miércoles, 29 de enero de 2014

UNA CONFABULACIÓN JUDEOMÁSONICA E INTERGALÁCTICA Al verse imposibilitados para seguir negando, los dirigentes del FC Barcelona han recurrido al siempre eficaz truco de “vienen contra nosotros porque, como somos el ombligo del mundo, nos tienen envidia”. La treta suele funcionar…, de momento

En el mito de la caverna de Platón, los personajes atados creen que
las sombras que ven (manipuladas por sus dirigentes) son la realidad.
Una de las más socorridas triquiñuelas de los líderes que se ven acorralados por disputas y disensiones internas es buscar un enemigo al que culpar. De este modo, piensan, van a conseguir convencer a buena parte de sus partidarios, tan aleccionados que se creerán todo lo que se les cuente si ello supone ataque y denuncia contra los otros, contra los que “no son de los nuestros”.

Esto ha sucedido a los directivos del Fútbol Club Barcelona que, señalados como fulleros a la hora de justificar una importante transacción económica, no han encontrado mejor defensa que acusar al rival de siempre, el Real Madrid CF, de estar detrás de todo el asunto y haber urdido una trama para perjudicarlos a ellos y a la entidad. De este modo, alguien ha ideado el amaño y luego se ha convencido a sí mismo para, finalmente, arrastrar a toda la cofradía al convencimiento de que la culpa es de otros, de los malos de siempre. ¿Es posible creerse que la denuncia interpuesta por un socio del Barça contra su presidente haya sido organizada por Florentino Pérez (presi del Madrí), quien llamó a Aznar, el cual exigió al ministro Gallardón que forzara al juez a tomar una decisión? Solamente quien esté dispuesto a creerse cualquier cosa si apunta al enemigo secular puede tragarse bola de tal tamaño; no habrá autocrítica y se tomará la denuncia contra los otros como una liberación, como un “menos mal que son los otros”, como un “ahora me lo explico todo”. Es, evidentemente, mucho más fácil y asumible la idea de que la culpa no está entre nosotros, sino entre ellos.

En primer lugar, denota cierto egocentrismo afirmar que oscuros y poderosos personajes han maquinado contra uno algo así como una conspiración intergaláctica, una auténtica confabulación en la que influyentes empresarios, políticos y jueces conspiran contra uno. Y en segundo lugar hay que ser crédulo y estar adoctrinado para admitir a pies juntillas cualquier fantasía fabulada por los cabecillas, que saben que la cosa funciona con “los suyos” y así pueden distraer su atención de problemas verdaderos. Que una persona empiece a ver fantasmas por todas partes y entienda que todos están contra él es más habitual de lo que parece, pero que un conjunto de población de cientos de miles de personas caiga en un argumento disparatado ya es otra cosa…, aunque tampoco se trata de una rareza, como se demuestra echando un vistazo a la historia del siglo pasado.

Se pueden encontrar en este asunto ecos del ‘Mito de la Caverna’ de Platón (la gente atada frente a la pared del fondo de una cueva y de espaldas a la entrada está convencida de que las sombras que ve proyectadas en la pared son la realidad, y se niega a volverse y ver), pero también del chiflado paranoico que se monta su propia historia y luego se convence a sí mismo de su veracidad, hasta convertir cualquier detalle o actitud de quienes lo rodean en prueba de su creencia, o sea, de su chaladura.

Un pobre hombre llegó a la redacción de un periódico preguntando por un antiguo amigo; tras los saludos el periodista le pregunta eso de ¿cómo por aquí?, a lo que el otro responde que viene a comprobar qué se dice de él en la prensa. Sorprendido, el redactor le contesta que no sabe a qué se refiere, de manera que el hombre le explica primero que su jefe lo despidió porque su mujer (la del jefe) se había enamorado de él, y segundo que ya sabe que es muy guapo, por lo que no es de extrañar dicho enamoramiento… Al día siguiente el cronista se puso en contacto con el jefe, quien le dijo que el tal no iba por el trabajo desde hacía meses y que, lógicamente, por eso lo había despedido; y añadió que el interfecto sólo vio a su mujer (la del jefe) una vez y sin que ella bajara del coche; y concluyó que un año atrás había empezado a decir a las empleadas (primero casi en broma y luego con enojo y a voces) que dejaran de llamarlo por teléfono, de dejarle notas por todas partes y, en fin, de proponerle relaciones…, hasta que no hubo más remedio que avisar a la policía, pues las pobres chicas están asustadísimas. Pues bien, con otro origen pero al igual que este pobre desequilibrado, la afición más fanatizoide del FC Barcelona ha sido convencida de que es tan guapa y tan importante, que todo el mundo está pendiente de sus cosas, que todos envidian sus infinitas virtudes…

En fin, que incluso cuando el origen del conflicto es evidentemente interno, basta un discurso acusatorio para que las miradas se vuelvan contra los otros, contra los que “no son de los nuestros”, que siempre están “celosos y envidiosos de nosotros”. Este mensaje resulta halagador para los parroquianos, pues les transmite la idea de que son poco menos que el centro del universo, y por eso, el resto, los que “no son de los nuestros”, les desea todo mal.

Tarde o temprano se suele llegar al fondo del asunto, lo cual no es impedimento para que los más adoctrinados sigan creyendo más allá de la evidencia. Sólo hace falta querer creer para creer.


CARLOS DEL RIEGO

lunes, 27 de enero de 2014

ES SÓLO ROCK & ROLL: CUATRO DÉCADAS DE LA SIMBÓLICA FRASE Una de las frases más afortunadas, repetidas y utilizadas, una de las expresiones que el tiempo ha convertido en icono en el planeta del rock es esa que dice “es sólo rock & roll, pero me gusta”. Rolling Stones la idearon en 1974.


