jueves, 29 de agosto de 2013

CADA PERIÓDICO OFRECE SU (MANIPULADA) VISIÓN DE LA REALIDAD La libertad de prensa se basa en que cada uno puede contar las cosas tal y como las ve, aunque esa forma de mirar esté distorsionada por los intereses, ideologías o conveniencias

La prensa siempre ha sido utilizada con fines interesados.
Cuando se compara el tratamiento que de la misma noticia publican varios periódicos se comprueba que todos arriman el ascua a su sardina, quedando a la vista que todos destacan lo que conviene a su ideología y arrinconan lo que no, en fin, que todos cuentan su verdad que, inevitablemente, sólo es una parte de la verdad, o sea, algo muy cercano a la manipulación informativa, si no a la mentira.
Cualquier cosa puede ser contada de modo incluso contradictorio, esa es la libertad (limitada por la ley, que separa información de, por ejemplo, injuria); un ejemplo de máxima actualidad es el diferente prisma con que han presentado los principales diarios españoles el asunto de las nóminas y declaraciones de renta de los dos políticos más importantes de España en 2013, el presidente Rajoy y el jefe del principal partido opositor, Rubalcaba.

Si se compara lo que a este respecto dicen El Paisano, El Mundano, La Razión y El Abecilla se puede llegar a conclusiones totalmente contrapuestas, ya que los cuatro iluminan la parte que interesa y dejan a oscuras la que no se ajusta a su ideología, rencores, inquinas o deseos de venganza. Así, uno de esos se centró en las cantidades, sin más, destacando en sus titulares y textos el hecho de que el hoy presidente ingresó más, pero lo hace mezclando brutos con netos y olvidando complementos y sobresueldos. El otro aprovecha para conectar el asunto de la publicación de las declaraciones de renta con el de Bárcenas, que es (o era hasta ahora) su tema de apertura, y habla de las herencias de Rubalcaba pero no especifica las cifras. Por el contrario, un diario empieza destacando el retraso de seis meses en exhibir el balance de sus dineros y continúa con que Alfredo tiene más de un millón en su cuenta corriente y que, por tanto, es millonario; además, insinúa que esperó a que se produjera otra noticia política importante para que lo de sus declaraciones quedaran en segundo plano. Y finalmente, el siguiente diario dice que es hasta lógico que Mariano gane más, puesto que es registrador de la propiedad, profesión mucho mejor pagada que la de profesor de Química, que es lo que hubiera sido el otro; de hecho, subraya que el registrador ganaría entre cinco y diez veces más que el químico.

Es lógico, es lo esperado, es comprensible que cada uno cuente las cosas según las ve, según le parecen y según le conviene; es más, resulta divertido (si uno logra abstraerse del contenido de la noticia) ir saltando de un periódico a otro y contrastar los distintos enfoques que se pueden dar al mismo suceso, acontecimiento, declaración, publicación o confidencia; lo malo es que todos los grupos editoriales están poderosamente relacionados con clanes políticos y/o entramados empresariales; así, cualquier cosa que a los rivales y competidores se restriega por la cara, se disculpa o minimiza cuando afecta a los ‘nuestros’, y viceversa, o sea, todos los periódicos utilizan los mismos recursos, tretas y soluciones ante las mismas cuestiones.  Y esto se demuestra prácticamente con cada noticia, sobre todo si hay política de por medio.


CARLOS DEL RIEGO

lunes, 26 de agosto de 2013

CANTANTES QUE CANTAN VERDADERAMENTE MAL En la corta historia del rock y el pop se han producido no pocos casos de cantantes con menos gracia que un pedrusco, e incluso han llegado a tocar el éxito más o menos multitudinario algunos que entonan francamente mal.

Loquillo nunca ha tenido muy claro qué es eso de la armonía o la musicalidad.
En el particularísimo universo de la música contemporánea los hay que lo hacen con gracia y estilo y los que no. No se trata de que el que interpreta guste o no, ni de que practique un estilo con el que se tiene química o produce urticaria. La cosa es que algunos solistas sencillamente no poseen condiciones para el canto, y dentro del planeta del pop-rock español existen algunos casos evidentes. Vaya por delante que lo importante es gustar, conectar con alguien, transmitir emociones, pues estos géneros musicales no atienden a los cánones de músicas ‘más cultas’; es decir, el rock (punk, pop y similares) no exige ser un virtuoso con la guitarra, un tenor con voz de seda o, en fin, un músico especialmente dotado por la naturaleza, ya que estas músicas se mueven por parámetros en los que la técnica no es tan importante como la capacidad para despertar emoción en quien escucha.

Lejos de su imagen frágil, Luz Casal canta de modo tosco, rudo y tajante.
A pesar de ello, se puede decir que hay algunos que afinan realmente mal, otros que no son capaces de entrar a tiempo y otros más que no acaban de entender qué es eso de la melodía. Sin desmerecer en absoluto su trabajo y sus éxitos (si están en esto desde hace tanto será por algo), nadie pondrá en duda que Loquillo, Alaska y Luz Casal no son lo que se dice cantantes excelentes.

Durante un concierto del catalán sus músicos se arrancaron con una versión del ‘No more heroes’ de los Stranglers; tras un corto pasaje instrumental, entró Loquillo, y debió hacerlo tan a destiempo y tan fuera de tono que los guitarristas se sobresaltaron, casi dieron un brinco volviendo la vista incrédulos al solista, para y luego cruzar sus miradas con cara de sorpresa y desconcierto… Es una muestra de que no tiene muy claro qué es eso de la armonía, la cadencia o el buen gusto. En fin, que el veterano y reconocido rockero no posee lo que se dice grandes capacidades canoras.
Alaska entraría fácilmente en la lista de las peores cantantes del mundo.

