miércoles, 28 de febrero de 2018

EL CABREO CON LA HISTORIA O CON CUENTOS DE HADAS: ABSURDO TOTAL Una las mayores memeces que se pueden hacer en este mundo es enfadarse con comportamientos y sucesos de hace siglos, o con obras literarias infantiles, películas o novelas de otras épocas. Es como enfadarse con las nubes.

Pocas cosas hay más tontas que enfadarse con el pasado, con cuentos de hadas o con cosas, como en el 'Anciano le grita a una nube'


Muy de moda está mostrar sonoros cabreos con la historia, con hechos y personas de hace siglos, con costumbres, gustos o literatura de otro tiempo; así, la corrección política combinada con la ignorancia lleva a ciertas personas a maldecir cuentos infantiles, películas, novelas u otras piezas artísticas fechadas hace decenas o centenares de años. De este modo, los que dictan qué es lo deseable y qué lo intolerable, se permiten calificar de machistas, homosexófobas o retrógradas obras escritas cuando ni esos conceptos ni esas palabras existían.


Una famosa actriz española renegaba ante los medios, con notable ordinariez y evidente torpeza, del cuento y el personaje de La Cenicienta; es un perfecto ejemplo de ese deseo que albergan muchas personas y que consiste en procurar adaptar narraciones y sucesos pretéritos a su ideario, y si la realidad lo contradice tratan de demostrar su cabreo con esa realidad. Dejando a un lado lo estúpido y cateto que es juzgar y valorar el pasado lejano con la mentalidad de hoy (la señora en cuestión debe creer que si ella hubiera nacido hace trescientos años hubiera comido, vestido y pensado igual que lo hace hoy), hay que ser especialmente tonto para cabrearse con un cuento de hadas porque no concuerda con la corrección política y el modo actual de entender las cosas.

Esa locura de enfurecerse y verter ira e insultos contra algo o alguien que no lo entiende ni le afecta es algo que viene perfectamente reflejado en la novela ’Moby Dick’: ningún animal salvaje captará ni odio ni ofensas a su honor, como tampoco los reproches y ordinarieces afectarán a la película o al cuento de hadas. En la serie Los Simpsons hay un pasaje en el que se ríen precisamente de eso, del que se indigna con cosas e incluso las amenaza; en cierta ocasión aparece un recorte de periódico con el título de ‘Anciano le grita a una nube’, en el que se ve al abuelo gritando y amenazando con su puño a una nubecilla. En el mismo cajón caben los que desprecian y reniegan de películas en las que ‘hay pocas mujeres y siempre a la sombra del hombre’, de las pelis en las que se utilizan palabras que pueden ofender a ciertos colectivos, de las que insinúan ciertos tics racistas o donde el racismo no se condena con suficiente contundencia, de esas en las que la gente fuma…; y todo sin tener en cuenta que el cine siempre es de su tiempo, es decir, será muestra de la tecnología de su tiempo y del pensamiento de su tiempo.

En este sentido también puede hablarse de personas y colectivos que, sólo a regañadientes, asumen hechos históricos que no concuerdan con su forma de pensar; sin embargo, aunque aceptan que ocurrieron, aseguran que no los admiten e incluso los combaten…, claro que ¿en qué consistirá tal cosa?, ¿acaso piensan que su deseo conseguirá que el pasado cambie y se adecúen a su concepto de bondad y maldad? Una buena muestra se ve en los foros y las tertulias cuando aparecen  temas como el descubrimiento de América o la Reconquista, que siempre provocan la ira de cantidad de opinadores, los cuales escriben y hablan exaltadísimos, indignadísimos, con palabras gruesas, desmedidas, mostrando una irritación verdaderamente incomprensible; con tal actitud dan a entender que existen motivos para enfadarse con episodios de hace quinientos o mil años y con los que los protagonizaron… Esto es exactamente lo mismo que enojarse y amenazar a una nube.

¿Hay mayor muestra de memez que enfadarse con cosas, ya sean libros, películas, cuentos o nubes? Pues el caso es que hay muchas personas empeñadas en presumir de ignorancia.

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 25 de febrero de 2018

LA FIGURA DEL PRÓFUGO DE LA JUSTICIA A TRAVÉS DEL ROCK Cuando la ley te persigue, a veces huyes, especialmente si van a pedirte unas explicaciones que no vas a poder dar. Esa figura del prófugo de la justicia, que parece haberse puesto de moda en España, ha sido visitada a menudo por el rock & roll

Bob Dylan escribió 'Wanted man', 'Buscado', y Johnny Cash la convirtió en clásico


El huido de la justicia, el que no quiere enfrentarse a las consecuencias de sus actos suele proceder de la delincuencia común, aunque en los últimos tiempos se han visto por el mundo otras modalidades de prófugos, como los que se refugian en embajadas extranjeras con intención de no volver a pisar la calle. El caso es que eso de echar a correr cuando se le ven las orejas al ‘lobo con toga negra’ parece haberse convertido en un deporte muy popular en España, especialmente entre cierto tipo de politicastros que, tras quebrar la ley, han puesto tierra de por medio sin mirar atrás ni preocuparse por los que se quedaron. Correr, huir, escapar, esconderse de la justicia parece el primer objetivo de la figura del prófugo, personaje al que el rock & roll ha sacado partido en forma de inolvidables canciones.   

