miércoles, 27 de febrero de 2013

LA CONDUCTA DEL GOBERNANTE DETERMINA LA DEL GOBERNADO El funcionamiento de un país, al igual que el de cualquier hogar, depende del proceder y honestidad de quien lo gobierna, puesto que según sean quienes dirigen así serán los ciudadanos

Sólo si ellos son honestos, competentes, austeros y trabajadores más allá de la mínima sospecha pueden exigir tal cosa al ciudadano.

Escribía Cervantes (en su obra máxima o en las Novelas Ejemplares) que cuando las sirvientas de una casa se comportan de modo licencioso, abren la puerta por la noche a sus amantes y descuidan sus obligaciones es señal inequívoca de que la señora de la casa hace lo mismo. Es decir, la dejadez del ama de casa (que es quien tradicionalmente se encarga de la intendencia y de todo lo relativo a la vivienda) así como su conducta inmoderada y libertina se reflejan en lo que hacen las doncellas, puesto que si aquella fuera estricta en sus comportamientos no permitiría de ningún modo los desmanes y atrevimientos de las sirvientas (hay que ponerse en el pensamiento de la época al respecto, y no utilizar mentalidades de hoy para valorar aquello).
Pues algo muy parecido podría trasladarse al estado actual de las cosas en España. Según se destapa casi a diario en los medios, existe un enorme fraude fiscal en prácticamente todos los ámbitos de la sociedad (¿cuántas veces se ha escuchado lo de “con factura e iva o sin factura y sin iva y se escoge lo primero?), existe una importantísima economía sumergida y todo el mundo trata de eludir todo tipo de fiscalidades (“¿me pagas diez pero decimos que fueron cinco?”); es deporte nacional (en realidad mundial) el escaqueo y el aprovecharse de la empresa si ello es posible (pasarle facturas de carácter personal), y en fin, se recurre a gran variedad de maniobras destinadas a eludir obligaciones a la vez que se exigen cínicamente todo tipo de beneficios.
Esto demuestra, sin duda, que quienes están arriba permiten esto al no poseer fuerza moral para exigir conducta recta, es decir, la ciudadanía se conduce así porque así actúan los señores de la casa. Y por ello, si quienes tienen poder de decisión fueran estrictos y rigurosos consigo mismo, con las leyes y con las cuentas, no permitirían que se produjeran los desmanes que se producen, pero como ellos son los primeros en dar pésimo ejemplo (no hará falta enumerar los escándalos, certezas y sospechas, acusaciones y condenas, amaños, manipulaciones, cohechos y todo tipo de actos dudosos y oscuros que protagonizan los mandamases día sí día también), lo lógico es que hacia abajo se repitan esas mismas conductas, esa misma forma de pensar. Y así, el descrédito de políticos e instituciones es casi creencia popular y, desgraciadamente, toda una tradición en la historia de España.

En fin, parece más que claro que el modo de comportarse de quienes están al mando es determinante para el conjunto de la ciudadanía, y si aquellos son deshonestos, mentirosos y trincones, aprovechados e incompetentes…, no se puede esperar que la ciudadanía ponga la otra mejilla y se comporte modélicamente, puesto que entonces se tendría la sensación generalizada de ser todos unos primos. Pero si los de arriba hacen lo correcto sin trampas y con integridad, tendrían toda la fuerza moral para exigir al ciudadano, y éste a su vez se vería con una especie de presión moral que de algún modo le obligaría a cumplir.  

Sólo si la señora de la casa (que es quien manda ahí por regla general) realiza su cometido con dedicación, integridad y esfuerzo la cosa irá bien, pero si quien manda falla, todo irá mal. Sólo cuando los señores de la casa obren dignamente podrán trasladar hacia abajo el deber de hacer igual. Es obligación de los gobernantes, por tanto, proceder con total honestidad. Y que así lo parezca.          
Según Transparencia Internacional, Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda son los países con los políticos e instituciones menos corruptos y más trasparentes. El primer ministro finés vino a España en clase turista, con tres asesores y dos escoltas; para el mismo acto su equivalente español iría en avión exclusivo con legión de acólitos, machacas, edecanes, chambelanes, subalternos…

Además, sus instituciones son tan trasparentes que continuamente están dando cuenta de sus cuentas y actuaciones, y la mayor parte de los cargos (alcaldes, secretarios de estado…) no son políticos, sino técnicos, gestores expertos a los que se exige responsabilidad personal si su labor no ha sido la exigida; mientras, en España los cargos dependen del partido, con lo que colocan en puestos de gran relevancia a quien nunca ha demostrado mérito ni capacidad. Y allí, en aquellos países, cuando alguno tiene un desliz es expulsado para siempre de la función pública, como aquella que aspiraba a la presidencia y que cargó una chocolatina a la tarjeta oficial, quedando así señalada para siempre.

Los ciudadanos, como queda dicho, reproducen las conductas de sus dirigentes.

CARLOS DEL RIEGO

lunes, 25 de febrero de 2013

TRES MUJERES PODEROSAS, TRES REINAS ETERNAS A lo largo de la historia las mujeres han estado casi siempre relegadas, jugando papeles muy secundarios en el devenir de los siglos y alejadas del verdadero mando; sin embargo, siglos atrás algunas lograron enorme poder gracias a su valía, y están en la historia por sus propios méritos. Hatshepsut fue reina-faraón hace unos 3.500 años, Leonor de Aquitania fue dos veces reina hace unos 800, e Isabel de Castilla hace 500

La reina Hatshepsut en vida
 (con la barba ritual).
   
Hatshepsut 
3.500 años después


Seguramente ya en el mismo Paleolítico las mujeres se quedaban cerca del campamento o de la gruta, haciéndose cargo de los pequeños y recolectando comida mientras los hombres iban de caza. Y esta distribución de tareas según el sexo se ha venido manteniendo casi hasta antesdeayer; así pues, durante los aproximadamente 5.300 años que han transcurrido desde que unos sacerdotes sumerios ‘inventaron’ la escritura, apenas hay referencias de mujeres con verdadero poder, señoras con el carácter y la personalidad suficiente para enfrentarse a los más poderosos de su tiempo, a reclamar un trono y a llevar la vida que desearon sin atender a lo que conviniera, lo que dictara la sociedad o lo que sus maridos les impusieran. Entre estas mujeres de armas tomar hay que destacar a la reina-faraón Hatshepsut, a la gran Leonor de Aquitania y a la emblemática Isabel de Castilla.

Estatua de Leonor de Aquitania en
su tumba de la iglesia de Fontevraud, Francia
Hatsehpsut (Dinastía XVIII, Reino Nuevo; murió hacia 1460 ó 1480  antes de Cristo con entre 50 y 60 años) fue nieta, hija y esposa de faraones. Hija de Amenofis I, se casó con su hermanastro Amenofis II, pues el faraón debía legitimar su poder contrayendo matrimonio con una hija de faraón (estos matrimonios rituales fueron muy abundantes en el Egipto faraónico); pero en realidad la que tenía más derechos era ella, pues él era hijo de Amenofis I y una esposa secundaria, así que muy a su pesar hubo de resignarse a ser reina consorte y esperar su momento. Éste llegó pronto, pues se quedó viuda rápidamente, de modo que se casó con un hermanastro de su marido, el futuro gran conquistador Tutmosis III, que era menor, así que ella se hizo con una regencia de ‘sólo’ 22 años. En este tiempo, Hatshepsut tomó todos los títulos faraónicos (incluyendo Señor del Alto y Bajo Egipto) excepto el de Todopoderoso, y casi siempre masculinizando su nombre y utilizando la barba ritual y el resto de símbolos reales. Claro que para hacerse con la corona (la doble corona) hubo de sobornar a los sacerdotes más poderosos, maniobrar con gran habilidad y rodearse de personajes de gran talla, como el arquitecto Senmut (seguro que también su amante) o el gran sacerdote Hapuseneb; es decir, ella estaba convencida de tener todos los derechos reales, así que intrigó e hizo lo que creyó necesario para alcanzar ‘su’ trono. Durante su reinado apenas hubo guerras y sí una enorme actividad constructora (siendo su amante arquitecto…). Se recuerda su viaje al Punt (probablemente la actual Somalia), mostrando una gran curiosidad por su flora y fauna, tan bien reproducida por sus artistas. Hatshepsut debió poseer una personalidad de hierro para sujetar las ansias del belicoso Tutmosis III, quien al llegar al poder trató de borrar la memoria de la faraona y emprendió una interminable guerra de conquista. Makhare Hatshepsut está considerada como la primera gran mujer de la Historia.