La consigna sigue teniendo sentido cuatro décadas después.
Sí, la eterna banda de Jagger y Richards han dejado un montón de canciones, discos, imágenes e ideas que ya forman parte de la historia popular del siglo XX (es difícil que su estrujada fuente creativa vuelva a producir frutos para el recuerdo); la imagen de la lengua que se asoma descarada o la exclamación ‘It´s only rock & roll (but I like it)’ son cien por cien Stones, pero su potencia comunicativa ha conseguido que ambas hayan traspasado las fronteras de lo estrictamente musical y ‘stoniano’.

En 1974 el grupo lanzaba su álbum número doce con este título genérico. Lo curioso es que, al parecer, quien más tuvo que ver en semejante ocurrencia fue Ron Wood, que aun no era guitarrista de la banda aunque estaba a punto de serlo. También resulta llamativo el hecho de que el disco nunca tuviera consideración de ‘excelente’ y de que en su momento su éxito fuera limitado. Por otro lado, aquellos años fueron duros para la salud (drogas) de Richard y de Mick Taylor, el guitarrista que estaba a punto de ser un ex Stone.


El álbum anterior había tenido menos de rock que de otra cosa, así que en esta ocasión quisieron volver a la senda del rock& rythm, especialidad que ellos dominaban como nadie, de modo que la idea del título fue acertada, igual que la producción, que corrió a cargo de la eterna pareja artística (recurriendo al pseudónimo de los ‘Gemelos Glimmer’). En aquel 1974 español la publicación de un nuevo disco de los Rolling Stones era todo un acontecimiento en el entonces subterráneo mundo del rock, todo aficionado lo sabía y estaba ansioso por escuchar y comentar, y la única manera era comprar el disco (las casetes aun no eran populares y casi nadie tenía equipo en casa para pasar del vinilo a la cinta). La portada, sí, emite un perfume de narcisismo evidente, con ellos aclamados por enfervorecida multitud mientras presentan una pose vanidosa.
El tema que abre el fuego es el poderoso ‘If you can´t rock me’, una pieza dotada de guitarras que dictan el camino a base de riffs y contrariffs; no se trata de solos excelentes (aunque Taylor tiene tiempo de demostrar que, como solista, era bastante mejor que Richards), sino de ese toque primario que otorga personalidad a la banda. Sigue la única versión del Lp, el ‘Ain´t too proud to beg’, que Temptations grabaron para Motown en 1966 y que es bastante más rythm & blues que soul; la adaptación es trepidante, descubre nuevas posibilidades y ofrece aportaciones propias, cambios, instrumentación. El título de la canción que da título al Lp es de sobra conocido, tal vez más incluso que la propia melodía; es un aire rollingstone absoluto, con la reconocible secuencia de guitarra y ese ritmo cadencioso pero alegre, con Jagger más ‘morritos’ que nunca y esos coros que todo fan de la banda ha hecho mil veces… ‘Till the next time’ es una deliciosa baladita de fácil asimilación que habla de amantes y sus encuentros prohibidos. La cara a se cierra con otro ritmo lento, ‘Time waits for no one’, pero ahora de temática filosófica, pues aconseja no perder el tiempo (“las horas son como diamantes”) ya que no espera por nadie; tiene un suave y explayado solo de guitarra, uno de los últimos que Mick Taylor aportó. La cara b del Lp empieza con ‘Luxury’, otro ambiente rythm con estupenda melodía que siempre resuena apoyada por una guitarra que, a su vez, nunca deja de puntear. ‘Dance Little sister’ vuelve a acelerar y a demostrar cómo se construye un riff cargado de rabia y tensión, con guitarras encendidas por aquí y por allí. ‘If you really want to be my friend’, lentísima y con finísimo solo de guitarra, ‘Short & curlies’, tal vez menos brillante, y ‘Fingerprint file’, más negroide, completan un álbum de enorme calidad que, sin embargo, no goza de la consideración que se merece. 

De hecho, salvo la titular, la mayoría de estas canciones rara vez han formado parte de los repertorios en vivo y algunas no han sonado jamás desde el escenario, ¿quién sabe por qué?, tal vez a los propios Jagger y Richard no terminaron de convencerles o simplemente prefirieron repertorios más sonoros. De todas formas, cualquier amante del sonido ‘stone’ puede regresar cuantas veces quiera a esta obra de hace 40 años y siempre encontrará excitante rock & roll y encendido rythm & blues. Eso seguro. Por cierto, otros diez años atrás, justo hace medio siglo, Rolling Stones publicaban su primer disco con una única composición propia, y un segundo con tres; entonces la prensa inglesa se preguntaba “¿Permitiría que su hija se casara con un Rolling Stone?”. Para cuando salió el ‘It´s only rock & roll’ las cosas habían cambiado, ya eran estrellas y casi nadie se escandalizaba con ellos, la pregunta ya no tenía lugar.  

Hoy, tanto tiempo después, lo sabemos, sólo rock & roll, pero nos sigue encantando.    
CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 22 de enero de 2014

AYER. HOY. CAMBIOS El devenir de la persona y la sociedad es puro cambio, imprevisible, sorprendente, inimaginable, y suele ser el avance tecnológico el que acelera la mutación


Quién iba a pensar que el teléfono móvil se iba a convertir
 en otro miembro del cuerpo
Solamente mirando hacia atrás y comparando con lo que hoy se ve se puede apreciar la dimensión e importancia de los cambios; la sociedad, los modos de pensar, las preferencias, las inquietudes…, todo cambia. Y la velocidad con que esas mutaciones se suceden influye también en el peso del cambio en las poblaciones; además, los cambios tecnológicos (cada día más veloces) son los que más suelen afectar a los pueblos.