Muchos de los títulos que hablan de la huida se refieren, ante todo, a relaciones sentimentales, aunque de casi todos se pueden extraer versos que, en realidad, también sirven para identificar al que se marcha para no tener que declarar. Por ejemplo el fantástico ‘Can´t you see’ (1973) de los siempre reconfortantes Marshall Tucker Band; considerada una de las mejores piezas de rock sureño, la deliciosa melodía (¡y esos arreglos!) permite cantar frases tan elocuentes como “voy a subir a un mercancías sin que importe a dónde va”, “voy a esconderme en una montaña (…) a meterme en un agujero de la pared”; cierto que todo es por lo que “esa mujer me está haciendo”, pero vale también para el que quiere perderse por cualquier motivo. Es contrario a lo que transmite el clásico ‘Nowhere to run’ de Matha & The Vandelas de 1967 (inquietante la versión que se escucha en la peli ‘The Warriors’), que más o menos explica que “no hay sitio a donde correr ni donde esconderse, pues allá donde miro, allá donde voy, siempre estás”…,  o sea, más o menos indica al fugado que no hay escondite donde se pueda estar tranquilo.   

Chicago, con su ‘Run away’ de 1979 aconseja que te largues, que dejes todo atrás y seas libre; aunque no especifica por qué, el mensaje le viene muy bien a todo  fugitivo: “deja atrás tus problemas  y corre por tu vida para no volver nunca (…) lárgate, haz caso a la voz que te lo dice”. Más explícito es Paul McCartney en su ‘Band on the run’ (1973), en cuyo texto se lamenta de su triste condición de preso, después promete dar todo a beneficencia si alguna vez sale de la cárcel para, finalmente, conseguir que toda la banda escape y que nadie les encuentre, aunque “el juez del condado nunca dejará de buscarnos”, o sea, el evadido siempre vivirá con la amenazante espada de Damocles sobre su cabeza.

En 1967 The Equals y en 1980 The Clash aportaron la visión del que no puede pensar en otra cosa que en la policía pisándole los talones, y repite obsesivamente “corriendo siempre con la poli a la espalda (…), siempre corriendo, lunes, martes, miércoles… siempre con la policía detrás”; claro que al principio explica el por qué de la huida: “hubo un tiroteo y la víctima ya no volverá”, así que el tipo se resigna a correr y correr…, hasta que le pillen. Algo parecido cuenta Steve Miller Band en ‘Take the money & run’ (Coge el dinero y corre, 1976), en la que dos jóvenes amantes dan un palo en una casa y disparan al dueño, agarran la pasta y corren, pero el sheriff de Texas comienza entonces a perseguirlos; lo curioso es que el policía no quiere que se despilfarren los impuestos del ciudadano, así que nunca cesará la caza.    

Aunque firmado por Bob Dylan, el errante ‘Wanted man’ es uno de los grandes clásicos de Johnny Cash, quien incluso grabó este ‘Buscado’ en la prisión de San Quintin en 1969. El tema es una continua huida por todo Usa de estado en estado: “buscado en California, buscado en Buffalo, en Kansas, en Ohio…”, siempre huyendo y desconfiando: “si me ves y me reconoces, no se lo digas a nadie, porque soy un prófugo”; pero como no hay una buena fuga por Estados Unidos que no pase por México: “tras parar en El Paso, tomé el camino equivocado a Juárez, con Juanita en mi regazo”. Sólo le falta el ‘dead or alive’, vivo o muerto. En todo caso la pieza parece confirmar esa vieja amenaza: ‘puedes correr pero no esconderte’.

Escapar, correr, esconderse se ha vuelto una actividad popular en España para ciertos personajillos que, si tienen en cuenta los mensajes de estas canciones, verán que lo que les espera no es nada deseable.    

CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 21 de febrero de 2018

EL ESPERPENTO INDEPENDENTISTA DESEMBOCA EN ODIO Y PERJUICIO PARA EL CIUDADANO El fanatismo más disparatado parece haberse adueñado de algunos dirigentes y militantes del catalanismo más supremacista. Así lo indican dos casos relacionados con el idioma, uno en Baleares y otro en Cataluña, ambos muy elocuentes.

Hay que tener mala sangre, ser un malnacido y un imbécil
para escribir tal cosa 


La manipulación de la realidad y el adoctrinamiento (algo así como aquella asignatura llamada Formación del Espíritu Nacional que se daba en el franquismo) parece nublar la razón de gran parte de políticos y ciudadanos de las regiones españolas donde el catalán se habla tanto como el castellano. Es tal el desvarío que ya se tiene como cosa normal el uso del idioma como elemento de separación, como frontera o como herramienta política; por ejemplo, a nadie sorprende que en Cataluña haya una ley que obliga a rotular los negocios en catalán, o al menos no en castellano, a imitación de otra ley franquista que obligó al Athletic Club de Bilbao a llamarse Atlético de Bilbao. En Baleares se ha promulgado una norma que exige a los médicos un buen manejo del catalán si quieren ser contratados por la administración, mientras que en Cataluña un tipo amenazó de muerte en redes sociales a los padres que exigieran castellano para sus hijos.

