domingo, 30 de diciembre de 2012

JOEY RAMONE TIENE RAZÓN: ‘EL ROCK & ROLL ES LA RESPUESTA’ El inolvidable cantante de Ramones lanzaba en 2012 su segundo álbum póstumo, un disco que aprovecha grabaciones inéditas y que vuelve a provocar un furioso torrente de emociones

Joey Ramone con su inseparable cazadora de cuero, la misma que exhiben los que aparecen en el vídeo de al lado.

Sí, hay gente en todo el mundo que se emociona sólo con escuchar su voz (la Red permite saber esto), pero luego es el rock, su música la que penetra en el pensamiento y en el corazón, invade hasta el tuétano y crea un lazo invisible, eterno, indestructible con aquel tipo larguirucho y desgarbado, con problemas sicológicos y de salud endeble, pero que en escena o ante un micro era Joey Ramone.

‘Ya know’ es el título del segundo disco en solitario del que fuera cantante de uno de los grupos más influyentes, significativos y emblemáticos de la historia del rock, Ramones. Se trata de un álbum con 15 canciones cuya voz había grabado el bueno de Jeffry Hyman (1951-2001) desde finales de los setenta del siglo XX; eran voces que habían sido descartadas, registros que por una u otra razón nunca salieron de los archivos de los estudios de grabación. Dos de sus viejos amigos, Ed Stasium y Jean Beauvoir, que fueran productores de Ramones, se encargaron de recopilar y de realizar todo el trabajo. Luego, algunos de sus viejos colegas le rinden homenaje participando en un disco que nadie que alguna vez gritara ¡hey ho, let´s go! debe perderse.
Ya desde el comienzo este álbum pone la carne de gallina, provoca estremecimiento e incontenible emoción. La personalísima voz de Joey y unas preciosas melodías atrapan desde la primera nota, y luego el oyente va reconociendo armonías, guitarras, caña…, a veces resulta más Ramones, otras es puro Joey, empatía, química, alma. Los que hayan conseguido construir ese puente personal con Joey y con Ramones disfrutarán cada segundo del álbum, los que los tengan como a otro grupo más, otro cantante más, vibrarán más con unas canciones que con otras.

‘Rock & roll is the answer’ (El rock & roll es la respuesta) es un canto, un himno, un tema que se te echa encima sin darte cuenta y que resume una gran verdad, y si alguien tenía que decirlo, nadie mejor que Joey. ‘New York City’ retrata a las gentes de su ciudad y posee un algo mágico. ‘I couldn´t sleep’ y ‘What did I do…’ son puro rock & roll y puro Ramones. ‘Waiting for the railroad’ es otra maravilla, otra delicia. ‘Party line’ es mucho más pop y muy al estilo de los inolvidables medios tiempos de Ramones. También está una versión del ‘Merry Christmas…’ de Ramones en plan acústico, resulta hermosa y muy sugestiva. En ‘Make me Tremble’ aparece muy cercano, tanto que da la impresión de que uno puede tocarlo, de que Joey está ahí mismo, al alcance de la mano. ‘Cabin feber’ es muy sólida, muy hard…

Murió Joey Ramone  en 2001 y Ramones dejaron de existir en 1996, pero ni uno ni otros han perdido presencia, sus influencias son evidentes, sus canciones ganan y adquieren más valor con el paso del tiempo y, sin la menor duda, su leyenda crece y crece; y hay que recordar que sus camisetas aparecen en cualquier situación, en cualquier ambiente, en cualquier parte del mundo aunque quien la porte no sepa quiénes son esos tipos. Murió prematuramente, sin cumplir su deseo de ver a Ramones en R & R Hall of Fame (entró meses después), sin ver en la calle su primer disco en solitario ‘No os preocupéis por mí’, sin hacer las paces con su compañero Johnny (20 años sin hablarse). Estén donde estén, podrán volver a darse la mano, llamar a Dee Dee y contratar a cualquier batería que haya por allí (seguro que Keith Moon vendría de maravilla). Y ya está, todo listo. “¡One, two three, four!”.

Sí Joey, el rock & roll es la respuesta. A veces la única. 

CARLOS DEL RIEGO

sábado, 29 de diciembre de 2012

HIGGS, EL BOSÓN, DIOS Y LA PARTÍCULA Eso del Bosón de Higgs es una de las noticias científicas del año, pero lo bueno del caso es que ha sido utilizado por algunos que no creen como demostración de que Dios no existe, y por algunos creyentes como evidencia de que Dios existe

Peter Higgs ante la demostracción teórica de la existencia del bosón de Higgs.

Estas cuestiones de Física teórica y experimental son verdaderamente complicadas. Este año se ha demostrado (aunque parece que no de modo absolutamente irrefutable) la existencia del bosón de Higgs, que es algo así como “el intermediario presente en todas partes del universo que hace que las partículas tengan masa, el cemento que permite a otras partículas elementales, como los quarks, organizarse y formar cuerpos como los electrones, neutrones y protones, que componen el átomo y, por tanto la materia’. Pero más allá del descubrimiento, interesa también la controversia que ha suscitado el mismo, puesto que muchos le han llamado ‘la partícula de Dios’, cosa que al científico Peter Higgs no le ha hecho ninguna gracia, puesto que tal cosa puede llegar confundir ciencia con religión.

Por un lado están algunos grupos de evangélicos que están utilizando el bosón para, erróneamente, demostrar la existencia de Dios. Sin embargo, si tal cosa se pudiera demostrar sería el fin de la fe, ya que si hay evidencia no hace falta creer, sólo comprobar, y si fuera posible verificar que Dios está ahí, el hombre dejaría de ser tal, ya que al sentir la certeza matemática de la permanente vigilancia divina, actuaría siempre en el mismo sentido, perdiendo la capacidad de elección, la libertad de decidir entre hacer bien o hacer mal.

Y por otro lado, muchos científicos han usado el descubrimiento como base para negar la existencia de Dios. Pero como el propio físico británico ha dicho, un científico puede ser creyente, “sólo hace falta no ser dogmático”, o sea, fanático. En este sentido está su análisis crítico de la obra del biólogo Richard Dawkins (‘El espejismo de Dios’), un comentario en el que reprocha a los furibundos antirreligión ser tan fanáticos como los fanáticos religiosos; o sea, Dawkins, que ataca a los fundamentalismos, no es consciente de que él mismo se ha convertido en fundamentalista del ateísmo (¡cómo si no gastaría tanto dinero en una campaña publicitaria contra la fe!), y eso es lo que Higgs censura al biólogo. Asimismo, en este saco de los empeñados en demostrar lo indemostrable está el prestigioso Stephen Hawkins, que este mismo año (2012) publicó una obra en la que pretendía probar científicamente que Dios no existe. Su argumento se basa en la teoría del Big Bang y aduciendo que como antes de este gran estallido no había materia, tampoco había tiempo, y por tanto sólo había nada, y si no hay tiempo ni materia no es posible la existencia, y por tanto Dios no existe; el razonamiento falla desde el principio, pues el Big Bang es una teoría indemostrada e indemostrable (por no añadir que tal vez este Big Bang nuestro no fuera el primero, o que se estén produciendo ahora mismo más estallidos de estos lejos del alcance de los más potentes radiotelescopios). Además, parece un ejercicio de soberbia querer meter en una mente finita, como la humana, conceptos y dimensiones que tienden al infinito.

En fin, que sólo los fanáticos y los ignorantes (aunque sean eminencias científicas) pueden buscar pruebas a favor o en contra de la existencia de Dios; he hecho, la postura más correcta desde un punto de vista científico es el agnosticismo, o sea, admitir que no se puede constatar nada al carecer de la más mínima prueba en un sentido o en otro y, en consecuencia, el científico riguroso que habla desde la ciencia no se puede pronunciar.