Se puede mirar atrás y comparar sin valorar si esto o aquello es mejor. ¿Quién iba a pensar hace tres décadas que el teléfono móvil iba a convertirse en un miembro más de la persona?, desde luego los guionistas de cine, escritores y visionarios no, pues ninguno de ellos vaticinó nada parecido al móvil (ni, claro, ningún otro dispositivo electrónico). ¿Quién podía suponer que los pantalones caídos, tipo Cantinflas, serían como uniforme para adolescentes y veinteañeros? ¿Quién hubiera imaginado que las mujeres (jóvenes y no tanto) adoptaran papeles tan masculinos (hasta ahora) como la agresividad, la pose de duro o la búsqueda permanente de sexo hasta tomar todas las iniciativas? ¿Quién se creería entonces que la tendencia hoy es hacia lo virtual en perjuicio de lo real, que se podría leer, escuchar música, jugar, viajar… sin libro, disco, pelota o vehículo?

¿Quién se hubiera aventurado a decir que la comida sería producida en laboratorios a base de componentes sintetizados artificialmente? Tal cosa demuestran los diversos experimentos que se están realizando (a marchas forzadas) para conseguir hamburguesas sin carne pero con sabor, textura y aspecto ‘virtualmente’ iguales. En esto de la alimentación los cambios han sido rotundos, radicales, e indican que llegará un día en que la carne engendrada en matraces y probetas tenga un sabor más parecido a la carne que la procedente de vacas, pollos o cerdos, y las empresas conseguirán colocar sus inventos sin esfuerzo. Igual que los productores de transgénicos (¿quién habría predicho que serían patentadas semillas estériles para que nadie pudiera sembrar sin pagar?), que ya están vendiendo sus creaciones sin que nadie se dé cuenta; por ejemplo, no hace tanto que, cuando un ama de casa (terminología de la época) compraba un kilo de fresas inundaba de olor a fresa desde el portal a la azotea, mientras que hoy se pasa junto a cien kilos de fresas en el súper sin el menor rastro del reconocible aroma; no hace tanto se compraban cacahuetes (bolsas o cucuruchos) cuyo ondulado estuche presentaba variedad de contenido, pues tenía un fruto, dos, tres, cuatro e incluso cinco, mientras que hoy sólo hay cacahuetes de uno o dos frutos, nada más, ni uno se sale de la norma; no hace tanto los plátanos se podían abrir sin esfuerzo y sin cuchillo, pero hoy es imposible no abrir sin usar herramienta. ¿Por qué?, porque se diseñan fresas, cacahuetes y plátanos siguiendo exclusivamente criterios económicos, y relegando lo demás (sabor, nutrientes) al saco de lo desdeñable. Son sólo tres pequeños pero significativos ejemplos, de modo que se podría seguir largo rato enumerando lo que era y lo que es el condumio de cada día; desgraciadamente lo modificado genéticamente será impuesto: de un modo u otro obligarán a comprar y tragar transgénico.

Lo malo es que a estos cambios en la sociedad, en la vida, hay quien se opone, quedándose aislado y relegado al vagón de las rémoras; y lo bueno es que abunda más quien acepta y asimila unos cambios y se resiste a otros, con lo que con aquellos logran mantenerse en el momento. Las transformaciones son inevitables, es decir, a la larga se imponen, y la gran mayoría de ellas (ya sean sociales, tecnológicas, de pensamiento) son beneficiosas para personas y sociedades, aunque puede suceder que a la vista de sus consecuencias terminen abandonándose. Sea como sea, en la sociedad como en la naturaleza, quien no consigue adaptarse al cambio (aunque no lo acepte) está condenado a la extinción.


CARLOS DEL RIEGO

domingo, 19 de enero de 2014

MICK RONSON: UN GENIO EN LA SOMBRA Justo ahora hace cuatro décadas que el gran Mick Ronson publicara su primer disco en solitario, el excelente ‘Slaughter on 10th. Avenue’, su debut como solista, sin ser ‘el guitarrista de’. Bowie y otras grandes figuras se utilizaron su enorme talento


Mick Ronson, un músico excelente que siempre es recordado por haber
 sido 'el guitarrista de'.
Hay músicos y discos que, siendo absolutamente excelentes, se quedan en una pequeña reseña para el gran público y, a la vez, en lugar infalible cuando lo que se busca es talento. El gran guitarrista Mick Ronson fue algo así como el brazo derecho del mejor David Bowie (del ‘The man who sold…” hasta el ‘Pin ups’ pasando por el ‘Ziggy Stardus’, ¡casi nada!), contribuyó de modo decisivo a la construcción de álbumes míticos, como el ‘Transformer’ de Lou Reed, y no pocas leyendas se beneficiaron de su instinto musical, desde Dylan a Van Morrison, ¡casi nadie! Pero también hizo lo suyo, de modo que en marzo de 1974 Ronson lanzaba su primer álbum en solitario, el fantástico ‘Slaughter on 10th avenue’.




Mick Ronson era, ante todo, un músico de esos que les das una mesa y una hora y te hacen una canción. Tenía la música en los huesos, y por eso era capaz de imaginar qué es lo convenía a cada composición; por ejemplo, Lou Reed tenía escrito el ‘Perfect day’, pero hasta que Ronson no le dio forma no se convirtió en genial: él aportó ese maravilloso piano (relacionado con el de ‘Lady Stardust’ de ‘Ziggy’) y el tenebroso chelo para moldear una idea hasta convertirla en magia.

