jueves, 30 de mayo de 2013

LA VERGONZOSA E INDIGNATE LIBERTAD DEL MÚLTIPLE ASESINO VALENTÍN LASARTE Mató fríamente a varias personas, fue condenado a 30 años y apenas ha cumplido la mitad, sin embargo, ya está en la calle disfrutando de permisos y beneficios. Y aunque la culpa de las muertes es enteramente suya, el hecho de que ya esté burlándose de las víctimas y sus familias es oprobio y vergüenza para jueces y legisladores

El abyecto asesino disfruta de aquello que robó a sus víctima, la vida, la familia, la libertad, y sin tener que devolver lo robado.
El repugnante asesino etarra Valentín Lasarte, con no menos de siete muertos en su currículo, tres como autor material, ya está disfrutando de permisos penitenciarios, lo que supone que su libertad total está muy próxima. Este cobarde cuyo modus operandi solía ser acercarse por detrás y pegar un tiro en la nuca a su víctima, apenas ha pasado quince años entre rejas; pero casi tan terrible como eso es el hecho de que con el historial de esta hiena se le condenara sólo a treinta años… El muy degenerado terminó con la vida de Gregorio Ordóñez (por cierto, nieto de un fusilado en agosto del 36), que tenía 37 años, hizo lo mismo con Enrique Nieto, que murió tras meses de coma irreversible a los 46 años, y también con José Manuel Olarte, que contaba 42. Viudas, huérfanos y demás familiares se han visto privados de su ser querido para siempre, mientras que la rata sanguinaria sólo ha pagado con 180 meses sin libertad, quince años de su vida a cambio de haber robado no menos de treinta a cada una sus víctimas directas.

Esto puede ser cualquier cosa menos Justicia. Si uno perpetra tres robos de 30.000 euros y es capturado, parecería una burla que el juez lo condenara a devolver sólo cinco mil a cada perjudicado, nada de eso, es más, con total seguridad sería obligado a reintegrar el importe completo de lo sustraído más intereses y sanciones; sin embargo, parece que para magistrados y legisladores los años de vida arrebatados a una persona tienen menos valor que el dinero, dado que no se exige devolver la cantidad íntegra de años robados. No hace falta argumentar que los años que pene el criminal no devolverán la vida al tiroteado, pero es un alivio para sus allegados (y para toda la gente de bien) irse a la cama con la seguridad de que el pervertido pistolero está pagando. ¡Piénsese cómo ha de sentirse alguien sabiendo que quien segó vilmente la vida de su hermano, hijo, padre, amigo, disfruta de la libertad después de sólo quince años de prisión!, y no digamos si la pérdida es de un niño. Algunos de los pobres desdichados que sobreviven al insoportable mazazo del asesinato inútil y sin sentido de un ser querido afirman que soportar la injusta libertad prematura del criminal es como si el muerto fuera muerto cada día, como si el dolor renovara tozudamente su intensidad diariamente, mientras que saber que el verdugo está entre rejas permite ir superando la pérdida, no olvidar, no dejar de llorar, pero al menos permite dormir.

Ahora, después de apenas tres lustros de privación de libertad (en 1997 fue condenado) el juez ha decidido, en contra de la junta de tratamiento del centro penitenciario y también del ministerio, castigar a los familiares de sus víctimas y permitir que este indeseable fanático empiece a disfrutar de aquello que robó a varios de sus semejantes: la vida, la familia, la libertad. No se trata de venganza, pues si así fuera se exigiría la misma moneda, el paredón, y no es así, se trata de Justicia, de pagar el mal hecho según su magnitud y circunstancias.

Tan doloroso como el asesinato y las decisiones de los jueces es, por otro lado, la insolidaridad que han de sufrir los familiares y amigos de los muertos por parte de amplios sectores de la sociedad, puesto que son muchos los que están de acuerdo con  la excarcelación de etarras con sangre en las manos, y hasta claman por todo tipo de beneficios y privilegios para los fanáticos; incluso hay quien los considera presos políticos, guerrilleros de la libertad, patriotas esforzados… Asombrosamente son los mismos que exigen investigar y castigar los crímenes de la Guerra Civil y el Franquismo; es decir, hay personas que muestran enorme empatía con los fusilados hace casi 80 años y con sus descendientes pero, contra toda lógica, se quedan fríos ante los ejecutados por los etarras hace dos días, y peor aún, no esconden su gran antipatía para con las familias de los que recibieron el tiro en la nuca… Esta gente que piensa así muestra una incongruencia total, un perverso y aberrante relativismo moral que les lleva incluso a despreciar e insultar a los hijos de los muertos por atreverse a exigir justicia, y por exigir que el asesino siga en la cárcel les llaman vengativos. Y qué decir de cineastas, escritores, artistas que denuncian todo tipo de crímenes e injusticias en sus obras pero jamás se atreven a señalar a los etarras, y si alguna vez tocan el tema lo hacen colocando a víctimas y verdugos a la misma altura, equidistantes, y eso si no se muestran partidarios de las bestias salvajes.

Es de lo más vergonzoso que con un “seré bueno” y una firma se concedan indecentes beneficios a asesinos múltiples, privilegios que son insultantes para las víctimas y sus familiares, sobre todo porque el depravado Lasarte no ha manifestado nunca de modo expreso un ápice de arrepentimiento. Sin duda, este tiparraco volvería a repetir sus hazañas, volvería a asesinar. Ya sabe cómo se hace, qué se siente y como se acalla la conciencia hasta matarla también. Un asesino será toda su vida un asesino, por mucho que pasee al niño. 
    
CARLOS DEL RIEGO



martes, 28 de mayo de 2013

LOS EXCESOS EN CIRUGÍA ESTÉTICA Y LA CULPA DE LOS (MALOS) DOCTORES ¿Cómo es que hay cirujanos plásticos que operan a sabiendas de que la intervención no mejorará lo previo o que incluso puede ser perjudicial? ¿Cómo es posible que hombres y mujeres aparentemente juiciosos caigan en los embelesos y cantos de sirena de facultativos convertidos en vendedores?

  
La persona más operada del mundo
 no podía  sonreír,  ni beber sin pajita.
Así está ahora tras las primeras
 operaciones para recuperar 

su rostro.





Hace unas semanas la prensa británica daba noticia de una famosa modelo que, tras haberse sometido a no menos de 350 operaciones de cirugía estética, había iniciado el camino de vuelta, o sea, había decidido retirarse ‘añadidos’ y ‘arreglos’ tratando de recuperar en lo posible su aspecto anterior; al parecer, y dado que gran parte de esas visitas al quirófano lo fueron para ‘tunerarse’ la cara, la mujer había perdido casi toda la movilidad en el rostro, incapaz de expresar, incapaz de beber salvo con pajita e incluso imposibilitado para sonreír. Largo, costoso y doloroso camino de regreso, como demuestra el hecho de que para retirarse algunos de los muchos implantes faciales han tenido que romper su mandíbula por varios sitios…
Resulta imposible encontrar belleza en rostros como este.
El caso de esa joven británica (Alicia Douvall) es el de muchas mujeres en todo el mundo, muchas de ellas no exentas de juicio e inteligencia que, inexplicablemente, se dejan embaucar por los (malos) facultativos; la mencionada ex modelo denuncia que ninguno de los doctores le advirtió jamás de los peligros del exceso de quirófano, nunca la previnieron de los problemas de movilidad e incluso funcionalidad que iba a tener (no respiraba correctamente por la nariz), nunca le desaconsejaron parar la locura, al revés, “siempre me animaban a más…, sólo querían mi dinero”, dijo no sin razón, pues calcula que se ha gastado más de un millón de libras esterlinas en cirujanos.