Igualmente la gallega Luz Casal, que canta con muy poca finura, con escasa musicalidad, con modos toscos y tajantes, casi de forma basta. Si lo suyo fuera el heavy o el punk quedaría apropiado, pero como quiera que Luz hace baladas, boleros y otros géneros de ambiente sentimental y afectado…


Lo de la mexicana Alaska es algo ciertamente sorprendente, puesto que desde el minuto uno de su carrera la crítica y el público, fans, antifans e incluso compañeros de profesión (estos en ‘petit comité’) coincidían en que la señorita cantaba de modo grosero y chabacano, con un estilo ordinario y rústico, sin gusto y sin una pizca de aptitud estética; que sea incapaz de salir del mismo registro y suene del todo monocorde y lineal, como una melopea monótona, es algo ya secundario. Podría aventurarse que Olvido tiene ‘oído de madera’.

Estos tres cantantes han hecho carrera en el mundo de la música, uno sabiendo rodearse de excelentes compositores e instrumentistas, otra evolucionando y modificando su estilo hasta desembocar en la sensiblería, y la última utilizando el don de la oportunidad  y el recurso a la fealdad y la provocación medida. Y aunque ninguno de los tres ha mostrado jamás la mínima facultad, son innegables sus méritos, y están donde están gracias a su esfuerzo y capacidad para conectar con el personal (y al márketing).

Hay otros casos, muchos más, que merecen ser mencionados cuando se habla de cantantes de dudosa valía. Por ejemplo ahí está Melendi, con ese tono de voz chulesco y desafiante, entre desganado y despectivo, pretendidamente macarra a la vez que aflamencado e incluso agitanado, y además copiado de Lichis-Cabra Mecánica; es el del asturiano un modo de cantar palurdo y analfabeto orgulloso de tales condiciones. ¡Y qué decir de los que canturrean con irritantes dejes y tonillos a modo de salmodia!, como Dani Martín (el de El Canto del Loco), que parece huir de la vocalización, atropellando palabras y dando la impresión de cantar casi sin abrir la boca y buscando siempre el mínimo esfuerzo; e igualmente Amaya Montero (ex vocalista de La Oreja de Van Gogh), cuya modulación y pronunciación, cuyas inflexiones de voz e incomprensibles acentos sobre esta sílaba o aquella palabra llegan a resultar hilarantes. Peor es lo de Enrique Iglesias, pues en sus directos hay más gallos que en una granja avícola y más desafinaciones y salidas de tono que en una pelea de perros. También hay que recordar casos como el de algunos grupos de los del rock radical vasco o tan melosos como Modestia Aparte, casos en los que la melodía vocal parecía reñida con el acompañamiento instrumental, como si una y otro no tuviesen nada en común.       

Como puede verse, el éxito en ciertos géneros musicales no precisa del mínimo talento o valor artístico.

CARLOS DEL RIEGO
   

sábado, 24 de agosto de 2013

FUKUSHIMA SIGUE CONTAMINANDO: UN PROBLEMA GLOBAL El de la instalación de centrales nucleares es una cuestión que afecta a todo el planeta y, por tanto, debería ser tratada como asunto de interés internacional

Toda central nuclear situada en este anillo, como la de Fukushima. tiene la catástrofe asegurada.
Los restos de la central nuclear de Fukushima siguen vertiendo contaminantes al mar, lo que significa que otros mares, otras costas, otros países y otras personas se verán afectadas por la catástrofe. Es sólo una muestra de los problemas que tienen alcance global y que, de uno u otro modo, influyen a todo el planeta. Por eso se puede afirmar que hay cuestiones que han de ser enfrentadas desde una perspectiva planetaria, y una de ellas es precisamente la de la energía nuclear que, como casi todo, tiene sus puntos favorables y sus efectos indeseables, es decir, es lógico tener en cuenta todos los factores y variables antes de instalar las plantas nucleares.

Hay actualmente otros asuntos que deben verse desde un punto de vista mundial. Son muchos: los millones de toneladas de chatarras electrónicas, de ordenadores, teléfonos y demás cachivaches regidos por bits que terminan en vertederos incontrolados en el oeste de África y otros lugares del tercer mundo, contaminando tierra, agua y aire (los productores afirman que casi todo se recicla, pero lo cierto es que casi todo se tira, lejos, eso sí); los destrozos que causan las petroleras en todas partes en su afán por explotar posibles yacimientos, ya sea en la amazonía ecuatoriana o en los polos; la tala brutal y sistemática de masas boscosas, imprescindibles para limpiar la atmósfera; los gigantescos cultivos en China regados con aguas envenenadas por vertidos de fábricas, tratados con pesticidas y plaguicidas prohibidos en occidente desde hace décadas y cuyos productos se exportan a todo el mundo sin problemas. Todo ello, al igual que la actividad nuclear, termina por afectar a todos, pues tarde o temprano el plástico que se arroja al mar Caribe aparece en Irlanda, y los peces que se han comido ese plástico se cocinan en Japón; de igual manera las fugas de residuos radiactivos de Fukushima, que llegan al mar afectando a las aguas y a sus habitantes, algo que, antes o después, tendrá su efecto en otras partes del planeta. 