Pero tras ser ‘el guitarrista de’, en el 74, en plena efervescencia glam-rock, publicó este ‘Masacre en la décima avenida’. El álbum presenta siete canciones de muy diverso pelaje y procedencia, cuatro de las cuales son de categoría excelente, bellísimas melodías envueltas en ambientes dramáticos, intensos, y todo con un gusto y una elegancia que las hace especiales. El disco se abre con el ‘Love me tender’, pieza popularizada por Elvis; se trata de una adaptación de una tonadilla popular en Usa durante su guerra civil a la que Ken Darby puso la letra que se tiene por clásica; la versión de Ronson no tiene nada que ver con la de Elvis: muestra mayor carga efectista y teatral, pero mucho menos almíbar, sus arreglos son contundentes y la voz suena apasionada, desesperada a veces; el solo de Gibson que regala es fino y sutil, dulce y comedido. Sigue la entusiástico ‘Growing up & I’m fine’, un auténtico modelo de canción glam firmada por el propio Bowie que cautiva por su chispa, por su gracia y desenfado, por su singular tratamiento vocal, sus cambios de ritmo, sus personales toques de percusión. Después ‘Only after dark’, otra deliciosa melodía más cercana al pop que a otra cosa, y ‘Music is lethal’, dramática y encendida. El final es el tema que da título al álbum; se trata de una adaptación de una pieza escrita para una comedia musical de Brodway nada menos que en 1936; todo gira en torno a una melodía cargada de tragedia y sentimiento (la obra termina con la muerte de la chica a manos de su celoso novio), una cadencia que dirige y dibuja la guitarra de Mick, con cambios insospechados, etéreos pianos, pasajes explosivos…, y todo ello sin que suene voz alguna, pues se trata de un instrumental, una pieza emotiva y con mucho ‘feeling’.

Mick Ronson es uno de los muchos grandes artistas que dieron el lustre necesario a piezas que sin él se hubieran quedado en prometedores bosquejos, en intentos, él ideó desde los cimientos hasta el artesonado. Como dice el refrán, uno se llevan la fama y otros cardan la lana, y por eso hay que reconocer el mérito de quien siempre se queda detrás cuando llegan las cámaras, pero siempre está delante a la hora de crear. Por eso su riff en ‘Ziggy Stardust’ es una pared maestra del edificio del rock. 
Fantástico guitarrista (a la altura de las grandes leyendas), intérprete innovador y personal, ingenioso en la creación de ambientes y en la imaginación de sonidos, Ronson murió en 1993 con 46 años, apenas uno después de actuar en el homenaje a Freddy Mercury, desaparecido unos cuantos meses antes.


CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 15 de enero de 2014

CIEN MILVASCOS PROCLAMAN SU SIMPATÍA POR EL ASESINO Cien mil vascos se echaron a la calle para manifestar su apoyo a una pandilla de asesinos con pensamiento nazi, mostrando a su vez idéntica mentalidad

Cien mil vascos, evidenciando pensamiento nazi, pidieron por los asesinos
e insultaron y amenazaron  a las víctimas
En tono agresivo y fanfarrón, esos amigos de asesinos elogiaron y homenajearon a esta especie de nazis a quienes llaman patriotas, e incluso se les escuchó vocear “Eta mátalos”. Lógicamente esta gente desprecia a las víctimas y sus familiares (que también son víctimas) y les acusa de ser causa de la prisión de los matones…, por haber muerto a manos de éstos… De locos.

¿Cómo es posible que haya cerebros que encuentren meritorio poner una bomba en un supermercado y liquidar docenas de personas? Fácil es la respuesta, y es la misma que explica cómo personas aparentemente normales veían con buenos ojos la caza y masacre de judíos: el fanatismo más ciego, obtuso y sectario. Y es que siendo absolutamente execrables los ejecutores, peor es el hecho de que tan significativo número de ciudadanos aparentemente normales, de esos que llevan diariamente los niños al colegio, alienten y respalden tan incondicionalmente a los verdugos. Es increíble que tantos sean incapaces de entender que los muertos a manos de sus amigos también tenían niños que llevar al colegio. ¿Qué procesos mentales les llevan a perder esa capacidad exclusivamente humana de compadecerse del muerto e identificarse con el que sufre esa pérdida? El nazismo vuelve a señalar la respuesta, pues al igual que los etarras por los que cien mil vascos salieron a pedir, los nazis organizaban cacerías de judíos como la tristemente famosa ‘noche de los cristales rotos’ (y muchas otras noches de terror), mientras los ciudadanos miraban sonrientes, insultaban a las víctimas y vitoreaban a los verdugos; y posteriormente les expresaban a voz en grito su apoyo incondicional en masivas manifestaciones y concentraciones. Los asesinos vascos y quienes los respaldan son nazis, piensan nazi, actúan como nazis, sin que tenga ninguna importancia el sentido de sus reivindicaciones o su supuesta ideología. ¿Alguien se imagina que cien mil alemanes salieran a la calle a exigir libertad para los nazis encarcelados y que se deje de perseguir a los que aun no han respondido por sus crímenes?

¿Cómo se puede encontrar admirable y respetable el asesinato?, ¿cómo pueden personas aparentemente normales aplaudir la ejecución fría de personas indefensas, cuando no de niños e incluso bebés? Más aun, ¿cómo pueden exigir suavización de penas para asesinos múltiples y ‘humanidad’ para sus familiares, a la vez que insultan y amenazan a esos a quienes han arrebatado padres, madres, hijos?