Sea como sea las declaraciones del científico del año ponen los puntos sobre las íes y una dosis de cordura en una controversia irresoluble como es el pretendido enfrentamiento entre ciencia y religión, que es como querer enfrentar a un equipo de baloncesto contra uno de rugby, cada uno con sus reglas y su balón: un imposible, un absurdo.

CARLOS DEL RIEGO

viernes, 28 de diciembre de 2012

ROJOS FAMOSOS DE ESTADOS UNIDOS: PERFECTOS HIPÓCRITAS Grandes personajes como Chomsky u Oliver Stone insultan y despotrican contra su país, contra occidente, contra el capitalismo, pero viven muy bien y con plena libertad en su país, se aprovechan de todo lo que les da el mundo occidental y su modo de conducirse no puede ser más capitalista. La conclusión es simple: sus palabras están en total contradicción con sus hechos, cosa que se llama hipocresía

Una de las casas del marxista y revolucionario Sean Penn.

¿Qué tienen en común Oliver Stone y Noah Chomsky?, ¿Y Sean Penn y Tim Burton? La respuesta es más que fácil, es evidente, obvia: todos son perfectos hipócritas, o sea, personas que dicen una cosa y hacen su contraria, que manifiestan unas ideas pero practican las opuestas. Todos ellos se dicen de izquierdas, todos son estadounidenses antiamericanos (anti USA) y anticapitalistas, pero ninguno renuncia a las comodidades del capitalismo, ninguno prescinde de sus mansiones y sus viajes por todo el mundo en primera clase, y ninguno renuncia a la libertad que las democracias occidentales le proporcionan, esa libertad que permite criticar ferozmente al lugar que proporciona dicha libertad.

Cada uno de ellos tiene su casuística, evidentemente, pero en lo que coinciden todos ellos es en proclamarse socialistas, anarquistas, marxistas…, pero viven como auténticos burgueses capitalistas muy acomodados, y ni por asomo se podría esperar de ellos que hicieran algo que demostrara algo más que ese izquierdismo de boquilla, nominal; es decir, para ser marxista hay que renunciar de modo ineludible a la propiedad privada (es el abc del Manifiesto Comunista), pero de eso nada de nada, y así con las otras modalidades izquierdosas.

El cineasta Oliver Stone (algunos de cuyos filmes son sensacionales) disculpó a los terroristas del 11-S y culpó de los ataques a los empresarios, sobre todos los de los medios de comunicación y el cine, a los que acusa de “controlar la cultura y las ideas”; no extrañará, por tanto, que en su país haya sido tildado de “idiota intelectual e idiota moral”. Asimismo también es conocido como ‘Paranoia Stone’ por su desprecio a la historia y a la realidad y por encontrar a los culpables de todo en el mismo sitio, demostrando que vive en un maniqueísmo palurdo y fascistoide. Lo de su hagiografía de Fidel Castro es sonrojante incluso para simpatizantes de partidos de izquierda, pues pasa por alto minucias como los fusilamientos, los presos políticos, el acoso al discrepante… Por cierto, su excelente película ‘JFK’ es eso, una película, en la que se combinan hechos históricos con fantasías y elucubraciones, baste recordar que existe una refutación minuciosa, rigurosa y muy detallada de casi todas las escenas de este filme (a cargo de David Reitzes).

Mucho mayor empaque intelectual tiene el lingüista Noah Chomsky, cuyas aportaciones lejos de la política son (como en el caso anterior) más que meritorias. Para empezar es un crítico implacable con el capitalismo, pero no renuncia a ninguno de los privilegios del capitalismo, se dice anarquista y socialista pero no abandona sus propiedades ni dimite de los beneficios de la sociedad capitalista. Es beligerante con Israel por sus actitudes agresivas y extremadamente violentas (cosa cierta) como lo fue contra la guerra de Vietnam (con razón) pero nunca ha levantado la voz contra los actos violentos de los enemigos de Israel ni contra cualquier tipo de terrorismo. Asimismo, de sus múltiples escritos se deduce fácilmente que, si de él dependiera, prohibiría las ideas y los partidos ajenos a su propia ideología (como han hecho siempre los dictadores). También suele proponer al público que se movilice y obligue a los poderes fácticos a cambiar leyes según preferencias y momentos, pero existe el problema de que esos grupos movilizados carecen de legitimidad, algo que sólo proporcionan las urnas, las elecciones democráticas; así, si él y el grupo por él movilizado quieren cambios deben jugar con las reglas existentes, o sea, formar partido, presentarse, ganar y, finalmente, cambiar lo que crear que hay que cambiar (respetando la Constitución, claro); pero como todo fanático (sea violento o no), se cree con derecho a saltarse las reglas que desee. Afirma admirar el Kibutz (especie de comuna igualitaria integrada por pequeños grupos en torno a la agricultura que hubo en Israel y en los que no existía la propiedad privada; hoy no tienen nada que ver con lo que fueron), pero nunca se supo que se fuera a vivir a uno y, en todo caso, es esa una modalidad regresiva, muy al estilo del aborrecible Pol Pot. Ha escrito valiosas reflexiones antiglobalización (acertadamente), pero sigue sin enterarse de quiénes son los culpables, pues está convencido de que son las empresas cuando en realidad son los políticos, que deberían ser los encargados de parar los pies a las empresas (es como si se culpa al futbolista de hacer una falta que no se sanciona, pues quien debe sancionar es el árbitro)      

Sean Penn o Tim Burton son otros americanos que se sienten de izquierdas. El primero es un adorador de Chávez y Castro; es un tipo violento (que se lo pregunten a Madonna) y terriblemente voluble (se casó, se divorció, anuló el divorcio y finalmente abandonó a su esposa) que se define como marxista y revolucionario, pero vive con un auténtico millonario. Tim Burton, autor de películas verdaderamente excelentes, dijo en cierta ocasión que vino a Europa a promocionar una de sus producciones que lo que más le molestaba era dar la mano a políticos de derechas…, cuando su modo de vida no puede ser más conservador y derechista. De hecho, todos estos presuntos ‘rojos’ de Estados Unidos están en la práctica bastante más a la derecha que la mayoría de políticos de derecha democrática de Europa.

Parece sorprendente que alguien de la profundidad intelectual de Chomsky aun no haya entendido la esencia de la democracia, aunque no llama la atención que Stone o Penn piensen que la democracia es el pensamiento único.

Son ese tipo de personajes que se creen dueños de la verdad total, y por tanto tienen derecho a imponerla por la fuerza (estilo Hitler o Stalin), de modo que estarían encantados de prohibir los partidos e ideas políticas diferentes a las suyas, ya que están convencidos de que son las únicas que deben tener las personas…, no acaban de comprender (pues tienen ante sí ese muro infranqueable que es el fanatismo) que eso es precisamente la propiedad definitoria del fascismo. 

CARLOS DEL RIEGO

jueves, 27 de diciembre de 2012

EL ROSTRO PÉTREO DE POSADA Y SUS ‘PEQUEÑECES’ Es presidente del Congreso y media docena de cargos más; gana casi 190.000 al año y, claro, moviéndose en esas cantidades le parece cosa pequeña unos miles más o menos. Tiene tanta cara como toda esa pasta en monedas

Esta especie de heliogábalo se cree con derecho de pernada sobre los dineros públicos.

La última mamarrachada de politicastro indigno la ha protagonizado el presiente del Congreso, Jesús Posada, que ha desvelado varias ideas que indican a la perfección ese modo de pensar que tienen los que están montados en el carro del privilegio, convencidos de que están ahí prácticamente por gracia divina, y que antes que pedirles cuentas hay que agradecerles el enorme sacrificio que hacen por todos los contribuyentes. Para empezar, bien estaría preguntar a todos ellos por qué han entrado en política, y seguro que la mayoría contestaría que “por amor a la patria” o “por servir a la ciudadanía” (se puede hacer la prueba cuando se tenga alguno cerca); si lo hacen por amor pero cobrando hay que recordar que dar amor a cambio de dinero tiene nombre: amor mercenario, prostitución; y si están para servir al ciudadano no podrán hacerlo correctamente gastándose tan alegremente el dinero público y con tanto desprecio como para llamar ‘pequeñeces’ a lo que para muchos es el sueldo de meses.