Isabel de Castilla según
Antonio del Rincón
Leonor de Aquitania (1122-1204) tenía 13 ó 15 años cuando se casó con el rey Luis VII de Francia (curiosamente las posesiones que ella heredó eran mayores que las del mismo rey); éste tenía 16 y nada más verla quedó como hechizado por la belleza y “por los vivos encantos corporales con que Leonor estaba agraciada”, según las crónicas. Viajó con su marido a la Segunda Cruzada, unos autores dicen que por empeño de ella y otros porque él no quería dejarla sola. Pero el desparpajo y la gracia de Leonor despertaron celos en Luis y, además, sólo pudo concebir dos niñas en 15 años de matrimonio. Finalmente se divorciaron (eran parientes en cuarto grado) y apenas un par de meses después se casó con Enrique II Plantagenet, con quien tuvo ocho hijos (quedó claro que quien fallaba era Luis, no Leonor), entre ellos Ricardo Corazón de León y Juan Sin Tierra. Alegre, vital y sin miedo a las convenciones de su tiempo, fue vista desfavorablemente por sus contemporáneos, que la tachaban de libertina (siempre hizo con su cuerpo lo que deseó), de mostrar moral laxa y escasa observación de los preceptos religiosos, de haber pedido y conseguido el divorcio, de haber enfrentado a sus hijos (Ricardo y Juan) contra un marido brutal que rara vez estaba en casa, de “tener conducta imprudente (…) que se burla de la dignidad real, de la ley del matrimonio y del lecho conyugal” según textos de su época; curiosamente rechazó de modo muy sonoro a otros reyes y príncipes que a punto estuvieron de hacerla suya por la fuerza. Su marido, Enrique Plantagenet, la encerró desde 1177 hasta 1189. Apoyó a Ricardo como rey y, a su muerte, hizo lo posible por llevar a Juan al trono de Inglaterra, y mientras el primero estaba en las cruzadas, ella asumió el poder de los extensos territorios familiares. Inquieta y siempre dispuesta, viajó por sus dominios e incluso ya cerca de su muerte vino a España a buscar esposa para Luis VIII de Francia (la agraciada fue su nieta Blanca de Castilla). Mecenas de trovadores (su abuelo Guillermo IX lo había sido) y de escritores, siempre manifestó una verdadera pasión por el arte y la cultura. Es asombroso que en la Plena Edad Media una mujer obtuviera tanto poder, manejara a los hombres casi a su antojo, se enredara con quien quisiera manteniendo el misterio, llevara la vida que ella misma eligió y, en fin, fuera casi siempre dueña de sí misma y de sus actos. Sin duda fue otra mujer de personalidad arrolladora, de temperamento firme y decidido que superó todos los obstáculos que la vida le puso para ser siempre Leonor de Aquitania, no la esposa, hija y madre de.

Isabel de Castilla (1451-1504) llamó la atención, en principio, por su “prudencia y virtud” y por ser una lectora empedernida. Con apenas 13 años la quisieron casar con Alfonso V de Portugal, pero ella dijo que no debido a la diferencia de edad (también rechazó al hermano de Luis IX de Francia). Finalmente, en 1469, se casó con Fernando de Aragón (que llegó disfrazado de mozo de mula, pues en aquellos tiempos cualquier pretendiente a trono podía ser apuñalado por un rival), con quien estaba prometida desde los tres años. De fuerte carácter, Isabel se enfrentó a una masa vociferante y amenazadora tras cabalgar 60  kilómetros preocupada por la suerte de su hija, que era la protegida del alcalde de Segovia; escuchó y habló a los amotinados y finalmente todo el mundo volvió tranquilamente a sus casas. Como es sabido, su empeño y determinación fueron imprescindibles para que la empresa de Colón llegara a su fin, pues Isabel estaba convencida de las enormes posibilidades del proyecto, así que desoyó a los muchos que pensaban que esa aventura era una sandez. Pero tal vez sea el codicilo de su testamento (un anexo) en el que se refiere a los indios de América donde queda patente su grandeza; se trata de una visión muy adelantada a su tiempo, una forma de pensar que hoy se da por supuesta pero que era absolutamente inusual en torno al año 1.500; en éste dice textualmente: “… y encargo y mando a la dicha princesa, mi hija, y al dicho príncipe, su marido, que así lo hagan y cumplan, y que este sea su principal fin, y que en ello pongan mucha diligencia, y no consientan ni den lugar que los indios, vecinos y moradores de las dichas Indias y Tierra Firme, ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, más manden que sean bien y justamente tratados, y si algún agravio han recibido lo remedien y provean por manera que no se exceda en cosa alguna lo que por las letras apostólicas de la dicha concesión nos es inyungido y mandado”. O sea, Isabel pide para los indios lo mismo que para los castellanos, adelantando un concepto que tardará siglos en ser promulgado.

CARLOS DEL RIEGO

domingo, 24 de febrero de 2013

DEF CON DOS REPITEN, INSISTEN, REITERAN El grupo Def Con Dos ha pasado de un verso vivaracho, costumbrista y divertido a un ripio repetitivo y cansino, tópico y predecible; eso sí, la parte instrumental es excelente, un hard-metal irresistible, tanto que a veces la parte vocal parece molestar

Def Con Dos ha perdido chispa en la parte vocal pero mantiene el volcán
 en su parte instrumental

Cuando a las rimas hip hop se les colocan bases de hard rock en España se piensa ante todo en Def Con Dos. En algún momento apodados los Beastie Boys hispanos, la banda formada entre Vigo y Madrid ha aparecido y desaparecido varias veces de escena, pero siempre ha regresado con su excitante propuesta. Su último álbum acaba de llegar al mercado con el explícito y desafiante título de ‘España es idiota’. El grupo vivió una retirada en el 99 para regresar en 2004 con ‘Recargando’, el disco que marca su viraje total desde los versos satíricos y costumbristas, desde lo ingenioso e imprevisible, hacia los totalmente políticos y sociales, hacia lo común y ordinario. En esa dirección editan los siguientes álbumes y, evidentemente, el novísimo ‘España es idiota’. El problema es que estos terrenos de denuncia política, de insulto al rico y poderoso, de puya al cura y al militar… están muy transitados, por lo que es extremadamente fácil caer en los tópicos y lugares comunes; y es que los textos de lo nuevo de DCD cabrían perfectamente en cualquier disco de Barricada de hace quince años, de Reincidentes, Boikot y otros que vienen repitiendo la misma de igual manera que hacen los cantantes melancólicos y afectados (los Alejandro Sanz o Pablo Alborán) desde los años sesenta del siglo XX; incluso esos versos de ‘España…’ pueden intercalarse entre los de ‘Recargando’ y siguientes sin llamar la atención.