Por disparatado que parezca, esa distorsión de la lógica, esa deformación de la verdad se produce y cuenta con afiliados en varios lugares del planeta, donde se otorga tanto mérito a abyectos pervertidos como hacen cien mil vascos cuando aplauden a individuos por pegar tiros en la nuca, por secuestrar y enterrar en vida, por detonar explosivos en la parada del autobús… Así, muchos eslavos (sobre todo serbios), tienen a Gavrilo Princip en el Olimpo de los héroes, ¿cuál fue su hazaña?, simplemente matar a una pareja de recién casados, ¿y qué aportó al beneficio de los hombres?, nada más que causar el estallido de una guerra que ocasionó millones y millones de muertos, ya que la meritoria acción de aquel cretino condujo directamente a la Primera Guerra Mundial (y la segunda hubiera sido imposible sin la primera). Pues a pesar de ello, aquel prehomínido tiene una calle en Belgrado que recuerda su proeza (¿se admitiría una calle Adolf Hitler en Munich?), e incluso presuntos historiadores serbios niegan que fuera un terrorista. Las personas son lo que hacen, no lo que dicen o piensan, de manera que si uno quiere imponer una ideología tiroteando a los demás es un terrorista, sin que tenga importancia su causa o su idea. Y sus amigos y simpatizantes son moralmente tan culpables.    

Eso es simpatía por el asesino, compasión por el diablo.


CARLOS DEL RIEGO

domingo, 12 de enero de 2014

LA EXTINCIÓN DEL COMPRADOR DE DISCOS El comprador de música está en vertiginoso proceso de extinción, pues las canciones se pueden tener sin tener nada, o sea, sin soporte físico, con lo que ¡para qué comprar pudiendo escuchar sin pagar! Sólo hay una esperanza: el disco como objeto valioso


El disco de vinilo como objeto valioso es uno de los pocos clavos ardiendo
 que le quedan a la industria musical.
Toda la razón tenía Dylan cuando cantaba ‘Los tiempos están cambiando’, puesto que tal afirmación es una verdad permanente. Y como siempre, cuando llega una revolución (del tipo que sea) esos cambios se aceleran de modo vertiginoso, de manera que los efectos de aquella terminan por afectar a todos los sectores de la sociedad. La más reciente revolución es, evidentemente, Internet, cuya irrupción ha modificado ya formas y modelos en las más diversas esferas y, con total seguridad, seguirá impulsando la evolución en los campos más diversos. Uno de los espacios donde la red ha dado la vuelta a la situación es en el de la música.

Hace unas décadas quien quería escuchar música necesitaba un equipo reproductor y un soporte, es decir, disco de vinilo, cintas de magnetofón, cassetes, aquellos cartuchos, cedés… Hoy quedan ya muy pocos compradores de música en soporte físico, lo que ha desbaratado el sistema que los sellos y grandes multinacionales tenían montado desde hacía alrededor de medio siglo. Sin embargo, lejos de entender la nueva situación, siguen aferrándose a viejos tópicos, como tratar de convencer al futuro comprador con el argumento de que muchos otros ya han comprado. Pero ahora, como cada día hay menos aficionados a la música que deseen poseer el objeto que contiene las canciones, las discográficas han optado por la trola, por el engaño inútil, demostrando que siguen persuadidos de que las viejas tácticas les darán resultados.

En España se precisaba, en los años del vinilo, despachar cien mil ejemplares para lograr el disco de platino y la mitad para el de oro; cuando las cosas empezaron a ir mal se rebajó la cosa a ochenta y cuarenta mil, hasta llegar a día de hoy en que el de platino precisa cuarenta mil y veinte mil el de oro. Baratos se cotizan tales premios. Pero ni así. Hace unas semanas se producía una filtración de datos procedente de Promusicae, la empresa dedicada a contabilizar en España las ventas en todas sus formas (digitales y discos físicos), dejándose a la vista de todos las cifras auténticas, que resultan desoladoras. Resulta que Lady Gaga recibió disco de oro cuando sólo había vendido 8.000, Katy Perry con apenas 4.000, Eminem la mitad… Cuando el escándalo ya fue innegable, la otrora prestigiosa y fiable Promusicae adujo que la cantidad por la que se otorgan discos de oro ya no es la de copias vendidas, sino la de copias puestas a la venta, o sea, trampa, fraude, engaño, manipulación: lo que se premia es la posibilidad de alcanzar los números exigido, no la realidad. Y al problema se añade el hecho de que se consume mucha música en ‘streaming’, es decir, la puedes escuchar gratis pero no poseerla, con lo que se proporciona otra opción para no tener que comprar y se está convirtiendo la composición, arreglos y ejecución en un mero producto de usar y tirar, en un producto sin valor. En España las matemáticas afirman que las ventas de discos han caído nada menos que un 75% desde el año 2001. Baste apuntar que se ha entrado en el top cuarenta de ventas con ¡75! Cedés y entre los diez primeros con menos de diez mil.   

Curiosamente, lo único que aumenta sus ventas es…, sí, el disco de vinilo, el clásico elepé. Los estadounidenses compraron en 2012 un 15% menos de CD´s que el año anterior, pero un 32% más de elepés, para un total de seis millones de discos de 33 rpm que pasaron por caja. En realidad los formatos para giradiscos son de los pocos clavos ardiendo que tiene la industria musical para evitar el naufragio total. Y es que hay que dar valor al propio objeto, a lo tangible, no todo tiene que ser exclusivamente virtual, es decir, un álbum de la época clásica tenía aquella fantástica y elaborada portada (se podía identificar la pieza por el arte, talento e imaginación que había en ella) que animaba a mirar y escrutar hasta su último rincón, el paso del tiempo lo puede convertir en cotizada pieza de coleccionista, y no digamos si se trata de ediciones limitadas o rarezas, se presta a la creación de valiosas discotecas que serán siempre referencia de la vida del comprador…, y en fin, con el Lp el comprador tiene algo más que una pequeña recopilación de canciones, que es exactamente lo único que tiene el que sólo escucha música en dispositivos electrónicos de almacenaje y reproducción; de este modo, cuando la música sólo es un puñado de megas pierde valor, pierde encanto, pierde realidad, hasta convertirse en poco más que algo imaginario, probable, tácito…, humo.