Todo parece indicar que los legisladores baleáricos han llegado a la conclusión de que lo importante para dar un buen servicio médico a los ciudadanos no es la formación del galeno, sino si el dominio del idioma cooficial de las islas, es decir, según la norma que pretenden imponer, más vale un médico menos formado pero que se exprese correctamente en catalán antes que otro con un excelente currículo acreditativo pero  castellanoparlante. Así, algunos de los baremos con que se puntúan los méritos a tener en cuenta son desconcertantes, por ejemplo, hablar con total corrección el catalán vale seis puntos, mientras que tener un máster en la mejor universidad de Usa sólo otorga uno; o sea, según esa forma de pensar, lo que conviene al paciente no es que el doctor sea experto y esté a la última en técnicas y tratamientos, sino el idioma en que se expresa. Y todo ello a pesar de que de los cientos de miles de pacientes atendidos en Baleares apenas fueron una o dos docenas los que exigieron que se les comunicara el diagnóstico y tratamiento exclusivamente en catalán…, y que todos, todos, hablan y entienden perfectamente el castellano; eso sí, se sabe de uno que prefirió retrasar su operación casi un año porque el cirujano no era catalanoparlante… Sea como sea, cuando alguien llega a urgencias con un cólico nefrítico o un insoportable y persistente dolor de muelas ¿cuál será su deseo?, ¿que le alivien o que le hablen en catalán? En fin, es perfectamente lícito ser independentista y ansiar la segregación, pero hay que exigir que sea sin quebrar la ley ni perjudicar al ciudadano.

En Cataluña un tronco se dejó escribir en las redes sociales que si por culpa de uno o dos niños hay que dar clases en castellano, mataría a sus padres delante de ellos. Se dio cuenta de la burrada y lo borró, pero ya era tarde, ya había dejado patente lo penetrado que está por el odio más xenófobo y tribal; es lo que ocurre cuando alguien que se siente superior por tener la exclusiva de la verdad absoluta piensa que también tiene derecho a amenazar, despreciar, insultar. Evidentemente, este sujeto está transmitiendo toda esa inquina rabiosa a su hijo (o a los de sus cofrades), tanto con su ejemplo y sus amenazas como, seguro, con su discurso en casa; es decir, está educando en el odio, dando a entender que el odio es una herramienta con la que defender ideas y posiciones. Pero es muy probable que, llegado el momento, cuando el padre le niegue algo, le contradiga o le afee su conducta, el chaval que creció en el odio lo utilice como instrumento para lograr su propósito o imponer su criterio; en otras palabras, el que aprendió a despreciar y odiar desde pequeño recurrirá a esos sentimientos en cuanto las opiniones empiecen a chocar, y los utilizará como armas de ataque contra quien se los enseñó.

Y es que difícilmente los desvaríos y los odios viscerales desembocan en algo positivo. Por último, ¿qué harían los que amenazan en las redes si hubiera en España la misma facilidad que en Usa para conseguir armas de fuego?

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 18 de febrero de 2018

RAREZAS Y EXTRAVAGANCIAS DEL DISCO DE VINILO ¿Un disco que empieza por el final, cerca del agujerito, y termina en el borde externo?, ¿y otro que tiene dos surcos paralelos, con una canción en cada uno, en la misma cara? Sí, los vinilos admiten esas y muchas más curiosidades. (Publicado originalmente en agosto de 2015)

Los vinilos y sus portadas permitían todo tipo de extravagancias
y desvaríos artísticos

Los incondicionales de los discos de vinilo no dejan de encontrar y degustar los atractivos de los añejos singles y elepés. Y es que, además de lo que se entiende como pieza de coleccionista, más allá de las ediciones limitadas e incluso de los valiosos discos históricos, esas finas rodajas que almacenan sonido ofrecen inusitadas posibilidades para materializar las ideas más locas y, aparentemente, disparatadas. Así, aunque la inmensa mayoría funcionen de modo idéntico, hay ejemplares que no se pliegan a la norma y encuentran el modo de convertirse en auténticas singularidades.

Como todo aficionado sabe, ese emblemático soporte no tiene por qué ser exclusivamente negro, sino que existen infinidad de ediciones en todos los colores; es más, no son tan inhabituales los denominados fotodiscos, que reproducen las canciones igual que los demás pero exhiben vistosas ilustraciones (fotos, logos, diseños de todo tipo) que deslumbran mientras giran sobre el plato giradiscos; de hecho, casi todos los grupos importantes (y muchos que no son tanto) han lanzado al mercado ediciones especiales de algunos de sus discos en llamativos colores o con una colorida ilustración sobre esa rotonda fabricada con derivados del petróleo.
El color y la foto impresa sobre el sonoro círculo dejaron de ser rarezas hace mucho. Tampoco son tan extraños los discos flexibles (muchos se publicaron como regalo o con fin publicitario) ni los que abandonan la redondez y adoptan formas diversas…, aunque siempre conservando una parte central circular en donde imprimir el surco sonoro. Asimismo se recuerda el primer disco de una nueva compañía, el cual no tenía surco, ni por un lado ni por otro, totalmente liso, y que anunciaba que “esta es nuestra primera edición, la siguiente ya tendrá surcos”.