El tal Posada (¿Posada?, con las cantidades que maneja más parece Hilton) ha dicho que lo importante es ‘hacer buenas leyes, no si se gasta un poquito más o menos’, pero no se entera (como todo aquel que lleva más de ocho años en política) de que eso que para él es un poquito procede del esfuerzo de muchos miles de sueldos base, y que si es tan pequeño, tan despreciable eso que se gastan sin pestañear, pues que lo repongan de su bolsillo; es curioso, hay veces que cabe la pregunta ¿en qué se gastarán su sueldo?, ya que perciben dinero para viajes, tienen coche y chófer a cargo del erario, dietas de todo tipo, complementos por vivir fuera de Madrid y también por vivir en Madrid, y así sucesivamente. Asimismo afirma sin sonrojarse el individuo en cuestión que ‘no hay que contar todo, que la transparencia no va por ahí’, sin darse cuenta de que se está hablando del dinero de los ciudadanos que, por tanto, tienen todo el derecho a saber qué es lo que se hace con cada céntimo, es más, de político decente y fiable (rara avis) sería ofrecer las cuentas al céntimo de modo voluntario, y dejarlas a la vista de todo ciudadano que quiera ver en qué se ha gastado su dinero.

Este ‘Hotel de Cinco Estrellas’ que preside el Congreso, por otra parte, muestra un rostro verdaderamente pétreo, granítico, cuando dice que no es importante cuánto cuestan las delegaciones parlamentarias puesto que lo que interesa es saber si son útiles o no; o sea, que lo importante es si el bolígrafo escribe bien o mal, no si ha costado uno o un millón de euros, de modo que si escribe bien está justificado el millón que costó. Demencial. Además, como lo de que sean útiles esos viajes parlamentarios es absolutamente subjetivo e indemostrable, y como en todo caso serán ellos quienes valoren tal cosa, ya hay justificación para dilapidar parné público.

Pero la salida de pata de banco de esta especie de árbitro de diputados no termina ahí, puesto que con todo el cinismo del mundo deja claro a todos y sin sofoquina su profundidad moral; esta pomposísima y costosísima hostería se queja de que los políticos cobran entre un 12  y un 17% menos que hace cinco años. Eso habría que verlo y contarlo con calculadora y sin las triquiñuelas que suelen utilizar los que se dedican a tan dudosa actividad. Pero claro, no es lo mismo perder un 17% de 100 que de 10. Este personajillo con aires de lechuguino y aspecto de heliogábalo, además de presidente del Congreso también lo es de la Diputación Permanente, de la Mesa del Congreso y de la Junta de Portavoces, es diputado por Soria y pez gordo del partido, ingresa por cada concepto y recibe complementos mensuales por presidir el Congreso y como miembro de la Mesa, y se lleva pingües cantidades en concepto de gastos de representación y otro tanto como gastos de libre disposición (y seguro que todavía hay algún que otro conceptillo que suma unos cuantos pavos más). Sea como sea, este amantísimo Padre de la Patria  recibe al año casi 190.000 eurazos, parte de los cuales están exentos de tributación; por cierto, dicen que no cobran extra de Navidad, pero perciben 14 pagas al año (rostro rocoso). En fin, que el amor de este tipo sale francamente caro. Parece evidente que lo de llamar ‘pequeñeces’ a unos pocos miles de euros jamás lo diría si salieran de su bolsillo particular (si es tan poco ¿por qué no es así?) y, de ningún modo, si cobrara 800 al mes.

Por último asegura que “el porcentaje de políticos corruptos es pequeño”, sin embargo, el concepto de corrupción no debe quedarse exclusivamente en lo penal, sino que se puede ser moralmente corrupto sin incurrir en delito, y todo indica que tal es el caso. Además, todo el que lleve más de ocho o diez años en política (a costa del erario) se ha convertido en corrupto, pues pasado ese tiempo el político tiene como fin único y exclusivo la política, no el beneficio del ciudadano y el país del que cobra, con lo que está cobrando sin dar a cambio nada, y eso es otra forma de corrupción.

Resulta incomprensible que a esta carísima Posada (que debería recibir inspección de Hacienda y Sanidad) no se le caiga la cara de vergüenza, algo que demuestra que, evidentemente, no tiene contacto con el suelo, con la realidad. Debería pasar un añito cobrando mil al mes y teniendo que pagar todo con esos mil, sin complementos, ni dietas, ni extras, a ver si entonces le parecerían tan ‘pequeñitos’ esos miles gastados en el viaje.
Por cierto, la principal defensa de esta casta es decir que “eso es demagogia”, pero claro, dame 190.000 al año y llámame lo que quieras.

CARLOS DEL RIEGO


lunes, 24 de diciembre de 2012

LA ASCENDENCIA Y CAIDA DEL POP ESPAÑOL Durante la década de los ochenta del siglo pasado el pop-rock español vivió sus momentos de esplendor, pero por causas diversas ha terminado en la situación depresiva en que hoy se encuentra

Hubo un tiempo en que el pop español ocupaba las mejores horas de la televisión.

Hay actualmente profesiones y sectores profesionales que están al borde del KO, igual que el boxeador que ha recibido un golpe nítido y está groggy, aturdido y con las piernas de trapo, tambaleante y desconcertado, sin saber por dónde le vienen los golpes y, lógicamente, sin tener la mínima idea de cómo solucionar los problemas que le dejan sin defensa. Estos sectores son los que a la situación de crisis generalizada añaden una recesión específica; por ejemplo la prensa de papel, el cine en la sala o la industria del pop español, que actualmente está instalada en una depresión inmovilizante. ¿Cómo se ha llegado a la situación desesperada en que viven la mayoría de los músicos que hace unos pocos años siempre tenían trabajo?

La cosa comienza cuando irrumpe la nueva ola y la movida madrileña, momento que se puede situar en los primerísimos años ochenta del siglo pasado. Aquello tuvo tal potencia, tal grado de penetración entre el público, tal presencia en la vida no sólo cultural de España, que todos los ayuntamientos (grandes y pequeños) llegaron a la conclusión de que para que sus fiestas patronales fueran de postín había que traer a uno (o dos o tres) de los grupos emblemáticos de la movida; eso daba prestigio, el nombre de la población aparecía en los medios y la actuación atraía gente desde muchos kilómetros. Y para conseguirlo los alcaldes y concejales encargados de fiestas estaban dispuestos a pagar lo que se les pidiera (¡qué fácil es gastar el dinero público!) para que el grupo tal actuara en su municipio, para que algo de la movida pasara por su pueblo o ciudad; los managers y representantes de los artistas, que nunca han sido tontos, pidieron y pidieron, presentaron cachés disparatados, honorarios descabellados, con la sorpresa (alguno así lo manifestó) de que los dirigentes municipales aceptaban los precios a la primera y sin rechistar, de modo que siguieron subiendo las cantidades. A la vez, las cifras de ventas iban viento en popa. Se puede afirmar que a mediados de los años ochenta del siglo XX el pop español estaba en la cima, había pasado de la clandestinidad a los mejores horarios en televisión, de ser música para unos pocos a que todo el mundo tarareara los grandes éxitos, a vender cantidades asombrosas, a sonar en vivo a diario por toda España.

Pero ya entonces no todo eran buenas noticias, pues paralelamente los empresarios privados apenas podían contratar, ya que eran incapaces de competir con la concejalía de fiestas, de modo que si querían conciertos de grupos de la movida (y no sólo de la madrileña) tenían que correr grandes riesgos, perder dinero en taquilla muchas veces o renunciar a las bandas más emblemáticas. Pero claro, esa burbuja también estalló.