No es que la tecnología no sea algo fantástico, todo lo contrario, pero cada cosa puede tener su espacio sin invadir otros, por eso, cuando la industria arrinconó miserablemente singles y elepés y optó por el cedé, más barato de fabricar, estaba cavando su propia fosa, pues desacostumbró al comprador de música a hacerse con objetos valiosos.     

En fin, se engañan quienes se niegan a aceptar que nunca volverán los buenos tiempos, cuando vender menos de cincuenta mil copias era un fracaso estrepitoso o cuando un grupo country de Texas vendía cinco millones sin salir del estado. Sin embargo, sí es posible que el vinilo de 33 y 45 revoluciones vuelva a contar con millones de aficionados que encuentren motivo de disfrute tanto con la música como con el estilizado y elegante álbum y el entrañable sencillo. 


CARLOS DEL RIEGO

jueves, 9 de enero de 2014

FIFA S.A. NO SABE CÓMO RESOLVER EL LÍO DE CATAR 2022 La federación de fútbol se metió en un embrollo cuando otorgó el mundial de fútbol a Catar, pues sólo se preocupó por el asunto monetario, de manera que sólo ahora está viendo los problemas que tal decisión provoca


'Tarjeta roja para la Fifa, no a la copa del mundo sin derechos de los trabajadores',
 se lee en esta protesta.
Como todos los aficionados saben, salvo sorpresa o catástrofe Catar acogerá el mundial de fútbol en 2022. Ahora, nueve años antes de su celebración y varios después de su designación, los responsables de la federación internacional, la Fifa (organismo multinacional dedicado a hacer dinero), acaban de darse cuenta de que en aquel país hace mucho calor durante los meses de verano, por lo que han recurrido a desbaratar todo, anunciando que no se disputarán los partidos en julio y agosto, sino en meses invernales. Lógicamente se alteraría el normal funcionamiento del resto de las competiciones, tanto nacionales como internacionales.

Realmente es difícil de explicar cómo se otorga la celebración de evento tan importante a un país donde los Derechos Humanos son pisoteados desde las leyes (no es que no sean esos derechos agredidos en países democráticos, pero al menos sus leyes los protegen), donde las mujeres apenas tienen mejor consideración y más derechos que los camellos, donde domina una monarquía absoluta, donde eso de democracia suena a chiste, donde la sharia (la ley islámica) se aplica sin piedad en muchos campos, donde existe una censura a todos los niveles de la sociedad, donde los trabajadores indios, pakistaníes, malayos… no pueden entrar ni salir del país sin el permiso de algo parecido a su ‘dueño’ y trabajan en condiciones de práctica esclavitud. Es difícil entender cómo se ha otorgado la organización de acontecimiento tan señalado a un país con casi un tercio menos de territorio que la provincia de León.

Sólo hay una razón que explique tan disparatada concesión, una razón que es la más antigua, la más evidente, la más tópica y chabacana de todas las causas: el parné. Gracias a que Catar puso sobre la mesa sus inagotables reservas de petrodólares, los gerifaltes de la empresa Fifa no tuvieron duda a la hora de elegir. No importa lo más mínimo ninguna otra consideración, ya sea social o climática, lo único que interesa la guita.

El problema es que todos los organismos dedicados a la celebración de competiciones internacionales se rigen desde hace tiempo por ese único condicionante, y la prueba es que se haya designado a Tokio como sede de los Juegos Olímpicos de 2020; no importó que las aguas y tierras cercanas a la capital nipona estén contaminadas para los próximos milenios ni que el año en que se le concedieron los juegos Japón ejecutara a no menos de una docena de reos, nada de eso, lo único que se consideró, lo único que convino a los tragabuches heliogábalos de la Fifa fue que el país del sol naciente sacó una bolsa con el símbolo del dólar más grande que nadie.

Por otro lado, bueno será recordar que esas multinacionales (Fifa, Uefa, Coi) son algo así como organizaciones al margen de las leyes de los países que organizan sus competiciones, algo así como estados dentro de los estados. Como todo aficionado sabe, cuando se conceden esos campeonatos se exige al país anfitrión que no se meta en la contabilidad, es decir, que Fifa S.A. ó Coi S.A. ponen como condición sine qua non que nada de pagar impuestos, nada de que dar cuentas de ingresos y gastos, nada de fiscalizar las cantidades, nada de revisar los libros de cuentas. Pero lo peor del asunto es que los gobiernos de los países que acogen los acontecimientos deportivos aceptan tan leoninas condiciones sin rechistar. Por eso se puede afirmar que las mencionadas multinacionales funcionan como estados, y por eso negocian de igual a igual con presidentes de nación, es más, seguro que exponen sus condiciones con actitud arrogante y chulesca, mientras los políticos (otras veces tan soberbios) se inclinan sumisos.