Este nuevo lanzamiento de César Strawberry y sus secuaces presenta, por un lado, una parte vocal bastante vulgar, y por otro unas bases hard-rock verdaderamente excelentes, tanto que podría decirse que en algunas ocasiones las voces sobran, molestan. Así es, los engranajes bajo-batería-guitarras funcionan a la perfección, son demoledores, chispeantes, punzantes, de esos que te hacen enseñar los dientes y menear desesperadamente la cabeza mientras tocas rabiosamente el ‘guitar air’. Incluso hay argumentos para afirmar que la irresistible parte instrumental no se merece versos tan previsibles, simplistas y adoctrinadores, ni mensajes tan repetidos, maniqueos y uniformadores; no es que los políticos, banqueros, poderosos… no se merezcan todos esos insultos y más, sino que a estas alturas en que está dicho todo o casi todo, si se va por ahí, si se va a decir lo mismo, hay que buscar decirlo con algo más de talento, con un poco más de imaginación, con un poco de gracia, de chispa, y no quedarse en rimas más que predecibles. Y además, la mayor parte de las veces todo se hace en un tono declamatorio y aleccionador.

El tema que da título al álbum vuelve a insistir en lo malos que son los que mandan y lo tontos que somos todos los demás; ‘El cazador de elefantes’ es maniquea y atiborrada de tópicos y pensamientos mil veces repetidos; ‘Miedo y asco en Madrid’ llega a resultar en algún momento sonrojante, tanto por un vano intento de cantar algo parecido a un estribillo como por el atrevimiento de tratar de explicar cuestiones macroeconómicas; algo parecido a lo que pasa con ‘Deshaucio mental’, en la que arremeten contra el consumismo (por cierto, ellos también venden y tienen mucho merchandising) y aconsejan no consumir… Después de analizar las arengas y proclamas defcondosianas parece que hay que pedirles perdón por existir y por discrepar. Da la impresión de que estos Def Con Dos están convencidos de que con sus canciones pueden cambiar el mundo, y por tanto se sorprenden de que no pase nada con sus discos, de que no se les haga caso; es una aspiración surgida de la ignorancia, del maniqueísmo, del convencimiento de tener toda la razón, la única razón.

La crítica, el dardo, la mofa y la chanza han de tener gracia, inteligencia, lucidez, agudeza, de lo contrario todo se queda palabrería de bar, en reproducción machacona, en retórica previsible y aplaudida por quien quiere escuchar siempre lo mismo.
Pero, por otro lado, hay que volver sobre ello, ¡qué guitarras tan estimulantes, qué bajos, qué modo de aporrear parches!; sin la parte vocal esto es hard-rock de muy alta calidad.

Sea como sea, ante este disco se echan de menos textos tan geniales como los de ‘Ciudadano terrorista’, ‘El día de la bestia’, ‘Errores médicos’, ‘La culpa de todo la tiene Yoko Ono’, la desternillante ‘Tú si que eres tontorrón’ (“sólo tra-ta-ta talego”) o la insuperable ‘Sigo siendo heterosexual’ con versos gloriosos del tipo de “me gustan los hombres vestidos de romano (…) los besos y abrazos que se dan los futbolistas y los niños que cantan en misa”, y ¡qué decir de ideas como “¡exigimos el manteo sistemático y subvencionado de Sánchez Dragó!”.   

Def Con Dos extravió el camino cuando dejó de hacer con ingenio y se subió al púlpito para pontificar.

CARLOS DEL RIEGO




jueves, 21 de febrero de 2013

EL VERDADERO OBJETIVO DE LAS EMPRESAS QUE PATENTAN SERES VIVOS El asunto de los alimentos transgénicos parece importar poco al ciudadano entre tanta crisis (lógico), y es gracias a ese discreto segundo plano en que se han colocado las empresas del ramo (sobre todo Monsanto) que pueden llevar a cabo sus maniobras sin demasiados obstáculos. Y no repararán en medios para lograr sus fines

El objetivo final de Monsanto es el control mundial de la alimentación, no acabar con el hambre en el mundo.

La empresa Monsanto, dedicada a la investigación y producción de productos transgénicos y otras ramas de la biotecnología (incluyendo agente naranja, dioxinas…), es ante todo una empresa, y por tanto tiene como único objetivo el lucro, ganar dinero, y hará lo que sea para obtener sus fines sin atender a otras consideraciones, de modo que parece estúpido o hipócrita afirmar que Monsanto trabaja en beneficio de los agricultores y de los consumidores. Y si la consecución de aquellos objetivos económicos exige la desaparición de especies u otros daños colaterales, la empresa no vacilará lo más mínimo.

Esta compañía lleva años comprando cientos de empresas que le hacían competencia (productoras de semillas, firmas de biotecnología…) para así imponer la adquisición de sus productos al hacerse con casi todo el mercado, o sea, si no lo es ya,  debe estar muy cerca del monopolio. Por otro lado también han comprado enormes extensiones cultivables en todo el mundo, y también la producción de todo agricultor que trabaje sus productos; sus intenciones parecen evidentes. Con tales instrumentos es fácil dictar las normas y someter a todos, desde los políticos (la tarea más fácil) hasta los agricultores. Asimismo, dado su poder económico (del que emanan todos los demás), puede llevar a cabo masivas campañas publicitarias y de imagen, contratar expertos y científicos que defiendan las bondades de los productos monsantinos, alquilar los servicios de los más sibilinos bufetes de abogados para que peleen en los tribunales... Y menos mal que les pararon los pies cuando pretendieron fabricar y vender semillas ‘terminator’, estériles, que no se pueden sembrar y que obligan al agricultor a comprar grano y semilla todos los años; sin embargo, existen dudas más que razonables sobre lo que Monsanto esté haciendo al respecto en sus laboratorios. Hay que tener en cuenta que esas semillas podrían terminar por imponer ese gen de esterilidad a toda planta que caiga a su alcance, lo que significaría un auténtico cataclismo.   

Las semillas transgénicas, afirman los defensores de la modificación genética, acabarán con el hambre en el mundo, pero lo que realmente pretende Monsanto es controlar la producción de alimentos en todo el mundo, que sólo se usen sus productos (sólo los más rentables, favoreciendo así la extinción de otras variedades), con lo que se harían con un poder inimaginable. Su proyecto es patentar para que un día no haya posibilidad de sembrar si no son sus semillas. Ese día habrá alcanzado Monsanto su único verdadero objetivo: más, ganar más, sin otra consideración y pasando por encima de todo y de todos.

En Estados Unidos un pequeño agricultor compró y sembró semillas de soja patentadas por Monsanto (tal vez lo siguiente sea patentar cerdos) y guardó parte de la cosecha para volver a sembrar; lógicamente esta empresa-frankenstein lo ha denunciado, puesto que cuando se compran sus productos obligan a firmar un documento por el que el agricultor se compromete a no usar cosecha para posterior siembra. Esto es como las condiciones leoninas y las cláusulas abusivas que bancos, financieras y similares exigen al consumidor-primo con el beneplácito del legislador-tancredo. Es como si uno compra un Cd y le obligan a comprometerse por escrito a que no lo grabará para escucharlo en el coche ni a sacarlo de su casa, que no se lo pondrá a quienes no vivan en este domicilio, que en el coche debe escucharlo con las ventanillas subidas y que, de ningún modo, se atreverá a tararear en público cualquiera de sus canciones. Y es que una patente no está muy lejos del derecho de autor.

El agricultor en cuestión lo tiene fatal, puesto que los potentes organismos estadounidenses, así como firmas de la talla de Microsoft o Apple, apoyan a la gran compañía. De hecho, ésta ha ganado todos los juicios iniciados por causas parecidas.

De todos modos, parece estúpido tratar de poner otra puerta al campo, y del mismo modo que no hay forma de controlar las redes sociales, de supervisar los intercambios de archivos entre ciudadanos o de impedir que un usuario baje a su MP3 una canción si ésta está en la red, va a ser difícil que quien tiene la semilla o el grano en el saco no la esparza por la tierra. 