Las ideas extravagantes, más o menos originales, no tienen otro fin más que la propia excepción. Así, entre lo más llamativo se puede citar una curiosa edición del maxi-single ‘Pop Muzik’ que el grupo británico M lanzó en 1979; la particularidad reside en que una de sus caras no tiene un único surco que lleva la aguja desde la primera hasta la última nota de la canción, sino que ofrece dos surcos paralelos en la misma cara que contienen un tema distinto cada uno, de manera que si se coloca la aguja en un punto suena una melodía (‘Pop Muzik’), pero si se coloca medio milímetro antes o después se escucha otra totalmente distinta (‘M Factor’); como quiera que una es más larga, al terminar la corta sólo hay silencio a pesar de que la aguja apenas está a la mitad... Sorprendentemente, podía decirse que este ejemplar tenía caras A, B y C. No era algo necesario, ni siquiera algo que aportara utilidad o eficacia, nada de eso, fue un simple capricho sin más objetivo que provocar la curiosidad y la sorpresa del personal. Nada más.

El espectador desprevenido se llevaría un buen susto al colocar en el plato el maxi ‘Destination Zululand’ de King Kurt (uno de los grupos más divertidos, enloquecidos y disparatados), ya que comprobaría que la aguja no sólo no emprende el camino desde la parte externa a la interna del plástico, sino que parece obstinarse en abandonarlo. La clave del asunto es que la edición en cuestión fue impresa con el principio del tema al final, cerca del agujerito central, de modo que ahí es donde hay que poner la aguja lectora para escuchar la canción; sí, la aguja se dirige al borde externo. Es una muestra del gusto por la locura, la querencia por el absurdo. Sin más explicación.

Las portadas de los elepés han dado mucho de sí, y no sólo desde un punto de vista artístico (no pocas son auténticas obras de arte, como la monumental del ‘Yessongs’ de Yes). Puede recordarse, por ejemplo, la del ‘Double album’ de los alemanes Ledernacken, cuya primera edición (en 1985) constaba de sólo 3.000 copias, cada una de las cuales había sido pintada a mano por un artista, con lo que cada ejemplar es absolutamente único en el mundo. Otra pieza sorprendente es el ‘Blue Monday’ de los británicos New Order; resulta que la primera edición (1983) presentaba una portada troquelada que imitaba un disquet de ordenador (formato totalmente en desuso hoy) y, además, la funda interior plateada era también muy costosa; es decir, una edición carísima, tanto que, según afirmaban los dueños de la discográfica (Factory Records), con cada venta se perdían entre 5 y 15 peniques; al comprobarlo, esos empresarios pensaron que la pérdida no sería tan importante, pues era una producción independiente y, por tanto, las ventas no serían millonarias, sin embargo, el disco se convirtió en un superventas; lógicamente, las ediciones posteriores abandonaron aquellos excesos artísticos.   

Nada de esto, ninguna de estas extravagancias y desvaríos (tan propios de la música rock y derivados) es posible con los actuales dispositivos de reproducción de música, ya que al carecer de soporte queda eliminada toda posibilidad de intervención imaginativa.


CARLOS DEL RIEGO

jueves, 15 de febrero de 2018

EL ESCÁNDALO OXFAM Y LAS OENEGÉS Tremendo es el daño que a la causa de la solidaridad internacional ha hecho el último escándalo protagonizado por la ONG Oxfam, el cual alcanza tanto a sus dirigentes como a los que actúan sobre el terreno y, por extensión, a todas esas organizaciones

Hay que ser un auténtico pervertido para aprovecharse de la desgracia de los más necesitados