Como todo el que tiene un mínimo interés sabe, la energía nuclear tiene dos puntos negros, los accidentes y los residuos. Los primeros pueden minimizarse hasta lograr niveles razonables, de forma que una de las medidas de seguridad que debería exigirse a todo gobierno que vaya a instalar reactores nucleares es precisamente la elección del lugar correcto donde colocarla. O sea, que no se puede (no se debe) construir una factoría dedicada a romper átomos en pleno cinturón de fuego del Pacífico, que tiene asegurada una frenética actividad sísmica y volcánica durante todo el año; como quiera que todas las islas que componen Japón tienen lugar de privilegio en la parte asiática del susodicho, hay que deducir que cualquier nuclear instalada en el país del sol naciente (y en las otras zonas del mencionado cinturón) tiene un seguro de catástrofe. El otro ‘contra’ de esta energía es el de los residuos, almacenados en su mayoría (apenas se puede recuperar un diez por cien del material) en lugares remotos (Siberia) y más o menos protegidos. Y cada año se producen millones de toneladas de basura nuclear…

Pero ¿cómo y quién pondrá el cascabel al gato?, ¿cómo poner de acuerdo a los gobiernos en cuestiones que afectan a todo el planeta?, ¿cómo conciliar intereses comerciales y políticos con el interés general? La solución parece muy muy lejana.

CARLOS DEL RIEGO

   

lunes, 19 de agosto de 2013

ELVIS, EL ICONO ETERNO Todos los 16 de agosto se revitaliza el mito Elvis. Aparte de sus valores artísticos, el rey aportó otros factores que lo han convertido con el paso de los años en el gran icono a recordar

El rey cantaba y bailaba como nadie lo había hecho
Es curioso, pero no hay ‘impersonators’, imitadores, de otros grandes caídos del rock (y eso que muchos fueron fácilmente imitables), pero sí que abundan los que se visten, cantan y se mueven al estilo Elvis en todo el mundo, e igualmente concursos de dobles a los que se les exige no sólo presencia, sino también una voz y un estilo lo más parecidos posible a los que situaron al de Tupelo, Mississippi, en el trono del rock & roll. Además, su casa, ‘Graceland’, es lugar de peregrinación de admiradores durante todo el año y de concentración multitudinaria durante estas fechas. De hecho, pasa por ser una de las tres o cuatro personas más fotografiadas de todo el siglo XX.

El caso es que Elvis no inventó el rock & roll (se puede admitir que eso fue cosa de Chuck Berry, aunque no sólo) y tampoco fue nunca un gran compositor, sin embargo, sí que puede atribuírsele el baile, esos movimientos espasmódicos que nadie había siquiera imaginado jamás, eso sí que fue idea suya; luego estaba su tremendo carisma y su atractivo irresistible para una juventud que con él también inventó el fenómeno fans, los gritos desesperados, los desmayos, el torrente de emociones, las lágrimas…, nada existía antes que Elvis. Pero todo eso no hubiera tenido valor o sentido sin un tipo dotado de voz profunda, dulce, dorada, brillante, potente, flexible…, a lo que hay que añadir que el malogrado cantante entonaba maravillosamente, marcaba la melodía sin aparente esfuerzo y con una gracia especial. Por cierto, muchos de los grandes especialistas aseguran que en sus postreras actuaciones, ya gordo y abotargado, cantaba mejor que nunca, es más, en una entrevista el cantante Chris Isaak (admirador incondicional) aseguró que sólo si se le metía un calcetín en la boca se podría cantar mejor que Elvis.



A la construcción de su leyenda contribuyeron sus películas, sus fotos haciendo la mili, sus mujeres, sus trajes, sus Cadillacs y, por supuesto, las excentricidades que caracterizaron sus últimos años, cuando estaba más que rellenito y se tragaba docenas de pastillas al día, llegando a perder la cabeza (escribió al presidente Jimmy Carter ofreciéndose para luchar contra las drogas) y la memoria, como le ocurrió varias veces en sus últimos conciertos, en los que olvidaba la letra de la canción. Todo ello contribuyó a convertirlo en todo un icono, en la primera verdadera superestrella del rock, es decir, no sólo abrió camino en un terreno entonces inexplorado como el rock & roll, sino que mostró cómo iban a ser los astros de la música joven en el futuro.  

Fue también algo parecido a un puente entre generaciones en el terreno de la música popular, ya que no fueron pocos los padres que, ya en los sesenta y setenta, aborrecían ‘el ruido y las guedejas’ de Beatles y Rolling Stones, pero admitían ante sus vástagos que el individuo ese del tupé cantaba muy bien, con gusto, con armonía, con voz.

Va para cuatro décadas que murió Elvis y ya puede aventurarse que su leyenda no dejará nunca de crecer: su modulada voz no puede ser más evocadora, todo el mundo reconoce el disfraz de quien quiere parecérsele, sus canciones aparecen por todas partes y es raro el grupo o solista que no hace alguna de vez en cuando, sus discos (o lo que sea) siguen vendiéndose y su inconfundible imagen de marca es ya tan representativa como el pistolero del oeste o el astronauta en la luna.      

Su vida privada fue también problemática y tortuosa, e incluso no pocos de los que convivieron con él lo califican de ‘mala persona’, sobre todo en los años finales; curiosamente hasta en esto, en el escándalo, adelantó la conducta de las posteriores estrellas del rock.

Por todo ello no puede extrañar que la figura de Elvis Presley no pare de agrandarse año tras año. Y por encima de todo, muchas de las canciones que él popularizó siguen provocando emoción tantos años después, siguen transmitiendo ‘feeling’, sentimiento, de modo que el gusto por la voz del rey es una de las cosas que comparten millones de personas en todo el planeta. Sin duda tenía ese toque divino, esa chispa que sólo poseen los elegidos, esa cosa que hace hervir la sangre.
¡Elvis is King!