CARLOS DEL RIEGO




martes, 19 de febrero de 2013

EL CASO SALVA BALLESTA Cediendo a la extorsión de los violentos, el equipo de fútbol Celta de Vigo ha rechazado a Salva Ballesta, integrante del cuerpo técnico recién contratado, por cuestiones extradeportivas. Las opiniones echan chispas

Ballesta celebraba los goles con el saludo militar y nunca
 escondió sus sentimientos

El asunto del ex futbolista Salva Ballesta ha formado dos bandos perfectamente diferenciados y vehementemente enfrentados, dejando sin espacio a quien trata de entender todo el hecho en sus términos justos. La cosa es sencilla: Ballesta ha sido rechazado como integrante del cuerpo técnico del equipo de fútbol Celta de Vigo debido a su ideología y a sus manifestaciones; llama la atención que el cabeza visible de ese cuerpo técnico (el primer entrenador) haya aceptado el cargo prescindiendo de parte de sus ayudantes, algo que si no es traición debe estar bastante cerca; asimismo también resulta sorprendente que el presidente de la entidad haya cedido ante la presión de sus aficionados más radicales, que de ningún modo representan al total de la masa social del club.     

Según han afirmado en diversos medios los aficionados y simpatizantes del equipo gallego, Salva se enfrentó en más de una ocasión a la grada, tanto en Vigo como en otros estadios; también lo acusan de ideología ‘fascista’ por diversas manifestaciones.
Ballesta (Zaragoza, 1955) dijo respecto al jugador del Barcelona Oleguer “me merece más respeto una caca de perro”, refiriéndose a la simpatía manifestada por el ex del Barça hacia el etarra de Juana Chaos. Durante su trayectoria profesional expresó por activa y por pasiva su devoción por España y sus símbolos, cosa que no parece muy delictiva, e incluso subrayó varias veces que ese sentimiento es muy habitual en la práctica totalidad de los países del mundo; como hijo de militar esta posición no debe extrañar. Lógicamente está radicalmente en contra de los separatismos, en contra del Estatut y contra los asesinos vascos; en este sentido afirmó tras el 11 M, cuando se pensaba que era cosa de Eta: “dad 72 horas a los que hay que dárselas y acabarán con el problema”, reflexión que en su momento muchos pensaron y muchos manifestaron, además, no hay que olvidar que un gobierno de izquierdas (teóricamente) organizó una banda asesina para matar etarras, y que ninguno de los que hoy llaman fascista a Ballesta dijeron (o dicen) lo mismo de quienes llevaron a la práctica lo que el ex futbolista propuso en momento de calentón. En 2006 dijo que le gustaría conocer a Tejero (el que protagonizó el chusco intento de golpe de estado el 23 de febrero de 1981), algo que ha sido considerado escandaloso, pero en absoluto cuando directores de periódicos deseaban contactar con los jefes etarras o con el mismísimo bin Laden; también se puede recordar a la periodista de un importante diario nacional nominalmente de izquierdas que afirmó que todos los días se levantaba con ganas de fusilar a unos cuantos tertulianos... Asimismo manifestó Ballesta su admiración por aviadores del bando franquista y de la Luftwaffe, algo fácil de entender dada su devoción por la aviación (su padre pertenecía a este ejército).

Los que denostan al ex deportista enumeran estas acusaciones y las señalan como merecedoras del trato de fascista, sin embargo no se manifiestan respecto a lo que el propio Ballesta escuchaba por esos campos; no es ya el hijo de tal, sino los ‘Eta mátalo’ o ‘Ballesta, tiro na testa’ con que los grupos radicales (se dicen izquierdistas e independentistas, algo imposible, pues no hay más derechista que el nacionalista) le obsequiaban cuando jugaba en el campo vigués; y también es oportuno recordar los numerosos gritos e insultos contra los símbolos españoles que llevan profiriendo los ultras del Celta de Vigo desde hace años. En San Sebastián se permitió durante todo el partido una pancarta con el elocuente ‘Salva muérete’, y el ‘Eta mátalo’ se escuchó también en otros campos vascos y en Pamplona.

En el fondo del asunto subyace otra vez el derecho que se arrogan unos para insultar, menospreciar, amenazar o incluso agredir apoyados en su ideología, y la reacción violentísima que muestran cuando desde la ideología contraria utilizan los mismos términos; es decir, aquellos que creen tener derecho a la amenaza y el insulto se han acostumbrado a que todos callen ante sus improperios (incluso muchos les ríen la gracia), por lo que son incapaces de asimilar que haya quien les responda usando idéntico léxico.

Si insultar al Rey y silbar el himno es considerado libertad de expresión (por encima del derecho a escuchar), ¿cómo es que no tienen el mismo trato opiniones como del ex futbolista?

CARLOS DEL RIEGO


TODOS LOS PARTIDOS UTILIZAN LOS MISMOS RECURSOS Al igual que los futbolistas, abogados o empresarios, los partidos políticos y quienes los manejan recurren a idénticos subterfugios aunque eso signifique sortear o saltarse la ley

Todos los partidos políticos tienen idénticas estructuras y modos de funcionamiento, como las sectas

Uno de los dos partidos políticos mayoritarios en España está siendo acusado de financiación ilegal, como en otro momento lo fue el otro; además pesan sobre estas y otras formaciones sospechas de movimientos ilegales de dinero así como de nepotismo y de reparto de destinos, cargos, prebendas y favores, estando todo ello en relación directa con la cantidad de poder que el partido sea capaz de acumular.
Todos los partidos y quienes los dirigen funcionan del mismo modo, igual que todos los futbolistas recurren a la marrullería cuando el árbitro no mira, igual que todas las empresas usan de la contabilidad creativa o paralela para ingresar más y cotizar menos, igual que los abogados mienten y niegan la evidencia en beneficio de su cliente, igual que el conductor se pasa el semáforo ahora que no le ve nadie; es decir, todos funcionan de igual modo, todos usan las mismas artimañas, todos responden igual ante situaciones iguales…, no hay nada más parecido a un partido político que otro partido político independientemente de ideologías y convicciones.
Puede que haya muchos políticos honrados, al menos cuando llegan, al menos al principio. Pero pasado un tiempo se engranan en la maquinaria poco a poco, día a día, intriga a intriga, con lo que sin darse cuenta entran en ese funcionamiento viciado, tramposo, llegando a creerse que se actúa al margen de la ley ‘un poquito’, pero como el beneficio es para el partido (que es el verdadero), y por tanto para toda la sociedad, está justificado el chanchullito; y si hay quien muestra escrúpulo ante la maquinación, basta con un poco de adoctrinamiento, unas conversaciones y una sutil presión de los de arriba para acabar con cualquier vestigio de honradez. Los partidos funcionan así, un poco como las sectas: hay que hacer lo que dicen los líderes sin rechistar, sin valoraciones morales y apoyando incondicional y ciegamente las estrategias diseñadas por los expertos manipuladores. Y no hay manera de escapar a eso, puesto que si a pesar de todo alguien se resiste a plegarse a los ardides dudosos de la dirección, de un modo u otro se le coloca donde sus ojos no vean para que su corazón no sienta. Y si alguien no está en el ajo, si alguien no ha visto nada es porque deliberadamente ha mirado para otro lado. Así se mueven los engranajes de estas cofradías de pensamiento oficialista y sectario, estas agencias de colocación de afiliados que han sido superadas por la evolución de la sociedad, que han quedado más desfasadas que el sistema VHS de vídeo o la máquina de escribir, pero que se resistirán al cambio y lucharán para no perder sus cuotas de poder y mangoneo, pues aun no se han enterado de que las cosas han cambiado.
Si se demostró en el pasado que un gran partido pasó por encima de la ley en el terreno económico (y otros), y ahora los indicios apuntan a que el otro ha hecho lo mismo, es fácil deducir que todos se conducirán de idéntica manera, sobre todo si están en disposición de tomar el poder (aunque esto no es imprescindible). En fin, que si este bando recurre a esto hay que tener por seguro que aquel recurrirá a lo mismo, no porque todos sus integrantes sean iguales, sino porque la mecánica de las estructuras del partido, idéntica en unos y en otros, obliga a que todos terminen funcionando 


inevitablemente del mismo modo.
CARLOS DEL RIEGO

domingo, 17 de febrero de 2013

PAUL COLLINS, EJEMPLO DE GENIO AL QUE NO SE HACE MUCHO CASO Es una situación que se ha dado siempre: músico de gran categoría que no termina de contactar con el gran público, lo que le lleva inevitablemente al segundo plano, al cajón de los ‘malditos’ o al olvido. El neoyorquino Paul Collins es un artista con mucho talento cuyo período de fama fue injustamente corto, lo contrario que su trayectoria

