquier momento, en cualquier parte, en cualquier cultura.

 

Cada uno de estos tres elepés es una verdadera antología. Y eso que, al menos a primera vista, cada canción parece de una sencillez al alcance de cualquiera…, pero sólo lo parece, puesto que lo más difícil es hacer sencillo lo complicado. Estas canciones de los Creedence son, en fin, atemporales, bien pudieron haberse escrito y grabado ayer. Aunque ya hace 55 años.

 

CARLOS DEL RIEGO