CARLOS DEL RIEGO   


jueves, 15 de agosto de 2013

GIBRALTAR, UN PASO MÁS EN UN ASUNTO CASI IMPOSIBLE Los ingleses protestan y amenazan por las medidas administrativas tomadas por el gobierno español, y a su protesta se han unido otros enemigos de España como nacionalistas catalanes o partidos nominalmente de izquierdas. La cosa se complica.

El dichoso tratado en versión española e inglesa. 
El asunto de Gibraltar recobra protagonismo. Incluso se puede llegar a pensar que, por fin, un gobierno español va a intentar poner las cosas en su sitio. Así, si Inglaterra se aferra al Tratado de Utrech para hacer valer sus derechos, España está en el suyo de no otorgar nada que no aparezca en dicho pacto. Hay que recordar que en aquel acuerdo no se decía nada respecto a aguas territoriales o espacio aéreo, por lo que Gibraltar, en puridad, no tiene argumentos para exigir tales cosas. Y del mismo modo las veces que los ingleses han expandido ilegalmente la superficie de la colonia, apropiándose de terreno en base a ‘hechos consumados’. A ello se puede añadir que Gibraltar es un paraíso fiscal (allí hay casi más bancos que habitantes) en el que se blanquea dinero de droga, de narcotráfico, de tráfico ilegal de armas…, que vive como parásito de España, pues los gibraltareños no cotizan pero se aprovechan de servicios españoles, que lleva a cabo prácticas prohibidas en todos los puertos occidentales (como la existencia de barcos-gasolinera o el lavado de los tanques de combustible), que cuando les parece se dicen colonia y cuando no que son estado soberano…

Aunque parezca innecesario, es bueno recordar que Inglaterra atacó Gibraltar sin estar en guerra con España, ya que simplemente apoyaba a uno de los pretendientes a la corona española a comienzos del siglo XVIII; pero como quiera que su candidato ya había abandonado la lucha, atacó el peñón sin motivo o provocación, mostrando su vocación de pirata, y se quedó con él. Luego, en el mencionado tratado (en realidad fueron varios) había que elegir entre continuar la guerra o hacerse a las pérdidas.

Durante el presente año (2013) el gobierno español ha venido poniéndose más y más serio respecto al (según parece) irresoluble problema de Gibraltar, volviéndose absolutamente escrupuloso respecto a la consideración y trato de un territorio ajeno a la Unión Europea. Lógicamente han puesto el grito en el cielo todos los enemigos declarados de España: primero Inglaterra y el propio gobierno de Gibraltar, y luego los que detestan a este país desde dentro, los que odian desde el nombre hasta la última de sus tradiciones, como los partidos nacionalistas catalanes o los partidos políticos nominalmente de izquierdas; por cierto, alguien debería recordar a los catalanistas cómo Inglaterra rompió el pacto con ellos y los abandonó cuando comprobó que su candidato no ganaría y que, por otro lado, obtendría grandes ventajas comerciales con el Tratado (como el monopolio de la trata de esclavos). Curiosamente todos esos enemigos de España han coincidido en señalar que estas no son maneras, que era mucho mejor el trato con el anterior ministro, y subrayan que exigir rigor y el cumplimiento estricto de la ley no es más que “acoso” o “chulería”. Sin embargo, si tus adversarios añoran lo bien que estaban con el predecesor y denuncian la mala situación actual, no exige demasiada cavilación concluir que lo de hoy les molesta; es decir, si los que te odian se enfadan con lo que haces es que has tomado una medida beneficiosa para ti y mala para el enemigo: el mal de mi enemigo es el bien para mí, y viceversa.

La disputa con Inglaterra viene de muy atrás, ya que quisieron participar en la conquista y comercio americanos costara lo que costara, usando diplomacia o piratería; y es que son muy legalistas hasta que la legalidad interfiere en sus intereses.
El asunto de Gibraltar tiene muy difícil solución. Por un lado están los gibraltareños, que se sienten muy ingleses unas veces y muy soberanos otras, según convenga; por otro los ingleses, que nunca han cedido más que cuando no han tenido más remedio (Revolución Americana); y finalmente los españoles, que consideran que el ataque al peñón fue un acto de traición (Inglaterra no estaba en guerra con España) y piratería. Los primeros viven muy bien, sin impuestos y con todos los servicios, los segundos ocupan un lugar estratégico, y los terceros apenas tienen armas con las que imponer sus razones. Y ahora la cosa se complica, pues se incorporan a la disputa los enemigos que España tiene dentro.    

Sea como sea, Inglaterra no va a soltar su presa, al menos sin llevarse algo a cambio.

CARLOS DEL RIEGO   


lunes, 12 de agosto de 2013

MECANO. CUESTIONANDO A UN SUPERVENTAS Es, sin duda, uno de los nombres más importantes de la historia del pop en castellano, con millones de discos vendidos en todo el mundo y con canciones que siguen estando presentes por una u otra razón. Sin embargo, hay que se atrevió a ir contracorriente en vida del trío y aún hoy sigue colocándolo en el cajón de los horteras

Muchos colocaron a Mecano en el cajón de los horteras desde el primer momento
Al comienzo de la década de los ochenta del siglo XX valía todo a la hora de grabar y publicar discos, desde el punk más salvaje y malhablado al pop más edulcorado y ñoño. En España estaba en todo lo alto ‘la movida’ (madrileña y del resto del país), que también permitía cualquier género o estilo. En este contexto aparece el trío Mecano. Su primer lanzamiento fue un single titulado ‘Hoy no me puedo levantar’, un tema muy adolescente que no dejaba de tener su encanto, con ‘Quiero vivir en la ciudad’ en la cara b, pieza de corte similar. Después llegó el primer elepé con otra media docena de canciones con visión de mozalbete cimbreante, de pisaverde rebelde y a la vez conformista. Quienes estaban allí sin perder perspectiva crítica no sabían muy bien a qué carta quedarse: sí, las melodías no estaban mal, el sonido tenía un punto electro y el arreglo era el que imponía el momento, pero tanto maquillaje, tanta niña mona, tanto aburrimiento en la habitación y protesta contra el cole empezaban a mosquear a unos y a confirmar los peores temores de otros; de este modo, en contra de una mayoría creciente que llevó al grupo a convertirse en superventas en medio mundo, hubo quien se atrevió a contradecir a los millones de fans de los Cano y la Torroja.