Paul Collins, imprescindible del power-pop.j

En los casi sesenta años de vida que tienen el rock y el pop ha habido muchos grandes creadores que apenas han obtenido algo de reconocimiento, músicos cuya valía artística no se ha correspondido con su popularidad y niveles de ventas. Y esto ha sucedido en prácticamente todas las décadas; de este modo se pueden recordar nombres desconocidos para el gran público y apenas recordados por los grandes especialistas, como Duane Eddy, Phil Ochs, Chris Farlow, Nick Lowe, Graham Parker, Michelle Schoked, Billy Bragg y muchísimos otros, personajes que en su momento tuvieron unos minutos de gloria limitada, pero nunca alcanzaron cifras y presencia significativas ni en las listas ni en directo ni en los medios especializados. Muchos de ellos pasaron a engrosar el capítulo de ‘malditos’ o el de ‘músicos de culto’, aunque algunos ni siquiera eso. No pocos continuaron su camino en un discreto segundo plano encajando su propuesta en los circuitos de salas de pequeño aforo; los menos optaron por quitarse de los focos y poner su talento al servicio de otros; e incluso hubo quien simplemente desapareció del universo musical.
El cantante, compositor y guitarrista neoyorquino Paul Collins tuvo unos minutos de fama mundial, siendo durante unos instantes una de las puntas de la ‘new wave’ americana para, en poco tiempo, pasar a un segundo y dignísimo escalón en el terreno de las ventas, pero manteniéndose siempre en la primera división del pop-rock si se atiende sólo a la calidad artística. Su primer álbum con The Beat es un modelo, un ejemplo perfecto de cómo deben combinarse las más inspiradas melodías pop con las guitarras más enérgicas y los ritmos más contundentes para conseguir canciones absolutamente irresistibles, tanto hoy como cuando vieron la luz por vez primera (hace más de tres décadas); prácticamente todas sus canciones son singles sin discusión, pero si hubiera que elegir, impagables son ‘Rock & roll girl’, ‘Don´t wait up for me’, ‘Different kind of girl’ (pieza a la altura de, por ejemplo, Lennon-McCartney), ‘Work a day world’ o ‘Let me into yuor life’; son melodías muy pegadizas, sencillas y directas con estribillos encantadores, con un sonido poderoso y muy dinámico, ritmos casi siempre ágiles y arreglos muy guitarreros…, un trabajo ejemplar. Ese primer disco sigue estando entre los mejores de su estilo, y aunque aquel momento fue su momento, lo cierto es ni siquiera entonces alcanzó las ventas que sin duda merecía. Los siguientes mantuvieron al grupo en buena posición, pero nada más, y eso que ‘The kids are the same’ es extraordinario y el mini Lp ‘To beat or not to beat’ vuelve a regalar otros dos pares de delicias power-pop como ‘All over the world’ o ‘Always got you on my mind’.


Paul Collins Beat desaparece como grupo al terminar los ochenta del siglo pasado, aunque Paul ha mantenido la banda siempre viva al estar permanentemente de gira, recorriendo el mundo de escenario en escenario, su hábitat natural, donde se muestra explosivo y donde más lucen sus canciones. Eso sí, en solitario ha ido publicando discos en los que demuestra ese talento natural para escribir estrofas y estribillos brillantes, hechizantes, chisporroteantes, algo sólo al alcance del verdadero genio.

Curiosamente es en España donde más reconocimiento y aplauso ha obtenido; aquí se ha casado un par de veces, aquí tiene su segunda residencia y su base de operaciones para Europa, españoles son los integrantes de su banda cuando gira por el viejo continente, y en Madrid fue donde protagonizó un hecho que aun hoy se sigue recordando con verdadera emoción. Resulta que The Beat estaba en España de promoción (hicieron un play back en televisión), de modo que durante una entrevista Paul afirmó que le encantaría tocar en vivo, a lo que alguien respondió que podían pasarse por un local llamado Escalón, donde actuaban Ejecutivos Agresivos, y si les apetecía…; allí se fueron y, ante la sorpresa general, subieron al escenario y se pusieron a tocar, con instrumentos y equipo de sonido ajenos e insuficientes, sin prueba de sonido, sin contrato, sin cobrar y como teloneros de un grupo que daba su segunda actuación…, quienes allí estaban no creían lo que estaban viendo: ¡artistas profesionales improvisando una actuación, con material prestado y por amor al arte!, era la prueba fehaciente de que quien lleva el rock en el alma no necesita gran cosa para ofrecer un gran concierto.  
 
Nunca fue Paul Collins Beat (o The Beat) un gran vendedor, pero la ilusión por la guitarra, la pasión por el escenario y la confianza y convencimiento de estar haciendo buena música le proporcionan combustible de muchos octanos para continuar dando alta energía a quienes gustan de lo mejor, a los que quieren rock de verdad, no cuentos de hadas.            

(A la memoria de Javi Morán)
CARLOS DEL RIEGO





viernes, 15 de febrero de 2013

AVISOS DE LA FRAGILIDAD DE ESTE INSIGNIFICANTE PLANETA Los pedruscos cósmicos tienen a medio planeta pendiente del cielo; uno explota en el cielo y el otro pasa cerca, pero hay constancia de que otros ya han caído y, con certeza matemática, seguirán cayendo. Es otra demostración de que vivimos en un pequeño oasis permanentemente amenazado

Debe ser poco tranquilizador ver esto en el cielo; la pregunta ahora no es si caerá algo, sino cuándo caerá

Un meteorito se desintegra en capas altas de la atmósfera provocando con su onda expansiva escasos daños y cientos de heridos leves en un área bastante grande. Además, a eso de las 22 horas de hoy (15-II-13) podrá verse con prismáticos o telescopio, si las condiciones lo permiten, el paso de otro muy cercano a la Tierra; éste mide unos 50 metros, viaja a unos 28.000 km/h y, en caso de impacto, sus efectos serían como los de una bomba atómica. Y siempre está la amenaza de Apofis, otro cuerpo celeste bastante más grande (más de 300 metros de largo) que volverá por aquí en 2029 y 2036; afortunadamente la posibilidad de que éste choque contra el planeta son menos de una entre un millón, pero si por errores de cálculo o variación inesperada de su trayectoria impactara en la Tierra, alteraría la geografía, pues podría destruir un país entero. Claro que mucho peor lo pasaron los animales que ya estaban aquí a finales del período Cretácico, cuando desaparecieron los dinosaurios (por cierto, esto no explica totalmente la extinción de estos lagartos, pues los había del tamaño de una gallina y también se extinguieron, mientras otros animales del mismo tamaño sobrevivieron). Y también hay constancia de lo que se desintegró cerca de tierra en la región siberiana de Tunguska en 1908,  devastando una zona amplísima (destruyó más de 80 millones de árboles) y causó dos muertes.