Hay mujeres adictas al quirófano que huyen hacia adelante y, lejos de asustarse ante su jeta en el espejo, siempre están pensando en la siguiente operación,  como si de una droga se tratase, como si su cerebro las engañara y les hiciera creer que están guapísimas, como el marido burlado que se niega a creer las evidencias y las revelaciones de sus allegados. Pero también hay otras que, en un momento determinado, caen en la cuenta del (carísimo) estropicio que se están haciendo y hablan y cuentan cómo los especialistas en estética las halagaban y señalaban lo fácil que sería mejorar y quedarse cerca de la perfección tocando un poquito aquí, implantando esto allá, quitando de este lado o estirando del otro. De este modo, como auténticos charlatanes, emboban, deslumbran y crean falsas ilusiones, sabiendo que si la víctima tiene mucho dinero es fácil de convertirla en adicta a la estética. Pero claro, los resultados casi nunca son los esperados (dicen los verdaderos expertos que si se nota, está mal), con lo que los charlatanes aconsejan nuevos pasos por la sala de operaciones…, y así sucesivamente hasta haber sacado sumas escandalosas a cambio de deformar (a veces horriblemente) a las incautas. El asunto es más común entre ellas, aunque cada día son más los que también se dejan engatusar por trileros de bata blanca y guantes de látex…; lo verdaderamente asombroso es que gran parte de los que caen en la trampa (hombres y mujeres) pasan por ser personas dotadas de gran personalidad, gentes ilustradas y con criterio, y esto es lo verdaderamente desconcertante, ¿qué extraño atractivo ejerce la perspectiva de levantarse la piel de la cara, serrarse huesos, introducirse cuerpos extraños o extirpar trozos de uno mismo?, ¿cómo es posible arriesgarse a un paso por el quirófano sin necesidad?, ¿por qué una persona de luces decide transformar su rostro a veces hasta hacerlo casi irreconocible?, ¿es posible que crean que la cirugía borra el paso del tiempo como con el photoshop? Y todo ello tras aflojar sumas escandalosas. Y todo ello para quedar mucho peor, puesto que nadie que deje su visaje en manos de esos malos profesionales logrará quedar mejor que antes; y además, la mayoría de los primos negará y negará maniobras en su careto (como el malogrado Michael Jackson, que apenas admitía una o dos operaciones) aun cuando se comparen las fotos de antes y después.  

Casi siempre las operaciones vuelven irreconocible al personaje y
rara vez logran mejoría.

Asimismo, también tiene su guasa el hecho de que las mujeres que se implantan en los labios (que forman una especie de pico de pato), se acentúan los pómulos y se estiran en torno a los ojos (las intervenciones más solicitadas) tienden a parecerse, a presentar la misma expresión bobalicona y rígida.

El de la cirugía estética innecesaria es, en fin, uno de los problemas que tienen aquellas personas que no tienen verdaderos problemas y, por tanto, han de buscarlos. Y es que la mente humana es absolutamente contradictoria, desconcertante.


CARLOS DEL RIEGO   

domingo, 26 de mayo de 2013

RAY MANZAREK, EL CREADOR DEL SONIDO THE DOORS, MURIÓ SIN HACER RUIDO Hace apenas una semana falleció de cáncer Ray Manzarek, quien fuera fundador y teclista de los míticos The Doors. Sorprendentemente apenas unas pocas líneas en la prensa, una mención de pasada en la radio y poco más ha merecido el músico…, ¡como si hubiera sido alguien sin mérito ni valor! Siempre fue alguien más bien discreto, pero en este momento debió estar en primer plano.

Ray y Jim ya han pasado (al otro lado).
Es tópico pero también obligado recurrir al clásico de The Doors “This is the end, my friend”, puesto que el fin ha llegado para el amigo Ray Manzarek. El que fuera teclista, compositor y fundador del legendario grupo californiano falleció hace unos días a los 74 años a causa de un cáncer de hígado. Los medios, sin embargo, apenas le han dedicado una mínima atención a pesar de ser alguien trascendental en el ámbito de la música del siglo XX, a pesar de haber vendido más de 100 millones de discos y de que sus canciones son obligatorias en cualquier película que trate sobre Vietnam. En fin, más de 40 años después, Ray vuelve a reunirse con Jim Morrison, que nuevamente tiene a alguien que entiende sus versos y sabe ponerles música.
  
                    
                            


Aunque su inquietud artística le llevara también por otros caminos, Ray estará para siempre en la historia del rock gracias a los apenas ocho años de vida que compartió con John Densmore, Robby Krieger y Jim Morrison. No hay que olvidar que Ray es, además de coautor de todos los títulos de The Doors, quien proporcionaba ese evocador e identificativo sonido de órgano que tan inevitablemente se asocia al grupo; asimismo, Manzarek (de ascendencia polaca) ideó todas y cada una de las entradas de órgano de casi todas aquellas canciones, segundos magistrales que todo el que sepa de qué va esto reconoce con gran satisfacción.
Ray Manzarek tenía un grupo con sus hermanos y con un tipo tímido y escurridizo llamado Jim Morrison, pero los gustos de Ray tenían que ver poco con el de sus brothers, así que en poco tiempo encontró sustitutos. En casa de los Manzarek, en la primavera de 1965, se inició la prehistoria de The Doors gracias a la iniciativa, al espíritu inquieto pero decidido de Ray Mnazarek. De hecho, John Densmore, batería, siempre ha hablado de él como de un padre, como de un hermano mayor que siempre estaba velando por los demás. Tal vez por eso el gafitas dijo luego acerca de aquellos enloquecidos años: “Todos nosotros éramos espíritus similares, cabezas llenas de ácido que andábamos buscando otra forma de elevarnos. Sabía que si continuábamos tomando drogas terminaríamos quemados, así que había que encontrar lo mismo en la música”. De algún modo velaba por sus compañeros.

Ray causaba gran impacto en los ambientes hippy en la California de mediados de los sesenta. Densmore fue un día a su casa y, de entrada, quedó asombrado con su melena, que conseguía, según le dijo, “dejándola tal cual, sin peinar tras lavarla”; pero además, en su piso había muchos libros y revistas de cine, alfombras y elementos orientales, ropa de cama y de vestir con estética india, fotos eróticas… Y drogas alucinógenas para expandir la mente (decían), nada de cocaína y similares que son para divertirse (decían); y alcohol, mucho, demasiado, sobre todo Jim. Y también demasiada meditación trascendental y maharishis. Y claro, ambiente hippy por los cuatro costados.

Así estaba el entorno cuando Ray Manzarek se propuso formar un grupo que ofreciera algo distinto. Su formación clásica y su pasión por el jazz, su brillante relación con el blues y su compromiso con el rock y la sicodelia dieron lugar al sonido The Doors, pues él era quien, en realidad, daba forma a las canciones y ponía la mayor parte de la música a los textos de Morrison.

Todo aficionado recitaría de memoria una docena de títulos emblemáticos del grupo, y en todos ellos la mano de Ray es tan evidente, tan propia de la banda como la voz del mismísimo Jim; de hecho, bien puede afirmarse que el estilo artístico, la personalidad del cuarteto tiene en el teclista y el cantante sus verdaderos pilares. Tal vez por eso, cuando aquel se enteró de la muerte de éste reaccionó de modo casi colérico. “¡Qué estupidez, ninguna diferencia entre Jimi y Janis, ninguna originalidad! Él tenía que ser el número tres, ¿verdad?”; pero, según contaron sus compañeros, Ray trataba de ocultar el dolor de quien ha perdido a un hermano pequeño, pues sentía algo parecido por Jim y por el resto del grupo. De hecho, más de una década después de la muerte de Morrison, “Manzarek tiene la curiosa costumbre de referirse al grupo hablando en presente, como si la muerte de su cantante y los años de separación no sean más que parte de un plan a largo plazo”, afirmó John Densmore.

Tal vez pensara reunir el grupo y volver a escena. Nuevamente está con Jim. Los dos han pasado (al otro lado), como el título del tema que ilustra este texto.
  