El asunto de Catar es el paradigma de lo que impera en la gestión del deporte a todas las escalas. Curiosamente, lógicamente, los dirigentes de esos organismos ya son como políticos, por lo que actúan con el “sostella y no enmendalla”, porque viven al día y no tienen en cuenta problemas y contingencias previsibles hasta que les estallan en las manos, porque tienen por encima de todo su provecho personal y el de ‘los suyos’, porque una vez que trincan poltrona se quedan adheridos para siempre y sólo la dejan para aceptar una canonjía… Sí, sin duda aquellas organizaciones que fueron deportivas y si ánimo de lucro se han convertido en multinacionales que tratan con los estados no ya de tú a tú, sino desde una posición altanera y engreéda, pues se ven en un plano superior: se sienten ‘superestados’.


CARLOS DEL RIEGO

domingo, 5 de enero de 2014

DESACUERDOS ENTRE CRÍTICA Y PÚBLICO: GRAND FUNK, SLADE Y SUPERTRAMP No son pocas las veces en que un grupo obtiene excelentes resultados comerciales a la vez que malas críticas; entre los casos más significados se pueden mencionar a Grand Funk, Slade y Supertramp

Supertramp fue durante unos años el grupo más popular del planeta
La discrepancia entre la prensa especializada y el comprador de discos suele ser muy habitual en el terreno de la música, algo lógico tratándose de un arte, de algo absolutamente subjetivo. Sin embargo, a veces se da el caso de que por muchos méritos que hagan los músicos jamás encuentran una palabra amable entre los ‘entendidos’ que publican sus juicios. Así ha sucedido con no pocos, pero hay algunos a los que el mejor crítico, el tiempo, ha recolocado; se recuerdan tres grandes bandas que vendieron millones de discos (cuando para escuchar música había que recurrir al soporte real) y que, en su tiempo, no recibieron sino reproches y vituperios de gaznápiros con firma: los estadounidenses Grand Funk y los británicos Slade y Supertramp. 

Hoy día se hace menos caso a la crítica, pero en otro tiempo el que tenía interés buscaba datos y opiniones especializadas; y ha habido ocasiones en que la prensa ha minusvalorado a bandas de rock, a veces con calificativos terriblemente despectivos, aunque con el paso de los años ha tenido que tragarse sus palabras, ya fuera porque aquellos opinadores cayeron del caballo o simplemente el apoyo popular les empujó a cambiar el discurso; por ejemplo, la revista Rolling Stone se burló de los primeros discos de los Queen, despreciándolos con tal saña que parecía odio personal, pero en cuanto el triunfo de la Reina no admitió dudas cambiaron el tono y la opinión. Por otro lado, hay veces que la prensa especializada (la mayor parte) se obceca tercamente, e incluso los periodistas de rock pasan el testigo de la mala opinión con libros y artículos, de modo que su parecer se mantiene en el tiempo. Afortunadamente, el mérito termina por asomar, y pasadas décadas, casi nadie se atreve a dudar del poderío de Grand Funk, del buen gusto de Supertramp y del atractivo horteriforme de Slade


Grand Funk (de Michigan) compitieron con los Beatles, o sea, ya estaban ahí en los sesenta del siglo XX, de modo que Mark Farner y sus colegas pusieron su granito de arena en la causa de la construcción del heavy metal. Casi desde el primer momento fueron descalificados por los gurús que trataban de sentar cátedra con sus críticas, pues estaban intentando algo que se apartaba de los cánones del rock; así, llegaron a decir que aquello era una música simplona hecha por bárbaros para borrachos. Sin embargo, el público estuvo a su lado siempre, llenando estadios y comprando masivamente sus álbumes. Su estilo era de raíz ‘bluesera’, pero rocoso hasta decir basta a pesar de que, al menos al principio, sólo eran bajo, guitarra y batería; con estructura sencilla, construyeron canciones pletóricas de energía rock y supieron dar nuevos matices a piezas ajenas, sobre todo en casos como ‘The Locomotion’ (de Gerry Goffin y Carole King), ‘Some kind of wonderful’ (de John Ellison) o el ‘Feelin´ allright’ (de Traffic). En cuanto a sus propias creaciones, el excelente y  orgulloso álbum ‘We´re an american band’ es bien representativo de su propuesta: blues-hard cargado de energía con un concepto casi esquemático, riffs trepidantes y nerviosos, canciones con alma heavy ya sean lentas, medios tiempos o explosivas. Hicieron varios de elepés sobresalientes durante sus años dorados, los setenta del XX y llenaron allí donde tocaron, pero increíblemente jamás pisaron un escenario lejos de USA.

Supertramp fueron durante algún tiempo (de 1974 a 1980) la banda más famosa del planeta, y sus discos se vendieron como rosquillas. Su sonido estaba muy cuidado, pues sus principales integrantes (Davis, Hodgson y Helliwell) eran músicos fantásticos, con gran sentido de la armonía y partidarios de la visión más artística de la música. En sus canciones no cabía improvisación (ni siquiera en algunos pasajes que se acercan al jazz), sino una meticulosidad casi obsesiva, con una sonoridad muy equilibrada, composición inspirada, finísimos arreglos y pinceladas de exquisita musicalidad con solos deliciosos…, bien puede afirmarse que algunas de sus piezas emblemáticas semejan cuadros de gran maestro de la pintura. Toda la cara A de ‘Crisis?, What crisis?’ es un prodigio de creatividad en la que hay casi de todo; y qué decir de la preciosista ‘Fool´s overture’ o las pegadizas ‘Give a little bit’ o ‘Babaji’ de su otra obra cumbre, ‘Even in te quietest moments’; no se pueden olvidar éxitos mundiales como ‘Dreamer’ o ‘Logical song’, ésta pertenece a su multimillonario ‘Breakfast in America’. Sí, el público estuvo con ellos durante lustros, pero la crítica los destrozó acusándoles de un gravísimo pecado en aquella época: ser comerciales, vender muchos discos; y en base a esto se les puso verdes en casi toda publicación que se creía legitimada para entregar carnets de autenticidad o, por el contrario, se acusaba de ignominia y deshonra. Lo malo es que aquello caló, al menos en su momento, y muchos fanáticos del rock colocaron (injustísimamente) a Supertramp en su lista negra.