Así, a principios de la década siguiente la mayoría de los ayuntamientos empiezan a dejar de pagar lo que se les pide, pero los representantes quieren seguir sacando un poco más de jugo a los buenos tiempos, así que se ofrecen a los promotores privados con ligeras rebajas primero y mayores después, al comprender cómo estaban las cosas; el problema es que el público se había acostumbrado a ver a los grandes de la movida gratis, por lo que había perdido algo de interés, y además la inercia de la movida había terminado. A todo esto, el capítulo de ventas de discos (la otra base de la industria) empezaba a mostrar indicios preocupantes, pero no lo suficiente para que la industria temiera por su posición dominante.

Sin embargo, las cosas empiezan a no funcionar, y a mediados de los noventa la crisis enseña la patita, de modo que las ventas comienzan una caída más que inquietante. Los agentes de los grupos comprenden finalmente que es preferible cobrar la mitad de la mitad y actuar que quedarse en casa todo el año, por lo que al descenso de las ventas se puede oponer un cierto aumento de los directos, ya que a mediados de aquella década se organizan todo tipo de giras; tanto en grandes recintos o en escenarios de mediano aforo, en salas pequeñas o en teatros con el público al alcance de la mano, los conciertos están a la orden del día. Pero sólo fue durante un corto espacio de tiempo.

La llegada del nuevo siglo no hizo más que agravar todos los problemas. De repente, dejan de venderse discos de modo drástico; Internet y todos los dispositivos electrónicos capaces de reproducir música dieron la puntilla a la industria discográfica (¿alguien recuerda el top manta?), pues el soporte físico deja de ser imprescindible, y en consecuencia, a día de hoy apenas se venden discos. La competencia del resto de ofertas de ocio arrincona al mercado de la música, de forma que ha perdido (según los expertos) alrededor de un 75% de las ventas en España. A finales de 2012 las discográficas y el resto de la industria aun no han asimilado los golpes, por lo que siguen al borde del KO.

Y en cuanto a los conciertos, afirman los profesionales que hoy se celebran menos de la mitad y con cachés a veces vergonzantes. Y todo este desplome se ha producido en un espacio de tiempo relativamente corto; es más, en un par de décadas se han sucedido cambios de tendencia radicales, con momentos de euforia seguidos de melancolía, aunque siempre con la tendencia general hacia abajo. Hoy, en la segunda década del siglo XXI, los ayuntamientos no contratan nada, es más, deben enormes cantidades a las agencias de contratación, apenas se venden discos (la industria discográfica como estaba montada está muerta aunque aun no lo sepa o no quiera admitirlo) y se celebran menos conciertos y con increíbles rebajas en los cachés; los que pueden se montan giras en solitario, otros organizan conciertos acústicos en salas pequeñas, y otros simplemente buscan otras salidas profesionales lejos de la música. La actualidad muestra a muchísimos músicos de pop, rock y derivados totalmente desocupados, sin trabajo, sin actuar y sin vender, incluso algunos con gran renombre afirman llevar meses sin actividad profesional a pesar de tener disco nuevo en el mercado, una situación que los ha dejado anonadados, sin capacidad de reacción.

Esa inactividad y las monstruosas deudas que tienen los ayuntamientos con las agencias de contratación (muchas de conciertos de hace años), han arrastrado a empresas de sonido e iluminación, de transportes y de producción, estudios de grabación, tiendas de discos, músicos de estudio, técnicos… Todo ese trabajo ha dejado de ser productivo.

Y así están las cosas, sólo unos pocos artistas tienen trabajo, los conciertos de alcance que llenan el aforo son cada vez menos; los grupos no profesionales siempre lo tienen más fácil para tocar, mientras los ‘de clase media’ están casi retirados por inactividad. Y en cuanto a los discos, sólo hay que comprobar que las tiendas han desaparecido (casi todas) y que sólo los grandes almacenes e Internet mantienen las ventas apenas unos pasos antes de la bancarrota.

En pocas palabras, aquellas subvenciones de los días de vino y rosas, junto a los cambios estructurales de la industria que no se quisieron ver, han llevado a la música española a una situación desesperada, al menos para gran cantidad de profesionales; se puede asegurar que el pop español, en general, ha mordido el polvo…; por cierto, en otros países la caída de ventas ha sido gradual y se ha detenido antes, mientras que las entradas baratas siguen permitiendo recintos llenos.

No hay que olvidar que la subvención tarde o temprano se acaba, dejando entonces a la vista el verdadero estado de las cosas. Y todo esto sin indagar en la calidad media ni comparar a los grupos y las canciones en aquellos inolvidables años con los de los posteriores. Esto lo dirá (si no lo ha dicho ya) el tiempo.    

CARLOS DEL RIEGO

viernes, 21 de diciembre de 2012

POLIGAMIA: CUANDO MÁS DE DOS NO SON MULTITUD Tres africanos se casaron con la misma mujer a cambio de dinero y con el fin de conseguir la nacionalidad; el tema de la poligamia y la poliandria tiene muy diversas variantes con resultados inesperados y casi siempre indeseables

Si las relaciones de pareja tienen momentos de conflicto, cómo serán las de tríos, cuartetos o quintetos

Una mujer ha sido detenida por haberse casado tres veces sin haberse divorciado o separado ninguna; la señora lo hizo por dinero, pues los maridos eran inmigrantes que deseaban la nacionalidad. Ha sido acusada de poligamia, pero lo que ella ha hecho se llama poliandria, que es una mujer con varios hombres; poligamia es un hombre con varias mujeres, aunque el ámbito familiar estable y asumido de uno y varias o varias y uno sí que se acepta como poligamia.

El asunto viene tratándose y discutiéndose desde hace milenios. En la sociedad musulmana es bastante habitual que un hombre tenga hasta cuatro mujeres (que son las que tuvo el Profeta), e incluso muchas de esas mujeres que comparten marido afirman que es mejor así, pues se aguanta y se maneja mucho mejor a un esposo si son varias las mujeres. Si las relaciones de pareja son fuente de conflicto, ¡cómo serán las de trío, cuarteto o quinteto!, sobre todo en occidente, donde la mujer hace tiempo que dejó de ser sumisa y pasiva, mientras que en aquel entorno ellas siguen siendo algo así como una propiedad de ellos.

En Estados Unidos (donde abundan los casos más increíbles conocidos) hay lugares donde se admite o estuvo admitido el método mormón polígamo. Y, por otro lado, tampoco son extrañas las denuncias y condenas por bigamia. Así, hace unos cuantos años (tal vez 20) se conoció el caso de un hombre que durante casi diez años había vivido dos vidas paralelas, una con cada una de sus dos familias; con una mujer tenía hijos y con la otra era padrastro de otro. Siempre se las arreglaba para tener atendidas a sus dos proles, nunca olvidaba cumpleaños o aniversarios, jamás tuvo el mínimo desliz o error en nombres, fechas, direcciones, amigos, colegios; tenía dos coches, llegando siempre con el mismo a cada hogar y sin confundirse nunca; pasaba tres días en una casa y cuatro en la otra, o una semana aquí y otra allá, encontraba tiempo para hacer vacaciones con unos primero y con los otros después; las facturas llegaban siempre a donde tenían que llegar y ni una sola carta, comunicado o multa se recibió en la dirección equivocada. Su trabajo le exigía continuos viajes, cosa que le facilitó las ausencias, y como entonces los móviles y ordenadores no eran cosa común, siempre resultaba imposible localizarlo. Tan bien montado y tan metódicamente tenía su tinglado que no se descubrió el pastel hasta que sufrió un accidente y murió, presentándose entonces las dos familias a reclamar al muerto; por cierto, los domicilios estaban a menos de medio kilómetro de distancia, a pesar de lo cual ninguna de las esposas o los hijos tuvieron jamás el más leve indicio o sospecha de la existencia de los otros. El tipo tenía que haber llevado una vida sumamente estresada, siempre a carreras, siempre temiendo que alguna palabra a destiempo, algún gesto, algún objeto delatara su secreto, asustado de que un día la casualidad acabara con su vida bifurcada. Sin embargo, las dos cónyuges señalaron, por separado, que era muy cariñoso y trabajador, que se desvivía por que tuvieran lo mejor, siempre atento a cualquier necesidad…, en fin que ambas afirmaron que era casi el marido-padre perfecto y que todos vivían felices. ¡Qué trabajo, qué metódica planificación, qué concentración la del hombre de las dos vidas! No extraña que sus dos hogares estuvieran tan cerca, ya que no tenía un segundo que perder. De todos modos, por lo que declararon las familias y sus compañeros de trabajo (que tampoco tenían la menor idea de la vida dividida del bígamo), se le veía absolutamente feliz… La realidad supera a cualquier ficción.