CARLOS DEL RIEGO 

jueves, 23 de mayo de 2013

EL FANATISMO ISLÁMICO SIGUE EN LONDRES… Y EN CUALQUIER SITIO Escalofriante ha sido conocer el asesinato de un joven soldado británico a manos de dos terroristas islámicos, los cuales se declararon en guerra con Inglaterra; sin embargo lo cierto es que esta guerra, que ideológicamente está en la Edad Media, tiene el mundo entero como campo de batalla

El sueño de la razón produce monstruos.

La salvaje agresión y muerte de un soldado británico a manos de dos islamistas en una calle londinense y a la luz del día es otro paso más en la escalada de fanatismo al que se han entregado no pocos musulmanes en todo el mundo. Los fanáticos (los que matan por una idea) gritaron estar dispuestos a la guerra contra Inglaterra, motivación parecida a la de los hermanos que pusieron la bomba en el maratón de Boston hace unas semanas o a la de los que protagonizan actos similares a diario en otras partes del mundo. El atentado de 2001 contra las Torres Gemelas inició esta modalidad terrorista que apenas precisa infraestructura, que puede llevarse a cabo con gastos escasos y que tiene muchas posibilidades de causar muerte y enormes estragos con muy pocos efectivos. Cierto que mucho antes se perpetraban secuestros de aviones, se asesinaba en la calle y se colocaban bombas, pero generalmente los actos estaban sustentados por organizaciones bien financiadas y los asesinos preferían escapar y conservar la vida aunque estuviesen dispuestos a morir.

Dejando aparte a los locos solitarios y a bandas tipo Eta, Ira o Farc (que funcionan más bien como mafia), es innegable que el terrorismo internacional es hoy cosa de los islamistas. Las principales motivaciones, razones o estímulos que inevitablemente esgrimen para desertar de su condición humana son siempre tres: los desmanes de algunos países occidentales en territorio musulmán en medio oriente, la eterna reivindicación de Palestina y, por encima de todo, el deseo de acabar con los infieles que, según los imanes fanáticos, es obligación del buen musulmán. 

Las invasiones, intervenciones militares, bombardeos u operaciones llevadas a cabo por países occidentales (USA casi siempre) en aquellos lugares producen muchísimas víctimas inocentes, provocando el lógico deseo de venganza. El problema es que los que quieren responder a esos intolerables ataques lo hacen no contra los responsables (políticos siempre bien custodiados), sino contra población ajena al asunto que, en muchos casos, está de parte de aquellas víctimas inocentes. Si un día dejaran los marines de invadir y los aviones de bombardear, se terminaría con este pretexto.

El problema palestino-israelí viene de atrás y tiene su origen en 1948 cuando Inglaterra se retira de la zona, aunque la raíz está en la Declaración de Balfour de 1917 (en realidad, en esta región llevan zurrándose unos a otros desde la Edad Antigua: sumerios, acadios, protohititas, hititas, hurritas, babilonios, asirios…). Aunque parece difícil, imposible según algunos, el asunto tendrá que terminar tarde o temprano con el reconocimiento del pueblo palestino y su derecho a un estado y un territorio. En ese momento Palestina dejará de ser excusa o justificación para los islámicos.
El verdadero problema es el fanatismo religioso, el estar convencido del premio que espera en el más allá al muyadín que se entrega al decreto religioso de la guerra santa, la yihad. Y este concepto fanático es el que resulta imposible de erradicar, al menos en el momento actual. Este fanatismo religioso fue el que hace unos mil años llevó a miles de europeos a las Cruzadas que, en nombre de Dios (como motivo principal pero no único), provocaron sangrientas batallas, asedios y asaltos, degollinas horrorosas y, en fin, violencias extremas. Pero eso sucedió hace un milenio y, aunque en posteriores ocasiones hayan pasado por la historia personajes y hechos teñidos de fanatismo religioso, se puede afirmar que la Iglesia Católica como institución hace siglos que no está detrás de este tipo de iniciativas. Gran parte del Islam de hoy, por su parte, parece actuar como la Iglesia en el siglo XIV, como si estuviera en el año 1391, como si la evolución del pensamiento islámico arrastrara un retraso de 622 años…, el año de la Hégira (el viaje de Mahoma de La Meca a Medina), que es cuando comienza el calendario musulmán. Es decir, podría decirse que el pensamiento islámico más fanático vive en el año 1391, cuando la Inquisición era temida en toda Europa, cuando hacía pocos años que Bernardo Gui había publicado su obra ‘Práctica de la Inquisición en la depravación herética’, de modo que el terrorista islamista encuentra hoy motivos sobrados para matar infieles igual que los inquisidores para quemar herejes y brujas hace seis siglos. Asimismo existe idéntico desajuste en el calendario en otros aspectos, como el trato a la mujer.

Desde el lado de ‘los infieles’ se tiende desgraciadamente a la generalización, a pensar que cualquier musulmán se pondrá un cinturón de explosivos a poco que un imán le caliente las orejas; y se llega a pensar así porque se ha comprobado que el terrorista islámico puede actuar tanto en país musulmán como en territorio estadounidense, que puede venir de allí con la idea de matar o haber nacido ya en occidente, que puede llevar años haciendo vida más o menos normal y un día hacerse explotar en el súper. Sin embargo, seguro que la mayoría de los mahometanos no están dispuestos a matar…, por lógica.

Expertos y analistas y los propios terroristas hablan de auténtica guerra, pero hay que entender que el concepto de guerra ha cambiado. Sea como sea la cosa tiene muy difícil solución, pues la razón y la lógica poco pueden contra el fanatismo que, dicho sea de paso, de un modo u otro, no sólo está en el Islam.

CARLOS DEL RIEGO   

martes, 21 de mayo de 2013

EN ASTURIAS SE PROHIBIRÁ DECIR NAVIDAD O SEMANA SANTA Parece difícil, pero los políticos siempre encuentran modo novedoso de hacer el ridículo. En Asturias una iluminada está tratando de modificar el origen de las vacaciones, que existen precisamente porque se llaman como se llaman

La Navidad existe porque se llama así, y no se pueden tapar tradiciones y bagajes culturales por decreto.