Una de las noticias más inquietantes que han saltado al primer plano mundial en este febrero de 2018 es la que acusa de odiosos delitos a una organización nominalmente humanitaria, Oxfam, muchos de cuyos integrantes organizaron fiestas en Haití con niñas y mujeres que, seguro, estarían dispuestas a todo a cambio de un pedazo de pan; así, los que en teoría estaban allí para paliar los efectos de los desastres naturales no hicieron más que aprovecharse de las necesidades de los desdichados. Y para rematar, se ha demostrado que no pocos de sus dirigentes viven en la corrupción más asquerosa, que es la que se queda con el dinero que la solidaridad de la gente dona para aliviar a los que sufren todo tipo de desgracias. Lo malo es que esto no es nuevo, sino que dicha  organización ya tenía denuncias, y muchos de sus componentes (tanto voluntarios como directivos) han tratado de esconderlas, de encubrirlas durante años; así, se habla de una costumbre de abusos desde Haití hasta Chad, y que la dirección de Oxfam los conocía y ocultaba. Peor aún, son cientos las denuncias contra actuaciones de diversas oenegés en muchas partes del mundo, incluyendo la ONU, organización encabezada por profesionales de la política, o sea, caraduras profesionales, y en la que militan verdaderos indeseables que lucen cascos azules.
Dos citas ilustran el asunto a la perfección. Explicaba Cervantes que cuando una sirvienta abre la puerta de su alcoba a los hombres por la noche y no pasa nada, es señal de que la señora de la casa hace lo mismo, ya que, en caso contrario, de ningún modo permitiría que tales ‘desvergüenzas’ tuvieran lugar en su casa. Con las organizaciones no gubernamentales (deberían cambiar esta denominación, ya que casi todas recaudan  de gobiernos) pasa lo mismo: si los de abajo perpetran barbaridades como las mencionadas en repetidas ocasiones y los jefes lo permiten (imposible que no se enteren) no hay duda, también ellos están pringados.
La otra cita procede de la actualidad. En una ocasión contó el veterano periodista Vicente Romero que un día se quedó hasta tarde en la redacción y que llegó la señora de la limpieza, la cual le preguntó a qué organización sería mejor donar un poco de dinero con el que ella quería colaborar; él respondió que, a pesar de ser ateo, a Cáritas, y explicó las razones: en primer lugar, los de este organismo no están ahí por moda, por realizar unas vacaciones solidarias, por viajar y ver mundo o por tener algo prestigioso que poner en el currículo para, al acabar la temporada, volver a casita…, nada de eso, sino que los de la mencionada organización están por vocación, por convicción, sin intereses mundanos o materiales y, pasado el verano, no se marchan; en segundo lugar, añadió Romero, porque como llevan mucho tiempo sobre el terreno, tienen sus propios transportes y almacenes, saben cómo evitar a los bandidos y los aprovechados, conocen los caminos y las necesidades específicas de la población, saben cómo sacar el máximo partido a los fondos recibidos y, en fin, no toman ni un céntimo para sí mismos, o sea, no están allí por interés; en tercer lugar porque, cuando regresan a casa, están deseando volver y suelen repetir que hay mucho trabajo que hacer, lo que quiere decir que ese trabajo es su vida, su vocación, su objetivo principal. En resumen, Vicente Romero,  reportero y corresponsal con experiencia de muchos años por todo el mundo, aconsejó a la desprendida trabajadora con un profundo conocimiento de causa.
En el actual estado de las cosas puede afirmarse que las ONG´s son necesarias, aunque tanto los dineros que a ella se destinan como el personal que los maneja deberían estar muchísimo más controlados; también parece de sentido común que nadie de los que trabajan para esas instituciones debería recibir remuneración o, al menos, no sacada de lo recaudado de la generosidad y solidaridad de la población donante.
Por último, es preciso señalar algo muy chocante: muchas de las organizaciones no gubernamentales están profundamente ideologizadas y no dejan de clamar contra el capitalismo; sin embargo, sus integrantes viven en y del capitalismo, recaudan de los países capitalistas y exigen fondos a los gobiernos capitalistas, es decir, no dejan de recurrir al ‘despreciable’ capitalismo para (teóricamente) paliar las desdichas que se producen en los países del llamado tercer mundo. Precisamente una de las oenegés que más elevan su voz contra el capitalismo es Oxfam, en cuyos informes y memorias no dejan de culpar a los países y sociedades capitalistas de todos los males de este mundo. Es contradictorio que se acuse y se señale al mismo al que se pide dinero, que se le insulte y acto seguido se le solicite ‘la voluntad’. Contradicción que se convierte en hipocresía y desfachatez en el caso Oxfam.
Sea como sea, es de esperar que la desvergüenza y cinismo de unos cuantos no desactive las ganas de echar una mano.

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 11 de febrero de 2018

DELIRIOS E INSULTOS DE QUINCY JONES CONTRA AMIGOS Y COLEGAS El que fuera gran productor musical Quincy Jones parece haber perdido la cabeza y se niega a asumir que su tiempo de gloria ha pasado. Así, a los 85 años ha querido recuperar protagonismo insultando y despreciando a Beatles, Michael Jackson…

Jones ha mostrado su catadura moral al insultar al fallecido Michael Jackson después de toda la vida aparentando ser su amigo y colega

Ahora que ya no es protagonista y su teléfono ha dejado de sonar, ahora que ya no trabaja con las grandes figuras del pop y el rock, ahora que ya no está en el centro del escenario, ahora, Quincy Jones decide empezar a escupir mala baba, a expresar la envidia que durante años se estuvo tragando, ese resentimiento acumulado mientras trabajaba para otros que, al final, siempre se llevaban toda la fama; es como si él sintiera que merecía más, que sin él todos esos figurones nunca hubieran llegado a la cima y que, en definitiva, él, el prestigioso Quincy Jones, siempre fue absolutamente imprescindible para que aquellos consiguieran éxito, gloria, dinero; y por ello, ahora da rienda suelta a su soberbia y expresa en voz alta lo que muchos años calló. Pues resulta que, cumplidos los 85, el tipo ha empezado a despotricar, a insultar, a menospreciar a gran parte de los músicos con los que compartió su vida profesional. Lo ha hecho en varias entrevistas a diversos medios con motivo de ese cumpleaños y (factor importante) el estreno de un documental sobre su trayectoria.