Cuando hace 30 años se publicó su segundo álbum, los detractores del grupo encontraron la prueba definitiva, pues el disco se tituló ‘¿Pero dónde está el país de las hadas?..., sí, un título más bien sonrojante, vergonzante. ¿Eso es la música de Mecano?, ¿cuentos de hadas? Aun peor fue la actitud de su cantante cuando estaba en escena: “Y ahora, vamos a cantar todos una canción muy bonita y nos lo vamos a pasar muy bien, ¿vale?”, dijo Torroja al público con las manos entrelazadas y actitud de maestra de educación infantil que se dirige a sus niños… Algunos huyeron de aquel concierto tratando de taparse la cara para que nadie los reconociera, avergonzados, aterrados ante la posibilidad de que alguien les recordara que un día fueron a un concierto de Mecano.

Con el tiempo el sonido se fue engrandeciendo y las letras fueron creciendo y tocando temas dispares, escabrosos incluso; sin embargo, lo que no cambió nunca fue la voz, la modulación, el tonillo de Ana Torroja ante el micrófono, que cantaba con igual entonación de ursulina amilanada y medrosa una cosa que otra. Y eso fue, según algunos de los que en aquellos azarosos años mostraban inquietud por la música pop y rock, lo peor del trío; las composiciones podían pasar, con sus estribillos fáciles y directos, aunque la decoración era de lo más blanda, pastelera, incluso babosa se decía entonces; y para rematar, esa postura de eterna quinceañera asustadiza y pretendidamente ingenua, esa textura vocal aniñada y temblorosa, esa pose entre perversa e inocente que siempre intentó la solista. No eran pocos los que ya en su momento, y a pesar de las envidiables y crecientes cifras de ventas que conseguía el grupo, manifestaban su repelús ante los discos de los hermanos y la chica, e incluso se atrevían a hacer mofa, befa y cuchufleta de sus canciones, siempre instaladas en los puestos altos de las listas y dueñas de las radiofórmulas.

Pasados unos cuantos años y ya con una perspectiva de la que fiarse, grupos que en su momento repelían hoy se ven con cierta simpatía, mientras que otros detestados en su día ahora siguen produciendo el mismo sarpullido; ejemplo de aquellos es Boney M a pesar de que no cantaban, pues los giros y movimientos del tronco y sus diálogos con las chicas no dejan de tener su gracia; ejemplo de los otros es Abba, tan hortera hoy como en los setenta, Presuntos Implicados, cuyos temas (sosos, monocordes) eran y son imposibles de tararear…; y por supuesto, Mecano, ejemplo del pop más endeble, muestra de lo peor de los años ochenta del siglo XX por mucho que no pocas de sus canciones continúen sonando y siendo recordadas como éxitos de otro tiempo.

De todos modos, si a tantos le gustan sus canciones, bien está la proliferación de mecanos en cualquier época. Y es que hay individuos tan raros que les gusta que haya gente a la que le gusten los grupos que a ellos no les gustan.


CARLOS DEL RIEGO

jueves, 8 de agosto de 2013

LA PAJA EN EL OJO AJENO Y LA VIGA EN EL PROPIO: ERE-BÁRCENAS La desproporción y desequilibrio con que se valoran los dos escándalos de corrupción que afectan a los principales partidos políticos españoles muestran la hipocresía y absurda incoherencia de políticos, partidos y ciudadanos de a pie

La incoherencia es una constante en la lucha política e ideológica
Un alto cargo de la Junta de Andalucía ha pedido públicamente que se pase página en el asunto de los Ere en esa comunidad, caso en el que hay más de cien implicados y cerca de mil millones de euros desaparecidos; el tal es Valderas, el mismo que insultó y predicó contra los bancos y los desahucios después de entenderse muy bien con el banco (templo del capitalismo) para aprovechar la oportunidad que ofrecía un desahucio. Vista esta postura hipócrita no puede sorprender que clamen al cielo, tanto él como quienes se dicen de izquierdas, contra el gobierno por el culebrón Bárcenas, mientras no manifiestan opinión crítica alguna respecto al reparto de aquellos mil ‘kilos’.

Pero es que esta misma incoherencia se manifiesta en la calle por parte de los correligionarios de los partidos nominalmente de izquierdas. Así, se organizaron concentraciones de protesta ante las sedes del partido del gobierno en las que incluso se exigió su ilegalización. El caso es que si se analiza la cosa se comprueba que lo que subyace debajo de los manejos del contable tramposo (además de su evidente facilidad para la sisa) es financiación ilegal de un partido político y fraude a Hacienda, cadáveres que todos (incluyendo sindicatos) tienen en su armario. Y de todos modos el dinero percibido procedía de empresarios, o sea, no era público. Por otro lado, los más de novecientos millones de euros (los de los otros eran 50) que se repartieron entre ellos mismos y sus amigos en la Junta de Andalucía eran para ayudas a los afectados por los expedientes de regulación de empleo, es decir, esos sí eran fondos públicos y tenían fines solidarios, ese sí es dinero afanado. 