Por más que se repita, por más que pueda parecer exageración, no hay duda de que Einstein tenía razón cuando afirmó que “hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana, y del universo no estoy seguro”. Buena muestra de ello ha dado la consejera de Educación de Asturias, que ha enviado una circular a los colegios del Principado para que a partir del próximo curso dejen de llamarse a las cosas por su nombre, concretamente la susodicha va a prohibir en los colegios (hay que suponer que sólo en los públicos) que a las vacaciones de Navidad se les llame vacaciones de invierno y a Semana Santa vacaciones del segundo trimestre (mucho no se ha esforzado en la búsqueda de nuevas denominaciones).
En el fondo lo que hay es una verdadera obsesión, una obcecación maniática con todo lo que huela a religión, de forma que cuando el que tiene el bastón de mando padece escasez neuronal da a luz necedades de este tamaño. Así, ahora el fanático ya no es el creyente sino el ateo, pues es éste el que quiere imponer (la Historia es pendular). Sin embargo, por mucho que se pretenda cambiar el modo de llamar a las fiestas, la realidad es que esas fechas se llaman como se llaman, y es así desde que se vienen celebrando, o sea, existen porque se llaman así, Navidad y Semana Santa; y esta realidad no se puede cambiar del mismo modo que no se puede cambiar aquello que ya ha sucedido.
Visto desde otra perspectiva se puede afirmar que los asturianos bien contentos han de estar, puesto que al parecer no tienen verdaderos problemas, ya que es en cosas tan importantes como esta en que gastan su tiempo (pagado por todos a precio de oro) los dilectos políticos; en fin, éstos no tienen cosas más importantes que hacer. También viene al pelo otro ejemplo tomado de la Historia; tras la proclamación de la II República Española, los integrantes de aquel Parlamento se tiraron días, semanas, debatiendo si reprobar al exiliado Alfonso XIII (un tipo infame por otra parte), que había huido con armas y bagajes; es decir, con el país en un estado calamitoso, con asuntos urgentísimos que atender en prácticamente todas las áreas, los señores diputados gastaron tiempo y dinero, ilusiones, ganas, ideas, discusiones, pasiones… en algo que, finalmente, se tradujo en la nada más absoluta, pues declarar al Borbón traidor o similar no acarreó ningún beneficio social, económico o político ni a la República ni a los españoles. Y es que los políticos (asturianos o coreanos) siempre encuentran maneras de desprestigiarse a sí mismos y de perder el tiempo de un modo ciertamente eficaz, en lugar de atender a resolver lo del paro, la minería, la corrupción política, el medio ambiente, infraestructuras…    
Hay que recordar que esta consejera (¿de verdad alguien se fiaría de sus consejos?) ya intentó sandez de semejante calibre en época de Zapatero, cuando quiso sustituir padre y madre por ‘progenitor a’ y ‘progenitor b’ a la hora de inscribir a los niños en el Registro Civil. Y seguro que le pareció una idea genial, una idea que iba a mejorar la vida de todos los ciudadanos.
Esta de los nombres obligatorios es medida fascistoide y sectaria, pues intenta imponer ideología y contentar a quienes comulgan (esta palabra también ha de ser eliminada) con dicha ideología; pero lo peor es la inutilidad del intento, pues la gente va a seguir llamando a las cosas como las han llamado siempre y, por otro lado, en cuanto cambie la tortilla política y sean los contrarios los que manden, se volverá a oficializar la terminología que ahora pretende erradicarse por decreto. No deja esto de recordar aquel patético intento de cambiar los nombres de los meses que se trató de imponer durante los años de la Revolución Francesa (la Historia es maestra), de modo que en lugar de enero, febrero…, se pretendió que se dijera pluvioso, nivoso, brumario, termidor…; es más, se puso un nombre a cada día del año para sustituir a los de los santos. La cosa duró diez o doce años aunque, en realidad, nunca caló en la población.
Pero aun se puede ir un paso más allá en la carrera de la necedad, pues si el aludido personajillo-consejera fuera coherente también enviaría orden a los municipios con nombres de origen religioso para que buscaran denominación sin ese carácter; o sea, que vayan pensando rebautizar La Cruz de Illas, La Magdalena, los varios San Andrés, San Esteban, San Juan, San Martín…, en total en torno a cien localidades. Y, por supuesto, habría que borrar la cruz de la bandera de Asturias, así como las cruces de los monumentos y cualquier referencia religiosa; igual que las fiestas, la mayor parte de las cuales son San Mateo, San José, Santa Rita, Sacramentu, San Blas, Santo Espíritu, Santa Bárbara…, y sin olvidar la fiesta patronal del Principado, que es la Virgen de Covadonga. Ni que decir tiene que las canciones navideñas, belenes y similares quedan prohibidas.
Es como si pretendieran borrar el pasado y elaborar uno nuevo, olvidar las raíces de Asturias y sustituir su Historia por algo que se adaptara a la doctrina partidista, cada vez más tendente al dogma sectario; no se trata ya de religión, sino de negar la realidad. Moleste a quien moleste, las tradiciones, usos y costumbres son las que son y tienen el origen que tienen. Y los orígenes, folclores y acervos culturales no se pueden cambiar por decreto.  

CARLOS DEL RIEGO   

domingo, 19 de mayo de 2013

EUROVISIÓN, PARAÍSO HORTERIFORME Dejando a un lado que la música no se puede computar y que un concurso de canciones no es como uno de lanzamiento de peso, lo del Festival de Eurovisión más que musical parece certamen de extravagancias, ocurrencias, excesos sin gracia y, finalmente, una competición de horteradas en su más estricto sentido


Puesta en escena kitsch, chillona, ordinaria, tópica y sin el menor sentido del gusto
No deja de tener mérito que el Festival de Eurovisión se venga celebrando ininterrumpidamente desde hace más de medio siglo, pero casi se puede terminar ahí lo meritorio del evento. La edición de 2013, la número 57, ha sido una excelente muestra de lo que es hoy esta cita, pues la categoría de la música ha sido muy muy escasa, las puestas en escena resultaron ridículas, casi sonrojantes, y lo de las votaciones, de auténtica carcajada. Eso sí, la visualización de este aquelarre de mal gusto ha debido hacerse con cautela, en pequeñas dosis, puesto que una excesiva exposición a tan extrema vulgaridad puede ocasionar severas consecuencias a la salud mental del espectador.

La indumentaria de la encargada de conducir el espectáculo fue de aurora boreal, un monumento a la fealdad. Tras ella se sucedieron horteradas de tamaño colosal; muchas de las chicas aparecían vestidas como de princesas de cuento de hadas y tratando de parecer tales, mientras que ellos se presentaron ataviados con una mezcla entre ilusionistas y camareros. Muchos de los participantes quisieron añadir otros elementos con los que llamar la atención, como el tipo de King Kong-vikingo-Santiagosegura, los de la urna de cristal, los tipos sado-macho que parecían tocar grandes tambores, las que iban como de azafatas…, ¡y qué decir de algunos de los chicos, que parecían imitadores de David Bustamante!..., claro que lo del tronco de Rumanía (que, por cierto, sí sabía cantar) en plan Drácula con traje de los chinos o lo de los de Bielorusia, rayan lo ofensivo. En realidad, salvo tres o cuatro que se salieron del horterismo general apostando por la discreción, este Eurovisión ha sido todo un canto al mal gusto, a la vulgaridad y la ordinariez, al colorido ‘kitsch’, al exceso sin el mínimo atisbo de encanto, a la ausencia de algo parecido al arte…, en fin, el festival ha superado todos los récords, todos los límites de la macarrada, de lo grosero, mediocre y trillado. En lo visual bien puede decirse que fue un desatino de dimensiones cósmicas, algo parecido a un concurso de disfraces disparatados, una competición-exhibición de caricaturas y bufonadas, generalmente muy ingenuas, casi infantiles.
Algunos parecían imitadores de David Bustamante.
Ah!, pero todo ello se queda en pecata minuta contemplando las coreografías y puestas en escena, que obligan a pensar que a quienes han perpetrado tales desaguisados les falta un hervor. Qué canto a la vulgaridad y la chabacanería, qué simpleza, qué medianía, qué impostura. Cierto que en este tipo de certamen lo que se busca es llamar la atención como sea, intentar que el jurado (o lo que haya) se acuerde de uno, pero hasta en esto existe un límite, y cuando se traspasa la cosa resulta hilarante, si no de vergüenza ajena.     

La parte musical (las canciones) estuvo a la altura del resto. O baladitas cursis o infame chunda-chunda, todo fácil y fácilmente previsible, sin pizca de chispa, belleza o (ni por asomo) elegancia. Había pasajes en los que daba la impresión de repetirse la misma canción, como si todas las piezas hubieran sido obras de dos o tres autores que trabajaron contrarreloj. ¿Alguien puede recordar algún estribillo? ¿Alguien cree que alguna de estas composiciones tendrá recorrido en las listas de éxitos o de ventas? ¿Alguien puede tararear alguna de las ganadoras en ediciones anteriores? Nada de esto, ni cantantes ni canciones mostraron algo de imaginación, ningún destello de inspiración pudo atisbarse en el escenario sueco, donde sí abundaron las letras metidas a matajunta en partituras verdaderamente toscas.

Pasan los años y se suceden las ediciones, pero a pesar de la popularidad alcanzada en las últimas, la horterada sigue siendo la reina en esta especie de romería, en este auténtico festival de la patata tempranera que ni siquiera tiene el encanto de lo decadente y morboso. Al revés, la masificación propiciada por las redes sociales e internet le han colocado un añadido de chabacanería y tópicos fáciles. Todo es colorines chillones que, lógicamente, se pegan con aquello que significa estilo, clase o distinción.
Lo del apartado de las votaciones fue de traca. Tan evidente era la componenda, el complot entre países vecinos, que el comentarista adivinaba una y otra vez a dónde irían los votos; así los de las repúblicas ex-soviéticas (Rusia, Arzerbayán, Armenia, Bielorrusia…) que con total descaro se repartían los sufragios como buenos hermanos, igual que los nórdicos (Suecia, Noruega, Dinamarca…); lógicamente Serbia y Croacia siguen siendo, de momento, agua y aceite incluso en ocasión tan trivial. 