Lógicamente sólo lanza sus flechas envenenadas contra grandes nombres de la historia del pop y del rock, ya que si lo hiciera contra segundones apenas tendría espacio en los medios. Así, de los Beatles dijo que eran los peores músicos del mundo (“the worst musicians in the world”), que Paul era el peor bajista que había visto, y que Ringo…, “de Ringo mejor no hablemos”. Podría haberse limitado a decir que no eran músicos excelentes, o explicado que en sus inicios no eran muy buenos,  pero esa tajante afirmación de ‘los peores del mundo’ parece más inquina, más despecho que otra cosa. Además, según él, los conoció hacia 1963 ó 64, cuando el grupo ya había pasado una dura ‘mili’ tocando varias sesiones diarias en clubes de Hamburgo, o sea, que tal vez no fueran virtuosos consagrados como los músicos de jazz con los que estaba acostumbrado a tratar, pero seguro no desmerecían en absoluto al lado de los de su generación. Además, el músico no sólo es el intérprete, sino también el que compone.

No se olvidó el resentido Quincy de dar brillo a sus cicateros ataques utilizando a otros gigantes del rock. Así, se dejó decir que, en sus comienzos, “Elvis ni siquiera podía cantar”; cabría preguntar al célebre productor cuántos encontró a lo largo de su carrera que cantaran mejor que el rey. También tuvo unas palabras para otros de sus ‘amigos’, como los integrantes de U 2, a quienes se refiere con un contundente “no han escrito ni una sola buena canción”; y cuenta que cuando va a Dublín nunca sale de casa de Bono (¿le confesará entonces lo malo que es?) porque “Ireland ist so racist!”. Parece haber olvidado que él mismo conoció y, seguro, sufrió en sus carnes la segregación y las leyes racistas que estuvieron vigentes en USA hasta hace una semana (como quien dice), mientras que en Irlanda jamás hubo tal cosa.  

Pero lo más sangrante son las ofensas contra la persona que más lustre y fama le dio. Y es que acusa a Michael Jackson de haber robado partes de canciones, melodías, ritmos, líneas instrumentales…, aunque sólo da una referencia (‘Statement of independence’ de Vangelis, cuya escucha no revela a qué pieza de Jackson se parece); continúa ensañándose con el muerto llamándole “codicioso y retorcido”, y completa la cosa con un sorprendente “en realidad no tenía tanto talento”. Seguro que a Jackson le gustaba la pasta y tendría sus cosas, y seguro que se ‘inspiró’ en el trabajo de otros más de una vez, aunque el autor que esté libre de pecado…, pero que le niegue talento demuestra simple y pura envidia.  Lo sorprendente es que no diga una palabra de la ‘debilidad’ del autor de ‘Thriller’, puesto que como estuvo tanto y tan cerca de él, tenía que saber perfectamente si había algo o no.    

De tales palabras es fácil deducir varias cosas. En primer lugar parece evidente que es un hipócrita, pues en las fotos aparece como un gran amigo de los que ahora son objeto de su rabia e incontinencia verbal. En segundo lugar parece claro que es un mal compañero, pues sólo así se entiende que largue de ese modo contra los que son (o fueron) sus colegas. Y tercero, parece tratar de transmitir la idea de que todos aquellos no hubieran sido nada en la historia de la música del siglo XX sin su concurso.

Pero no se conformó con atizar a sus compañeros. Cuando habla de sí mismo y de su carrera profesional evidencia un ego de tamaño cósmico y le faltan calificativos para darse autobombo, olvidándose de sus estrepitosos fracasos. Como es lógico, sacude de lo lindo a Trump, al que califica de  “retrasado, megalómano, narcisista” (aquí no está tan desacertado) y luego se vanagloria de haber salido con su hija cuando él tenía 72 y ella cincuenta menos… Patético es comprobar cómo, llegado a la vejez, se pone a presumir de haber tenido a grandes celebridades como novias o amantes  (cientos, asegura)  e incluso de haber rechazado a Marilyn Monroe. En fin, dime de qué presumes… Como no podía ser de otro modo, sus desvaríos tienden también a la megalomanía, ya que asegura que sabe perfectamente quién mató a John Kennedy; claro que sólo ‘revela’ que la mafia le ayudó a ganar las elecciones (cosa más que sabida), y que los padrinos estuvieron detrás de su asesinato, lo que es una de las varias teorías existentes; es decir, no dice nada que no se supiera; por último añade, como dándose importancia, “no deberíamos hablar de esto en público”.

Algunos que han empezado a contestarle aseguran que está cabreado con el mundo…, tal vez porque cree que merece más fama, más dinero, más honores. También habrá influido el próximo estreno del mencionado documental, ya que esta propaganda le viene muy bien para conseguir titulares. Otros le han defendido con la recurrente disculpa de que se han sacado las frases de contexto, y que respecto a Beatles él sólo se refería a sus primeras impresiones…, disculpa que no sirve cuando habla de los otros. En todo caso, da la sensación de que él siempre se ha sentido mucho más importante de lo que en realidad era, y que siempre ha estado convencido de ser mejor que los músicos para los que trabajó.
¿Vanidad y frustración liberadas o demencia senil?; si es esto último no es responsable de sus actos y sus palabras y, por tanto, mejor quedarse con lo que fue.


CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 7 de febrero de 2018

EL CUENTO INDEPENDENTISTA DE LA LECHERA Tiene que haber gente que milite en el independentismo catalán que se haga preguntas y, si es sincera consigo misma, admita que la cosa no es como les dijeron que sería, y que el cántaro del cuento de la lechera se ha roto, o sea, de lo prometido, nada

Seguro que incluso entre el independentismo hay quien se ha dado cuenta de que la ilusión prometida sólo ha sido producto de los ilusionistas

 Es casi seguro que muchos independentistas (cuya ideología es tan respetable como cualquier otra siempre que se ciña a la ley) empiezan a ver las contradicciones. No es posible que todos ellos sigan convencidos de que es el resto del mundo el que se equivoca, que todos mienten o están engañados excepto sus líderes y ellos, que hay una conjura interplanetaria en su contra. Así, es difícil creerse que no existan separatistas que repasen lo ocurrido: les prometieron que tal día Cataluña sería independiente, pero la declaración se auto-suspendió en menos que Usain Bolt corre los 100 lisos; unas semanas después anuncian una nueva y definitiva proclama unilateral, pero no redactan una ley tajante e inequívoca, no señalan el día y la hora en que se hará pública y entrará en vigor, no proceden a retirar los símbolos del estado de todos los edificios oficiales, no salen al balcón del ayuntamiento a celebrarlo con los enfervorizados  seguidores…, en lugar de todo eso, que es el procedimiento habitual en casos así, el president huye, deserta, abandona a su suerte tanto a sus lugartenientes como a la tropa de correligionarios. Por ello, parece imposible que todos los que se han entregado a la causa catalanista acepten que el líder de la misma, ante la posibilidad de una derrota, se ponga a salvo sin importarle la suerte de los que dejaba atrás. No es creíble que entre todo el independentismo no haya quien repase, reflexione, analice y empiece preguntarse si es de fiar un jefe que da la espalda al problema mientras sus segundos lo afrontan de cara y pagan las consecuencias.
Sí, entre las filas secesionistas tiene que darse la figura del que recapacita y revisa cómo se han producido los hechos. Pero también están los que jamás se verán tentados a plantearse ese tipo de cuestiones, que son los que tienen intereses directos y personales, los integrados en la administración gracias a que son ‘creyentes’, y también los medios, organizaciones sociales, asociaciones culturales y grupos de todo tipo que viven de la industria del separatismo catalanista; en fin, que los puestos y los sueldos, las subvenciones, los patrocinios, las ayudas que ha repartido esta industria tiene que contar con muchos miles de beneficiarios, los cuales, lógicamente, no dejarán de defender la causa.
El proceso de la fantasía secesionista tiene mucho del cuento de la lechera. Mientras llevaban el cántaro, o sea, la república catalana en la cabeza, iban imaginándose lo que conseguirían con ella, ilusionándose con las maravillas que les prometían, fantaseando con el cuerno de la abundancia que les esperaba y, en fin, convencidos de estar ya tocando con los dedos la felicidad absoluta que la república les traería… Pero tanta alucinación no les permitió ver la realidad, de modo que, llegado el momento, el cántaro, o sea, la fantasía independentista, se topó con los hechos. Un hecho es que ningún gobierno europeo les ha prestado el mínimo apoyo, ni siquiera de un modo nominal, es más, la mayoría han afeado a sus dirigentes su desprecio por las leyes y, en el mejor de los casos, ya ni les hacen caso; es un hecho que no han contado con el reconocimiento internacional, que era una de las bases que daban forma al cántaro lleno de independencia; es un hecho que les han dicho en todos los idiomas que su entrada automática en la Unión Europea no puede ser y además es imposible; es un hecho que la idea separatista cuenta con el respaldo de menos de la mitad de los catalanes, a pesar de lo cual, los directores de la misma afirman que tienen el respaldo de una ‘abrumadora mayoría’; es un hecho el caso Banca Catalana, el caso Liceu, el caso Campeón, el caso Itv, los casos Pujol, el caso 3%, el caso Casinos…, en todos los cuales están directamente implicados la mayoría de los caudillos nacionalistas; es un hecho que miles de empresas se han ido y que otros factores económicos de Cataluña se han visto perjudicados por la amenaza independentista…
En resumen, es un hecho, es una evidencia que el cántaro se ha roto y, sin embargo, gran parte de la población catalana sigue creyendo en la alucinación, sigue viviendo en el convencimiento de que el cuento tendrá el final deseado a pesar de que el contenido del cántaro se ha derramado por el suelo y no será posible venderlo. En fin, aunque con total seguridad hay independentistas que se hacen preguntas e incluso vislumbran que la deseada fantasía sólo era eso, cuesta creer que aun haya tantos que no comprendan (o no quieran comprender) que la ilusión que les han vendido no era más que ilusionismo.