Por ahí fuera hay millones y millones de pedruscos que pululan por el Sistema Solar, y aunque las probabilidades de que alguno de tamaño considerable se acerque con peligro para quienes ahora viven son ínfimas, la realidad es que tarde o temprano algo caerá y causará sus efectos, y si es lo suficientemente grande…, adiós. El que acabó con los dinosaurios sería de unos 10 kilómetros y mató a la mitad de todo lo que vivía entonces. Así pues, ¿qué pasaría si se nos viniera encima una piedra (o un trozo de metal) de 100 kilómetros de longitud?; la atmósfera, que desintegra o rompe los asteroides a causa de la fricción, no serviría de ayuda, pues cuando un extremo del bólido tocara tierra el otro aun estaría en el espacio; seguramente el planeta se rompería, lo que supondría un cierto  contratiempo para quienes vivieran.

En todo caso, lo que dicen estas indeseadas y periódicas visitas (la pregunta no es si algo caerá, sino cuándo caerá) es que la Tierra es una pequeña e insignificante mota de polvo perdida en una zona exterior de la galaxia y siempre en peligro de recibir alguna pedrada catastrófica. Por eso resultan incomprensibles la soberbia, la vanidad, el desprecio del semejante y el racismo, las ínfulas de superioridad y otros graves defectos exclusivamente humanos, porque pensándolo bien, si el planeta es una insignificancia cósmica, entonces ¿qué es y qué significa un hombre (aunque sea el más importante del mundo) a escala astronómica? La respuesta es evidente: nada, menos que un protozoo para la Tierra. En este sentido viene al pelo recordar lo que manifestaron muchos astronautas que tuvieron la suerte de ver a la vez el polo y el ecuador, pues varios (en varios años) afirmaron sentir algo único al ver la belleza de la Tierra y luego mirar al otro lado, hacia la incomprensible inmensidad, y entendieron la suerte de este trocito minúsculo de tierra y agua y de todos los que aquí están; muchos afirmaron que allí, cualquier problema, deseo o inquietud humana se ve de un tamaño microscópico.

Más vale que esto se asuma cuanto antes.

CARLOS DEL RIEGO

jueves, 14 de febrero de 2013

LA INSOPORTABLE RELATIVIDAD DE LA JUSTICIA Evidentemente no hay una Justicia, sino que hay aparatos judiciales distintos y con opiniones, valores, principios distintos, lo que hace que el mismo acto con la misma víctima y el mismo agresor tenga distinta consideración en función del lugar de los hechos y de pareceres subjetivos

Es más que probable que Pistorius no ingrese en la cárcel por matar
 de cuatro tiros a su novia.

Teóricamente la Justicia es una, objetiva e igual para todos, pero como ha de ser administrada por personas, sujetas por tanto a todo tipo de subjetividades, produce sentencias dispares para el mismo hecho, incluso dentro de la misma sociedad.

Varias casos saltan las primeras páginas estos días. El atleta Oscar Pistorius mata a su novia, un clérigo saudí a su hija de cinco años, un padre al conductor borracho que atropelló mortalmente a sus dos hijos…, y como guinda, un caso resuelto judicialmente: acusadores y defensores se han puesto de acuerdo en que un hombre que mató de 30 puñaladas a su esposa no incurrió en ensañamiento y por tanto se le rebaja la pena.

El primero, el cuatrocentista paralímpico Pistorius, contará con una cohorte de excelentes abogados que utilizarán toda la elocuencia, retórica y verborrea manipuladora para convencer al juez (o al jurado) de que, en realidad, ella fue la culpable, y su defendido no es sino una víctima. Si es considerado culpable su pena será tan nimia que no ingresará en la cárcel.

El segundo, el fanático religioso, ya ha salido de la cárcel a pesar de que ha reconocido que usó un bastón y descargas eléctricas contra la niña. En este caso, la mayor parte de la sociedad saudí está de parte del infanticida, pues allí la mujer es poco más que un animal propiedad del hombre y, por otro lado, como es un clérigo que lo hace todo pensando en Dios contará con la aprobación de los fanáticos. Seguro que no va a la cárcel.
En Texas, un conductor borracho embistió y mató a dos niños (12 y 11 años) que ayudaban a su padre a la puerta de casa; éste, viendo a sus hijos en el suelo (uno muerto en el acto, el otro poco después), cogió la pistola y descerrajó un tiro en la cabeza al doble homicida que, lógicamente, se fue casi a la vez que los niños. No es cosa de aplaudir la reacción de David Barajas (el padre justiciero), pero sí que se puede afirmar que el borracho se lo merecía. Siendo hispano lo tiene mal en USA, pero como obró con la razón oscurecida es posible que no pase más de diez añitos en la trena; además, como el borracho muerto también era hispano… Aunque no hay que olvidar en Texas rige la pena de muerte.

El último caso tiene lugar en España. Un tipo mató a su mujer de 30 puñaladas, pero tal acción no ha sido considerada ensañamiento, ya que, dicen los fiscales, el tipo quería matar, pero como las puñaladas fueron rápidas y mortales, no hay ensañamiento…, o sea, este agravante depende de si eres preciso a la hora de clavar y de lo raudo que seas manejando el cuchillo, no de las veces que lo claves; pero lo mejor es que afirma el fiscal que las puñaladas no buscaban hacer un “daño innecesario y desproporcionado”, de donde se deduce que los 30 navajazos fueron necesarios y proporcionados… Lo insólito es que acusadores y defensores están de acuerdo, por lo que le será pedida menor pena, de 23 a 17 años. Siendo el sistema español tan beneficioso para el agresor, si le caen tres lustros largos el asesino redimirá cerca de la mitad por buena conducta y trabajo, al poco tendrá permisos de fin de semana y a los cinco años más o menos estará en la calle en libertad (vigilada, condicional o como sea). Él a buscar nueva víctima, la esposa en el cementerio y los encargados de la justicia a rascarse la espalda unos a otros encaramados en sus pedestales. Jueces, acusadores y defensores se han puesto de acuerdo para buscar lo mejor para el navajero, y no le ponen una medalla y le dan una pensión vitalicia porque lo impide la crisis, que si no… ¿Y alguien se acuerda de la víctima y de sus hijos?   
       
Todo es cuestión del parecer de personas, lo que convierte la Justicia (sobre todo en casos de gran trascendencia) en una incógnita, en algo absolutamente relativo y parcial y, por tanto, desesperante, insoportable e injusto, con mucha dependencia del acaso y del que tiene la última palabra. Y si hay políticos y gentes con poder por el medio, la cosa se puede volver hilarante y a la vez indignante.

CARLOS DEL RIEGO


martes, 12 de febrero de 2013

LA DERIVA DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS HACIA LOS JUEGOS FLORALES El cada vez más perdido y manipulado Comité Olímpico Internacional tiene previsto suprimir una disciplina tan olímpica y cargada de simbolismo como la lucha grecorromana, y hacer sitio a otras como el golf. Bochornosa decisión de un organismo cada día más dudoso

Según van las cosas en el COI esto (que no está exento de mérito) podría entrar en el programa olímpico.

El Comité Olímpico Internacional da otro paso en su camino hacia la indignidad. La última que se les ha ocurrido a Rogge y su caterva de caraduras aprovechados es eliminar la lucha de los juegos tras Brasil 2016; excluir la lucha grecorromana del programa olímpico es algo así como hacerlo con el lanzamiento de disco, puesto que luchar está en los Juegos Olímpicos desde la primera edición de la que se tiene noticia, la del año 776 antes de Cristo. Sólo auténticos analfabetos olímpicos, sólo aquellos que no hayan entendido nada pueden atentar contra algo que es eminentemente tradición, espíritu propio y milenario ajeno a modas, preferencias, oportunismos, televisiones y mercadotecnia. Sin embargo la inclusión o exclusión de una disciplina en el calendario olímpico obedece a cualquier cosa excepto a cuestiones deportivas, cosa que se viene observando desde hace tiempo, pero que se ha disparado desde que el belga tomó las riendas.   