Otra modalidad más del asunto del casorio o convivencia con varios o varias se dio en algunos lugares de la California hippy de finales de los sesenta del siglo XX. Fue ‘el amor libre’, carente de compromisos y afectos personales, sin obligaciones ni explicaciones. Es decir, total y absoluta libertad en las relaciones. Pero claro, de toda aquella locura bienintencionada (haz el amor y no la guerra) sólo quedaron unos cuantos grandes grupos de rock y los grandes damnificados del amor libre: los niños así engendrados, los cuales crecieron sin padre y casi siempre sin madre y en medio de un grupo en el que nadie tenía la obligación de hacerse cargo de sus necesidades, sin que nadie les dijera nada de obligaciones y responsabilidades, sin que nadie les hablara nunca de valores, sin enseñanzas ni verdadera educación, sin familia. Lógicamente, casi todos aquellos hijos sin auténticos padres ni madres fueron adultos sin techo que visitaron asiduamente con cárcel.

Si la fórmula una y uno ha permitido que nuestra especie haya tenido tanto éxito, parece poco inteligente cambiarla. 

CARLOS DEL RIEGO

jueves, 20 de diciembre de 2012

EL FIN DEL MUNDO SEGÚN LOS MAYAS: LA ÚLTIMA LEYENDA URBANA Periódicamente surgen en todas partes todo tipo de tonterías que, debido a las infinitas posibilidades de difusión existentes, se desparraman por todo el mundo y convencen a millones de personas. La más actual prevé el fin del mundo para hoy mismo (21-12-12)

La inscripción en piedra hallada en Tortuguero (Tabasco, México), que ha dado pie a esta leyenda urbana

Ha llegado el día, 21-12-12, fecha que, dicen muchos, es la señalada como la del fin del mundo según el calendario maya. No se especifica si el día lo fija el horario del este o del oeste, pero lo verdaderamente sorprendente es que haya una parte significativa de la población que se crea tal tontería; el mundo llegará a un final seguro, pero para eso falta aun un rato, unos 4.500 millones de años (si no se producen accidentes cósmicos que afecten al planeta), por tanto parece algo precipitado empezar a preocuparse. Por ello, todo apunta a que la interpretación de las inscripciones mayas de Tortuguero (Tabasco, México) ha servido para construir una nueva y global leyenda urbana que, como todas las que tienen bases esotéricas y misteriosas, consiguen fácilmente millones de adeptos.

Las capacidades adivinatorias de los mayas son idénticas a las de los bosquimanos o las de los islandeses, es decir, nulas. Y en cuanto al supuesto presagio que anuncian esos restos mayas basándose en calendarios, creencias religiosas y observación del cielo, tampoco tienen más interés que el cultural o el puramente arqueológico. Además, los mayas tenían varios tipos de calendarios (rituales, solares…) y en el susodicho monumento no se dice nada ni del fin del mundo, ni de cambio de ciclo, ni de fin de era ni nada por el estilo. Por eso resulta intrigante qué es lo que ha tenido que ocurrir para que naciera, creciera y se extendiera por todo el mundo esta apocalíptica leyenda urbana; alguien tuvo que interpretar (equivocándose o con mala intención) las inscripciones y luego difundirlas, algún medio hubo de publicarlas dándoles ciertas posibilidades de autenticidad y, finalmente, muchos han tenido que tragarse semejante trola, pues son legión los que están abiertos a todo tipo de profecías y anuncios de hecatombes y cataclismos, a creerse cualquier cosa que lea o le cuenten. Y como actualmente Internet permite difusión planetaria e instantánea, la leyenda urbana se instala antes y en más países, más profundamente y en más gente.

Las leyendas urbanas tienen mayor o menor éxito según las ganas que tengan los individuos de creer en disparates, de modo que visto lo rápidamente que la población da por cierta la paparrucha, hay que deducir que son millones los que están dispuestos y deseosos de ser embaucados, manipulados, burlados.
Seguro que estas fábulas han corrido de boca en boca desde hace siglos, y al igual que hoy contaron con un creador del cuento y un buen número de incautos e inocentes; por ejemplo, aquello que se llamó el mito milenarista que tuvo sus convencidos de la proximidad del final cerca del año 1000. La diferencia respecto a hoy está en la velocidad de propagación del invento.

Hoy las leyendas urbanas dan la vuelta al mundo en minutos. Baste recordar otra de tipo catastrofista que tuvo su éxito justo antes de la llegada del año 2000 (por cierto, el siglo XXI no empezó hasta el 1 del 1 de 2001, y para comprobarlo basta pensar que el 25 del 12 de 1999 habían transcurrido 1999 años justos desde el año cero, por lo que el 1 del 1 de 2000 habían transcurrido 1999 años y seis días, no dos mil años, por lo que no pudo empezar el siglo XXI y el tercer milenio hasta pasado el 25 del 12 de 2000), una leyenda conocida como el efecto dos mil, que preveía una gran catástrofe informática el 31 del 12 de 1999, cuando se bloquearían todos los ordenadores del mundo que no hubieran sido específicamente preparados, y con todo el sistema se vendría abajo la actual civilización; hoy parece un absurdo, pero entonces hubo quien tragó. Otras leyendas urbanas más o menos recientes son aquella que denunciaba que había indeseables que metían crías de gato en un tarro para que su cuerpo se deformara y luego vender el animal por Internet; o la de los cocodrilos en las alcantarillas de grandes urbes estadounidenses; o la que acusaba a Teresa de Calcuta de haber aceptado dinero de dudosa procedencia, que curiosamente muchos entendieron al revés, dividiéndose los incondicionales de los rumores entre quienes la culpaban de tomar y los que la culpaban de rechazar los billetes; ambas vertientes fueron defendidas ardorosamente por los buscadores del bulo y la patraña.

Siempre habrá quien se crea todo lo que el embustero o el ignorante den por seguro; razón tenía Mark Twain cuando dijo que es más fácil engañar a alguien que convencerle de que ha sido engañado.   

De todos modos, si alguien lee este texto es que la Tierra sigue girando y hacienda sigue cobrando.
 
CARLOS DEL RIEGO

miércoles, 19 de diciembre de 2012

EL JEFE DE LOS JUECES QUIERE VIAJES DE LUJO: SE CREE MUY IMPORTANTE Se llama Gonzalo Moliner y es un pez gordo de la judicatura, por lo que cree merecer más dinero para sus gastos, pues en caso contrario piensa que el público tendrá mala imagen de él y su cargo; es otra evidencia de lo lejos de la tierra que viven los altos funcionarios, políticos y otros cargos públicos

También estos árbitros de la ley se creen acreedores a derechos señoriales por ser quienes son.