Slade era otra cosa: vocingleros y horterillas, ruidosos y barriobajeros, excesivos, facilones y con un sonido muy sucio. Y sí, eran todo eso, como prueba el hecho de que siempre fueron número uno en las salas de billares y futbolines, donde había máquinas en las que se metía una moneda de cinco pesetas, un duro (0,03 euros), y se escuchaban dos canciones, una de las cuales casi siempre era el ‘Mama weer all crazee now’, ‘Gudbuy T´Jane’, ‘Cum on feel the noize’ o ‘Coz I love you’… Sí, escribían con faltas de ortografía y su atuendo era hilarante, pero sus melodías chillonas y exageradas entraban sin dificultad a pesar del farragoso sonido. Esto, el aspecto de Holder, Lee y compañía, sus ventas millonarias y el hecho de que alternaran con Los Chichos y similares en ‘los 40’ o en los coches de choque hizo que los rockeros excluyentes les colocaran un capirote de hereje.


CARLOS DEL RIEGO

viernes, 3 de enero de 2014

2014: CENTENARIO DEL INICIO DE LA PRIMERA Y ANUNCIO DE LA SEGUNDA Hace un siglo que se inició la Primera Guerra Mundial y 95 años que terminó, siendo su final el anuncio de lo que comenzaría 20 años después


Las duras y justas sanciones impuestas a Alemania en el tratado de Versalles
1919 fueron el pretexto ideal para los nazis.
El gran aniversario, la gran efeméride, la fecha a recordar a lo largo de 2014 es, evidentemente, el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial. Se hablará de sus causas, del detonante, de las grandes batallas, de los nombres propios, de las trincheras, de los ataques con gas…, y también de sus consecuencias, y tal vez se señale que la principal secuela de la Gran Guerra fue…, la Segunda Guerra Mundial, que nunca se hubiera iniciado sin la primera.

La chispa que pone en marcha la maquinaria de guerra se produce el 28 de julio de 1914 a causa del asesinato del heredero del imperio austro-húngaro, pero detrás estaba una enrevesada política de alianzas entre las diversas potencias europeas, que tenían como principal objetivo no perder el tren del imperialismo; de hecho, la mayoría de los contendientes eran imperios: el ruso, el turco, el austro-húngaro, el alemán y, por supuesto, el británico, y junto a ellos dos que también soñaban, Francia e Italia. Entre aquella fecha y el final del conflicto, en noviembre de 1918, alrededor de diez millones de muertos.

Tras rendirse, Alemania tuvo que tragar con las duras condiciones impuestas por los vencedores: desmilitarización y entrega de armamento, división y pérdida de territorio (colonias incluidas) y, sobre todo, enormes cargas, multas e indemnizaciones que incluyen: entrega de barcos mercantes y fabricación de los necesarios para compensar los perdidos por los vencedores durante la guerra, entrega de casi todo el carbón que se extrajera de las minas alemanas (y cuando los mineros dejaron de extraer para protestar, las tropas francesas invadieron y se hicieron cargo de las minas) y el pago de una cantidad de dinero equivalente a medio billón de dólares de hoy, así como otras cargas en diversos sectores industriales. Y por último, Alemania se reconocía responsable, culpable de la guerra. Todo esto fue utilizado por el partido nazi para convencer al pueblo alemán de que los males del país eran culpa de los otros, que el castigo por haber provocado la Primera Guerra Mundial era excesivo e insoportable…, y tales tesis fueron apoyadas por voces relevantes entre los vencedores.

De hecho, a día de hoy son muchos los historiadores, economistas y expertos que estiman desorbitadas las condiciones y las indemnizaciones que recayeron sobre Alemania tras el tratado de Versalles de 1919, y por eso, porque hay quien cree que el castigo fue desproporcionado, parece oportuna la pregunta ¿en cuánto se puede valorar la vida de casi diez millones de personas?, ¿cuántas tragedias familiares ocasionó y cuántas víctimas vivas dejó el conflicto?¿cuánto costó reconstruir todo lo destruido por los agresores?

Por otro lado aquellos expertos señalan que el pueblo no debe pagar por la locura de sus dirigentes, sin embargo hay que reconocer que la gran mayoría de la población apoyaba entusiásticamente las iniciativas bélicas. Y otro aspecto más: es precisamente la conciencia de ‘haberse pasado’ con las sanciones lo que hizo que los gobiernos del bando aliado miraran a otro lado mientras la bestia se rearmaba, rugía e iniciaba el ataque. El coste de suavizar el castigo supuso que la bestia tuviera las zarpas libres para matar aun con más saña que antes.

Por tanto, se puede colegir que las sanciones aplicadas al perdedor de la Primera, por muy humillantes que fueran, por muchos sacrificios que hubiera de sufrir el pueblo alemán, fueron justas, y debió vigilarse su cumplimiento estricto, incluso con intervención armada. Pero los políticos se apiadaron de los agresores, manifestaron empatía con los matones, se solidarizaron con los que hace una centuria iniciaron una guerra con millones de muertos y pusieron los cimientos para otra. Y ocurrió lo que ocurre cuando lo que se impone es la comprensión y el buenismo con el asesino: éste se crece y se convence de que lo que hace o hizo es o fue correcto.      


CARLOS DEL RIEGO