Ciertamente el Olimpismo no ha hecho más que dar tumbos, caminar como un borracho, deambular sin rumbo en los doce años que Jaques Rogge lleva en la presidencia del COI. Regatista olímpico sin paso por el podio, este cirujano se vengó de aquellas ausencias entrenándose en los pasillos, medrando por los despachos y pegándose a los jefes hasta alcanzar, uno tras otro, los diversos cajones que conducen a la medalla de oro del burócrata, la presidencia del organismo con más afiliados del planeta. Este compatriota de Tintín entregó los Juegos Olímpicos a Pekín sin valorar la situación dictatorial y de ausencia de Derechos Humanos que impone el partido único, y para ello adujo que no conviene mezclar política con deporte, lo que quiere decir que, en su momento, hubiera dado los juegos a la Sudáfrica de la segregación racial; asimismo cedió ante las cadenas de televisión para modificar los horarios, y se ha bajado sistemáticamente los pantalones ante la NBA, que se niega a que los jugadores de baloncesto norteamericanos sean sometidos a controles antidoping. Rogge calla y concede.

Y como no quiere política en los juegos (cosa imposible desde el momento en que hay himnos y banderas) prohibió cualquier homenaje a los participantes israelíes asesinados en Munich 1972, sin darse cuenta de que aquellos fueron atletas olímpicos asesinados en la villa olímpica y, por tanto, bien se merecían un recuerdo en los 40 años del terrible suceso. Demostrando mezquindad o escasez de luces, Rogge no supo distinguir entre un acto político y unas palabras en memoria de aquellos que tan rematadamente mal protegieron sus antecesores en el cargo; seguro que no deseaba molestar a los musulmanes siguiendo la estúpida política de intentar apaciguar al agresor y luego darle las gracias por que no te agrede. Eso sí, ha permitido que atletas con extremidades artificiales o asesinos (el grapo Sebastián Rodríguez) desfilen por el estadio.

Y ahora llega el camino de la vulgarización y el desalojo de los verdaderos y más auténticos deportes olímpicos para dar entrada a especialidades impuestas por la actualidad, los gustos y las exigencias del mercado y las cadenas de televisión. El primero en caer será la lucha grecorromana que, junto al atletismo (carrera, salto, lanzamiento), es la práctica más antigua y clásica del deporte olímpico, pero pronto irán otros. 
  
El programa olímpico en tres o cuatro ediciones podría estar integrado por las siguientes disciplinas: fútbol playa, voley playa, fútbol sala, gimnasia sobre patines, escalada, concurso de baile (tango, rock & roll, salsa, clásica, break dance, hip hop…), skate, BMX y patines en línea en el medio tubo, rampas, figuras…, kite surf, squash, padel, wushu y capoeira, torneo poético, certamen de performances, ejercicios circenses, aerobic, spinning… y golf. Se mantendrán la gimnasia rítmica y la natación sincronizada (que no dejan de estar mucho más cerca del baile que del deporte) por lo bien que dan en televisión, y el atletismo, baloncesto y natación porque tienen aseguradas buenas audiencias. De este modo, los Juegos Olímpicos se convertirán en unos muy bonitos y culturales juegos florales, y perderán su esencia, que es la épica, la lucha hasta el último aliento, el cuerpo a cuerpo en unos ejercicios cargados de simbolismo y consagrados por la historia, por la tradición, por el clasicismo. ¡Y qué es más clásico que la lucha grecorromana!

Los JJ OO han de tener su propia personalidad y no dejarse zarandear por las preferencias del momento, por lo que el número de deportes olímpicos ha de ser cerrado, y como mucho admitir disciplinas de exhibición. Si no es así, pronto serán una manifestación más cultural que deportiva, con lo que llegará un momento en que se impondrá lo artístico, de modo que será medalla de oro quien ejecute de modo más bonito su ejercicio, algo que ya no es deporte. 
                     
CARLOS DEL RIEGO

domingo, 10 de febrero de 2013

ESTRELLAS SIN ESTRELLA. CADÁVERES NO MUY BIEN PARECIDOS En escena y ante los focos eran estrellas del rock con todo su encanto, pero cuando volvían a casa eran básicamente infelices, les perseguían las desgracias o no eran capaces de vivir con un mínimo de orden. Dentro de la larga lista de rockeros muertos, Roy Orbison, Ian Dury alcanzaron la madurez combinando el éxito con la desgracia personal, mientras Ian Curtis apenas tuvo tiempo de nada, sólo de convertirse en mito



Ian Curtis, el malogrado cantante de Joy Division.
La historia de la música pop y rock está plagada de artistas muertos prematuramente; según un estudio publicado hace unos años, más de mil músicos y cantantes de renombre dentro del universo rock dejaron este mundo antes de tiempo. Las causas son variadas, aunque una importante mayoría se fueron a causa de los excesos, drogas y alcohol sobre todo; accidentes de todo tipo, asaltos, suicidio, enfermedades y desgracias varias completan la larga lista de ‘pretextos’ utilizados por los muertos del rock para irse (el último en incorporarse a ella es Reg Presly, de The Troggs, que dejó para siempre ‘Wild thing’ y ‘Love is all around you’, entre otras). Durante los años del punk y siguientes cundió la frase “vive deprisa, muerte pronto y tendrás un cadáver bien parecido” y, desgraciadamente, tanto antes como después de acuñarse dicha consigna muchos siguieron el consejo, la mayoría sin pretenderlo. Brillaron mucho durante muy poco tiempo y con eso les sirvió para tener un cadáver (o sea, un recuerdo) siempre cargado de atractivo. Pero también hay otro tipo de caídos por la causa, están los que vivieron una vida de estrella sobre el escenario y de padecimientos y calamidades lejos de los focos, como Roy Orbison e Ian Dury, y también los que apenas tuvieron tiempo de brillar en vida pero se convirtieron en iconos tras su adiós definitivo, pues fue entonces cuando se entendió y difundió su valía, como Ian Curtis, de Joy División.



Roy Orbison (1936-1988) estuvo en esto del rock desde el primer momento, pues fundó su primer grupo con apenas 13 años y en 1956 (cuando el rock atisbaba su primera luz) ya saboreó el éxito con ‘Ooby dooby’. Durante los cuarenta años que estuvo en el escenario (con mayor o menor repercusión pero siempre con gran reconocimiento de otros artistas) Roy regaló rock & roll y rockabilly, pop, rock y canción melódica con una clase excepcional, con un gusto delicioso, un estilo inconfundible y una voz alta, fina y cristalina. ‘Only the lonely, ‘Oh pretty woman’ o ‘You got it’ son algunos de sus muchos títulos imperecederos. Aquejado de problemas en la vista, Roy vivió los años sesenta entre el triunfo profesional y la catástrofe personal: en el 66 su primera mujer murió en accidente de tráfico y poco más de dos años después se incendió su casa mientras él estaba de gira, muriendo entre las llamas dos de sus tres hijos, uno de nueve y otro de seis años. Su familia se desintegró pero él siguió poniendo buena cara (el espectáculo debe continuar) hasta que a finales de los ochenta, cuando había vuelto al estrellato (dentro del supergrupo Travelling Wilburys), el corazón le falló. En diciembre de 1988, tras cumplir su agotadora agenda promocional en la que quedó patente su deteriorado aspecto, murió de un fulminante infarto.