Pura hipocresía, la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio, tanto entre dirigentes políticos como entre sus simpatizantes en las calles, los cuales ven peor la financiación ilegal y la distracción de 50 millones de procedencia privada que la apropiación y reparto de una cantidad casi 20 veces superior que, además, era de todos los contribuyentes.

Ninguna de las dos causas tienen justificación y, por tanto, deben ser investigadas, juzgadas y, en su caso, castigadas. Pero puestos a salir a la calle a protestar parece absurdo, necio, injusto, que se exijan dimisiones (o la ilegalización) a los que menos daño han causado con su actuación.  

Por eso Valderas y los que como él han adaptado a sus intereses los códigos del socialismo y el comunismo caen continuamente en la contradicción, por eso aquel brama contra los bancos tras haberse entendido con ellos y utiliza en su beneficio la ley contra la que grita; por eso se dicen marxistas pero viven, consumen y poseen como auténticos burgueses capitalistas muy acomodados; por eso se enfurecen cuando los demás hacen lo que ellos hicieron o siguen haciendo; por eso se abronca, abuchea e insulta a los que defraudaron 50 de procedencia privada y se mira con simpatía a los que se embolsaron casi 1000 aportados por todos para ayudar a los parados.

Pura incongruencia cercana al fanatismo. Se cuenta que en plena guerra fría visitó un país escandinavo el Kruchev o Breznez de turno, el cual se reunió con el máximo dirigente del Partido Comunista local; el soviético le afeó el hecho de que el partido hubiera perdido muchos afiliados y muchos votos. Entonces, el comunista escandinavo le enseñó las estupendas viviendas de los obreros e incluso sus pequeños veleros deportivos, le habló de sus elevados sueldos y los grandes beneficios sociales que disfrutaba el proletariado del país nórdico, de los muchos servicios y derechos que ahora tenían…, todo ello, aseguró el abroncado dirigente, gracias a los esfuerzos del partido. El soviético saltó como empujado por un resorte: “claro, ahora me explico la huida de los proletarios, tienen tanto que ya no son proletario sino que se han convertido en clase media, en burgueses, y por tanto ya no quieren saber nada de lucha de clases”, o algo muy parecido dijo el presidente del Soviet Supremo en aquella ocasión.

Puro disparate, un esperpento. 

CARLOS DEL RIEGO   


lunes, 5 de agosto de 2013

NEW ORDER: CÓMO AJUSTAR Y CONCILIAR LO ANALÓGICO CON LO DIGITAL Después de su tercera separación, el grupo de Manchester ha vuelto a escena, aunque sin uno de sus fundadores. Analizando su producción artística se llega fácilmente a la conclusión de que lo importante para un músico es hacer buena música (canciones en este caso), independientemente del tipo de decoración con que se dé brillo a la melodía

New Order es un singular caso de grupo que tiene casi tanto de rock como de tecno
Los buenos aficionados a la música, los auténticos melómanos son aquellos que no se conforman con cualquier cosa, son los que no se tragan todo lo que echan algunos medios de difusión, de manera que esos que sienten profundamente la música buscan, investigan, escuchan, escogen, seleccionan y, finalmente, encuentran y se quedan con lo mejor, con aquello que tiene verdadero mérito y talento. Y esto se puede encontrar prácticamente en cualquier género, estilo o tendencia. Sin embargo, suele ser habitual que quien gusta del rock repele el tecno, y viceversa, es decir, abunda muy poco entre los musicómanos la subespecie del que vibra tanto con una guitarra distorsionada como con la percusión electrónica. A pesar de ello, no cabe duda de que hay creaciones excelentes a uno y otro lado del espectro musical. Y uno de los nombres que pueden situarse entre los excelentes, independientemente del género del que se hable, es el británico New Order.

Vuelto a la acción en 2011, cinco años después de su segunda o tercera separación, el grupo ha ofrecido hace unos meses una gira por Sudamérica en la que han revisado sus grandes éxitos, incluyendo más de una de Joy Division; desgraciadamente, el emblemático bajista, Peter Hook, y su bajo a la altura de las rodillas, parece definitivamente (o sea, de momento) irreconciliable con sus ex-compañeros.   

A pocos se les escapará la prehistoria de New Order, de modo que sólo los más jóvenes necesitarán que se les cuente que esta banda de Manchester surgió de las cenizas de Joy Division tras la muerte de su cantante Ian Curtis. Luego del deceso y de una breve etapa de evolución, el cuarteto encontró su sonido y personalidad. Vaya por delante que New Order es un grupo de música tecno, pero muy alejado de los estándares del género, muy diferente en cuanto a sonido, estética, postura y relaciones con la industria de lo que se entiende por tecno. La particularidad del grupo de Sumner, Morris, Gilbert y Hook (aunque éste no haya querido volver) reside en que sus canciones son, ante todo, grandes canciones que funcionarían igual de bien quitándoles todo el arreglo electrónico y dejándolas sin más adorno que una guitarra acústica; y como prueba baste el hecho insólito de que una banda de música tradicional, celta, como los británicos Oysterband (una de las mejores en su estilo, sin duda) haya hecho una versión del tema ‘Love vigilantes’ de los de Manchester. Este tipo de experimento se puede hacer prácticamente con toda su producción, ya que en sus canciones brillan inspiradísimas melodías y estribillos explosivos que resultan fáciles de tararear (que alguien se ponga a canturrear algo de eso que suena en las discos, a ver si es posible). Pero, por otro lado, es uno de los pocos que pueden meter más y más instrumentos, más y más arreglos sin que la cosa se sature, sin que el resultado final caiga en el batiburrillo o pierda tensión. El factor que definitivamente los hace únicos es ese aire más bien pesimista, a veces oscuro y retorcido heredado del punk y el post-punk (‘after punk’ decían otros), y otras más ligero, pero siempre desprovisto de tonos luminosos y ambientes festivos y alegres.