Eso sí, este vetusto concurso de cantantes ha servido para enterrar a posibles intérpretes; no hay más que echar un vistazo a los representantes que ha enviado España en los últimos años, que luego de obtener posiciones muy retrasadas parecen haberse retirado del escenario para los restos; y si esto ha sucedido con uno de los países participantes, seguro que idénticamente ha sucedido en otros. Mejor y más compasivo es no mencionar nombres.

Pero a pesar de todo hay mucha gente que disfruta con Eurovisión y que se reúne para ver, criticar, comentar, alabar o denostar, es decir, el festival gusta, por lo que tiene todos los derechos y legitimidades para seguir en antena. Al menos puede tomarse como una referencia. De mal gusto, pero referencia.
  
CARLOS DEL RIEGO   

jueves, 16 de mayo de 2013

UN MENÚ CON CUCARACHAS, ESCORPIONES, GUSANOS, LARVAS… Es la más reciente necedad procedente de un organismo público: como somos muchos en el planeta y hay pocos alimentos, se aconseja comer coleópteros, himenópteros, ortópteros y otras especies de bichos de seis patas, antenas y alas. ¡Qué tonterías se atreven a decir los ociosos!

Cómo resistirse a unas orugas tan jugosas

Desde la  FAO, uno de los más inútiles organismo de la cada vez más inútil ONU, vienen ahora recomendando al personal que, ante la previsible (según ellos) falta de alimentos en el futuro, empiece a probar los insectos (y arácnidos como el escorpión). Son muy nutritivos y fáciles, limpios y baratos de producir e incluso resultan deliciosos, en fin que todo son beneficios; lo que llama la atención es que no hayan llegado a tan brillante conclusión antes, puesto que, que se sepa, los insectos existen desde hace algún tiempo, y casi desde el primer momento han servido de comida en muchos lugares. Por tanto, ¿a qué viene ahora tan estrambótica ocurrencia?, ¿acaso piensan que con ella van a resolver los problemas de alimentación en los países más necesitados?, nada de eso, la realidad es que esta entidad se ve obligada de vez en cuando a decir algo que llame la atención para demostrar que está ahí, para hacer ver al contribuyente que hace algo, que el muchísimo dinero que cuesta no es un total despilfarro.

No hay por dónde echarle mano a este monumento a la estulticia. Se puede decir que, según la propia ONU, el planeta produce suficientes alimentos para toda la población actual (y más), de manera que lo que la susodicha organización debería hacer es preocuparse por volver eficaz la distribución o tratar de recoger y canalizar los excedentes, aportando soluciones concretas y no limitarse a exigir a los estados “políticas solidarias” y vaguedades similares. También cabe la objeción de que, si se empieza a manufacturar insecto de modo industrial, seguro que la producción iría al tercer mundo mientras en occidente se seguirían zampando chuletas; y como quiera que los crujientes bichitos se pueden fabricar en casa, pronto estarían las viviendas infestadas de patas y antenas sueltas, de exoesqueletos y de restos defecados, pues los insectos atraerán inevitablemente a sus depredadores. ¡Habría que ver a estos jerarcas de vida regalada engullendo termitas y orugas y atendiendo a su granja casera de escarabajos! Recuerdan a aquellos fenómenos que iban de ciudad en ciudad alertando del deterioro ambiental y aconsejando modos de evitarlo…, mientras viajaban en avión y automóvil, vehículos que apenas contaminan.  
   
Afirman los iluminados de esta organización de necios ufanos que sólo hay que superar el factor asco (sentimiento exclusivamente humano), y que no se debe ser tan escrupuloso con el condumio, ya que en muchos lugares del mundo (España incluida) el personal se echa al coleto gasterópodos (caracoles), y que el pescado crudo cada día tiene más adeptos; sin embargo, a la mayor parte de la población le repelen las babosas con concha igual que los peces sin cocinar. Por eso, afirmar que “muchos resultan deliciosos” es como decir que todo el mundo tiene los mismos gustos sin pararse a pensar que lo que a uno le parece delicioso a otro le resulta repugnante, y viceversa. Además, si ya hay lugares donde se cocinan larvas (o se engullen vivas) eso no quiere decir que haya que imitar tal comportamiento; y por otro lado, también existen individuos que se pirran por un buen saco de abono, gentes que se comen la tierra a puñados, humanos que encuentran deliciosa la comida del gato o el pienso del perro, personal que se chupa los dedos con tarántulas asadas o con ranas crudas… 
  
¿Cuál será la próxima necedad de entidad tan estéril como la ONU para solucionar el problema de la alimentación?, ¿qué tal proponer zamparse a los muertos en lugar de dejarlos como pasto de gusanos? ¿y los fetos recién exterminados y extraídos?, al fin y al cabo, una vez fiambre, la persona no es más que carne muerta, y si el no nacido no es (según muchos) persona, ¿qué problema habría? Desvaríos, burradas y monstruosidades semejantes son propias de mentes desocupadas, sobrevaloradas, alejadas de la realidad y terriblemente costosas. ¿Pero alguna vez han resuelto estos algún problema, conflicto, hambruna o emergencia humana?

Plato del día: una paella de moscas, chinches y grillos, hamburguesa de carne de termita y saltamontes, revuelto de abejas y larvas de polilla, y de postre, crujientes pinzas de escorpión con chocolate caliente y helado de cabezas de hormigas soldado del Amazonas cubierto de huevas de cucaracha. Con tales delicatesen ¿quién quiere una fabada, un cocido o un solomillo con patatas? Por cierto, ¿protestarán los vegetarianos y exigirán respetar los derechos de estos animalitos?    
   
CARLOS DEL RIEGO   

martes, 14 de mayo de 2013

EL ATRACTIVO SEÑUELO DE LA MASIFICACIÓN Una de las más potentes armas que usan los expertos en publicidad y propaganda para convencer al público es precisamente la masificación, es decir, convertir la integración en la manada en el único camino a la felicidad

Hay personas que, como las sardinas, sólo se sienten felices y seguras
en medio de la multitud.

La estrategia se ha utilizado infinidad de veces: “Cien millones de personas no pueden equivocarse”, “visto por cincuenta millones”, “ha vendido cinco millones de ejemplares”… Este modelo de reclamo propagandístico tiene un enorme éxito, pues de modo tácito (aunque a veces explícitamente y con todas las letras) viene a decir al receptor que si no entra en esa masa, si no forma parte de esa multitud, estará marginado, señalado, anticuado… Tal es el propósito de los arteros muñidores del mensaje a divulgar: conseguir que el consumidor entienda y asimile que o compra el producto en cuestión o será una especie de peligroso inadaptado, un tontorrón que no se entera.

Sin embargo lo que predomina es lo contrario, o sea, que el individuo vaya corriendo voluntariamente a integrarse en el rebaño, no por temor a quedarse atrás, sino por terror a verse fuera de la mayoría…, como las sardinas que se sienten inevitablemente atraídas por el anonimato y la seguridad del banco (donde pasan desapercibidas), y perdidas lejos del mogollón.