Ian Dury (1942-2000) lo tuvo mal desde niño. Contrajo la polio a los siete años cuando se bañó en un estanque contaminado; tras larguísima convalecencia se quedó raquítico y con brazo y pierna izquierdos casi paralizados. Como solía ser, padeció todo tipo de burlas, acoso y maltrato en todos los colegios donde fue matriculado, donde sus compañeros lo tenían como al último mono; en los internados el pobre Ian debió pasar las de Caín, recibiendo palos y humillaciones a diario por ser el más débil y el de más fácil menosprecio. Todo ello lo convirtió en un tipo amargado y con más taras y minusvalías morales que las que mostraba su físico. Pero tras infinitos avatares y adversidades (como que cuando iba a publicar su primer disco quebró la discográfica) alcanzó el triunfo con canciones extraordinarias, llenas de intensidad, descaro, personalidad, rabia, intención, con ambientes de pub-rock, punk y new wave; ‘Hit me with your rythm stick’, ‘Sex & drugs & rock & roll’, ‘Sweet Gene Vincent’, ‘Wake up and make love with me’ son una muestra de su larga lista de grandes canciones…, aunque él solía afirmar que sólo había escrito siete buenas letras. Mientras, su vida cotidiana era cualquier cosa menos feliz y satisfactoria, pues bebía y se ponía agresivo, pegón, malvado, rabioso, frustrado, brutal, golpeaba a su compañera (a todas las que tuvo) y faltaba, insultaba y se metía con todo el que se le ponía por delante (entonces su bastón era un arma), de modo que más de una vez se llevó un buscado puñetazo. Al final se tranquilizó, el cáncer que se le diagnosticó disipó su amargura y, afirman, cambió su humor. Su vida intensa, dolorida y luminosa al tiempo, terminó tranquilamente, serenamente en su casa en marzo de 2000. Dicen que acababa de iniciar una autobiografía, pero sólo escribió el escueto comienzo: “Hola zoquetes”.

Ian Curtis (1956-1980) padecía epilepsia con fuertes convulsiones y espasmos (a veces en pleno concierto), pérdidas de conocimiento, depresión, agorafobia (miedo al desamparo, temor al propio miedo), sufrió tratamientos médicos inadecuados y varios intentos de suicidio. En plena efervescencia punk formó el grupo Warsaw, que aunque no era punk sí utilizaba recursos punk y también poseía la energía rabiosa del género. Luego, con Joy Division, alcanzó la plenitud artística. Con la voz siempre grave y profunda de Ian, el grupo hablaba de desesperación, abandono, pesimismo, oscurantismo, desánimo, amargura.., jamás un atisbo de alegría o ilusión. Sin embargo, las canciones de Curtis en Joy Division resultan apasionantes, hipnóticas, impactantes, únicas, inconfundibles, inimitables y mil veces imitadas. Sólo publicó dos discos (el segundo póstumo) y sus éxitos comerciales llegaron tras su muerte, sobre todo con la bellísima y descorazonadora ‘Love will tears us apart’; además, piezas como ‘Heart & soul’, ‘Decades’, ‘Atmosphere’ o ‘She´s lost control’ siguen asombrando y estremeciendo por su singularidad, su oscuridad, su romanticismo desesperado y tortuoso. En mayo de 1980 estuvo viendo la película ‘Stroszek’ del alemán Werner Hertzog (que trata de un artista que se suicida), luego puso el disco ‘The Idiot’ de Iggy Pop y acto seguido se ahorcó en la cocina de su casa con la cuerda de tender. Sus enfermedades y la separación de su mujer Deborah fueron, oficialmente, los detonantes de la fatal decisión que, en realidad, es la de los románticos más clásicos.
No todo es vino y rosas en el mundo del rock. 
       
CARLOS DEL RIEGO

jueves, 7 de febrero de 2013

UN JUEZ LEGITIMA LAS AMENAZAS E INSULTOS DE GORDILLO Ya hay pocas cosas con las que un juez pueda sorprender al emitir sus fallos o al intentar explicar disparates como el que acaba de protagonizar un tal Pasquau, que ha archivado la denuncia contra el alcalde de Marinaleda tras las coacciones, amenazas e insultos que el tal Gordillo protagonizó durante una jornada de huelga

La coacción es delito según el Código Penal,
pero algunos jueces relativizan el acto y la ley.

Otro auténtico fenómeno, otro ingeniero que se cree el más estupendo, otro juez que encuentra el modo de retorcer el sentido de las palabras, de distorsionar el significado de una acción y unas amenazas para emitir fallo contra toda lógica. Este funcionario se llama Pasquau y ha tenido a bien afirmar que los hechos realizados por el alcalde fascistoide de Marinaleda están justificados por el derecho de huelga.

Queda probado que el politicastro irrumpió en un establecimiento amenazando con que si no cerraban “tiramos todo lo que hay por ahí … Me has entendido ¿no?”, cosa admisible según el magistrado porque fue en Mercadona, que tiene mucho volumen de negocio; es decir, dependiendo de dónde se amenace el acto es o no delito. Así, si un piquete se presenta amenazante en un juzgado para que jueces, fiscales, abogados y funcionarios dejen de trabajar utilizando las mismas palabras que en el supermercado ¿tendría la misma consideración?   

Además, el político en cuestión, que se cree iluminado por la única verdad y por tanto legitimado para pasar por encima de las leyes que a él le parezcan, insultó en una oficina y amenazó en otro establecimiento diciendo “la próxima vez echaremos a todo el que esté dentro. Por las buenas o por las malas”, entre otros acciones similares. Siempre acompañado por una numerosa, aguerrida y vociferante escolta. ¿Qué hubiera fallado el juez si todo lo hubiera protagonizado, acto por acto y palabra por palabra, un grupo de extrema derecha? Por cierto, ¿no existe el derecho a trabajar incluso en día de huelga?

El Código Penal señala como delito en el artículo 315.3 “coaccionar a otras personas a iniciar o continuar con una huelga”. Aquel juez (como tantos otros de infausto recuerdo y cuyas acciones o inacciones produjeron daños irreparables), ha buscado la manera de legitimar acciones recogidas expresamente en el Código Penal. Su principal argumento es que los actos se produjeron en el ámbito de una huelga general, lo que viene a significar que ese día las leyes se vuelven laxas y no hay que hacer mucho caso de ellas.

Si las acciones intimidatorias y amenazantes del alcalde y diputado son legitimadas por personajes como aquel juez, no podrá extrañar que empiecen a proliferar los altercados de este tipo; cualquiera que piense que este comercio, aquella gasolinera o esa empresa ‘explota a los trabajadores’, o que los motivos para el asalto y la amenaza son muy loables tendrá precedentes legales para irrumpir e insultar amparado por la ley; y si eso se legaliza se estará a unos centímetros de la violencia (se ha descubierto una bomba casera en la Catedral de la Almudena de Madrid que, se cree, fue puesta por los antisistema, que sólo han ido un pasito más allá que Gordillo, sólo han dado el siguiente paso).     

Hay que recordar que la mayoría de los jueces de Alemania justificaron los asaltos a las tiendas de judíos durante el nazismo (o miraron a otro lado), y muchos utilizaron argumentos relativistas, como el que ha utilizado este arbitrucho miope. No hay comparación posible entre unos y otros actos, pero sí en la búsqueda de los argumentos necesarios para llegar a la conclusión deseada. Y esto se puede hacer con la conciencia tranquila, sin tener sensación de estar obrando mal. En los dos casos. Pero ningún hombre (incluyendo jueces y alcaldes) tiene la verdad en exclusiva.

Este magistrado del tribunal andaluz ha echado otra palada más al saco del descrédito de su oficio, que rebosa casi tanto como el de los políticos. Cuando un juez ha de emitir sentencia hay que esperar cualquier cosa, incluso los torpes intentos de explicar lo inexplicable con sutilezas, argucias de leguleyo, interpretaciones subjetivas y arbitrarias. No son pocos los jueces que provocan indignación y sonrojo.  

CARLOS DEL RIEGO