                                   

Aunque en activo durante ya más de tres décadas, sus mejores años coinciden con los ochenta del siglo pasado, cuando publicaron sus mejores discos y, evidentemente, sus grandes canciones. Así ‘Blue Monday’, que viene a ser algo así como el abc del sonido electrónico, y cuya estructura básica ha sido imitada hasta la náusea por bandas de todo pelaje y procedencia; por cierto, con el maxi single de este trepidante tema sucedió una cosa muy curiosa: su carátula de cartón era tan cara que la compañía de discos perdía dinero con cada venta, pues cada disco despachado costaba menos que su fabricación. ‘Every things gone green’ y ‘Temptation’ son verdaderos modelos de integración de instrumentos electrónicos y analógicos, aquella con su obsesiva guitarra (que tiene un lejano eco de lo que hacía Bo Diddley), y ésta con su hipnótica melodía. En el sensacional ‘Low life’ (el único disco en que aparecen sus caretos, distorsionados) se incluyen piezas maestras como el irresistible ‘Subculture’, la mencionada ‘Love vigilantes’ (casi sin elementos tecno) o la ciertamente perfecta ‘Perfect kiss’, cuyo vídeo deja boquiabierto a todo el que lo ve por vez primera. Del absolutamente insuperable ‘Techinique’ (para muchos la cumbre de su producción) se pueden destacar la desconcertante ‘Fine time’, la delicada ‘Love less’ (modelo de composición pop para batería, bajo y guitarra), las saltarinas e irresistiblemente bailables ‘Round & round’, Mr Disco’ y ‘Vanishing point’; en este disco (y también en el anterior) se van alternando piezas más tecnificadas con otras ausentes de tecnologías digitales, pero todas funcionan irremisiblemente, todas poseen atractivos imposibles de olvidar una vez escuchados, con lo que se demuestra que cuando una canción tiene chispa, gancho, talento, es secundario el ornamento con que se decora. No se pueden olvidar delicias como la contundente ‘Bizarre love triangle’, la preciosa (y algo más lenta) ‘Touched by the hand of God’, la elegante, precisa, asombrosa ‘Thieves like us’, la impecable ‘True faith’, ejemplo de tecno-pop de alta calidad…, y tampoco deben ser arrinconadas maravillas como ‘Confussion’, ‘Ceremony’ (aunque sea de Joy Division), ‘Shellshock’, ‘Crystal’…  

Sí, es ciertamente difícil que alguien que menea la cabeza con Motörhead o Ramones experimente sensaciones similares con New Order, pero no es imposible. ‘It´s easy if you try’, como decía el escarabajo de las gafitas. 

CARLOS DEL RIEGO   

sábado, 3 de agosto de 2013

EL INJUSTO TRATO DADO A UNOS Y OTROS DELITOS O FALTAS Indigna leer que delincuentes con cientos de robos, hurtos e incluso agresiones vuelven una y otra vez a la calle, impunes, unas horas después de haber sido detenidos, mientras que el ciudadano que paga sus impuestos debe estar siempre ojo avizor, pues cualquier desliz le supondrá dura sanción

Más de trescientas veces detenidas, pero el juez no vio causa para prohibirles el acceso al metro, escenario de sus robos
Un hecho real: Dos gitanas rumanas entran en una pequeña tienda de alimentación, donde tras pedir gran cantidad de mercancía pagan con un billete grande; cuando el tendero les da la vuelta ellas le dicen que les ha devuelto de menos; se enzarzan en una discusión que va subiendo de tono hasta que las mujeres dicen que ya no quieren la mercancía  y exigen que se les devuelva el dinero; el desconcertado comerciante así lo hace y recoge los paquetes pero, de repente, se da cuenta de que lo han liado, que sin saber muy bien cómo, se le han quedado con uno o dos billetes. Ellas salen de la tienda hablando con tono indignado y con el minorista sin saber qué hacer ante la situación. Así, aconsejado por una testigo del suceso, llama a la policía, que llega de inmediato. Las dos presuntas se meten en un coche donde les esperaba un hombre al volante, pero los agentes le bloquean el paso con el suyo. Registradas las señoras se les encuentran varios billetes en su ropa interior. Pero lo verdaderamente preocupante es lo que comentó uno de los uniformados al tendero engañado: “qué más da que las denuncies…, dentro de unas horas estarán en la calle buscando a otro primo”.