El presidente del Poder Judicial, Gonzalo Moliner, se ha quejado porque le parece que da “mala imagen” que alguien tan importante como él viaje en clase turista, cuando en el sentir general de la ciudadanía lo que produce malestar es todo lo contrario: que viaje a todo lujo a costa del contribuyente. Esta postura del jefe de los magistrados es otra muestra más de lo lejos de la realidad, de lo elevados por encima del suelo que viven los que se creen tan importantes, pues están convencidos de que al que escota para pagar sus emolumentos le parecerá mal que se ahorren gastos innecesarios y se enfadará si no se tira de tarjeta oficial con generosidad o no se viaja con gran fasto y ostentación. ¡Hay que ser engreído y estar en la más insolidaria inopia!, o lo que es peor, hay que ser un verdadero figurón, algo cercano al señor feudal, para creerse con derecho a gastar todo lo que desee porque es quien es, y punto. El caso es que el tal Moliner (que debería pagarse sus viajes profesionales y reclamar kilometraje, como hacen casi todos los funcionarios) se queja de que tras el ‘caso Dívar’ (su predecesor, que se iba a Marbella y otros lugares turísticos de vez en cuando a costa de todos) se han restringido los gastos de los jueces y otros altos funcionarios. Incluso se ha atrevido este gerifalte de los árbitros de la ley a lamentarse de que se han eliminado los viajes de fin de semana y de que “ya no hay semana caribeña”. ¡Cómo se puede tener la cara tan dura!

En este mismo saco de los convencidos de sus privilegios están también los diputados y senadores, que exigen móviles, ordenadores y otros dispositivos electrónicos con cargo al erario, que se gastan dinero público a millones para crear una página web, que piden austeridad al ciudadano mientras cubren casi todos sus gastos (incluyendo viajes) a costa de éste, que exigen más prestaciones para el contribuyente pero no renuncian a ningún privilegio; y también caben en el mismo contenedor los líderes sindicales, sobre todo los que integran consejos de administración de entidades financieras. Tampoco es despreciable el hecho de que los grandes sindicatos se nieguen a hacer públicas sus cuentas, sus ingresos y sus gastos, sus nóminas, complementos, privilegios; por cierto, para justificar esta negativa (la Casa Real, la Iglesia e incluso los políticos ponen a disposición del ciudadano sus balances y sus nóminas) los sindicalistas explican que las suyas son organizaciones privadas, y por tanto ajenas a la obligación de desvelar sus movimientos de caja, y ello a pesar de que reciben millonarias subvenciones públicas…, es decir, también los que se dicen defensores del trabajador se sienten acreedores al privilegio. O sea, a pesar del concepto que tienen de sí mismos, también estos personajes residen unos veinte metros por encima del pavimento.

Sería muy interesante e instructivo investigar y comprobar cómo van evolucionando los modos de pensar de las personas que llegan a esas esferas de poder que, seguro, deben multiplicar sus egos por mil cada día, pues de otro modo es incomprensible que deduzcan que el puesto al que han llegado es prueba de su valía y que, por tanto, se merecen todo tipo de regalías, privilegios y ventajas y, en todo caso, es justo que tengan más que los que no han llegado tan alto en la escala social. Y si alguien les afea esa conducta se defienden minimizando lo que cuesta al pagano esos, según ellos, despreciables desembolsos (si fueran tan triviales cantidades ¿por qué no las pagan de su bolsillo?), o amparándose en el improperio característico que siempre tienen a mano: “eso es demagogia”. El gran problema que hay en España es que hay que pagar todos los costes a 18 gobiernos.

Deben mirarse al espejo cada día repitiéndose una y otra vez “tu si que vales, tu te lo mereces todo”.

CARLOS DEL RIEGO


martes, 18 de diciembre de 2012

INDIGENISMO, XENOFOBIA Y RACISMO EN EL FÚTBOL Los fans del equipo ruso Zenit de San Petersburgo exigen que en su equipo no jueguen negros ni homosexuales, aunque aseguran no ser racistas; en España está el espejo en el que quieren mirarse, el Athletic de Bilbao

Esas actitudes amenazantes de los forofos del equipo de San Petersburgo no desentonarían en la Alemania nazi

Los hinchas más extremos del equipo de aquella ciudad rusa (la antigua Leningrado) han publicado un comunicado en el que rechazan que su equipo fiche a jugadores negros y homosexuales; en realidad utilizan el eufemismo de ‘jugadores de Sudamérica, África, Asia y Oceanía y pertenecientes a minorías sexuales’. Vaya por delante que estos presuntos aficionados ya habían dado anteriormente abundantes y evidentes muestras de su posición racista y xenófoba a pesar de que afirman no ser tal cosa, sin embargo, más que las palabras son los hechos los que definen conductas y maneras de pensar. Su aversión a la presencia de homosexuales es menos problemática en la práctica que sobre el papel, pues si hay futbolistas maricas (que seguro que los hay) no lo van manifestando, sino que se lo quedan para su intimidad.

Sin la menor duda, vetar al extranjero es puro chauvinismo, nacionalismo patriotero y fascistoide, indigenismo aislado y endógamo, mientras que prohibir o perseguir al gay es otra modalidad de racismo e intransigencia con el distinto (por cierto, eso no se llama homofobia, término que quiere decir odio al igual, al idéntico, no al homosexual; sería más exacto heterofobia, que significaría odiar al diferente). Lo que ocurre es que a pesar de tener asumido que son como son, esos indeseables futboleros saben que tendría muy mala prensa que su club de fútbol fuera identificado con aquellos términos; no en vano la directiva de la entidad ha salido al paso y ha comunicado que en el equipo se juega según la valía deportiva, no según el color de la piel, la procedencia o la preferencia sexual. El problema es que en muchos lugares el deporte se ha convertido en el camino que muchos utilizan para dar rienda suelta a sus verdaderos sentimientos y, sobre todo, en el vehículo ideal para canalizar sus ansias de enfrentamiento, sus ganas de combate, su búsqueda de enemigos a quienes odiar.

Pero lo más llamativo de la declaración de estos forofos es que se miran en el equipo español Atheltic Club de Bilbao, con el que sin duda convergen en esa especie de indigenismo carpetovetónico. Sorprendentemente, en muchos lugares del resto de España está muy bien vista la actitud exclusivista del Athletic, y ello a pesar de que no permite fichar a nadie nacido en cualquier lugar el mundo que no sean las tres provincias vascas (en la práctica se fuerza la regla y se permiten jugadores de origen vasco nacidos en otros sitios o simplemente naturales de provincias cercanas). Es decir, se excluye a quienes no sean de la tierra, se mira el carnet de identidad y se discrimina en función del lugar de nacimiento, lo que es un evidente acto de xenofobia (cualquier constitución así lo señala) y, además, es una autolimitación empobrecedora, más aun en el momento presente en el que, por muchos empeños que hagan algunos, las fronteras geográficas cada vez son menos significativas (lo que no quiere decir que esto sea regla general). Caso más ridículo es el del equipo Real Sociedad de San Sebastián, que tras seguir muchos años el ejemplo bilbaíno hace unos cuantos decidió abrir sus puertas a jugadores extranjeros pero no del resto de España, o sea, allí puede jugar uno de Albania pero no de Albacete, uno de Córdoba, Argentina, pero no de Córdoba, España… La postura del Athletic, aunque ultra, no deja de ser coherente, pero la de su vecino de Donosti roza lo grotesco, pues juega con la baraja indigenista pero se hace trampa fichando a extranjeros, prohíbe a los cercanos compatriotas pero acepta a los nacidos más allá de las fronteras de España; difícil se hace encontrar muestras más evidentes de incoherencia, de animadversión estúpida, de fobia enfermiza.