Y lo curioso es que hay veces que las cosas no pueden presentarse más contradictorias, como en el caso de las modas en el vestir. Muchos llevan o han llevado pantalones muy caídos pensando que así están manifestando una postura inconformista, contestataria, cuando en realidad lo que hacen es sumarse a la mayoría, ya que la mayoría conformista y manejable es la que sigue la moda ciegamente. En este terreno de la vestimenta se ven verdaderos desacatos cuando la persona se suma invariablemente a la actualidad textil sin importarle si le es apropiada o si le sienta como un martillazo en el dedo; así cincuentonas rechonchas con muslos de levantador de pesas que lucen ropa apretada y escasa y piercing-grano en torno a la boca, así hombres cercanos a la jubilación que van tan ufanos en camiseta de tirantes y luciendo una escuálida y forzada coleta, la cual no es sino un pequeño haz trenzado con las últimas pilosidades que quedan en los laterales de su cráneo. ¿Por qué se aderezan y endomingan de tal guisa?, para estar a la última y así sentirse dentro del rebaño, o para verse joven e incluso atractivo, aunque los resultados objetivos sean muy distintos a los que percibe en el espejo (viene al pelo la anécdota de la niña que, observando a la señora pintarse, peinarse y retocarse durante horas, le pregunta que para qué lo hace, y la dama responde que para estar más guapa, a lo que la chiquilla replica ¿y por qué no lo estás?). Pero cuidado, todo quisque tiene derecho y legitimidad para cubrirse y adornarse como le venga en gana aunque vaya hecho un adefesio, aunque cause risa o vergüenza ajena (y por eso lo de ‘ande yo caliente…’).

Lo verdaderamente pernicioso es la mella que hacen aquellos señuelos casi intimidatorios entre los más vulnerables, niños y adolescentes (por cierto, hay mentes adolescentes con 30 años), que necesitan sentirse integrados, que precisan formar parte de algo y que, por tanto, caen fácilmente en las artimañas e insidias audiovisuales de los maestros de la manipulación de masas, que convierten así al joven en presa fácil de convencer; y además, en caso de que el producto anunciado sea inaccesible, su campaña de márketing puede causar angustia y sentimiento de marginación (esto se produce, sobre todo, con los dispositivos electrónicos y las marcas, de manera que unos meses después de la compra el chaval ya está reclamando el nuevo modelo, obligado por la coacción a que le somete la propaganda comercial). En fin, que el quinceañero (tenga la edad que tenga) sólo se sentirá bien dentro del hormiguero, y para formar parte de la mayoría no tendrá inconveniente en obedecer y confundirse así con el resto de las obreras.

Desgraciadamente la amenaza de quedarse fuera de la manada surte un poderoso efecto, cosa que conocen a la perfección los estudiosos de la ciencia desarrollada y modernizada por Goebbels, que consiste en convencer a la gente de que necesita lo que no necesita y de que su única posibilidad es incorporarse a la tropa.

CARLOS DEL RIEGO   

lunes, 13 de mayo de 2013

MARAVILLAS DEL ROCK OLVIDADAS EN EL ÁNGULO OSCURO DE LA HISTORIA Algunos de los grandes clásicos siempre están presentes, vuelven una y otra vez ya sea para este spot o para aquella película, pero hay otros que, a pesar de mostrar la misma talla, rara vez salen del rincón para situarse justo bajo los focos

El gran Phil Lynnot, líder de Thin Lizzy.

El éxito, como es sabido, es caprichoso. Piezas musicales que evidencian talento y virtuosismo no tienen garantizada la recompensa, la mayor parte de las veces por aparecer en un momento inoportuno y otras simplemente por no terminar de conectar, por no conseguir ‘química’ con el oyente; con el paso del tiempo muchas de estas terminan por ser reconocidas, recuperadas, con lo que al final el autor se lleva un premio, tardío y disminuido, pero premio.

Todo buen aficionado podría recitar una docena de grandes títulos de la historia del rock que apenas consiguieron algo de relevancia en su momento; claro que también se da el caso del que prefiere que ‘su’ grupo se haya quedado en el estatus de ‘grupos de culto’, es decir, que no se haya masificado (comercializado, dirían los más radicales).

Blue Oyster Cult es uno de los grandes del rock duro norteamericano. Imprescindible de los setenta del siglo pasado, la banda neoyorquina apenas ha dejado la actividad desde que diera sus primeros pasos al inicio de la década, aunque en realidad su producción empieza a perder brillo a mediados de los ochenta. Sus dos emblemáticos guitarristas, ‘Buck Dharma’ (Donald Roeser) y Eric Bloom, son lo que se dice dos héroes legendarios del rock. Y aunque para muchos sea un grupo alejado de los puestos altos de las listas y de los rankings, algunas de sus obras sí que están en la élite del género, como la inigualable ‘Don´t fear the ripper’, ‘Burning for you’, ‘Godzilla’ o ‘Carer of evil’, pero resulta sorprendente que una cumbre del hard-rock como ‘Cities on flame with rock & roll’ pase desapercibida para la mayoría. Al igual que la gran parte de su producción el texto coquetea con lo esotérico, con lo tortuoso, con lo críptico, pero su fuerte son esas guitarras cargadas de pesada elegancia, de metal ligero…, son heavy en su más puro significado, y enciende la llama hoy igual que cuarenta años atrás. Desde el riff inicial se palpa la tensión, con el diálogo de guitarras, con los momentos de batería, el solo (y los alardes) de Dharma, escalofriante, modélico, cien por cien hard, . ¡Cómo es posible que esta pieza no esté en los altares del género!

Todavía en la década de los setenta pero en un momento totalmente nuevo, los británicos The Only Ones fueron uno de los grupos de punk-new wave (las fronteras estaban realmente difusas y, en realidad, tenían más del rock sicodélico de los sesenta, como el de los primeros Pink Floyd, que de otra cosa) que pasaron pronto a formar parte de ese apartado llamado ‘bandas de culto’, tal vez porque apenas duraron cinco o seis años y sólo sacaron tres álbumes o por los problemas con las drogas, pero curiosamente su gran canción, ‘Another girl another planet’, no deja de aparecer en todos los recopilatorios tanto de punk como de new wave; sea como sea, en aquellos momentos bastaba mencionar a los Only Ones para pasar por un experto. La canción comienza enigmática y se desarrolla en un tono inquietante, con guitarras muy altas, voces aparentemente lastimadas, cansadas, y textos que parecen hablar de una chica pero que todo indica que se refieren a la droga, pues hay “viajes espaciales en mi sangre”, y “siempre te pones bajo mi piel”, “contigo estoy en otro planeta” o “siempre coqueteo con la muerte” (y su autor, Peter Perret, tuvo muchos problemas con la heroína). El ambiente general es intensísimo, potente y muy vehemente…, ¡y qué extraordinario sólo de guitarra a cargo de John Perry con su aspecto alucinado!

La lista de grandes canciones que apenas escapan de la oscuridad del rincón podría ser interminable y, evidentemente, cada uno guarda en su corazoncito algunas piezas con las que siempre ha mantenido conexión a pesar del paso del tiempo. Por ejemplo ahí está la apasionada ‘Whisky in the jar’ del malogrado (¡malditas drogas!) Phil Lynott al frente de los inolvidables Thin Lizzi. O el demoledor heavy a la americana de ‘Stranglehold’ del ‘pistolero’ Tedd Nuggent. Y qué tal el divertido ‘Jack the Ripper’ del disparatado Screamin´ Lord Sutch, el elegante ‘Alone again or’ de Love, el sorprendente ‘Oh well’ de los primerísimos Fleetwood Mac, el ’25 or 6 to 4’ de Chicago…, y tantísimas otras grandes canciones de la historia del rock que rara vez obtienen los focos que merecen. Y cada uno tiene su lista.