Como es sabido (y como se demuestra leyendo y escuchando noticas), hay delincuentes que llevan cientos de denuncias y detenciones que, incomprensiblemente, están en la calle con el beneplácito de juez y del legislador; se les pilla, detiene, denuncia y presenta ante el magistrado, el cual, a pesar de la reiteración y del evidente peligro en que pone a los ciudadanos de a pie, los deja tranquilamente en la calle, con lo que los delincuentes reciben el mensaje: “puedo hacer prácticamente lo que quiera, pues siempre habrá un juez que se preocupe de que no esté fuera de circulación ni un minuto, o sea, me están animando a que continúe con mi actividad”. Y eso por hablar sólo de pequeños rateros cuyos delitos son considerados menores, pero se podría mencionar al experto en alunizajes, agresiones, robos y enfrentamientos con los agentes con más de un centenar de detenciones que, vergonzosamente, no pasa más de unas horas en comisaría, pues el juez, apoyándose en leyes confeccionadas para privilegiar al delincuente y castigar a la víctima, hará todo lo posible para que vuelva a su actividad cuanto antes; y el pretexto de que los magistrados están atados por las leyes no sirve, pues una y mil veces han demostrado que siempre están dispuestos a rebajar la pena una semana, un mes, un año, burlándose y castigando a los agredidos. ¿Y las carteristas del metro de Madrid detenidas trescientas veces y sobre las que el juez dijo que no había lugar a prohibirles el acceso al escenario de sus fechorías? Y que no se le ocurra al asaltado defenderse, como aquel que en su casa logró reducir al ladrón casándole heridas y al que el juez castigó acusándole de “conducta violenta”.

Otro hecho real. Dos adolescentes de 15 años hacen una pintada jocosa en una pared  ya adornada por anteriores artistas del espray. Acierta a pasar un coche de policía que inmediatamente los identifica y detiene; denuncia, paso por el juzgado de menores, entrevista con el fiscal de menores y con varios funcionarios: educadores, asesores, expertos; finalmente, para no llegar al juicio, los padres de los chavales aceptan pagar la limpieza de la pintada, una multa y unas cuantas horas de servicios sociales para los encausados. O sea, por una nimiedad se pone en marcha una costosa maquinaria y un montón de funcionarios…, no es de extrañar el colapso de los juzgados.

¿Es justo y proporcionado el trato dado a unos y otros? ¿Es admisible que el que trabaja pague por cualquier nadería y el delincuente habitual sin oficio ni beneficio quede impune? Desgraciadamente la raíz del problema es que estos personajes, jueces y políticos, pertenecientes a la casta de privilegiados, viven en otro planeta, en un universo paralelo situado a años luz de la realidad.    


CARLOS DEL RIEGO 

jueves, 1 de agosto de 2013

EL RIESGO DE LA MUJER OCCIDENTAL EN PAISES CON GOBIERNOS FUNDAMENTALISTAS Una noruega que trabajaba en Dubai fue violada y por ello castigada. Es el riesgo que corren las occidentales que se van a lugares donde impera la ley islámica.

Marte Dalaelv vivía y trabajaba en un lugar equivocado.
Aunque en principio apareció en las primeras páginas, apenas unos días después ya no está ni en el último rincón de la sección de sociedad. Se trata del caso de la mujer que se fue a trabajar a Dubai como arquitecto para una empresa sueca. Tras una cena, un compañero la acompaña a casa y es violada, ella denuncia, la policía le hace test de alcoholemia y da positivo y, como consecuencia de las leyes de esos países, Marte Dalaelv se convierte en culpable, primero de beber alcohol, y segundo de adulterio…, no importó que fuera forzada, pues eso no cambia el hecho del adulterio… De locos.

Como sabe todo el que se preocupa un poco de conocer el mundo en el que vive, hay ciertas naciones en las que la legislación es absolutamente disparatada, machista hasta el extremo, liberticida, fanática; son estados gobernados por fundamentalistas desprovistos de cualquier atisbo de razón o lógica, y esto se debe a que piensan y actúan como se pensaba y actuaba en Europa Occidental en el siglo XIV, cosa que no deja de tener cierta lógica, ya que el calendario musulmán comienza en el año de la Hégira de Mahoma, el 622. Así, esas legislaciones, esos legisladores, esa sociedad aun no ha asimilado conceptos como ilustración, derechos humanos o democracia. Dubai, Arabia Saudí, Irán, Emiratos Árabes, Afganistán… están regidos por el integrismo, por las leyes islámicas, lo que se traduce en indefensión, sobre todo si se es mujer, condición que allí es apenas superior a la de caballo.

Sabido todo esto, conocidos múltiples casos de resoluciones judiciales disparatadas, cabe preguntarse ¿cómo es que todavía hay mujeres dispuestas a correr el riesgo? La desdichada arquitecto noruega es la víctima, sin duda, pero también es responsable de haber estado donde, en el actual estado de las cosas, ninguna occidental debería estar, pues lo que en Europa es lo más cotidiano, allí puede ser tildado de sacrilegio, de inmoralidad punible. Ese mismo error es el que cometen cooperantes, voluntarios o turistas que viajan a países en conflicto a pesar de las recomendaciones, y que, muchas veces, sufren secuestros, agresiones de todo tipo, robos… Cabe en la misma clase de error el caso de la europea que se casa con un musulmán que, llegado el momento, se vuelve a su país llevándose a los hijos para siempre; o el de la que se une con el mahometano y se muda con él a alguno de los países mencionados, para descubrir tras algún tiempo qué derechos ha perdido y cuál es el lugar de la mujer bajo la ley islámica.

La terrible discriminación sufrida por Marte Dalaelv y el atroz trato recibido por el islamismo más fanático (anclado en la Baja Edad Media) debería servir de escarmiento para las que alguna vez se sientan atraídas por ofertas (laborales, sentimentales, viajeras) llegadas de países en los que ellas valen la cuarta parte que ellos. La durísima experiencia de la noruega debería hacer pensarse dos veces la decisión a las que proyecten irse a vivir, trabajar o viajar a estos lugares. Violencia hay en todas partes, pero en estas culturas está amparada por una ley que, encima, castiga a la víctima.

Lo peor es la expectativa de las mujeres y niñas de allí, que vivirán como personas de segunda clase por culpa de lo que aquí algunos llaman costumbres respetables.

CARLOS DEL RIEGO