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 4 de febrero de 2018

ÉXITOS DE FEBRERO DEL 68 QUE MANTIENEN SU ENCANTO Hace justo medio siglo la música pop y rock había adquirido enorme peso e importancia en el mundo occidental, y en las listas de éxitos aparecían canciones que siguen sonando frescas y cautivadoras. Seguro que no pasará lo mismo con las de hoy

Aunque publicado a finales del año anterior, este doble ep de The Beatles seguía fuerte en las listas de febrero del 68 con dos temas
En febrero de 1968 la Guerra de Vietnam ocupaba casi siempre las portadas de todo el mundo; la Guerra Fría estaba más caliente que nunca; los Juegos Olímpicos de invierno ven triunfar hasta en tres ocasiones al francés Jean Claude Killy; en España se inicia el proceso de independencia (pacífica) de Guinea Ecuatorial, se autoriza la enseñanza en idioma vasco en San Sebastián y un tipo gana la astronómica cantidad de 30 millones de pesetas (unos 180.000€) a las quinielas. Y ya se estaban cociendo algunos de los sucesos que marcaron aquel año… La música pop dominaba las listas de éxitos, con luminosas apariciones soul y otros géneros que empezaban a asomar. 

¿Qué canciones eran las más escuchadas y que más gustaban en febrero de 1968? Las comparaciones con la actualidad son odiosas, pero es evidente que muchos de aquellos títulos suenan  hoy en cualquier momento sin desentonar lo más mínimo, e incluso se recurre a ellos constantemente (radio, cine televisión), algo que difícilmente podrá decirse de los temas que más venden en febrero de 2018, pues nada de lo que hoy triunfa tiene trazas de ser recordado en 2068... Aquí va una selección de canciones que copaban las listas en aquellos lejanos días y que, en su mayoría, no serán difíciles de identificar aunque pasen otros tantos años.

Se puede empezar por recorrer las piezas lentas. Inolvidable es ‘Nights in white satin’ de los Moody Blues; enigmática, elegante, de una belleza delicada y misteriosa, su melodía resultará inconfundible por más tiempo que pase. Deliciosa es el ‘My girl’ de Otis Redding, quien también hace justo medio siglo deslumbró con la imprescindible ‘Sittin´ on the dock of the bay’, con la que estará para siempre en el imaginario del incondicional del rock; desgraciadamente él no pudo verlo, pues había muerto un par de meses antes. Otra preciosa melodía de aquel febrero fue ‘Words’ de los Bee Gees, exquisita mixtura de voces y armonías, y es que entonces eran un grupo de pop melódico y vocal cuyo futuro de disco-falsete nadie pudo atisbar. Y también dio el golpe el británico Donovan con la melosa y psicodélica ‘Jennifer Juniper’, tan dulce y enamoradiza. Todas estas se escuchan actualmente como clásicos evocadores y no es extraña su presencia en cualquier entorno, como demuestra el hecho de que varias de ellas aparecen en Los Simpson…

Y en cuanto a las de ritmo más alto, los que ya estaban en ‘el rollo’ en febrero del 68 pudieron sorprenderse con nuevos sonidos, nuevas maneras, maravillas que no han perdido brillo y que han estado presentes en las cinco décadas siguientes. ¿Cuánto tardaría hoy un amante del rock en reconocer el ‘Magical mystery tour’ o el ‘Hello goodbye’ de The Beatles?; temas con chispa, innovadores, inconfundibles, excitantes, ambos eran favoritos de los jóvenes de entonces, que bien podrían exclamar ahora: ¡qué mes el de aquel año!

Igualmente presentaba ritmo ágil el divertido y vitalista ‘Judy in disguise (with glasses)’ de John Fred & The Playboy Band (¿se nota la resonancia a ‘Lucy in the sky with diamonds’), banda de un único éxito o ‘one hit wonder’; su festivo ambiente fue recreado en distintos idiomas, y aquí sonó como ‘Judy con disfraz’ a cargo de grupos como Los Salvajes o Los Sírex. También invita a mover los pies el trepidante ‘Everlasting love’ a cargo de Love Affair, aunque ya había sido éxito en Usa unos meses antes con Robert Knight; de hecho, desde entonces, en cada década se han grabado abundantes versiones que han llegado alto en las listas. Tono desenfadado y ritmo cadencioso le puso el gran Georgie Fame a su ‘Ballad of Bonnie & Clyde’, que incluyó efectos especiales muy de película, con tiroteos, sirenas y, lógicamente, el inevitable y fatal desenlace; también son incontables las adaptaciones a otros idiomas que se han realizado de tan sonoro título. Asimismo hace exactamente diez lustros debutaba un grupo de muy largo recorrido, Status Quo, con un single titulado ‘Pictures of Matchtistick Men’, que fue éxito desde su aparición y que ha resonado muchas otras veces desde entonces.

Sí, de todas estas emblemáticas canciones se conocen infinidad de versiones a cargo de grupos de tendencias y procedencias diversas. ¿Alguien podría mencionar un par de temas de pop o rock de la actualidad con talento suficiente como para ser revisitadas y reinterpretadas por grupos o solistas de las próximas décadas?, y ya puestos ¿cuántos éxitos de 2018 serán recordados y cantados dentro de 50 años? No es difícil responder que, casi seguro, estarán totalmente olvidadas antes de 5.


CARLOS DEL RIEGO