Por más que se busquen razonamientos, justificaciones, coartadas o pretextos, estas posiciones discriminatorias, que comparten los fanáticos del equipo ruso y los dos vascos (uno más estricto, otro más disparatado), no dejan de tener puntos en común con el pensamiento y la esencia de la Alemania nazi, que perseguía la pureza racial. Y además, denota una ignorancia palurda, una endogamia pueblerina y engreída. Se trata, en definitiva, de muestras de ultranacionalismo excluyente, fanático, fachoso. Por más que repetida no deja de ser oportuna la cita de Georges Bernard Shaw: “El nacionalismo es una creencia que consiste en pensar que un sitio es el mejor del mundo porque yo he nacido en él”, lo que viene a significar que si hubiera nacido en otro lugar sería éste y no aquel el mejor del mundo. Mentes estrechas.

  
CARLOS DEL RIEGO

lunes, 17 de diciembre de 2012

LAS ARMAS EN LA CALLE Y AL ALCANCE DE CUALQUIER ES SINÓNIMO DE MATANZA Tras el enésimo asesinato múltiple que ha tenido lugar en EEUU, vuelve el debate sobre la permisividad existente allí con las armas de fuego; siendo casi imposible la prohibición, lógico sería restringir e impedir que cualquiera pueda comprar un fusil de asalto

En Estados Unidos cualquiera puede acceder sin mayores problemas casi a cualquier arma de fuego, con trágicas y periódicas consecuencias

El mundo occidental está conmocionado a causa de la matanza sucedida en Newton, Estados Unidos..., otra vez. Y otra vez se volverá a debatir en torno a la permisividad y facilidad que hay en este país para conseguir armas de fuego. Y otra vez no se hará nada y todo quedará como está, tal y como desean los fabricantes.
No hay que poner el grito en el cielo por el hecho de que allí cualquiera pueda comprar una pistola o un fusil ametrallador, puesto que en España, Francia y casi toda Iberoamérica tienen algo que a muchos escandaliza: los toros; e igualmente en el sudeste asiático (y otros lugares del mundo) tienen lugar las peleas de gallos y en Inglaterra la caza del zorro; en muchos países existe la pena de muerte, en otros es corriente golpear a las mujeres, en aquel es tradición masacrar delfines y en este ballenas, aquí se sacrifican miles de tiburones para aprovechar solo la aleta dorsal y allí se exponen los cuerpos de familiares muertos para que se los coman los carroñeros… Es raro el país que no practica alguna tradición que ofende a los nativos de otro lugar. Pero lo que todos tienen en común es que aducen, sin excepción, que son cosas propias e internas, que nadie tiene que meterse, pero curiosamente, todos despotrican contra lo que ocurre en los otros países, de modo que se exige respetar la propia tradición o particularidad pero se arremete contra las de los demás.
 
Como es sabido, en Estados Unidos se permite que casi cualquiera pueda poseer casi cualquier arma de fuego. Por un lado está su derecho, pues su Constitución así lo indica, pero por otro está el exceso de armamento que cualquier puede guardar en el armario. De este modo, en este país se producen muchos miles de muertes por armas de fuego cada año, ya sean homicidios, accidentes y suicidios; éstos son abundantísimos, mientras que en el ámbito doméstico se producen más muertos y heridos de modo involuntario que los que arrojan los producidos por la legítima defensa del hogar. Pero es que las pistolas y rifles forman parte de la cultura estadounidense, de esa forma de entender la vida que tiene que ver con la frontera y la autodefensa ante la ausencia o lejanía de la ley…, aunque eso de que tienen armas para defenderse del ataque del rey de Inglaterra…

Sea como sea, Estados Unidos no va a dejar de fabricar, consumir y utilizar el revólver y el fusil semiautomático. En primer lugar están los usuarios, tan acostumbrados a llevar el ‘hierro’ en el cinto que ya no hay quien los desarme, y se echarían a la calle para proteger ese derecho tan propio de su modo de vida, consolidado gracias a una muy arraigada costumbre. En segundo lugar están los fabricantes de armas, que conforman un sector empresarial potentísimo (tal vez más que el petrolero), una especie de cártel que utilizará todos los medios para que las armas estén al alcance de cualquiera que pueda pagarlas; y como quiera que esta industria es de las que más aporta a las costosísimas campañas políticas, cuenta con la complicidad de quienes alcanzan el poder. El último eslabón es precisamente el de los gobernantes, muchos de los cuales harían algo para restringir el acceso al colt, pero tienen las manos atadas y la amenaza de la industria armamentística, que apoyará incondicionalmente a quien deje las cosas como están; y como quienes podrían estar dispuestos a meter mano a la ley no reciben los millones de los fabricantes, nunca tendrán poder ni para plantear la cuestión. En definitiva, es prácticamente imposible que se prohíba la compra y posesión de armas de fuego en Estados Unidos; lo que sí se podría hacer es evitar que haya auténticos arsenales en las casas, así como endurecer las condiciones para comprar armas cortas e ilegalizar los fusiles de asalto. De este modo, cuando un enloquecido se eche a la calle para disparar contra todo bicho viviente (aunque no son exclusivos, casi todos estos tiroteos indiscriminados e injustificados suceden allí), serán mucho menores los daños, es decir, con la actual legislación un tipo de 20 años lleva encima un arsenal y provoca decenas de muertos, mientras que si sólo se permitiera comprar una pistola o revólver, las bajas disminuirían drásticamente; al menos descendería el número de víctimas, que ya es algo. Claro que si no se permitieran las armas de fuego, el enloquecido de turno tendría que ‘conformarse’ con acuchillar de uno en uno, con lo que los muertos y heridos serían muchos menos y desarmarlo sería relativamente fácil. En fin, que si en Estados Unidos se producen diariamente múltiples tiroteos mientras que en países donde están prohibidas las pistolas son raros, es evidente que la facilidad para acceder a ellas es la causa principal de los tiros y los muertos.

Parece un imposible arrancar del sentir del estadounidense el poso de la autodefensa armada, ese que se identifica con los pistoleros y los sheriffs, con Pat Garret y Billy El Niño, con Wyatt Earp o Jasse James, con Rambo y Chuck Norris; lo cual no quiere decir que todos lleven el arma dispuesta para tirar contra el que les mire mal o para matar a quien se ponga por delante, de hecho, la mayor parte de los posesores de pistolas y revólveres no tienen nada que ver con el desequilibrado asesino múltiple o el delincuente común. Pero esa forma de pensar está tan arraigada que ya forma parte de la esencia, del alma de Estados Unidos.
           
CARLOS DEL RIEGO

domingo, 16 de diciembre de 2012

‘RUMOURS’, UN DISCO DE REFERENCIA EN LA HISTORIA DEL POP Hace 35 años, en 1977, el grupo anglo-americano Fleetwood Mac alcanzaba la cima del pop, del soft-rock, con una colección de canciones que permanecen y emocionan

El grupo en aquel 1977.

En el año 1977 la música punk acababa de dar una patada en la puerta y había entrado en el planeta del rock, removiendo casi todo y relegando a la mayoría de las estrellas al cuarto de los ‘dinosaurios pasados de moda y en vías de extinción’. Pero a pesar de la potencia del movimiento, el punk fue asumido y asimilado, de modo que se convirtió en otra opción más, con lo que los grupos consolidados que venían de los sesenta y los primeros setenta apenas perdieron presencia. Uno de estos grupos que ya dejaba amplia estela era Fleetwood Mac, una banda de trayectoria artística y vital absolutamente atípica que, en aquel señalado 77, dio la campanada con el inolvidable ‘Rumours’.


Formado en Inglaterra como grupo de blues, de blues-rock e incluso de música tendente a lo experimental (dejando algunas canciones emblemáticas), Fleetwood Mac perdió a varios de sus principales integrantes y decidió emigrar a Estados Unidos. Allí la banda (que sólo conservaba la sección de ritmo original, John McVie y Mick Fleetwood) ficha a la parejita formada por Lindsay Buckingham y Stevie Nick y dan un giro a su estilo musical que al final resultó un acierto. Al llegar a 1976 Fleetwood Mac se embarcaba en la grabación del álbum ‘Rumours’, que sería publicado al año siguiente con un inmediato y tremendo éxito que aun hoy pervive.