CARLOS DEL RIEGO   

jueves, 9 de mayo de 2013

EL DISPARATE DE LA SENTENCIA DE LA OPERACIÓN PUERTO: OTRA ASTRACANADA Como tratando de abundar en el despropósito en que se convierten numerosas sentencias judiciales, la encargada de esclarecer esa operación contra el dopaje ha interpretado pruebas y hechos como lo haría Groucho Marx

Está claro quiénes son los más contentos con la sentencia-astracanada

La impresentable sentencia dictada por la juez de la Operación Puerto ha dejado, primero, boquiabierto a todo el mundo, y después ha desatado la indignación, el enfado y, en algún caso, la sospecha. Claro que hay algunos que han acogido el fallo con enorme alegría: los tramposos (doctores, directores y corredores). Esta especie de aristarco con traje de cuervo, cuyo nombre responde a las siglas JPS, no se ha resignado a tener un rol secundario en la función, sino que aprovechando que cámaras de medio mundo estaban enfocando a su alrededor, ha querido más papel en esta tragicomedia, tratando de situarse en el centro del escenario con gran algarabía por parte de los presuntos; se hace así evidente que la tal pertenece al gremio togado, puesto que al igual que casi todos sus colegas no calza zapatos, sino pedestales, peanas de mármol, tal es su afectación y tal la superioridad con que consideran a quienes miran desde lo alto de su torre de marfil. El caso es que contra todo sentido común y sintiéndose en la cima del mundo, la señora impide en su veredicto que se sepa a qué impostores pertenecen las bolsas de sangre con aditivos ilegales. ¿Cuáles serán los métodos y procesos mentales de una persona para sostener tesis en contra de todos los expertos del mundo? ¿Cómo se habrá sentido al verse tan original? ¿Se pasará una hora o dos diciéndose ante el espejo ‘qué importante eres’? 

Las argumentaciones que la autora del fallo ha esgrimido para evitar bochorno y pena a los deportistas fulleros son absolutamente ridículas, ciertamente disparatadas (y asó lo señalan no pocos expertos, ministros incluidos); por ejemplo explicar que, dado que cuando se llenaron las bolsas con la sangre de los deportistas la cosa no era delito, no hay por qué desenmascararlos; se ha rebatido tal interpretación diciendo simplemente que no se les va a llevar a la vía penal, sino que el asunto no saldrá del ámbito deportivo. Y así, con enorme facilidad, se han ido refutando todas y cada una de las marxistas (de Groucho, no de Karl) conclusiones de esta gran benefactora de los ‘eufemianos’ (con jueces así ¿quién necesita defensores?).

Lógicamente voces más que autorizadas han discrepado de la magistrada, desde deportistas (Nadal ha declarado que beneficia a los tramposos, y Calderón algo parecido) hasta  políticos (el ministro Wert habla de profunda discrepancia jurídica), pasando por los expertos (la directora de la agencia antidopaje tilda la sentencia de inexplicable). Lo peor es que el esperpento dictado por JPS es algo así como un gol en propia meta, como un tiro en la línea de flotación del deporte español que, hay que recordar, está inmerso en una durísima batalla por llevar los Juegos Olímpicos a Madrid, y puesto que el sentir que existe en muchos países sobre el anti doping en España es, como mínimo, de duda, la del traje negro ha podido dar la puntilla a la aspiración olímpica. Los peor pensados tienen así bandeja para presentar la sospecha de aconchabamiento con alguna de las candidaturas rivales… No extrañará que el presidente del Comité Olímpico Español declare sin ambages que lo fallado por JPS “es una auténtica vergüenza”.

Se ha anunciado la presentación de recursos y apelaciones contra ese fallo disparatado, de forma que si otro juez viniera a contradecir lo que aquella ansiosa de foco escribió, en puridad y siguiendo por el terreno abierto por la susodicha, pudiera ella ser acusada a su vez, pues su interpretación de los hechos y las leyes fácilmente podría considerarse por algunos como colaboración necesaria con el fraude en el deporte. ¡Pero si sólo ha inhabilitado a Fuentes por un año a pesar de quedar demostrado que puso en riesgo la salud de muchas personas y que comerció con sustancias ilegales! ¿Se presta o no a la sospecha la postura de su señoría? Lance Armstrong se tirará de los pelos por no haberse entregado y confesado en España, pues ahora estaría compitiendo por esas carreteras.
    
En fin que si todo queda como está habrán ganado los farsantes y los delincuentes gracias a la incomprensible tergiversación de lo probado. Sea como sea, para Madrid el daño ya está hecho, y los Juegos de la XXXII Olimpiada serán Tokyo 2020 o Estambul 2020. Al final JPS conseguirá su propósito: se la recordará cuando se hable de los juegos que no vinieron.

CARLOS DEL RIEGO   

martes, 7 de mayo de 2013

LOS FRAUDES EN LA SUBVENCIÓN DE CLASES DESFAVORECIDAS El gobierno da dinero a algunas minorías para que escolaricen a sus hijos y les compren los libros de texto, sin embargo, una vez ingresada la ayuda, ni los llevan a clase ni compran los manuales

El mejor camino para la integración es la escolarización.

Una de las grandes causas del exceso de gasto público es, evidentemente, la subvención y sus abusos, descontroles y despilfarros. Ciertamente, desde hace siglos los españoles siempre han sido muy proclives cobijarse bajo la ‘seguridad’ del estado, y por eso uno de los tradicionales grandes anhelos del celtíbero es vivir y cobrar de la administración, aunque también abundan los que no tienen escrúpulo en defraudar; y lo malo es que esta figura es más que común en todos los estratos de la sociedad, desde las más elevadas esferas políticas hasta quien percibe prestación, pensión, ayuda, subsidio… Claro que, en realidad, raro es el ciudadano del cualquier país del mundo que se resiste a engañar al fisco si tiene oportunidad; sin ir más lejos, en plena crisis griega se supo que había gente cobrando la pensión de personas muertas hacía 20 años, o que individuos de 60 estaban percibiendo un subsidio de orfandad.

Todo el que tiene un mínimo interés por el asunto está convencido de que entidades como partidos políticos o sindicatos deberían quedar exentas de cualquier ayuda económica de procedencia pública, y del mismo modo clubes deportivos profesionales o actividades industriales como el cine (que no es la única actividad cultural existente aunque sí la más beneficiada con el dinero de todos).

Pero existen otras subvenciones que se dan en pequeñas cantidades y que, al menos hasta ahora (V-2013), han escapado a cualquier control. Sin duda en todas partes hay caraduras dispuestos a engañar y llevarse dinero público, pero casi nadie se vanagloria de ello en público, a voces. Por ejemplo: para estimular la escolarización de ciertas minorías el gobierno da dinero a los padres para lleven al colegio a sus hijos, sin embargo, se sabe de directores de institutos que han recibido amenazas por negarse a firmar certificados de asistencia aun cuando los escolares no iban a clase; este caso se ha dado sobre todo con la etnia gitana, de modo que algunos padres calés despotricaban en público contra aquellos directores que no les proporcionaban la firma con la que seguir cobrando; ¿pero los chicos han asistido a clase?, se preguntaba al airado progenitor, a lo que éste contestaba que algunas veces, y añadía que al director ¿qué más le da firmar ese papel si el dinero no es suyo?... De igual modo las ayudas para libros (denegadas a muchas familias que también las necesitan), que son utilizadas para cualquier cosa menos para comprar los manuales, de forma que cuando el escolar acude a clase lo hace sin tan imprescindible material, siendo imposible su correcta formación.

Sin entrar a valorar si es lícito dar a unos lo que a otros se niega (y no solamente se trata de estas pequeñas cantidades) parece una auténtica burla que se entregue dinero para que se cumpla una obligación, pero si además ni siquiera se cumple dicha obligación, resulta intolerable, escandaloso, que aun así se haga efectiva la ayuda. No hay que olvidar que si lo único que se hace para integrar a colectivos desfavorecidos es regalar (dinero, vivienda, material…), se les está trasmitiendo la idea de que no es necesario trabajar, contribuir, puesto que ahí estará siempre el dinero público a cambio de nada. Y por esto, cuando el director no firma un certificado fraudulento de asistencia se gana los insultos y amenazas; y por esa misma razón, los padres del niño sin escolarizar se indignan en público con aquel director y exigen la complicidad del personal, y por eso no terminan de comprender la obligación de cumplir las reglas, de someterse a la ley como hacen en su inmensa mayoría los ciudadanos de a pie.
     
De todos modos hay casos y casos, y no son sólo esas clases desfavorecidas las que protagonizan fraudes, estafas, trampas, engaños contra el dinero público. Eso seguro.