El disco lleva vendidos más de 40 millones de copias, pero lo bueno del caso es que cada año despacha unas cuantas decenas (tal vez cientos) de miles, algo que sólo los más grandes consiguen. Y si este emblemático vinilo perdura es por la belleza indudable de sus melodías, por la brillantez de los arreglos y las armonías vocales, por las inspiradas y sencillas letras, por los ambientes irresistibles que consigue; la cara A es absolutamente prodigiosa, con canciones redondas, cercanas a la perfección que marcan los cánones de la música pop, alcanzando el título de obras maestras del género; la otra cara goza de algo menos inspiración, a pesar de que tiene otros dos títulos verdaderamente deliciosos. El total es el soft-rock más elegante, y no sólo de su época.  Y ello a pesar de que la situación del grupo apuntaba a la separación, pues en la prensa estadounidense de la época todo eran… rumores.

La realidad es que las relaciones personales eran más que tensas. El grupo lo formaban dos parejas, John y Christine McVie y Lindsay Buckingham y Stevie Nicks, más Mick Fleetwood. Los McVie se habían separado arrojándose los platos a la cabeza, e igualmente Lindsay y Stevie, que dejaron de hablarse; por si fuera poco, el señor Fleetwood había descubierto que su mujer había hecho palmitas con su mejor amigo, e incluso había dudas de paternidad. Evidentemente, todo eso (sobre todo en un grupo que había vuelto a la popularidad masiva) era carne de prensa amarilla, que publicó e hizo correr tantas habladurías, tanto cotilleo, que el disco no podía titularse de otro modo: ‘Rumours’. La grabación tampoco fue fácil, pues además de las formas (no empezaban hasta las tantas de la mañana, cuando ya estaban cansados y colocados), la tensión entre ellos daba pie a un ambiente irrespirable, obligándolos a trabajar en una atmósfera cercana a la violencia emocional. Pero tal vez de ahí, de esas emociones desatadas, de esos choques de egos, de ese ambiente de tensión y estrés, de esas relaciones viscerales es de donde surgieron canciones tan cargadas de emotividad y de pasiones humanas. ‘Sólo’ hacía falta una chispa de talento para crear un disco imperecedero. Y ahí están las letras para mostrar esos conflictos de pareja sin caer en la ñoñería babosa ni en la pedantería poética; curiosamente, los tres compositores (las dos mujeres y Lindsay hicieron casi todo) no reconocieron hasta muchos años más tarde que los textos hablaban de ellos mismos y de los problemas con sus parejas, a veces con desesperación y otras con optimismo; o sea, en su momento no vieron lo que era evidente para todos.

Pocos discos, pocas canciones permanecen tanto tiempo sin perder un ápice de potencia como ‘Dreams’, ‘Don´t stop’, ‘Never going back again’, ‘You make lovin´ fun’ o la imprescindible e imperecedera ‘Go your own way’; baste apuntar que cuando una película narra sucesos a lo largo de varias décadas, siempre utiliza algún gran éxito de la música para señalar al espectador en qué momento transcurre la acción, y así, cuando hay que informar de que se está a finales de los años setenta del siglo pasado se recurre  invariablemente a alguna de esas inconfundibles canciones. Tal distinción deja bien claro el significado de ‘Rumours’. Tres décadas y media después, aquellos rumores perviven y siguen levantando pasiones.

El de Fleetwood Mac es un caso curioso; por un lado, su viraje estilístico del rock menos comercial al pop de más fácil asimilación; por otro el cambio total de formación, pasando de los músicos sesudos e inconformistas a integrantes relacionados afectivamente entre sí. De este modo, se puede decir que el grupo vivió dos formas del éxito, pero sobre todo, protagonizó una segunda parte que no sólo fue buena, sino que mejoró la primera.          

CARLOS DEL RIEGO

viernes, 14 de diciembre de 2012

¿BENEFICIAN FINALMENTE LAS HUELGAS AL CIUDADANO? A pesar de que todo huelguista esgrime entre sus motivos el bien de la ciudadanía, lo cierto es que quien sufre las consecuencias y molestias del paro es siempre y casi exclusivamente el mismo

Seguro que esto es lo ideal tanto para la sanidad como para los usuarios e incluso para los propios sanitarios

En las últimas semanas se ha producido una enorme proliferación de huelgas; los sanitarios, los jueces y fiscales, funcionarios de diversos estamentos, trabajadores de la recogida de basura…, y todos ellos justifican los paros (junto a otros razonamientos y reivindicaciones) en su interés por mejorar la atención médica a los pacientes, facilitar a los ciudadanos la administración de justicia, atender ágil y convenientemente al contribuyente… Sin embargo, parece apropiado preguntarse si esas huelgas (ya sean justificadas, como puede ser el caso, o no), si esa interrupción de la actividad profesional resulta ideal para el ciudadano que precisa de aquellos servicios, si es beneficiosa o perjudicial para las miles de personas afectadas. Lógicamente parece que no, pues han sido aplazadas muchísimas operaciones, y seguro que expedientes, juicios y trámites pendientes permanecerán más tiempo en el cajón de eso, de pendientes. Parece bastante evidente que la huelga perjudica al ciudadano de a pie mucho antes, mucho más que aquellos contra quienes se convoca.

Por otro lado, cuando se promulgan leyes y disposiciones tan impopulares como las que están llevando a la huelga a muchos sectores profesionales, el gobierno de turno ha de estar totalmente convencido, seguro de lo que hace. De este modo, si el paro consigue que el ministerio requerido eche atrás una ley, se demostrarán dos cosas: la primera que el ministro y sus colaboradores no han hecho su trabajo, pues no han sido profesionales en tanto que no se han esforzado, no han estudiado y analizado todo lo referente a dicha ley y sus consecuencias; y en segundo lugar, tanto ministros como presidentes dejarían evidenciada una debilidad preocupante, pues quedaría patente un carácter pusilánime y miedoso que se achanta ante opiniones adversas, ante pancartas y consignas.

La huelga es eficaz en casos muy concretos, pero no en estos en los que los legisladores están amparados por la legitimidad (siempre que las normas y disposiciones respeten la Constitución); y si se deroga una normativa recién promulgada a causa de la presión de una parte (mayor o menor) de los afectados, la única postura posible es la dimisión del ministro y todo su gabinete, pues lo contrario sería señalarse todos, a sí mismos, como unos auténticos calzonazos que reculan con el rabo entre las piernas a la primera contrariedad o como verdaderos incompetentes totalmente incapacitados para ocupar el puesto. Es aconsejable que se celebren entre las partes reuniones y negociaciones en pos de la búsqueda conjunta de soluciones, pero sería muy desaconsejable la claudicación de los legisladores, pues equivaldría a una cesión de la soberanía depositada en ellos, traspasada de modo indigno e ilegítimo a los convocantes de la movilización. Por eso, si los gobernantes han hecho correcta y profesionalmente su trabajo, no deben ceder a la presión.

Al final, los políticos seguirán en la política y los liberados y sindicalitas también (cada uno en su plano), y ni unos ni otros perderán gran cosa con la protesta callejera; es más, si la misma es multitudinaria, será el triunfo de los segundos, que tienen en el absentismo masivo su principal objetivo, y si el apoyo es moderado o escaso serán los primeros los que hinchen el pecho. Es decir, lo que importa a unos y otros es el éxito o fracaso de la convocatoria (ya se encargarán ambos en manipular las estimaciones), pero nadie reflexionará acerca de lo bueno o malo que será el paro para los usuarios, ni del coste del día que no se trabaja, ni de la repercusión y consecuencias que para todos conlleva retrasar el quehacer diario. Pero lo que es seguro, lo que nadie pondrá en duda, es que parar y retrasar servicios no es bueno para la sociedad ni para el individuo.

CARLOS DEl RIEGO