CARLOS DEL RIEGO  

domingo, 5 de mayo de 2013

ROCK CON CARGA POLÍTICA E IDEOLÓGICA Siempre ha habido autores que han usado la música para extender ideas. Y como no podía ser de otro modo, el rock, en tanto que cultura juvenil, siempre ha tratado de mostrar disconformidad; de ahí al texto con intención política apenas hay un paso. Por eso, casi todos, antes o después, han ido por ahí. Lo difícil es salirse de lo tópico, fácil y basto, como hicieron The Alarm o Angelic Upstarts

The Clash es un perfecto ejemplo de grupo preocupado por lanzar un mensaje político en sus (excelentes) canciones, gracias al malogrado Joe Strummer
(con gorra)

La música rock siempre ha sido vehículo ideal para lanzar mensajes de todo tipo, de modo que aunque la mayor parte de las veces hable de las cosas que en realidad preocupan a los veintitantos, hay muchas ocasiones en que el autor escribe de otras cosas que exigen mayor compromiso. Siempre ha habido cantantes protesta, compositores con temáticas sociales y costumbristas, grupos que ofrecen textos airados y exaltados contra las clases altas y, por supuesto, también bandas y letristas que se han atrevido a lanzar discursos eminentemente políticos envueltos en guitarras distorsionadas. La lista de los grupos y solistas que han hecho política desde el escenario es muy larga, y si se quiere poner un comienzo tal vez nadie mejor que el gran Woody Guthrie, que en los años de la Gran Depresión y el ‘Dust bowl’ (las tormentas de polvo surgidas tras terrible sequía en los estados del sur y medio oeste de USA) comenzó a labrar su leyenda, primero en California y luego en Nueva York; él fue quien inspiró a Dylan y a Pete Seeger y seguro que también tuvo que ver en Neil Young y otros. Desde que el autor de ‘This land is your land’ cantó a los pobres, a los trabajadores y los inmigrantes y contra los patronos y los fascistas (su guitarra mostraba la leyenda ‘This machine kills fascists’), la denuncia política siempre ha tenido quien la representara con clase e inspiración en el universo del rock; y ahí están muchas letras de The Clash y casi todas de los Manic Street Preachers, algunas de U2 y de REM, de los Creedence y de Rage Against The Machine, e incluso Beatles y Rolling Stones también han dado un paseo por esos caminos. Asimismo los grupos de punk y sus variantes casi siempre están inmersos en tales temáticas, pero su calidad es generalmente muchísimo más baja, sus canciones son muy burdas y maniqueas, bastas y sin gracia, muchas veces pretenciosas y con ínfulas mesiánicas, cargadas de tópicos y destinadas a un público ya convencido y que no quiere escuchar otra cosa. Y también están los cantautores en castellano (del gran Víctor Jara al no tanto León Gieco), pero eso generalmente no es rock.




Y no se puede arrinconar el asunto de la incongruencia, es decir, despotricar contra el capitalismo y la burguesía pero vivir como un burgués capitalista muy acomodado; o pontificar contra banqueros y políticos a la vez que se aprovechan las ofertas del banco donde se guardan los (pingües) ingresos y se firman contratos con gobiernos locales o regionales; o idear encendidas defensas de los pobres y aguerridas proclamas contra los ricos mientras se vive en mansiones exclusivas con seguridad privada. Pero en fin, el rock siempre ha sido incongruente y contradictorio.

Hacer rock con carga política sin caer en lo fácil y demagógico no es fácil, y mucho menos si dicha carga ha de ser envuelta en una buena canción con melodía sencilla y fácil de asimilar; es decir, lo difícil es escribir una buena letra con trasfondo político a la vez que estrofas y estribillos capaces de enganchar aun sin texto. Dos canciones que combinan un texto cargado de ideas políticas con rock sólido y atractivo pueden ser (cada uno tendrá las suyas, lógicamente) el ‘Solidarity’ de Angelic Upstairs y el ‘The deceiver’ de The Alarm, dos piezas arrebatadoras, pasionales y construidas sobre rotundas bases rock.

‘The deceiver’ viene a significar algo así como ‘el impostor’. Es un tema publicado por el grupo británico (galés) The Alarm para su álbum ‘Declaration’ (1984). El grupo de Mike Peters siempre hizo canciones muy ideologizadas y siempre prestando gran atención a las melodías. Además de ‘The deceiver’ también son de conocimiento imprescindible piezas como ‘Sixty eight guns’, ‘The bells of Rhymney o ‘The chant has just began’… ‘The deceiver’ comienza con una armónica lejana que rompe en cortes de batería e inmediatamente la voz; desde el primer momento manda una melodía deliciosa, tan vehemente que casi obliga a apretar los puños; de repente parece parar y, nuevamente, dos golpes de caja la vuelven a poner en marcha; toda ella invita a sumarse a los coros o a la voz solista, a tocar el air guitar o a marcar poderosamente el ritmo. El texto no precisa tacos ni dedos acusadores, pero se entiende todo, y entre sus versos destacan pensamientos como “eres el poder y la gloria, como la ascendencia y caída del Imperio Británico”, palabras acusatorias como impostor o manipulador, o delatoras como “tu presunción me pone enfermo”, “eres la codicia y el engaño”, “tus promesas se van a la basura” o “muerdes las manos que te alimentan”. No se menciona directa o explícitamente, pero se deduce con facilidad de que ese impostor (deceiver), ese manipulador mentiroso y codicioso no puede ser otro que el político.

Los ingleses Angelic Upstarts (Novatos Angelicales) son asimismo paradigma de grupo de rock impregnado de ideología. Surgido en plena vorágine punk (en el 77), la banda se asoció inmediatamente al movimiento ‘Oi!’ (que es una modificación de ‘hey’ o ‘hi’, hola), el cual tuvo relación con los skinheads; aquí la cosa está tremendamente confusa, puesto que la ideología que subyace en estos movimientos va de la extrema derecha a la extrema izquierda, de hecho, hay skins de ideología fascista y racista (dispuestos a apalear al primero que se descuide) y otros (llamados redskins) anarquistas, revolucionarios y comunistas, pero todas las vertientes skin y Oi! coinciden en el gusto por la pelea callejera y el rock a toda velocidad. Angelic Upstarts (sobre todo su líder, Mensi) fue desde su comienzo antirracista y antifascista, pero paradójicamente su mejor canción, ‘Solidarity’, es una canto de hermanamiento con los obreros polacos del sindicato Solidaridad, dirigido por Lech Walesa, que entonces se rebelaban contra la dictadura comunista del general Wojciech Jaruzelsky, jefe del partido comunista polaco y de las fuerzas armadas, y autor de leyes represivas que desembocaron en muertes, desapariciones y encarcelamientos por causa política o racial. O sea, contrariamente a la tendencia general, el tirano que arrebata la libertad aquí es el comunismo, y el grupo antifascista se revela también anticomunista…, sorprendente. ‘Solidarity’ es un auténtico himno; comienza suave y poco a poco va subiendo de intensidad, las notas de sus estrofas y estribillos se suceden casi lógicamente, con una cadencia más bien lenta mientras se sujetan las guitarras, pero explotan cuando éstas se ven liberadas por el redoble rompedor; toda ella mantiene una tensión irresistible gracias a un canto inspiradísimo, fácil de retener e imposible de olvidar…, es una canción que se agarra para siempre. Cuando uno escucha esta pieza una vez la tarareará el resto de su vida. La letra comienza dejando bien claro su simpatía con los obreros polacos y el mencionado sindicato; habla de unidad, de darse la mano contra el tirano para que aprenda la lección; “dales esperanza, dales fuerza, dales fe” repite varias veces, y otras tantas se vuelve poética e incluso romántica, “como una vela ardiendo en la noche oscura, estaréis en nuestras almas y en nuestras mentes”.

Son dos excelentes ejemplos de que se puede hacer rock con intención ideológica, política y social sin que deje de ser estrictamente rock, son dos piezas que serían igual de buenas aunque hablaran de cualquier otra cosa. 
              
CARLOS DEL RIEGO